No hay nada más aleccionador, en un conflicto como el de Medio Oriente, que vivir en España y comprender ciertas claves de la reacción antisemita por antonomasia de estos tiempos: el apoyo al movimiento ya no sólo palestino, sino de Hamás (sostenido nada menos que por Irán), que más allá de simpatías o antipatías por Israel, está poniendo en juego, para un futuro mediato que bien podría acelerarse, la supervivencia de un modo de vida de libertades y derechos elementales, que el ser humano consiguió después de tremendas luchas a lo largo de los siglos.
Sin embargo, lo que aparece claramente en las narices de la gran mayoría de los habitantes del mundo occidental, no puede ser visto no porque sea complejo verlo sino que la enorme estupidez del odio entre semejantes, como lo es sin dudas el antisemitismo, increíblemente se coloca por encima de esos derechos que cualquier persona con un mínimo de cordura pasaría a defender si se vieram amenazados.
No es necesario describir cómo viven las sociedades dominadas por los autodenominados “·enemigos de Israel” y cómo es el sistema de vida de Israel. Podríamos extendernos horas y horas sobre la propia historia de cómo se generó el Estado de Israel, cómo se construyó, cómo de un desierto se llegó a un vergel aún con la oposición de la mayoría de los países árabes que se dedicaron a oponerse y a tratar de “enviar a los judíos al mar”, una clásica expresión vociferada en cualquier congreso y que hasta hoy puede escucharse o verse en cualquier noticiero, o en la misma calle.
Tampoco vamos a interrogarnos demasiado en este artículo sobre cuánto han dedicado los países árabes antes y después de 1948, cuando se crea el Estado de Israel, y cuántos premios Nobel y cuánto aporte a la ciencia ha hecho Israel. Ni tampoco dónde están las obras realizadas por la Autoridad Palestina con los fondos recibidos por tantos años de la Unión Europea (UE), y compararlos con lo que sí realizó Israel con los fondos recibidos en este mismo lapso.
Lo que nos queremos preguntar en este artículo, y ya de por sí que lo hagamos habla, tristemente, de la estupidez humana, es cómo puede ser que a estas alturas, con todo lo que se ha luchado para conseguir tantos avances, entre otros, la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, hoy distintos sectores de algunos países europeos y latinoamericanos puedan siquiera pensar en defender a quienes propugnan terminar con esas libertades que luego influirán sobre ellos mismos.
Es decir, algo así como luchar contra el enemigo directo de uno, al que lo tornamos “amigo momentáneo” (aunque creyéndolo definitivo) tan sólo porque lucha contra nuestro “enemigo de nacimiento” como es el judaísmo a partir de la enorme influencia que la Iglesia Católica ha tenido justamente en estos dos continentes y no es casualidad.
Decíamos lo de vivir en España para comprobar lo que ocurre en Medio Oriente y el grado de fanatismo pro palestino, al punto de que asistimos acaso a una de las más tremendas manipulaciones periodísticas que hayan existido alguna vez con la tendenciosa información que cada día puede leerse en cada edición de “El Baís” y esto no es casual de ninguna manera. España es el país campeón mundial del antisemitismo, el único de toda Europa que ha expulsado a los judíos en 1492 por parte de los Reyes Católicos (que más de uno a esta altura ha llamado “catódicos”), y la mayor parte de los españoles ha nacido con una enorme influencia de esta Iglesia contra toda manifestación judaica.
En España, los niños siguen jugando a “matar judíos”, hacer algo malo es realizar ”una judiada” o nuestros amigos nos comentan como si nada que fulano de tal es “un perro judío”, porque “perro” y “judío” son sinónimos. Un diario deportivo de Madrid, hablando del Eurobasquet, llegó a titular que Israel “asesina las chances de España en el torneo” sólo porque ha ganado el partido, y un periodista de Fútbol Internacional reportea a doble página a un chileno que participa en el seleccionado palestino tratando de reirse con él al tratar de imaginarse” cómo se pondrán los israelíes cuando vean que ustedes participan de distintos torneos”.
Hacer un seguimiento diario en la última década del diario “El Baís” por la edición de fotos de Medio Oriente, será encontrarse con que el noventa por ciento de las fotos sobre israelíes es mostrándolos religiosos, en un país laico, por lo cual, la gente cree mayormente en España que Israel es, en efecto, un país religioso.
Pero volviendo al conflicto en sí, y antes de ingresar definitivamente en lo actual, una acotación más. Muchas veces, quienes vivimos en España y entendemos el conflicto justamente al revés de lo que algunos sectores piensan, creíamos que acaso España, o toda Europa (que durante la Segunda Guerra Mundial permitió el genocidio del nazismo sin importarle nada y pareciera que quiere regresar a aquellos tiempos, como si no le bastara lo ocurrido), cambiaría su manera de pensar si los mismos que ponen bombas desde hace décadas en Israel, se las pusieran a ellos. Pero tristemente no.
Los europeos y sudamericanos, la “izquierda progre” que divide estúpidamente todo lo que pasa en “buenos” y “malos”, como si en la vida no hubiera grises, o matices dignos de análisis, hicieron como que estos atentados como el del 11 de marzo de 2004 en Madrid, o el de Londres, no existieron, quedan sepultados, y sólo se trató de un mero acto de “terroristas”.
Propongo la siguiente reflexión para ilustrarlo mejor. Para toda Europa, y sin dudas para todo el mundo occidental, los atentados como los de Madrid o Londres fueron perpetrados por “terroristas” y “asesinos” de Al Qaeda. Si cuando terminaron de perpetrar esos atentados, los sobrevivientes se fueran a Israel en un avión, y al otro día pusieran una bomba en un autobús escolar de primario, esos mismos tipos, esos mismos “terroristas” y ”asesinos” pasarían a ser automáticamente “combatientes de la libertad”, “milicianos palestinos”. ¿Cuál es la diferencia? Los que mueren en Israel son judíos. Qué casualidad.
