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“Dejemos tranquilos a los campeones del mundo de
1950. Estos son otros tiempos. El mundo cambió. Lo que hay es una continuidad
histórica, aunque se habla tanto de aquel partido, en el que éramos más parejos
con Brasil de lo que parece, pero acá se juegan otras cuestiones y lo bueno que
tiene el fútbol es que el débil siempre tiene alguna oportunidad, aunque en
este caso el débil sea menos débil de lo que parece”, respondió Oscar Tabárez
ante la pregunta de Jornada en la conferencia de prensa repleta de periodistas
en el centro de prensa del Mineirao, sede de la semifinal de hoy a las 16 entre
Uruguayos y brasileños.
Horas antes, el entrenador brasileño Luiz Felipe
Scolari había manifestado que aquella marca de 1950, cuando en aquél 16 de
julio que ya es fecha nacional para los uruguayos, los celestes dieron vuelta
el partido para ganar 2-1 en el Maracaná y llevarse el título mundial “es muy
viejo y yo ni siquiera había nacido”, minimizando algo que no parece estar tan
presente en los actuales protagonistas cómo sí en la gente en la calle, o entre
los periodistas en charlas informales.
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