sábado, 31 de mayo de 2008

Fernando Torres: “Ahora nos respetan más porque tenemos jugadores en el extranjero” (Dagebladet, Noruega)

- ¿Por qué la selección española decepciona siempre en los grandes torneos?
- No lo sé. Es una carga que el fútbol español lleva desde siempre, y no me atrevo a decir un solo factor porque me imagino que cada equipo que jugó debía tener una explicación diferente por situaciones y circunstancias diferentes, pero es claro que tenemos una deuda con la gente desde la selección porque es verdad que mucha gente ya no cree tanto en la selección antes de los grandes torneos. Tal vez hubo un tiempo en el que se generaron demasiadas expectativas y al no poder cumplirlas, la gente se desinfló, o tal vez se cree que porque la liga nacional es fuerte, la selección debe serlo. En realidad, debería ser así y tratamos de que lo vaya a ser en el futuro.
- ¿Qué le hace pensar que ahora en la Eurocopa no va a pasar lo mismo con la selección española?
- Tal vez en que se trata de una nueva generación, que muchas cosas están cambiando, que por ejemplo antes no teníamos muchos jugadores afuera del país y puede ser que en otros tiempos la mentalidad no haya sido tan positiva como ahora, que sentimos que nuestro fútbol es requerido en el exterior y que a muchos nos va bien, o porque en todos los amistosos previos a la Eurocopa y en el grupo eliminatorio nos fue bien.
- ¿Dónde radica la diferencia entre aquellos equipos españoles decepcionantes y éste de ahora?
- Lo primero, espero que no decepcionemos, pero no puedo firmarlo, sólo creo que no volverá a pasar, pero algunas diferencias las mencioné en la pregunta anterior y otras, me parece que pasan por la decisión del entrenador Luis Aragonés de dotar al equipo de un estilo de toques, buscando los espacios, teniendo mucho la pelota y apostando a los que en España llaman “jugones”, jugadores de buen pie que tienen un buen trato de balón. Antes para muchos, España era “la furia roja”. Ahora tal vez seamos menos furia y más juego. Y nos está yendo mejor.
- El grupo que le ha tocado a España no parece fácil. ¿Cómo lo calificaría usted mismo si no pasaran a la próxima ronda?
- Yo creo que ningún grupo es fácil porque por algo todos llegamos a la fase final de la Eurocopa. Mencione usted mismo un equipo fácil, y verá que no hay ninguno, y lo saben quienes decían que Grecia era fácil en la Eurocopa anterior. Yo creo que del grupo sólo se podrá decir cuánto fue de decisivo cuando finalice la fase y pasemos a las finales.
- Cesc, Casilla, Villa, Ramos, usted mismo. Muchos talentos jóvenes. ¿En qué lugar coloca a este equipo en comparación con los anteriores?
- Yo creo que eso podrá decirse una vez que termine la Eurocopa o pasen algunos años y hayamos cumplido un ciclo, porque considero que todavía estamos en una fase intermedia, no estamos del todo definidos. Creo, sí, que por lo que vamos haciendo estamos bien colocados en comparación con el pasado, porque sentimos un respeto de los adversarios que nunca antes sentimos y porque hay que reconocer que nos hemos impuesto a seleccionados poderosos como Francia, Suecia o Italia o la misma Dinamarca, que antes nos resultaba más difícil.
- En el futuro, ¿España va a tener más chances de ganar algún título que ahora?
- Eso es imposible saberlo, hay que hacer futurismo para poder opinar, pero es claro que tenemos que fijar un camino y no renunciar a él. Si vamos a practicar buen fútbol, entonces adelante, practiquemos buen fútbol, pero me parece que en general, cuando se tiene un estilo concreto de juego, más fácil es tener coherencia y llegar más lejos porque lo que hay cada vez más es materia prima, y con buenos jugadores se llega más lejos. Yo recuerdo mucho lo que pasaba con el baloncesto, que tampoco España ganaba y ahora ha ganado un Mundial y el equipo es siempre protagonista. Es decir, no se gana nada hasta que un día se comienza a ganar.
- ¿Qué importancia tiene para usted la ubicación geográfica y la situación política para el respaldo que pueda tener la selección en la Eurocopa?
- Pienso que relativa, aunque como en todos los torneos, contaremos con el apoyo de nuestra gente. Hoy por suerte los españoles viajan mucho y que el torneo se juegue en verano es una ayuda, pero parece que en todos lados siempre hay españoles. En ese sentido no tengo dudas.
- Si usted no llegara en perfecta forma a la Eurocopa, ¿En cuánto afecta a España?
- No lo sé, pero creo que esta selección tiene mucho recambio como para depender de un jugador. Habría que ver si en ese caso Aragonés decidiría usar el mismo esquema porque en los últimos partidos que jugamos, habíamos empezado justamente a cambiar un poco el sistema ofensivo. Pero más allá de eso, espero que no pase nada! (risas).
- ¿Cuánto de importantes son Cesc, Ramos y Villa para el éxito de España?
- Son grandísimos jugadores, que están todos en un gran momento de sus carreras, pero pienso que cada uno en su rol, todos son importantes. Tal vez ellos estén más en la consideración pública y bien ganado lo tienen, pero me parece que el plantel de la selección española es mucho más que cada nombre individual. Creo que todos los jugadores son importantes. Lo que no hay dudas es que ellos juegan en equipos que pelean por títulos importantes y han reunido mucha experiencia y eso siempre es útil para el equipo.
- ¿Cuánto influye que usted o Cesc jueguen en equipos extranjeros?
- Espero que mucho. Yo creo que el hecho de que muchos españoles son pretendidos por clubes de distintos países europeos es porque por suerte los que fuimos dejamos una buena imagen, nos consideran y pienso que hemos rendido muy bien y por eso, se ve al jugador español cada vez más confiable para ser fichado. Y me parece que eso ayuda también en la psicología del jugador, porque se va sintiendo más seguro en la medida que siente que se lo respeta y se lo estudia mucho antes por parte de cualquier rival.
- ¿Se puede prescindir de Raul?
- No soy yo quien debe responder a esa pregunta por ser un compañero en la selección y además, atacante como yo. Yo no decido su convocatoria o no pero si es por mí, pienso que Raul es un símbolo de la selección española y del fútbol español y que puede jugar en cualquier equipo que se proponga y además, en esta temporada ha jugado especialmente bien y ha hecho muchísimos goles, en otra demostración de su fuerza mental y de su enorme carácter ganador. Por lo que sé, él no pierde las esperanzas y es un tema recurrente en los medios de mi país, pero no sé qué puede ocurrir y sólo se sabrá cuando aparezca la lista definitiva. Pero lo cierto es que no lleva jugando con nosotros en la selección desde hace un buen tiempo. Si Raul no llega a jugar en la Eurocopa creo que todos nos sentiremos medio raros sin su presencia, que ya era algo tan común en los últimos tiempos.
- ¿De qué tamaño será el fracaso si la selección española no hace una buena Eurocopa?
- Muy grande, seguramente, y habrá mucho ruido. Esta vez es la que más siento que hay en nosotros depositadas muchas esperanzas y una buena dosis de confianza en lo que hagamos como equipo, pero me acuerdo de lo que padecimos cuando en Portugal 2004 no pudimos pasar a la fase final. Pasamos a ser los villanos de la película, cuando antes éramos los grandes candidatos a ganar la Copa.
- En lo personal, ¿cuál es su criterio de éxito en esta Eurocopa?
- Pienso que continuar con la línea de lo hecho en esta temporada en la Premier League inglesa, que individualmente fue para mí como un sueño y todo lo que añoré que me ocurriera, por suerte paso en este primer año y me sirvió para consolidarme en Europa como goleador. Creo que aunque en otro esquema y en otro contexto, poder repetir las actuaciones de la Premier sería lo ideal, como también marcar una buena cuota de goles, pero nunca un equipo se parece tanto al otro y una cosa es el Liverpool y otra distinta es la selección española. Por eso no sé si es tan posible repetir lo mismo que en la Premier, pero llego de la mejor manera tanto física como psicológica.
- ¿Qué equipos son sus favoritos para ganar la Eurocopa?
- Creo que llegan muy bien Portugal, Francia e Italia, también Holanda.
- ¿Qué jugador puede ser la gran figura del torneo?
- Muchos, desde Ronaldo o Nani, hasta Luca Toni o Ribery, pero me parece que serán Cesc, Iniesta o por qué no Bojan Krkic.
- Hay otro estigma en España que son los famosos cuartos de final, que la selección jamás logra pasar como etapa. ¿Pasar los cuartos en esta Eurocopa sería un éxito?
- Depende mucho de qué hayamos hecho en la primera fase. Si venimos jugando muy bien, pasar de cuartos será algo normal, pero si venimos sin encontrar una línea, tal vez pasar a semifinales ya sea mucho. Creo que no tenemos que calcular tanto en base a la historia sino en base a lo que hagamos ahora.
- ¿La historia los condiciona psicológicamente?
- Una vez leí que alguien dijo que España ganará algo el día que no piense más en por qué no gana algo….y puede que tenga razón.
- ¿Cuánto puede influir en ustedes que al terminar la Eurocopa, ya no siga Luis Aragonés en el cargo de entrenador y que ya desde ahora se sepa que luego será reemplazado por Vicente Del Bosque?
- Nosotros tenemos que pensar en el presente, en lo que hay en juego ahora. Sin embargo, puede ser que sea un poco extraño que uno juegue un torneo grande en el que tiene algunas chances o que muchos lo colocan entre los favoritos, y el entrenador se tenga que ir pase lo que pase en el torneo. No es algo habitual pero en este caso es así.
- ¿Considera lógico que Aragonés se tenga que ir con la buena campaña española en estos años?
- Yo creo que Luis Aragonés viene haciendo un gran trabajo pero no puedo ser yo quien tome la decisión de que se quede o se vaya, aunque como decía, lo mejor es que pudo encontrar un sistema para que en la selección española se juegue un buen fútbol y se logre una posesión de balón de mucho tiempo por partido, que es algo que no caracterizaba a la selección española en el pasado.
- ¿No hay demasiadas polémicas siempre alrededor de la selección española?
- Sí, a veces nos damos cuenta los jugadores cómo aunque ganemos, siempre parece haber algún problema que termina minimizando lo que hicimos en el campo de juego. Sabemos que en los países que son potencia mundial en fútbol, esas cosas no pasan, pero en España sí. No sé bien por qué puede ocurrir, tal vez porque por muchos años, la liga fue siempre más importante que la selección. Esperemos que se revierta alguna vez.
- ¿Y es posible con los nacionalismos dentro del territorio español?
- Yo creo que cuando juega la selección, deberían apoyarla todos.

