Después de un año con reiterados episodios de violencia en las tribunas y adyacencias a los estadios, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) determinó que a partir del Torneo Apertura que comienza en este fin de semana, los diez partidos de cada jornada sean televisados y que los clubes restrinjan al máximo las capacidades para los hinchas del equipo visitante.
Los dirigentes de los veinte clubes que participan del nuevo torneo de primera división, se vieron obligados a firmar una solicitada en todos los periódicos en la que piden perdón a los simpatizantes por estas medidas que consideraron “provisorias”, y que se inscriben en medio de una gran polémica al considerarse que todas las medidas apuntan a beneficiar otra vez al monopolio de la televisión, en manos de una alianza entre el poderoso diario “Clarín” de Buenos Aires, y la empresa “Torneos y Competencias”, quienes conforman juntos la compañía TRISA (Telered Imagen Sociedad Anónima).
Si hasta la temporada 2006/07 se televisaban seis partidos (dos de pago, tres por TV cable y uno en TV abierta), desde la actual se emitirán los diez partidos de cada jornada, pero además, con el cambio sustancial de que ninguno de ellos irá por la TV convencional, por lo que la única forma de acceder al fútbol será pagando un servicio de TV por cable, o TV digital, o bien, concurrir a algún bar de cualquier ciudad argentina.
El problema no termina allí, sino que Clarín, parte de TRISA, es accionista principal de las dos compañías de TV cable (Multicanal y Cablevisión) que están a punto de fusionarse, y también controla el canal de cable que emite los partidos sin codificar (TyC Sports) que se emite por las dos empresas de TV cable, y que tampoco existe más que un escaso número de decodificadores, lo que perjudicará a los habitantes que se encuentren lejos de Buenos Aires.
En síntesis, el simpatizante que quiere ver a su equipo, sólo podrá hacerlo si tiene acceso a pagar un servicio de TV cable, y si su corazón palpita por Boca Juniors o River Plate, no le alcanzará con ello sino que además, deberá pagar un extra por el sistema codificado, porque estos dos equipos se televisarán siempre por este sistema.
Quienes piensan que de todos modos los clubes serán beneficiados por el aporte económico que significa ser televisados cada semana, deberán conocer algunos otros detalles sustanciales, como por ejemplo, que a partir de esta temporada, la totalidad de clubes del fútbol argentino, esto es, los veinte de Primera A, y los veintidós del Nacional B, recibirá en conjunto como pago anual la suma de 180 millones de pesos por parte de TRISA, que significan poco menos de 60 millones de dólares (unos 50 millones de euros entre los cuarenta y dos) que en la mayoría de los casos, representa menos que la suma recibida por la transferencia de algún buen jugador al fútbol europeo.
La AFA tiene contrato con TRISA para la emisión de partidos hasta el 2014, aunque una cláusula permitía a los clubes revisar este contrato al llegar 2007, y fue allí cuando aprovecharon para presionar a la compañía y al propio mandatario de la entidad futbolística argentina, y dirigente número dos de la FIFA, Julio Grondona, para lograr “un aumento” de lo que percibían antes, menos de la mitad, pero la suma sigue siendo escasa para lo que se paga en el resto del mundo, y con respecto a lo que ingresan en otros conceptos. Por ejemplo, River recibió mucho más dinero por el pase de su portero Carrizo al Lazio italiano, que lo que percibe por emitirse sus partidos por TV codificada, lo que lo aleja de mucho de su público.
Si cada abono mensual a la TV cable vale unos 60 pesos, y se calcula que hay unos 4 millones de abonados en todo el país, las dos compañías de TV cable recaudan mensualmente unos 240 millones de pesos (unos 50 millones de euros), y aún a esto hay que sumarle el ingreso por la venta de paquetes de partidos codificados, a 25 pesos cada uno (unos 6 euros). Si apenas se vendiera un cuarto de paquetes sobre el total de abonados, se agregarían a las arcas de las compañías unos 6 millones de euros más. Es decir, 56 millones de euros mensuales, que ya serían más que el total de lo pagado a los cuarenta y dos clubes en el año. Lo que significa una ganancia de más de 600 millones de euros de ganancia, a costa de llevar partidos televisados a los viernes a la tarde o noche, o sábados en doble turno, o domingos a las 14, en pleno horario de almuerzo.
En cuanto a la lucha contra la violencia en los estadios, se ha debatido acerca de que la no presencia de hinchas visitantes (algo habitual en una liga que tiene mayoría de equipos de la ciudad o la provincia de Buenos Aires y los traslados no son muy extensos), no significa terminar con la violencia, sino simplemente suspenderla por falta de “ejércitos” para pelearse, pero al mismo tiempo demuestra la imposibilidad de convivencia social en el mismo contexto, como puede ser un estadio, entre quienes sostienen ideas o divisas diferentes.
Con más de cincuenta jugadores emigrados a otras ligas (más del diez por ciento de la totalidad de jugadores de la temporada pasada), y con estadios vacíos y la TV frotándose las manos, aún queda un pequeño resquicio para que los especialistas sostengan que Boca Juniors (campeón de la Copa Libertadores) y San Lorenzo (último campeón oficial) aparecen como los dos máximos candidatos a llevarse el Torneo Apertura que acaba de iniciarse.
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