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Pareció una explicación contundente. Durante una
hora y media, dos funcionarios estatales, uno del Comité Organizador Local
(COL) del Mundial y el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, en una
conferencia de prensa, entregaron un sinfín de frases para titular, trataron
por todas las vías de mostrarse cercanos entre ellos y buscaron aclarar que no
es cierto que el dinero en juego por el fútbol se pierde por el camino, como
aparece en la mayoría de las protestas callejeras en más de ochenta ciudades de
todo Brasil.
Sin embargo, tras tantos números mostrados en
pantallas sobre los destinos de las inversiones por parte del ministro de
Deportes Aldo Rebelo y el viceministro Luis Fernandes, el dirigente del COL
Ricardo Trade y el propio Valcke (máxima autoridad de la FIFA al estar su
presidente Joseph Blatter en el Mundial sub-20 de Turquía), aparecieron algunas
dudas importantes que no se pudieron evacuar, en parte porque los dirigentes no
mencionaron los temas, y en otra parte porque en el momento de las preguntas,
parece que el sabio dedo apunta siempre a la prensa más afín, la europea
central o norteamericana.
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