De repente, la FIFA decidió reabrir la votación para
el premio Balón de Oro FIFA World Player
cuando ya estaba cerrada y cuando sólo medió la gran actuación del excepcional
delantero portugués Cristiano Ronaldoen
los dos partidos de la repesca para el Mundial de Brasil 2014.
Pocas veces en los últimos años, la FIFA fue tan
clara para marcar un camino de lo que quiere y es que se diversifique el premio
y no lo gane siempre el mismo (Lionel Messi) y aunque desde el punto de vista
del marketing y hasta de la diversidad, sería bienvenido, desde la ética y la
justicia deportiva, eso entra en una polémica.
Sería bueno aclararlo desde el principio. ¿Sería
justo que Cristiano Ronaldo ganara el Balón de Oro como mejor jugador de 2013?
seguramente sí, porque si bien Messi tuvo partidos de altísimo nivel, no tuvo
la continuidad necesaria y en cambio sí la tuvo el portugués, tanto en su
selección como en el Real Madrid, aunque no ganara títulos de importancia.
En todo caso, lo que se planteaba para este año,
como novedoso, era la llegada entre los máximos candidatos de Frank Ribéry, por
su gran actuación en la pasada Champions League que acabó ganando, y de manera
notable, el Bayern Munich. Incluso, pocos protestarían si entre los máximos
candidatos entrara el holandés Arje Robben, con cuya exquisita definición
ganaron los muniqueses al Borussia Dortmund.
Pero se observa todo un movimiento de prensa que va
favoreciendo a Cristiano Ronaldo que comenzó en el momento en que Messi cayó
lesionado y no alcanzó la continuidad necesaria en el Barcelona y que lo
ausentó en muchos partidos de la selección argentina.
Hasta el propio Messi alentó primero la llegada de
Cristiano Ronaldo al Balón de Oro al citar en esta semana que el portugués se
encuentra “en un momento excepcional”, aunque tras la extraña respuesta del
delantero del Real Madrid, sobre que su gran forma se debe “a que si uno se
prepara bien, no se lesiona”., el argentino colocó a Francia entre los
favoritos a ganar el Mundial, una forma de apuntalar nuevamente a Ribéry.
De cualquier modo, no está todo dicho y que se haya
reabierto la votación no significa que el duelo del mayor premio individual del
fútbol mundial vaya a alterarse y hasta parece responder a un intento por
restituir la confianza de la FIFA con el Real Madrid y con el propio Cristiano
Ronaldo tras la extraña teatralización del presidente Joseph Blatter con unos
jóvenes, cuando imitó al portugués mostrándose como soberbio y afirmando que
prefiere a Messi.
No es que Blatter no pueda preferir a Messi sobre
Cristiano Ronaldo. Pero siendo el presidente de la FIFA, lo mejor sería no
expresarlo en p{ublico y mucho menos en ese contexto y a poco de una votación
en la que se ponen tantas cosas en juego.
Caben recordarr no menos de dos hechos en los que la
FIFA demostró que cuando quiere, altera, si es necesario, lo que ya estaba
instituid por ella misma.
En 1992, y para
sorpresa de muchos, la FIFA obligó al Nápoli a escuchar una oferta del
Sevilla por el pase de Diego Maradona, aunque el club español no tenía los
fondos para el pago y el italiano no quería trraspasarlo.
La FIFA prefirió apoyar al jugador, que no quería
seguir en el Nápoli y que venía de purgar quince meses de suspensión por
supuesto doping en la Serie Ai, y de esta forma, aún sin ser claros los avales
presentados por el Sevilla, Maradona terminó jugando en el equipo andaluz y
luego, cuando regresó a la selección argentina para la repesca contra
Ausrtralia en Sydney, para la clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994, tampoco
hubo control antidoping, aunque el partido fuera de muchísima importancia.
Todo ese apoyo que recibió Maradona para que se
vendieran boletos en el Mundial y para que hubiera cierta expectativa en un
país que no lo garantizaba, quedó muy pronto en el olvido, y el mismo Maradona
fue sancionado con dopíng y luego quince nuevos meses de suspensión por haber
ingerido “un cóctel de sustancias”, a decir del doctor belga Michael D’hooge en
la recordada conferencia de prensa de Dallas aunque luego se demostrara que no
había sido así.
Es decir que la FIFA favoreció excesivamente a
Maradona cuando quiso, y lo borró cuando ya no lo necesitó.
Más adelante, la FIFA abrió una votación en internet
para determinar al mejor jugador de la historia y Maradona se impuso a Pelé,
pero eso significaba un problema de relación con el astro brasileño y entonces
decidió dar dos premios a la par, en un cambio inesperado.
Todos estos movimientos, como ahora la reapertura de
la votación justo cuando terminó la repesca mundialista y Cristiano Ronaldo fue
la gran figura, no ayuda ni al portugués, que bien pudo ganar el premio sin
necesidad de estas maniobras.
Tal vez, si Blatter hubiera sabido callar o no
hubiera necesitado actuar para imitar a Cristiano Ronaldo, no se habría llegado
a todo esto, pero ya es tarde y la polémica ya quedó definitivamente abierta,
gane quien gane.
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