“No tiembla,
late”. La mítica “Bombonera”, escenario de grandes momentos del fútbol argentino
y con Boca como principal protagonista, aunque también la selección argentina
jugó recordados partidos allí, cumplirá ochenta años el próximo 25 de mayo.
Para Boca, la
“Bombonera” ha sido históricamente una fortaleza, fue declarada “de interés
deportivo, turístico y cultural” en la Ciudad de Buenos Aires, y también se la
conoce como “El Coliseo de la Boca” y hasta por “El Templo de la Boca”, y en
2015 fue distinguido como “el mejor estadio del mundo” por la revista inglesa
“Four Foutr Two”.
Pero para llegar
a jugar en el actual estadio de la calle Brandsen 805, Boca debió realizar un
largo recorrido desde su fundación, el 3 de abril de 1905. Cuando el club se
inscribió en la Argentine Football Association, se mudó a un terreno cercano a las Carboneras Wilson e
Hijos, en la Isla Demarchi.. Al ser desalojado en 2012, se trasladaron a un
campo de deportes a cien metros, en donde hoy está el Observatorio Nacional, en
avenida España al 2000 pero como esta posesión era precaria, los dirigentes
decidieron dejarla.
Cuando ascendió
a Primera en 1913, Boca jugaba de local en la cancha de Estudiantes de Buenos
Aires, en un predio delimitado hoy por la Avenida del Libertador y Fray Justo
Santa María de Oro hasta que los dirigentes decidieron mudarse a Wilde (hoy, en
la zona ubicada entre la calle Las Flores y en Acceso Sudeste), abandonando el
barrio de La Boca, pero los malos resultados deportivos y la lejanía con el
origen derivaron en una notable pérdida de socios, de 1500 a 300 y en 1915, el
equipo estuvo a punto de perder la categoría (descendieron los últimos cuatro)
por lo que se resolvió regresar al barrio.
Boca comenzó a
jugar en 1916 en un predio entre las calles Ministro Brin, Senguel, Caboto y
Tunuyán. La cancha se inauguró el 25 de mayo ante Gimnasia y Esgrima de Buenos
Aires, que entonces jugaba en Primera, y empataron 2-2. Los goles xeneizes
fueron convertidos por Enrique Colla y Pedro Calomino. Sin embargo, años más
tarde recibió la orden de desalojo de ese estadio y allí comenzó la búsqueda de
un lugar donde asentar su cancha.
Para 1922 fue
enmarcado el lugar entre las calles Brandsen, Del Crucero (hoy Del Valle
Iberlucea), Aristóbulo Del Valle,y las vías del Ferrocarril Sud, cercano a la
estación de cargas “Casa Amarilla”. Un terreno de 187 metros por 120 de
superficie, donde empezó a construirse un estadio para 25.000 espectadores.
Desde ese entonces, a los hinchas de Boca se los comenzó a apodar “bosteros”
porque a metros de allí había una fábrica de ladrillos cuya materia prima era
la bosta de los caballos.
El estadio se
inauguró el 6 de julio de 1924, con un triunfo 2-1 ante Nacional de Montevideo,
en un amistoso que contó con la presencia del presidente de la Nación, Marcelo
Torcuato de Alvear, la primera dama, y el ministro de Guerra, Agustín P. Justo.
Ese día, Boca alineó a Américo Tesoriere; Ludovico Bidoglio y Ramón Mutis;
Segundo Médici, Alfredo Garassini y Alfredo Elli; Domingo Tarascone, Antonio
Cerrotti, Armando Bergamini, Carmelo Pozzo y Dante Pertini. Tarascone y Pertini
anotaron los goles auriazules.
El primer
partido oficial en esa cancha se jugó el 3 de agosto de 1924, y Boca venció a
Palermo por 5-2, con goles de Tarascone, Cerrotti, Garassino, Pozzo y Elli.
Eran los tiempos en los que Boca y Buracán se disputaban los primeros lugares
del torneo amateur en el que jugaban.
