Y no es otra que la de formularnos ¿a qué jugamos?
¿A qué queremos jugar? ¿Qué pretenden los seguidores del fútbol argentino de su
selección nacional?
El resultado, por las dudas, es irrelevante en este
caso. Siendo un partido amistoso, como el jugado ayer en Ryad ante Arabia
Saudita, nada cambia en cuanto a lo formal, a la puntuación o a ninguna
clasificación por nada.
El tema sigue siendo otro. Partamos de una base.
¿Cuántos espectadores medios, hinchas, seguidores del fútbol argentino, han
visto un fútbol brillante, que respondiera a un estilo tan propio como el
albiceleste, temido en el mundo entero, recordado en todo el continente
sudamericano por sus exhibiciones, o en España, o en tantos países europeos que
vieron desfilar, más cerca en el tiempo, a Diego Maradona a finales de los años
setenta y principios de los ochenta?
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