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- Que opinión tiene de Zlatan Ibrahimovic como jugador y persona?
- Como jugador, creo que es un crack, un gran delantero y lo tiene todo, es muy completo. Tiene potencia, gol y bastante habilidad y ha demostrado lo que vale en equipos con mucha tradición, como la Juventus y el Inter, así que todos saben lo que puede dar. Como persona, lo conozco poco para opinar algo.
- Qué elementos positivos y negativos cree que tiene la selección sueca?
- Positivos, que me parece que ha evolucionado mucho su juego y se ha logrado mantener en un alto nivel y tiene buen juego colectivo, con muchísima gente con experiencia en otras ligas, especialmente la Premier League. Lo negativo, es más difícil decirlo. Tal vez en ataque depende mucho de lo que haga Ibrahimovic, aunque es normal cuando se tiene un jugador diferente, y tal vez se desespera si se le quita el balón y se le juega al toque al ras del suelo.
- Qué selecciones cree que van a pasar de grupo?
- Creo ue las dos que tienen más posibilidades son España y Suecia, porque así lo han demostrado en la fase de clasificación y disponen de mejores jugadores y tradición, pero en estos niveles, nunca se sabe bien.
- Qué tal es jugar contra Olof Mellberg, del Aston Villa?
- Creo que es un rival duro. Por suerte me le escapé más de una vez, pero jugó varias veces más recostado sobre el lateral, pero me parece un jugador firme y fuerte.
- Qué piensa de Fredrik Ljungberg?
- Que es un jugador muy destacado y que no por nada llegó a la Premier, al Arsenal, y tuvo tanto éxito. Es un jugador con talento y que también tengo entendido que es reconocido y mucho en su país. También es valorable su importante aporte al West Ham. De lo demás, sé que se habla mucho de él, fuera del fútbol, pero realmente no sigo demasiado esa parte,

viernes, 23 de mayo de 2008

La diferencia fue mucho más que un penal (Yahoo)

A la vista del mundo del fútbol queda aquella dramática imagen de John Terry abatido, llorando en los hombros de Abraham Grant, mientras a pocos metros, la contracara del fútbol, cruel, realista, dura, festejan sus adversarios, en este caso del mismo país, y podría decirse que de un estado de ánimo al otro sólo medió un penal, pero no es del todo cierto: entre el Manchester United y el Chelsea la diferencia fue mucho mayor en cuanto a espíritu y que el entrenador de los azules haya sido cesado es acaso la mejor demostración.

Este fútbol inglés del siglo XXI no deja de sorprendernos. Si antes logró erradicar la violencia de manera ejemplar (lo que lo lleva en camino de organizar los Juegos Olímpicos de Londres y muy posiblemente un Mundial en poco tiempo), ahora colocó a sus cuatro equipos en cuartos de final de la Champions League, a tres en semifinales y a dos en la final, pero en una nueva vuelta de tuerca, el magnate ruso dueño del Chelsea, Román Abramovich, no esperó ni siquiera una semana para echar al entrenador israelí Grant.

Y así como decíamos que un penal, un remate desde los once metros, decidió la suerte real entre unos y otros, terminó con la alegría de un vestuario y la enorme tristeza del otro, y los estados de ánimo de cientos de miles de aficionados y acaso millones en el mundo entero, ese mismo penal también hizo que Abramovich cambiara de parecer y lo que parecía como segura renovación del contrato de Grant, a los tres días pasó a ser rescisión. Así es el fútbol.