En 1931, tras
finalizar como campeón el último torneo de la era amateur al vencer 4-1 a
Atlanta como local y debutar ante Chacarita con un empate 0-0 en el
profesionalismo, la comisión directiva decidió comprar los 21.471 metros
cuadrados de los alrededores y tras un concurso, bajo la conducción de Camilo
Cichero, en 1937 se votó el proyecto para la construcción de un nuevo estadio,
a cargo del estudio del arquitecto esloveno Viktor Sulcic, el geómetra Raúl Bes
y el ingeniero José Luis Delpini, los mismos que también construyeron el
Mercado del Abasto (hoy Abasto Shopping) y el 18 de febrero de 1938 se colocó
la Piedra Fundamental, ya con la presencia del presidente Agustín P. Justo, y
el 6 de agosto comenzaron las obras.
Meses antes, se
había decidido el llamado “voto proporcional” por el que se clasificaba a los
clubes en tres grupos para el reparto de los votos, y los únicos que llegaban
al máximo de votos, por cantidad de socios, eran los clubes grandes, entre los
que estaba Boca. El presidente de la AFA era Eduardo Sánchez Terrero, yerno de
Justo y esta cercanía con el primer mandatario consiguió que se votara la ley
12345, por la que River recibió 2.500.000 pesos para la construcción del
Monumental y Boca, 1.600.000 para la de la Bombonera.
Así es que Boca
hizo socio honorario al ministro de Hacienda y al ya electo presidente
argentino, Roberto Marcelino Ortiz y al diputado Reynaldo Elena y había erigido
un busto de Justo en la biblioteca del club, y en la inauguración del estadio
del 25 de mayo de 1940, el entonces presidente de Boca, Eduardo Sánchez Terrero
(antes, mandatario de la AFA), volvió a reconocer al ex presidente Justo, un
asiduo concurrente a las canchas para colocar medallas, dar puntapiés
iniciales, entregar copas con su nombre y favorecedor de deportistas.
El sobrenombre
del estadio nació junto al proyecto de Sulcic y surgió como una anécdota
protagonizada por el mismo durante la etapa del diseño, cuando en su cumpleaños
recibió como regalo una caja de bombones, que solía llevar a las reuniones con
Delpini y otros miembros del proyecto y como su forma era igual la del estadio que estaba diseñando, desde
entonces ya para todos fue “La Bombonera”.
El 25 de mayo de
1940 quedó oficialmente inaugurada la Bombonera con un partido amistoso en el
que Boca venció 2-0 a San Lorenzo y el primer gol fue anotado por el delantero
Ricardo Alarcón a los 13 minutos y luego aumentó Aníbal Tenorio a los 33 (luego
Alarcón también convertiría el primer gol oficial en el estadio, en el partido
ante Newell’s Old Boys, que ganó Boca 2-0 el 12 de junio siguiente). Para los
xeneizes jugaron Estrada; Ibáñez, Valussi; Viana, Lazzatti, Arcadio López;
Tenorio, Alarcón, Sarlanga, Gandulla y Sas (luego ingresaron Angeletti, Gelpi y
Carniglia). El director técnico era Enrique Sobral.
Como aún no
había luz artificial, se programaron dos tiempos de 35 minutos con las dos
bandejas casi completas. Todo había comenzado muy temprano con distintos
eventos. A las 9 de la mañana, una caravana de coches partió de la sede social
del club en la calle Almirante Brown 967, a las 11, el ex presidente Cichero
cortó las cintas celestes y blancas, y a continuación, el cardenal Copello
bendijo las instalaciones.
Finalmente, hubo un desfile de dirigentes y ex jugadores,
y otros emblemas del club.
El 16 de
noviembre de 1941, se inauguró la segunda bandeja, lo que hoy es la tribuna
Natalio Pescia, y en 1951, se inició la construcción de la tercera bandeja y si
instaló el sistema de de iluminación artificial, y estas reformas finalizaron
en 1953, alcanzando los 60.000 espectadores de capacidad. La inauguración se
llevó a cabo el 12 de febrero de ese año, en un partido ante el Hadjuk Split de
Croacia (1-1), con la asistencia del entonces presidente Juan Domingo Perón. Trece años después, el 5 de mayo de 1966, se
inauguraron los palcos preferenciales donde antes estaban los viejos palcos
amarillos.
