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Hace escasas horas, el genio argentino del
Barcelona, Lionel Messi, recibió en Madrid su enésimo premio internacional.
Esta vez le tocó el Botín de Oro como goleador europeo de la pasada temporada,
además, con la cifra récord de cincuenta tantos, camino, acaso, de lo que el
próximo 7 de enero podría ser su cuarto Balón de Oro que lo consagraría por
cuarta vez consecutiva como mejor jugador del planeta, logro que ningún otro
futbolista consiguió en la historia.
Aprovechando la ocasión del premio, recibido en un
acto repleto de periodistas de todo el mundo de manos de otro ex crack como el
español Luis Suárez (ex Barcelona e Inter en los años sesenta), Messi hizo
varias declaraciones, con su amabilidad, simpleza y humildad habituales, y dejó
una frase que dio a luz una interesante polémica.
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