Uno de los motivos por los que la “izquierda progre” que jamás piensa con dos dedos de frente porque siempre es más fácil dividir al mundo en “buenos o malos”, para lo cual es fácil, el que está alineado con Estados Unidos es rápidamente “el malo”, es esta división del mundo en dos bandos. La pregunta que se hace todo progresista que se ve en la necesidad de defender a Israel no sólo por ser en este conflicto el único de buena fe, el que ve atacado su territorio, el que siempre es manipulado por los medios antisemitas y que son manejados por capitales e intereses árabes, es cómo justificar la alianza con los Estados Unidos. No es algo fácil, pero luego de conversar con muchos intelectuales y mayores conocedores que quien escribe sobre el conflicto, la respuesta es una nueva pregunta (algo muy judío, por cierto, mil perdones por decir que es judío, pero es así). ¿A quién podía recurrir Israel que no fuera a Estados Unidos, cuando pese a todas las tremendas críticas que pueden hacerse a este país, es el que puede ayudar a defenderse a un país permanentemente acatado y asediado, y que además quienes lo atacan cuentan con el beneplácito y la ayuda de la Europa antisemita?, ¿O es que debe Israel agachar la cabeza y aceptar que se la tire al mar sin defenderse? ¿Eso haría cualquier otro país de la tierra si es asediado cada día con misiles desde el otro lado de su frontera? ¿Eso haría España, por ejemplo, ante la ETA, o ante una fuerza extranjera a pocos kilómetros? ¿Y si España respondiera, sería con poco, algo o mucho? ¿Alguien en la izquierda progre estaría realmente interesado en la “desproporción” de este ataque?.
Otro elemento llamativo es el uso de cierta información en España. Por ejemplo, la participación en tertulias de “representantes palestinos” como la llamada Niña Rodicio, vinculada directamente al terrorismo, o que una de las radios más importantes del país exija a “Mister PESC” de la UE, Solanas, una dura sanción económica a Israel por su respuesta a Hamás, cuando esta organización se encuentra en la primera fila de la lista de terroristas….¡¡para la propia UE!!, o que los medios de comunicación afines al PSOE sostengan que fue Israel el que rompió la tregua, y horas después, el propio presidente Rodríguez Zapatero, en su comunicado, reconoce “la irresponsabilidad de Hamás” en haberlo roto. ¿En qué quedamos?
La otra enorme manipulación pasa por la descripción del conflicto como si fuera “entre David y Goliat”, uno, aparentemente sin nada, con los “pobres” palestinos (a los que ningún país árabe quería ni quiere hasta hoy) tirando piedras a los otros, sofisticados tanques y armamentos israelíes cuando Hamás utiliza misiles Grad con capacidad de cuarenta kilómetros de alcance y fabricados en China e Irán.
Pero esos misiles que caen del lado de Israel no importan. Que muchos chicos no puedan asistir al colegio, no importa. Que un misil haya caído en un jardín de infantes, tampoco importa. Es sangre judia. Como tampoco importa lo que pasa en el Congo, en Haití ni en ninguna otra parte, aunque los muertos sean infinitamente más.
No. Europa y Latinoamérica y sus “izquierdas” tienen miles de especialistas en Oriente Medio. Eso sí importa, y siempre, siempre, del lado contrario a los judíos, como para rebelarse desde la izquierda a sus papis pero en el fondo decirles “tranquilos, soy de izquierda, soy progre, pero no te he fallado, continúo con tu tradición antisemita, lo que la Iglesia a la que me enviaste, me enseñó de pequeño”. Y todos contentos y el círculo se cierra a la perfección.
Y si es posible, ahora todos con la kefiah de Arafat, el gran “demócrata” cuya fortuna es incalculable, producto de las remesas de los “benefactores europeos”. Los mismos que hoy se ponen la kefíah son los que mañana llorarán sus nuevos muertos tal vez en la Plaza Cataluña, o en Puerta del Sol en Madrid, cuando los mismos que hoy defienden con unción, sólo porque están contra los odiados judíos, mañana les arrancarán la vida reivindicando Al-Andaluz, y pasado mañana, cuando se queden con todo, les quitarán los derechos, las libertades, y volveremos a la Edad Media.
Allí, los pocos que queden con vida, se darán cuenta de que fueron unos idiotas útiles y que en un conflicto en el que claramente uno de los dos defendía su libertad, su derecho al disenso, su postura política, su entidad, su lucha de tantos años, ellos manifestaron, gritaron y hasta manipularon en favor del que ahora los ahoga, ya definitivamente, y ya le pone velo negro a sus mujeres, a las que manda atrás, o las lapida por “infiel”.
Allí, cuando ya de nada sirva ser”progre” de pico, y cuando sea absolutamente dominado, se dará cuenta cuántos prejuicios arrastraba y qué importante hubiera sido poder pensar las cosas sin ese odio de nacimiento, pero ya se volverá a necesitar otros miles de años para recuperar los derechos perdidos.
Será que acaso es cierto aquello de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
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1 comentario:
Entre los que no entienden un carajo y desconocen el significado de términos como Sionismo (aunque se oponen categóricamente), está radicada la creencia de que sacrificando a Israel, la barbarie terrorista va a pasarlos por alto. Pobres ¡.. todavía no comprendieron que el Estado Hebreo está haciendo de muro de contención ante el neofeudalismo islámica. Pero así es Europa; rendidas las armas materiales hace tiempo, entrega ahora las últimas que le quedaban; las morales.
Un saludo. Lehitraot
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