Ya en 1986 la
Bombonera pasó a tener un moderno sistema de luz artificial y diez años más
tarde, ya con Mauricio Macri como presidente, se demolieron los antiguos palcos
que daban a Del Valle Iberlucea, reemplazándolos por otros de estructura
metálica. Ese mismo año se tapó el foso que separaba las tribunas del campo de
juego, y se amplió la primera bandeja, se cambiaron los asientos de madera y
cemento por butacas plásticas azules y amarillas en las tribunas que daban al
ferrocarril. Y se encargó la decoración externa a los artistas Rómulo Macció y
Pérez Celis.
En el partido de
reinauguración, Boca le ganó 3-1 a la Universidad de Chile, pero en el primero
oficial con los nuevos palcos, cayó sorpresivamente ante Gimnasia y Esgrima La
Plata de Carlos Griguol y con Alberto Márcico y Guillermo Barros Schelotto por
6-0.
En 2008 se
instaló el tablero electrónico. En 2012, se habilitaron los palcos vip con
luces leds al ras del campo de juego. En 2013, 10 palcos tipo balcón, aunque
molestan la visibilidad de algunos espectadores.
Hoy, el estadio
alberga 40000 personas sentadas, y 57000, paradas. Tiene forma de rombo, con tres
bandejas ligeramente curvas y un cuarto lado vertical y diferente al resto
porque el diseño abarcaba el doble del espacio que pudo ser utilizado
finalmente. Al edificar en el mismo predio pequeño que el estadio anterior,
bandejas muy juntas unas de otras, y las de arriba, en pendiente pronunciada.
La Bombonera
albergó once finales de Copa Libertadores. La primera de ellas fue en 1963,
cuando Boca fue vencido por el Santos de Pelé (2-1 y un global de 5-3), y
luego, 1977, 1978, 1979, 2000, 2001, 2003, 2004, 2007, 2012 y 2018, tres
finales de Copa Sudamericana, 2004, 2005 y 2012, cuando Tigre ofició de local
ante el San Pablo,y cuatro finales
Intercontinentales (la de 1977, Boca-Borussia Möchengladbach y en 1968, 1969 y
1970, cuando Estudiantes hizo de local ante Manchester United, Milan y
Feyenoord, respectivamente-).
Si bien en los
nueve torneos sudamericanos en los que fue local, la selección argentina no
disputó partidos en la Bombonera (sí lo hizo en el anterior estadio de Brandsen
y Del Crucero en 1925 y 1937), sí disputó partidos clasificatorios para los
Mundiales como en 1957, 1969 (cuando quedó eliminada ante Perú con los goles de
Oswaldo “Cachito” Ramírez), 1973, 1997 y 2017. El equipo nacional jugó allí 25
veces (16 victorias, 7 empates y 2 derrotas). Entre 1977 y 1978, fue sede
también de dos series internacionales de preparación para el Mundial del equipo
que dirigía César Luis Menotti.
También fue
escenario de algunos sonados escándalos como el ocurrido en el partido
Estudiantes-Milan en la intercontinental 1969, o el Boca-Sporting Cristal de
Perú en la Copa Libertadores 1971, o el Boca-Chivas en los cuartos de final de
la Copa Libertadores 2005, cuando el DT boquense, Jorge “Chino” Benítez escupió
en la cara al jugador mexicano Adolfo “Bofo” Bautista, de las Chivas de
Guadalajara, o el Boca-River de los octavos de final de la Copa de 2015, cuando
en el entretiempo, un hincha local, Sebastián “Panadero” Napolitano, arrojó gas
pimienta en el vestuario visitante desde atrás y provocó la suspensión del
partido y la eliminación posterior de Boca por parte de la Conmebol.