Aún queda en las retinas aquella imagen de Grant arrodillado, como rezando o agradeciendo, cuando finalizó el partido semifinal entre Chelsea y Liverpool y los de Rafa Benítez quedaron eliminados y el Chelsea llegaba por primera vez a una final, algo que ni el portugués José Mourinho había conseguido. Ya nadie hablaba del hacedor de este equipo ni de los problemas en el plantel ni de los jugadores que se querían ir. Tampoco nadie cuestionó demasiado el sistema implementado por Grant en la final, en la que el Chelsea pudo marcar en más de una ocasión. Sólo el penal fallado por Terry, sumado al que ya más previsiblemente erró Nicolás Anelka (por su frío carácter, por haber pasado y no haber sido muy querido en el Manchester), determinó un cambio de timón político en Abramovich y hasta se habla del insólito regreso de Mourinho.

Pero decíamos también que la diferencia no fue sólo el penal, o acaso el penal de Terry represente muchas más cosas, como que la responsabilidad de ganar esta Champions estuvo siempre del lado del vencedor. Fue el Manchester el que arrancó la final buscando ganarla, y fueron los “reds devils” los que volvieron a salir con todo cuando al finalizar el partido empatado, tuvieron que ir al alargue.

Para el Manchester United hubiera sido muy duro, un golpe tremendo, el haber perdido esta copa, y en cambio para Chelsea, luego de su temporada tan turbulenta, llegar a una final como esta, algo inédito, y quedar a un partido de ganar la Premier League, cuando toda la temporada se mantuvo entre el tercero y el cuarto lugar, es todo un éxito y de ninguna manera puede considerarse algo negativo, sino que el final de ambos torneos lo deja con un sabor a que pudo haber sido aún mejor, pero ni Abramovich ni los jugadores ni sus hinchas pueden engañarse. Esta temporada pintaba para desastrosa y terminó siendo muy positiva, aún sin títulos en el bolsillo.

El Manchester, en cambio, llegó a las dos competiciones sólo para ganarlas y así se las planteó desde el primer día, y siempre en ambas se mantuvo arriba en una temporada inolvidable por algunos grandes momentos de fútbol y por haber sido siempre coherente con su búsqueda final, que terminó consiguiendo y volviendo a demostrar un espíritu inquebrantable, como todos los equipos que dirige sir Alan Fergusson.

Tal vez esta final no tuvo la épica caballeresca de la de Barcelona en 1999, cuando a un minuto del final del partido, el Manchester de los Beckham, Acholes, Giggs, Keane, Smichael, Stam o los hermanos Neville, dio vuelta un partido que parecía perdido y lo ganó con dos goles sobre el cierre, porque lo quiso ir a buscar cuando la mayoría se hubiera contentado con el empate..

Esta vez, el Manchester debió ir a los penales y allí se impuso con una alta dosis de fortuna, incluso alguna decisión errónea, como la de que un jugador no del todo recuperado como Terry haya ido a patear un penal con el césped resbaladizo y sin un brazo en el que apoyarse mejor, y también porque justo uno de sus cinco pateadores, Didier Drogba, había sido expulsado. Todo eso es cierto.

Pero también es cierto que Fergusson trabaja como entrenador desde 1986 y ya ganó 29 títulos en el club, mientras que Grant es despedido apenas por un penal perdido en una final de una temporada en la que se hablaba siempre retransición y pasarla como se pudiera. Allí comienzan a empezar las diferencias entre Manchester United y Chelsea. La cordura y el triunfo de la coherencia en unos, el exitismo, el dinero, y la incoherencia en los otros.

Y luego vienen los penales y lo fortuito del fútbol, pero fue el Manchester United el que siempre lo mereció y por una vez, al menos, el fútbol fue justo y lo premió, aún con la ayuda de la suerte.

jueves, 22 de mayo de 2008

Eurocopa 2008: ¿volverá la tradición o seguirán las sorpresas? (Yahoo)

Cuando el próximo 7 de junio, la selección de Suiza debute ante República Checa en el estadio Saint Jakobs Park de Basilea, comenzará a desvelarse la incógnita más fuerte que presenta esta nueva edición de la Eurocopa, sobre si continuará por la senda de las sorpresas, tal como ocurriera con los griegos en Portugal 2004, o si retornarán los equipos tradicionales a pelear por la corona.
La Eurocopa de Austria y Suiza presentará ya un primer impacto visual, que será la ausencia de todos los seleccionados británicos, que han quedado eliminados uno a uno en las rondas clasificatorias, especialmente sorprende la falta de Inglaterra, cuyos equipos animaron la Champions League, al punto de que la definen dos de los suyos en Moscú, y cuando la Premier League es considerada la mejor liga del mundo.
Para poder resolver la incógnita sobre si los seleccionados potencialmente superiores podrán llegar a la definición el 29 de junio, habrá que tomar muy en cuenta el cansancio acumulado de los principales jugadores en las ligas más desgastantes, como la inglesa, italiana, española o alemana. Tal como ocurriera en Portugal 2004, muchos llegan fundidos a estas fechas y con sus físicos maltrechos, y a diferencia de lo ocurrido hace dos años para el Mundial de Alemania, ahora las ligas no finalizaron con suficiente antelación para dar un mayor descanso a las estrellas y de esto pueden sacar partido los seleccionados de segunda línea o no tradicionales, cuyas ligas han finalizado antes o no sometieron a los jugadores al rigor de las otras.
Si tomamos el Grupo A, compuesto por Portugal, Suiza, República Checa y Turquia, la paridad es notable y ninguno de los cuatro seleccionados tiene una historia de éxitos, pero es claro que potencialmente, los portugueses aparecen nítidamente como los candidatos a pasar como primeros, con la madurez de la generación que como local perdiera la pasada Eurocopa. Habrá que ver el cansancio de Cristiano Ronaldo cómo juega en este torneo, y el desgaste físico y psíquico sufrido por Deco en el Barcelona, equipo que está próximo a dejar, pero en juego y en fuerza, es claro que parte con ventaja, si bien Suiza puede hacer valer su crecimiento y su localía, en tanto que los checos llegan con una excelente generación, si bien ya en el final de la “era Nedved” (como le ocurre a Portugal con Luis Figo), pero con un equipo de juego vistoso, y la gran incógnita es Turquia, si regresa al fútbol que tanto gustó en el Mundial 2002 y si sacó algún aprendizaje de los últimos torneos en los que fue marginado.
El Grupo B, en cambio, muestra a un claro candidato en Alemania, luego de un buen Mundial como local y el asentamiento de varios de sus jugadores con el reemplazo de Klinsmann por Loewe, y una de las posibles sorpresas, de acuerdo al rendimiento en las eliminatorias, puede llegar a ser Polonia, con mayoría de jugadores en ligas europeas occidentales y un juego de conjunto muy equilibrado. Croacia, acaso el más sudamericano de los equipos de la Eurocopa, deberá demostrar si se mantiene en el nivel del Mundial pasado, y Austria viene creciendo desde sus juveniles sub-20 aunque habrá que ver qué clase de continuidad tiene en sus mayores.
Pero el grupo más atractivo y competitivo es el C, llamado también como “el grupo de la muerte”. Quienes organizan el torneo no lo hubieran podido armar mejor. Un grupo inicial con los dos finalistas del pasado Mundial (Italia y Francia), que no sólo mantuvieron la rivalidad sino que la aumentaron en sus dos enfrentamientos de eliminatorias para la Eurocopa (en donde prevalecieron los galos), y en las permanentes diatribas de su entrenador, Raymond Doménech, sobre sus vencedores de la final de Alemania. Pero no sólo con ellos dos, sino nada menos que con Holanda y su tradicional juego vistoso y colectivo, y Rumania, de la que no se habla tanto pero que está en condiciones de quedarse con todo, con individualidades de gran prestigio de la talla de Chivu o Mutu.
En el caso de Italia, el dato más importante a desvelar es cómo responderán los campeones del mundo, ahora en su primer torneo grande sin su entrenador de Alemania, Marcello Lippi, y con algunas piezas de recambio por renuncias o lesiones (Nesta y Totti, entre ellos). Todo indica que el nuevo entrenador, Roberto Donadoni, optó por mantener la base anterior. En Francia, la continuidad de los finalistas del pasado Mundial, ya en la era post-Zidane pero con el advenimiento de Ribery y un tanque en el ataque como Benzema, garantizan poderío, mientras que Holanda, aún con una camada joven y con sus estrellas en las principales ligas (Van Persie, Van der Vaart, Huntelaar), llega con algunas desaveniencias entre su entrenador, Marco Van Basten, y algunos de sus jugadores consagrados, como Van Nistelrooy o Seedorf.
Por último el Grupo D, presenta con un poco de distancia a su favor, en los antecedentes, para España y Suecia, que debieron enfrentarse en las eliminatorias, en tanto que habrá que ver qué puede producir Rusia, que ha mejorado mucho en función de equipos y que ha dejado en el camino a Inglaterra, y especialmente Grecia, el último campeón, que no parece tenerla fácil para repetir la hazaña. Suecia parece depender mucho del estado en el que llegue su mejor jugador, Ibrahimovic, que había bajado mucho su rendimiento en el final de la liga italiana, mientras que España deberá vencer el síndrome de la historia y su imposibilidad de atravesar los cuartos de final, algo que con las estrellas que posee hoy, parece ser más mental que físico, porque a priori es uno de los grandes candidatos, en la última experiencia de Luis Aragonés como entrenador, porque al terminar el torneo dejará su lugar a Vicente Del Bosque. Habrá que ver también cómo responderá anímicamente el equipo con la extraña ausencia de Raúl, su eterno capitán.
Cuando el 7 de junio comience a disputarse la Eurocopa, iremos despejando nuestras incógnitas aunque la lógica indica que los seleccionados con mayores potenciales son los tradicionales y que no será fácil una sorpresa como la de 2004, a no ser que el factor físico juegue otra vez su partido.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Manchester es el campeón por creérselo más (Mas allá del Deporte, Ecuador)

