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Esta semana apareció un nuevo conflicto alrededor
del ya complejo entramado del manejo del fútbol del Real Madrid, cuando el
entrenador del plantel profesional y cada vez más poderoso en las estructuras,
José Mourinho, atacó a Alberto Toril, su colega del Castilla, por no hacer
jugar a su equipo de la misma manera que el de la Primera División.
Si bien el silencio de Toril fue elocuente, sus
jugadores le dedicaron sus goles, y el presidente del club, Florentino Pérez,
se vio en la obligación de buscar una conciliación al notar la ausencia de
Mourinho en la presentación de la tercera fase de la construcción del predio
para la cantera, escudándose en que no suele concurrir a eventos un día antes
de partidos de Champions League como el que el Real Madrid debía jugar ante el
Borussia Dortmund.
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