La Bombonera
deliró con los boinazos del uruguayo Severino Varela, los potentes remates y la
velocidad del “atómico” Mario Boyé, la increíble habilidad de Herminio
“Pierino” González, el penal atajado por Antonio Roma al brasileño Delem en el
decisivo superclásico de 1962 que le terminó dando un título a Boca, el 2-1 con
el que dio vuelta otro partido y le birló el título River a dos fechas del
final del campeonato de 1965 con goles de Oscar Pianetti y Norberto Menéndez,
las gambetas desde la cintura de Ángel Clemente Rojas, las locuras en el arco
de Hugo Orlando Gatti, la noche del 3-0 a River bajo la lluvia con los goles de
Diego Maradona y Miguel Brindisi en 1981, el “Topo Gigio” de Juan Román Riquelme, el gol
de Martín Palermo a River tras un año de lesión la noche del 3-0 por la Copa
Libertadores, o el último título conseguido a veinte minutos del final.
También vivió
momentos inolvidables como los partidos homenaje a Antonio Rattín, Diego
Maradona (el día de “la pelota no se mancha”, en 2001) o Martín Palermo (que se llevó uno de los
arcos a su casa), o el regreso de Carlos Tévez desde la Juventus, o al arquero
de los años cincuenta, Julio Elías Musimessi, cantando “Dale Boca/viva Boca/el
cuadrito/de mi amor”.
Pero la
Bombonera es también “El Loco Banderita”, Oscar Laudonio, ex ayudante de la
reserva de Boca y hermano del ex boxeador Abel Laudonio, que los días de
partido espera la salida de los jugadores agitando desde el césped, a su
salida, una bandera gigante, o Carlos Alberto Irrera, que comenzó con la
inauguración del estadio en 1940 y murió en plena tarea en 1983, las repletas
tribunas de socios, abajo, o el griterío ensordecedor de la multitud,
convencida de su capacidad para modificar un resultado.
De hecho, tiene el
récord mundial de asistencia de público para un entrenamiento a puertas
abiertas, con cincuenta mil personas el 22 de noviembre de 2018, antes de
viajar a Madrid a disputar con River la final de la Copa Libertadores (lo tenía
Rayados de Monterrey en 2017 con 31.853).
En el aspecto de
los torneos continentales, la Bombonera ha sido siempre una auténtica fortaleza
para Boca. Sólo perdió allí trece veces y apenas una de ellas ante un equipo
argentino, Independiente, y logró más del 75 por ciento de los puntos en juego.
El 11-1 ante Tigre en 1942 fue la mayor goleada, mientras que la peor derrota
fue el 6-0 ante Gimnasia en 1996. Riquelme es el que jugó más partidos en ese
estadio (206) y Palermo, el que más goles marcó (125).
También fue
escenario de recitales de reconocidos artistas como Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez, Pablo
Milanés, Juan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Chayanne, Los Piojos, Lenny
Kravietz, Ricardo Arjona, Elton John, o James Blunt, fue habitual ver en los
palcos desde Omar Shariff hasta a Juan Manuel del Potro y hasta el ex rey de
España Juan Carlos I de Borbón sucumbió a sus encantos y presenció la final de
la Copa Libertadores 1978 entre el Boca de Juan Carlos Lorenzo y el Deportico
Cali de Carlos Bilardo.
El 27 de
diciembre de 2000, el entonces presidente Macri decidió cambiar el nombre del
estadio, reemplazando el de Camilo Cichero por el de Alberto J. Armando, ex
titular del club entre 1954 y 1980 y en 2001, en sus instalaciones, se inauguró
el Museo de la Pasión Boquense, el primero de esta temática en la Argentina.
“No tiembla,
late” fue uno de los dichos más usuales para describir a la Bombonera. Los
equipos ganadores de Juan Carlos Lorenzo y Carlos Bianchi acostumbraban a salir
mucho más tarde que sus rivales para hacerles sentir el griterío y la presión
de los hinchas mientras realizaban en el campo de juego los ejercicios de
preparación.
En 1991, ante la
visita del Flamengo por la semifinal de la Copa Libertadores, este periodista
dialogó con el experimentado y ex mundialista volante Junior sobre que el mito
decía que la Bombonera se movía. “Son habladurías, yo ya soy grande”, respondió
el brasileño. Tras el partido, ganado por Boca 3-0 con claridad, y en el
reencuentro en el vestuario visitante, Junior reconoció, asombrado, “te juro
que se movía, jamás vi algo así”.
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