Si John Terry no fallaba su penal, ahora estaríamos diciendo que el Chelsea hubiera sido un buen campeón y tal vez este dato nos pueda dar una pauta de lo equilibrada que fue la final de esta edición de la Champions League en Moscú, que fortuitamente se llevó por tercera vez en su historia el Manchester United, que a lo, largo del certamen era el principal candidato y el que, aún habiendo bajado mucho su nivel, siempre creyó en conseguir el máximo objetivo.

Esta final reunió varias paradojas, como que el considerado mejor jugador del mundo, el portugués Cristiano Ronaldo, a punto de dejar la Premier League para fichar por el Real Madrid en una cifra record, fallara su penal en la definición, luego de que Peter Cech le aguantara su primer amague sin moverse, o que Terry, quien llegó a jugar sin mover su brazo izquierdo y quien milagrosamente pudo acceder a jugar cuando provenía de una dura lesión de clavícula muy recientemente, fallara su penal por resbalarse, y que quien errara el último fuera justamente Nicolas Anelka, el gélido francés que cedió ante el gesto de Van der Sar de que le pateara a su izquierda como señalaba con el dedo.

Pero puede decirse que siempre una final de Champions League reúne una suma de pequeñas grandes historias, como la euforia del arquero holandés del Manchester, o que el argentino Carlos Tévez (envuelto en la bandera de su país que le va haciendo ganarse hasta a los que no son hinchas de Boca Juniors), sumara su décimo título a los 24 años, entre ellos, la Copa Libertadores, el Brasilerao y el torneo olímpico o la Copa Intercontinental.

Paradójicamente, una vez más, Tévez salvaba, un año atrás y en Old Trafford, al West Ham del descenso nada menos que ante el Manchester United en el que ahora juega y parece ireemplazable en las finales, y el ya múltiple exitoso e indiscutido sir Alex Fergusson, prefiere quitar a Acholes o a Rooney antes que al argentino.

El Manchester United, que ahora deberá representar al fútbol europeo en el Mundial de Clubes de Japón en diciembre, suma a su nuevo título de Liga este doblete con la Champions League en un año brillante, al que sólo le faltó (y por poco) la FA Cup, y aunque no desplegó en el último tiempo un juego parecido a lo que era el del anterior campeón en 1999 (Giggs y Scholes jóvenes, Beckham, Yorke y tantos otros), puede decirse que merece más el trofeo por lo general que por la final, algo que suele pasar en más de una ocasión aunque en la propia definición, aún en el alargue, siempre en los momentos de paridad fue el que primero buscó el triunfo, seguro de ser el mejor.

Pero la Champions también marcó, esta temporada, el absoluto predominio del fútbol inglés de equipos (con la nueva paradoja de que la selección inglesa no se clasificó para la fase final de la Eurocopa de Austria y Suiza), no sólo con los dos finalistas sino con el Liverpool y el Arsenal, primero, en un soberbio duelo de cuartos de final, y luego,. El de Chelsea y Liverpool en semifinales.

Por el lado del Chelsea, el hecho de estar a un penal de ser campeón demuestra el enorme trabajo realizado por el israelí Abraham Grant, ninguneado por la prensa europea que ahora le pide disculpas, aceptando que en los años de esplendor de los azules, el portugués José Mourinho no habia llegado nunca tan lejos.

Las lágrimas de Ferry al final, o la desazón del empresario ruso Román Abramovich, muestran cuán cerca estuvo el Chelsea y que el Manchester United contó con la suerte como aliada, pero su mayor virtud es haber estado siempre dispuesto a ayudar a esta suerte.

jueves, 15 de mayo de 2008

Manchester-Chelsea, dos estilos definidos, dos historias diferentes (Yahoo)

Cuando el próximo miércoles se enfrenten en Moscú en la primera edición que reúne en una final de Champions League a dos equipos ingleses, el Manchester United y el Chelsea se jugarán mucho más que un partido de fútbol porque están en juego sistemas de administración, la posibilidad del ingreso definitivo de los londinenses a la élite europea, y dos estilos de conducción de grupos entre un entrenador experimentado como Alan Fergusson y otro casi desconocido, como Abraham Grant.

