jueves, 22 de enero de 2009

Cuando la prensa deportiva española nos genera envidia (La Jornada)


Y de la sana. Porque la intempestiva salida de la presidencia del Real Madrid por parte de Ramón Calderón, hace una semana, fue motivada por una gran investigación del diario deportivo “Marca”, que demostró, con pelos y señales, cómo el ex mandatario blanco manipuló la última asamblea, ocurrida a fines de 2008, en la que se votó a favor de las cuentas presentadas a los socios, y por una escasísima diferencia.
“Marca”, que pertenece al grupo italiano Rizzoli (que también edita el “Corriere Della Sera”, “La Gaceta dello Sport” y el periódico español “El Mundo”), hacía rato que tenía entre ceja y ceja a un Calderón más cercano a su competencia mediática, el Grupo Prisa, y demostró en su investigación, que no necesitó de muchos días, que en aquella tumultuosa asamblea en la propia sede del Real Madrid, en el estadio Santiago Bernabeu, no sólo habían asistido los barras bravas llamados “Ultrasur”, quienes manifestaron a favor de Calderón, sino que llegaron a votar varios desconocidos que no eran socios de la entidad (incluso alguno, asociado al Atlético Madrid), y todos estaban comandados por un joven que se hizo famoso en todo el país, un tal Mariano Rodríguez de Barrutell, más conocido por su apodo, “Nanín”.
“Nanín”, un joven que resultó ser hijo de un amigo muy cercano a Calderón, terminó siendo una especie de organizador del trabajo sucio a favor del ex presidente, y hasta aparece jugando al fútbol en el propio campo de juego del estadio Santiago Bernabeu junto al propio Calderón, vestido con la segunda equipación de la entidad (la de negro con vivos blancos), y fue quien condujo a sus amigos a la extraña asamblea, en la que un mes después, “Marca” muestra en su propia tapa de quién se trataba en cada uno de los casos de votos ilegales.
Nanín es conocido como uno de los reyes de la noche madrileña, así como otro amigo cercano a Calderón y ex dirigente, Alfonso Carrascosa, también participaba en este tipo de maniobras.
Es claro que luego de conocida parte de la investigación, Calderón apareció dando una conferencia de prensa en la sede del club, en la que sostenía que “por su honor” se investigarían los hechos y que irse sería “de cobardes”. Pero al día siguiente, “Marca” aparecía en su tapa circulando alrededor del rostro de los votantes ilegales en la asamblea demostrando esta cercanía con Calderón y al ex presidente apenas si le quedaron horas para dimitir llorando y apelando al estoicismo de su familia que había tenido que soportar el escarnio y que le pedía que se retirara.
Este hecho, que parece tan normal que no merece agregar comentario alguno, no lo es si tomamos en cuenta el medio argentino, en el que un juzgado nacional decide allanar la propia sede de la AFA y no sale publicado en ningún medio, ni se recuerda jamás que un solo dirigente del fútbol (ni de la Secretaría de deportes estatal) haya tenido jamás que renunciar por alguna investigación realizada por ningún suplemento deportivo, cuando sería innegable que esto que acabamos de relatar del Real Madrid, ocurre (y multiplicado y hasta elevado a la máxima potencia) en la Argentina. Pero nadie sale jamás. Los dirigentes permanecen impunes, en muchos casos, manteniendo una estrecha relación con el periodismo vernáculo, mientras unos pocos (tuertos idolatrados por sus ciegos colegas, que los creen valientes), prefieren hablar de lo que pasa a miles de kilómetros sin meterse demasiado en las narices del poder de casa.
Si un dirigente dejó de tener continuidad en este tiempo, fue el ex presidente de Newells, López, a quien derribó mucho más el accionar de una ONG, “Salvemos al Fútbol”, que un periodismo timorato, si bien el ex mandatario maniataba al escaso periodismo crítico de la ciudad rosarina.
Lo cierto es que lo conseguido por el diario “Marca” nos genera sana envidia, nos hace pensar que en algún lugar del mundo existe un periodismo independiente capaz de cargarse a cualquier dirigente, con el poder que fuere, si hay una decisión valiente de publicar lo investigado, como se hizo desde el Caso Watergate a tantos otros en la historia del periodismo.
Se fue Calderón y fue reemplazado, en una corta transición hasta mediados de año, cuando termine la temporada futbolística europea, por el empresario naviero Vicente Boluda, y tampoco se sabe ahora qué pasará con el nuevo entrenador, Juande Ramos, que lentamente está ordenando el equipo (aunque ayudado el pasado domingo por el absurdo arbitraje de Pérez Burrull, que no pitó dos claros penales para el Osasuna y echó al delantero Juanfran en la segunda acción), pero que sabe que al haber elecciones a más tardar en julio, el nuevo candidato traerá a su director técnico y difícilmente pueda continuar. Tampoco el director deportivo Pedía Mijatovic sabe qué será de su vida aunque lo empieza a tener claro, y sabe que incluso hace tiempo que debió irse, especialmente cuando fichó hace días al delantero Huntelaar y al volante Lasanna Diarra, y se enteró luego de que para la Champions League, que regresa en febrero, sólo podrá contar con uno, al haber jugado ambos en competencia europea en la actual temporada.
Mientras todos estos disparates pasan en la Casa Blanca madrileña, “Marca” y otros medios que se suman, se preguntan qué pasa ahora con el “calderonismo sin Calderón” que continúa en el club, mientras otros ironizan llamándolo “Realín Madridín”…
Nuestra más sincera envidia.

1 comentario:

Carlos Paredes Leví dijo...

Otra demostración empírica de que, si hoy en día, tener honor es algo inusual, en el mundo del fútbol es una excepción aún por encontrar.

Un saludo.