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Hizo muy bien Javier Mascherano, uno de los
jugadores más claros del fútbol argentino, en relativizar el éxito en el 3-1
ante la selección alemana en el pasado amistoso de Frankfurt, a partir de un
partido que se rompió con la expulsión del arquero en el penal, que muy bien
capitalizó el equipo de Alejandro Sabella, a lo que habría que agregar, desde
nuestra parte, que los germanos jugaron con varios suplentes, y que agosto no
suele ser un muy buen mes para el contexto de un compromiso tan interesante,
porque recién se vuelve de las vacaciones.
Tomando en cuenta todos estos aspectos, el amistoso
no deja de tener cierto valor para ir determinando dónde está parado el
seleccionado argentino, y la realidad es que no es para nada malo el panorama:
el mejor jugador del mundo (ahora ya casi sin cuestionamientos), Lionel Messi,
viste la camiseta celeste y blanca, y sus tres potenciales compañeros de ataque
(Agüero, Di María e Higuaín) agregan un poderío casi inigualable en el mundo
entero.
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