¿Cuál de los dos llega mejor? Sin dudas, el Manchester United. No sólo por la diferencia anímica generada la semana pasada cuando los “Reds devils” terminaron ganando la Premier League, en una apasionante definición, postergando a su rival de Moscú en los últimos instantes luego de una inesperada escalada de los azules (terceros y lejos del puntero cuando ya se había jugado tres cuarta parte del torneo), sino que individualmente, y en conjunto, aparecen como más sólidos y con individualidades en mejor estado general.

Hoy por hoy, una delantera con Cristiano Ronaldo, Rooney y Tévez, a los que pueden sumarse Park, Nani o Giggs, aparece como acaso menos brillante que la conformada por el Chelsea, pero con mayor solidez y juego colectivo, especialmente en su andar seguro, basado en gran parte en los buenos resultados. El Manchester es el producto del envión psicológico que le fue dando los buenos resultados, como ganar la Premier, o eliminar al Barcelona en semifinales de la Champions, o haberse sacado de encima al Arsenal, eterno adversario, a poco del final de la liga inglesa.

En cambio, si se mide jugador por jugador, el Chelsea casi que no resiste comparación en todo mundo, por el nivel de inversión de su magnate Román Abramovich, que supo romper el mercado de fichajes cuando a golpe de chequera trajo a los mejores jugadores del mundo en cada posición. Sin embargo, aún con el gran trabajo táctico del portugués José Mourinho y las ligas ganadas anteriormente, al Chelsea siempre le faltó completar el escalafón internacional y paradójicamente nunca pudo llegar tan lejos como ahora en la Champions, cuando ya Mourinho dejó el equipo y fue reemplazado, en lo que muchos pensaron como transitorio, por el israelí Grant.
La gran incógnita es cómo llegan los dos a este crucial y único partido. La sensación es que en una brillante temporada, en la que tuvo momentos de excelencia, en especial por el lado de Cristiano Ronaldo, o con la gran temporada del volante Owen Heargraves, proveniente del Bayern Munich, el Manchester United se muestra desgastado físicamente, con muchos de sus jugadores por debajo del nivel original, producto de la enorme cantidad de partidos que tuvieron que jugar. Puede decirse que la final de Moscú lo encuentra en un descenso de su producción aunque con una alta motivación y con muchos jugadores acostumbrados a este tipo de partidos.
El Chelsea, en cambio, salvo por la inoportuna lesión de Terry en la última fecha de la Premier League, y por algunos desajustes como la escasa participación de Andrey Sevchenko en toda la temporada, llega en mejores condiciones futbolísticas porque arriba desde la situación del que a pocos meses de la final, ni pensaba en estar allí, en un lugar al que jamás accedió. Y para muchos jugadores, puede llegar a ser el partido despedida antes de cambiar de camiseta en el verano.
No hay que olvidarse de que el Chelsea atravesó una durísima crisis cuando Mourinho dejó el cargo. Jugadores que por años han defendido la camiseta y que tuvieron un altísimo nivel, como Drogba, Lampard, Carvalho, Sevchenko, han manifestado reiteradamente que con la salida del entrenador portugués, ya no sentían los mismos deseos de quedarse y creían que se había cumplido un ciclo. El reemplazo de Abramovich por Grant parecía indicar lo mismo: alguien que administrara la transición hasta que en el verano se buscara un reemplazante de los mismos kilates que Mourinho.

Pero Grant prefirió un mutismo total, y trabajó así, en silencio absoluto, tejiendo nuevamente el entramado roto por Mourinho, reconstruyendo un equipo que parecía ya no creen en sí mismo, cimentado en el invicto impresionante mantenido en Stanford Bridge, y basado en la confianza que los jugadores fueron adquiriendo en sí mismos, lo que se fortaleció aún más cuando el Arsenal quedó en el camino, y ya el Chelsea vió que en el camino al título sólo quedaba el United.

Grant y Fergusson se parecen en cuanto al trabajo en lo afectivo y anímico de los planteles, aunque la gran diferencia está dada en la enorme experiencia del escocés, que hace más de dos décadas que trabaja tranquilo sin que nadie ose molestarlo, y que pasado el cataclismo de cuando el club fue vendido al magnate Glazer (cuando por única vez se habló de un eventual reemplazo por cambio de timón empresarial), y con muchos títulos ganados (entre ellos, la increíble final de Barcelona 1999 al Bayern Munich con dos goles en el último minuto). El israelí, en cambio, llegaba con pocos pergaminos, pero ya ha demostrado que puede lograr lo más difícil: no sólo consiguió que el Chelsea funcionara colectivamente, sino que lo hizo con jugadores que sólo expresaban la voluntad de irse lo más pronto posible.
En los sistemas de juego, los dos practican la verticalidad. No son equipos que prefieran los toques horizontales sino que en ambos, el arco se encuentra como referencia permanente, aunque el Manchester coloca más gente cerca del arquero contrario, y el Chelsea utiliza más volantes de llegada. Una de las claves, entonces es quién prime en el uso de la pelota, si Paul Scholes o Heargraves y toda su experiencia para contener y alimentar a sus delanteros, o si el partido será manejado por Lampard, basado en la marca y despliegue de Makelele y Essien.
Se conocen mucho y veremos sin dudas un partido vibrante, y la confirmación de que hoy por hoy, la liga inglesa es la más fuerte del mundo.

Luca Toni: Como llegar a crack de viejo (Tipsbladet, Dinamarca)

- ¿Es cierto que usted pensó en dejar el fútbol hace un década?
- Si, es cierto. En mis tiempos del ascenso, un día me peleé con el entrenador, me lesioné en la rodilla, que para un jugador es grave, y me pregunté si valía la pena seguir. Por momentos llegué a pensar seriamente en abandonar el fútbol, o en todo caso, seguir jugando, que era mi pasión, pero en un equipo de aficionados, pero volver a Módena para buscar un trabajo que me sustente el fútbol. Pero en ese momento pude recuperarme a tiempo. Para esa época conocí a mi mujer, Marta Cecchetto, y ella me ayudó a tomar otra mentalidad más ganadora, y cuando volví, fue con todo, aunque creo que tuve también la suerte necesaria, aunque a la suerte hay que ayudarla.
- ¿Cómo es que usted se llegó a plantear dejar el fútbol?
- Ahora le parecerá extraño, pero yo llevaba siete temporadas entre el FC Módena, un equipo chico, pero el más grande de mi zona (yo nací en Serramazzoni, en el Frignano), el Empoli, la Fiorenzuola, el Lodigiani y el Treviso, hasta el 2000, y apenas si había marcado goles. No rendía, era uno más que corría, metía, pero no aportaba demasiado y me regañaban mucho los entrenadores. No le encontraba la vuelta, pero a veces la suerte es encontrar en las personas que a uno lo rodean la determinación necesaria y luego tomar esa energía y usarla positivamente. En mi caso fue mi mujer, Marta.
- ¿Y qué es lo que tiene su mujer?
- Ella siempre dice que ahora que para muchos, especialmente en Alemania, soy un “sex-symbol”, ella tiene más merecimiento de estar conmigo porque ella me conoció cuando yo era un perdedor (risas), y ahora, ella se merece disfrutar esto! Ella, más que decirme mucho, siempre estuvo al lado mío, llevamos una década juntos, y fue más un ejemplo a imitar que frases a recordar. Hoy es una muy conocida conductora de la televisión italiana (N de la R: conduce “Modeland”, un programa muy conocido, orientado a jóvenes de ambos sexos que quieran ser modelos en el futuro), pero de muy chica se fue a seguir su carrera en los Estados Unidos, luego de haber comenzado muy joven como modelo, a los 14 años, y trabajó para marcas como Ungaro, Roberto Cavalli, Valentino o Donna Karon, y al volver, consiguió ser conductora hasta del Festival de San Remo en 2006, pero todo con mucho esfuerzo.
- ¿Y le gusta el fútbol a su mujer?
- Para nada, y ¿sabe algo? Eso creo que también fue uno de los motivos de éxito como pareja, porque ella no quiere saber nada con el fútbol, y ni siquiera me acompañó mucho en el Mundial de Alemania, cuando otras novias o esposas de mis compañeros fueron a los estadios, pero ella prefirió seguirlo a distancia, por la TV, pero por ejemplo le ofrecieron reemplazar a Alena Sederova –modelo y esposa de Gianluiggi Buffon- en un famoso programa sobre fútbol y ella dijo que no, porque no le interesa el fútbol. Nadie lo podía creer, pero ella es así, y me parece muy bueno que los dos estemos en ambientes tan distintos, porque nos podemos ayudar y criticar desde lejos, sin inmiscuirnos en la vida del otro.
- ¿Le incomoda que le pregunte cómo conoció a su mujer?
- Para nada! Incluso, le cuento, la forma de conocer a mi mujer también explica un poco la relación. La conocí en una discoteca, pero no bailando sino que se dio la casualidad de que ella me cerró, sin querer, una puerta en la cara. Inmediatamente me pidió disculpas, y yo aproveché para invitarla a salir. Hablamos largamente hasta que accedió y luego no nos separamos nunca más. Así es la vida a veces. Pero yo no estaba en mi mejor momento. Estaba mal en los equipos, estaba en épocas de servicio militar, y no me veía tan bueno como ahora! (risas).
- ¿Y cómo es que comienza su ascenso en el fútbol?
- Bueno, comencé a tomar confianza en varios aspectos. Uno fue el del amor, otro fue un hecho también fortuito pero decisivo en mi carrera. Y fue haber llegado al Brescia en 2001. Eso me resucitó, porque dio la casualidad de haberme encontrado con uno de mis grandes ídolos, como Roberto Baggio. El ya era veterano y yo estaba en edad intermedia, cuando pudimos conversar largamente, y él ya había abrazado el budismo y me inculcó lo de aprovechar cada uno las potencialidades que tiene. Y yo de di cuenta de que tenía que desarrollar la potencia, el cabezazo, el gol, y él me transmitió que se puede llegar lejos pero que es uno quien tiene que proponérselo. Por eso yo llegué a una edad inusual a los primeros planos, porque cuando otros ya habían hecho carrera, fue cuando yo recién tomé conciencia de que se podía.
- ¿Baggio le abrió las puertas, entonces?
- En gran medida, aunque le diría que las puertas me las abrí yo mismo, él me las mostró, en todo caso. Pero sí, a partir del Brescia, en la temporada 2001-03, me fichó el Palermo, donde yo ya me sentía cómodo. Jugué allí entre 2003 y 2005 y logramos el ascenso a la Serie A después de 32 años sin que el club jugara en esa división, así que fue una fiesta tremenda, y me dejaron ir entonces a la Fiorentina, donde metí 49 goles en 67 partidos y si no nos fue mejor fue porque al equipo le sacaron puntos por el Calciopoli, pero en lo particular fueron temporadas brillantes, pero ya estaba con toda la confianza desde el Palermo, donde metí 30 goles en 45 partidos. Pero la Fiorentina fue la vidriera para llegar a la selección italiana, el Mundial y todo lo que vino después.
- ¿Y por qué Alemania? ¿No pensó que podía implicar comenzar de nuevo, luego de todo lo que tuvo que pasar?
- Sinceramente no. Al contrario. Yo hoy siento que puedo jugar en cualquier lugar, me pongan en el equipo que me pongan. Y tenía la intuición de que sería feliz acá. Tanto, que en el contrato de la Fiorentina decía que si yo ayudaba a ascender a Serie A al equipo, me tenían que liberar y el Bayern Munich sólo pagó 15 millones de euros por mi pase en 2007 y me fui muy bien del club, muy agradecido por todo. Y el propio Andrea della Valle, el presidente, me dio las gracias y me deseó lo mejor.
- En el Bayer usted alcanzó incluso llegar más alto que siendo campeón mundial. ¿Es así?
- No lo sé, pero puede ser. Sé que tengo un altísimo nivel de popularidad en Alemania y estoy agradecido a todos, incluso con un par de situaciones graciosas porque se dice cada cosa de mí…..(risas).
- ¿Puede citar lo que sabe que se dice de usted?
- Me han dicho desde que soy un camión con un motor de una Ferrari, hasta que un diario deportivo, La Gazzetta dello Sport, ha hecho un concurso para que me pusieran un apodo, y quedaron dos como más votados, Pajarraco y Jirafa violeta (risas).
- También lo tratan como sex-symbol
- Yo agradezco y me encanta que las mujeres se hayan volcado tanto con el equipo y conmigo. Es un halago.
- Pero Marta no se queja?
- Para nada, lo tiene asumido (risas)
- Todos destacan su amabilidad y su buen trato con la prensa y los aficionados
- Eso es por dos cosas, porque me siento muy cómodo en el Bayer, y porque me costó mucho llegar a donde estoy. Sólo yo sé lo que sufrí y lo que padecí hasta llegar a donde estoy y tengo que ser una persona agradecida y simple. En todo caso, como suelo decir cuando me hablan de la fama, yo soy en todo caso, el más popular de Frignano, donde nací, nada más. Pero no tengo vanidad.
- ¿Qué piensa cuando se mira en el espejo cada mañana?
- Aunque le parezca raro, no tengo más de cinco minutos para todo, así que mucho no me miro, estoy bien así. Pero hay días que ni siquiera alcanzo a peinarme mucho y salgo con lo puesto. Además, Klose y Ribery me esperan que los pase a buscar con el coche para los entrenamientos (risas).
- ¿Qué le gusta del ambiente del fútbol alemán?
- Sin dudas, la apertura de la gente y que no es todo un drama. Acá los entrenamientos son a puertas abiertas, cosa que en Italia debería copiarse, y la otra cosa es que por ejemplo, todo el plantel fue junto a disfrutar Oktoberfest, cosa que dudo que pudiera hacerlo en un equipo italiano sin que nos molestaran.
- ¿Volvería al calcio?
- Nunca se puede decir nunca (y menos yo) pero lo veo difícil porque si a esta edad tengo contrato hasta 2011….
- ¿Qué siente cuando se ve en los primeros planos, o en el top del fútbol mundial?
- Me gustaría ser un ejemplo para todos aquellos muchachos que hoy estarán jugando en equipos de ascenso, con poca gente, sin cobrar casi nada de dinero, y quizá a los 25 años se preguntan qué hacer con su carrera. Que pensaran en mí, y tal vez la vida le pueda cambiar a más de uno.
- Qué cosa rara, usted dice esto y su mujer hace un programa para jóvenes que quieren ser modelos en el futuro.
- Creo más en las causalidades que en las casualidades. Nada es porque sí.
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Eurocopa

- Qué cree que sucederá en la Eurocopa?
- Creo que será muy dura, porque hay muchos equipos a muy buen nivel y otros que no figuran como candidatos, me parece que pueden dar la sorpresa.
- ¿Qué cree que puede hacer Suecia?
- Lo veo clasificado junto a España, al menos en el terreno de la lógica.
- ¿Qué opinión tiene de Zlatan Ibrahimovic? Y ¿qué cosas le faltan?
- Para mí es uno de los mejores jugadores del mundo, y jugar contra él es estar siempre atento a que en cualquier momento invente una genialidad. Tiene potencia pero lo llamativ0o es que además, con un físico grande, es bastante dúctil. No sabría decir qué le falta, tal vez un título internacional con su selección, pero eso es algo colectivo, no individual.
- ¿Y Ljumberg?
- Lo tengo menos visto, pero también me parece un jugador que aporta mucho en el fútbol inglés…
- ¿En qué se parece usted a Ibrahimovic y en qué se diferencian más?
- Me parece que nos parecemos en que los dos necesitamos un poco de espacios para movernos, pero cuando hay pocos espacios, él resuelve mejor que yo. Creo que yo tengo más definición en el área y que me muevo mucho mejor como última punta, en cambio él se desenvuelve mejor cuando juega acompañado con otra punta. El llega desde más atrás que yo, mi juego creo que es más frontal, y él inventa más con la pelota pero yo meto más goles.
- ¿Qué popularidad tiene Ibrahimovic en Italia?
- Mucha, creo, es un jugador que ha tenido mucho éxito en la Juventus y en el Inter, que son dos equipos tradicionales en mi país, y se ha destacado siempre en el calcio.

martes, 13 de mayo de 2008

Por un periodismo deportivo libre, culto y avanzado (La Jornada, Mendoza)

Aprovechando el feliz quinto aniversario de la aparición de “Jornada”, este escriba pretende contar su experiencia de un viaje por el continente sudamericano y España, entrevistando colegas y reuniendo extensa bibliografía sobre la situación de los medios de comunicación y el deporte para un próximo libro que aparecerá durante este año. (1)
Recorrer las redacciones en San Pablo, Río de Janeiro, México DF, Buenos Aires o Montevideo, implica, más allá de las diferencias naturales entre distintas culturas, comprobar algunas notables similitudes, entre las que podemos destacar las dos más fuertes: la existencia de monopolios de medios orales y un decaimiento cultural de los periodistas deportivos en la medida en que las generaciones son más jóvenes.
Entre los monopolios existentes, los dos casos más graves, aunque muy distintos entre sí, son los de Uruguay y Argentina. Si bien en ambos se trata de la conformación paulatina de un Estado dentro de otro Estado, con la gran mayoría de periodistas orales contratados por la misma empresa mediática que baja un discurso único, al menos en las formas, en Uruguay el dominio casi total, abrumador, está en manos de Francisco “Paco” Casal, empresario también de jugadores y de gran pero en la Asociación Uruguaya (AUF).
En cambio, en la Argentina, “Torneos y Competencias” (TyC) aparece, siempre como Estado dentro del Estado, pero al menos con una cara más empresarial o más general que en Uruguay, donde todo parece de dominio unipersonal. Sin embargo, la problemática es muy parecida. Ante el público, sin embargo, al menos en Uruguay es claro que algunos canales que quedaron fuera del monopolio tienen pocas posibilidades de injerencia en el fenómeno del fútbol (deporte que nosotros abordamos en el estudio), mientras que en la Argentina, se disimula una supuesta competencia entre canales que no lo es tal debido a que a fin de mes, todos los periodistas, o su gran mayoría, cobran en la misma ventanilla. Incluso ahora se ha sumado Canal 7 estatal, que transmite los viernes un partido del Torneo Clausura mediante la producción de TyC.
En México y en Brasil, la situación es algo menos monopólica si bien podría hablarse de un duopolio como mejor caracterización. Si en México Televisa aparece como el gran emporio, que ha facilitado no sólo que el país organizara ya dos mundiales (1970 y 1986) sino también su rápida inserción en las copas sudamericanas (Libertadores y Sudamericana), al menos comparte hoy el poder, aunque más no fuera mínimo, con Azteca TV, nacida estatal como Imevisión.
En Brasil, el gigante de le las telecomunicaciones, O Globo, mantiene su total dominio pero cede algunos partidos a otros canales, como Bandeirantes, justamente para que no se la acuse de monopólico, y hasta permite que su propio periódico acepte duras críticas de algunos de sus columnistas hacia el poder del fútbol y el propio Ricardo Texeira, presidente de la Confederación Brasileña (CBF) y yerno del ex mandatario de la FIFA, Joao Havelange.
Lo que hemos percibido con claridad, es que en los cuatro países latinoamericanos, los periodistas que intentan tener cierta profundidad en su análisis o que pretenden tomar con mayor seriedad la profesión, suelen refugiarse en los medios escritos, especialmente en los diarios (debido a la crisis que en todos lados sufren las revistas), y en TV, el medio que por excelencia ha tomado a los más críticos con el poder, ha sido ESPN.
Juca Kfouri, un brillante periodista de San Pablo, también sociólogo, atribuye esta situación a que posiblemente “siendo la empresa estadounidense, pueda más la libertad y la distancia ante el poder, que cualquier otra cosa, y seguramente habrá percibido que es lo que falta en Latinoamérica al menos en cuanto a fútbol”, pero no es casual que los periodistas más críticos, y con un alto nivel de popularidad, participen de esta programación (Víctor Hugo Morales en Argentina, José Trajano o el propio Kfouri en Brasil, José Ramón Fernández, acaso el más parecido a Dante Panzeri por la dureza de sus críticas, en México).
En cuanto a los medios escritos, la queja es similar en todos los países: la generación de menos de 40 años de edad lee poco, es un producto mucho más de la imagen y los textos cortos de internet, un mayor desconocimiento de la historia, no sólo general sino deportiva (el ejemplo más alarmante es cómo los periodistas veteranos de Brasil lamentan que los jóvenes colegas desconozcan absolutamente datos del seleccionado campeón mundial en Suecia, ahora que se cumplen cincuenta años del hecho).
Lo que hemos notado también es que Argentina termina siendo una excepción en cuanto a formación profesional, tomando incluso en cuenta a España. En los otros países analizados, los periodistas que hacen deportes (nos resistimos a llamarlos “periodistas deportivos”, porque creemos que se es periodista primero, luego la especialidad) son, en la mayor parte de los casos, universitarios. En la Argentina, muchísimos han sido formados en academias o cursos de tres años, en los que muchas veces imparten clases ex jugadores o entrenadores antes que los propios periodistas.
España es un tema aparte, tal vez con mayor democracia en cuanto al reparto de derechos televisivos o la posibilidad de emisión de distintos medios, pero también creemos que la concepción del fútbol en ellos es mucho más comercial y basada en el espectáculo (fichajes, protagonistas, escándalos) y mucho menos en el análisis.
Lo importante de esta comparación en la que hemos trabajado es comprobar una vez más, que aún queda mucho por hacer, y luchar, en el periodismo especializado en deportes en el continente y que aún con diferencias, la problemática general no deja de ser la misma, de fondo.
(1) “Fútbol y periodismo de los dos lados del Atlántico” (Editorial Paidós)

sábado, 3 de mayo de 2008

La lógica de una Champions League inglesa (Yahoo)

Así como en el 2000 la prensa española se preguntaba con sorna “¿qué hace el Bayern Munich en la Copa del Rey?”, en alusión a la semifinal con la participación del Real Madrid, el Valencia y el Barcelona, que definieron los blancos en París, apenas una sola vez más se repitió otra final entre dos equipos de un mismo país en 2003, cuando el Milan, por penales, le arrebató la Champions League a su compatriota Juventus.
Pero si había que esperar una versión claramente dominada por equipos de un país en la Champions League de esta temporada, a partir del profundo dominio que estableció el fútbol inglés sobre el resto y que a través de la final del 21 de mayo en Moscú entre el Manchester United y el Chelsea, marca el definitivo cambio de poder geográfico.
Los diarios deportivos españoles admitieron por fin, esta semana, que “habrá que acostumbrarse a que los mejores jugadores del mundo querrán ir a la Premier, y que los mejores espectáculos estarán visualmente allí”, y que la Liga Española pasa a ser la segunda, tanto por sus jugadores o la competitividad deportiva, como por los alcances de su moneda, el euro, en comparación con la libra, hoy en uno de sus momentos más altos y poderosos.
En cierta forma, que la Premier League haya colocado en semifinales al Liverpool (luego eliminado por el Chelsea en dos partidos muy intensos y con una alta carga dramática), al Chelsea y al Manchester United, y que el Arsenal haya pasado su grupo haciendo pleno en la competencia más importante de Europa, redime un estilo de organización que se redefinió luego de que Inglaterra fuera la vergüenza del continente en los setenta y ochenta, cuando los hooligans generaban pánico en todas las ciudades y dieron como consecuencia final la tragedia de Heysel en la definición de 1985 entre Juventus y Liverpool.

La mala fama, producto de la violencia, y la derrota en la posibilidad de organizar el Mundial de 2006 a manos de Alemania, fueron generando en los dirigentes ingleses un cambio de timón que llevó a un alto nivel de conciencia, la reducción de los hooligans a partir de su represión y combate desde la decisión política de hacerlo, y como consecuencia, la eliminación de alambrados perimetrales que generan confianza en espectadores que van a los estadios a disfrutar los espectáculos, predispuestos a ver excelentes partidos, y con los mejores jugadores producto de la fortaleza de la moneda, de la ambición de los cracks por participar de este torneo, el glamour que irradia y el respeto a la organización general.
Pasando a lo estrictamente futbolístico, se ha hecho justicia en que en Moscú se encuentren dos estilos de juego, dos líneas de pensamiento futbolístico aunque de un mismo país. Un equipo ya más experimentado en este tipo de definiciones, como el Manchester United, campeón de Europa en 1968 y en 1999 (en aquella mágica final en el Camp Nou ante los alemanes del Bayern Munich), y el otro, inédito en este tipo de partidos, pero constante animador de los torneos en el último lustro, desde que el magnate ruso (paradójicamente con problemas jurídicos para ingresar a su país) Román Abramovich, comenzara con sus inversiones en grandes estrellas a cambiar el eje dirigencial y de patrón organizacional en el continente.
Paradojicamente también, el Chelsea llega a esta final de la Champions League cuando todos daban por muerto a este plantel, al que sentenciaban con un ciclo acabado desde hace meses, cuando el afamado portugués José Mourinho se alejó del cargo de entrenador ante lo que parecía un equipo aletargado, sin fuerzas y hasta dividido y con varios jugadores con ganas de marcharse y hasta ofreciéndose sin pudor en los medios a otros equipos tradicionales europeos para la temporada que viene.
Así fue que Abramovich decidió confiar en el casi desconocido israelí Abraham Grant, un personaje en su país (su mujer es una conocida conductora televisiva) y con experiencia en torneos locales y en fuertes equipos, pero que necesitaba a todas luces demostrar su valía en un contexto muchísimo más difícil.
Abramovich, (ahora estrella también, al que las cámaras de TV de todo el mundo tomaron rezando cuando su equipo consiguió por primera vez la clasificación a una final de Champions el pasado miércoles en Stanford Bridge y ahora no dudan en seguirlo por todo el mundo y hasta Auschwitz, a donde visitó el terreno que sirvió hace poco menos de setenta años de campo de concentración en donde estuvieron sus abuelos), logró lo imposible para muchos analistas, no sólo clasificar al equipo al lugar al que nunca llegó su antecesor, sino que incluso conserva intactas las chances de ganar una Premier League, que cuando llegó al cargo estaba absolutamente fuera del alcance, peleada entre el Manchester, su rival de Moscú, y el Arsenal, hoy muy abajo en la tabla.
Jugadores que se iban, como Frank Lampard o Didier Drogba, o antipáticos por su polémica llegada contra la voluntad de Mourinho, como Andrey Sevchenko o Michael Ballack, hoy entran o salen sin problemas, y todo parece conducir a una recomposición del grupo, sea éste ganador o no a final de la temporada.
El Chelsea se las deberá ver con un Manchester poderoso como nunca, con la mejor delantera del mundo, un jugador de tremendo rendimiento como Cristiano Ronaldo, aún habiendo bajado algo su fútbol en abril (es humano, al fin y al cabo), acompañado por Rooney, Carlos Tévez , Park , sostenidos por veteranos de gran rendimiento como Giggs o Scholes en los momentos necesarios, la sorpresa de la gran adquisición de Owen Heargraves, proveniente del Bayern Munich, y la gran clase de los defensores centrales Rio Ferdinand o Vidic, o los profundoa ataques de un lateral con la clase del francés Evra, y la ratificación de la calidad, aun con muchos años en el puesto, del holandés Van der Sar.
Todo indica que en Moscú presenciaremos una gran final, con un equipo recto y veloz (Chelsea) y otro con algo más de técnica, pero muy resolutivo en el área (Manchester), un entrenador consagrado y sin discusión (Fergusson) que no tiene nada que demostrar, y otro novato que va generando más respeto y ya nadie se atreve a decir ante una cámara de TV, como hemos visto en España, que no recuerda su nombre. Se llama Abraham Grant y parece que aún tiene más cosas para decirnos.