Gol a gol y domingo
a domingo, los principales campeonatos ligueros de Europa han consumado el
primer tercio del Campeonato. Es tiempo
ya de medir confirmaciones y decepciones, peldaños hacia arriba y hacia abajo
en la rutina esplendorosa del fútbol. En él la sorpresa es ingrediente móvil y
perpetuo, así que con cautela veremos si permanecen las tendencias que marca el
tercio inicial de las cuatro principales ligas del viejo continente. Bien puede
decirse que en dos de ellas preside la continuidad, en otra la alternativa, en
otra la incertidumbre.
En efecto la
continuidad es la nota dominante en la Liga
Alemana. En la pasada temporada el Bayern de Múnich se repuso con creces de
haber caído derrotado en su feudo en la finalísima de Champions, restañando la
herida con la triple corona: Champions League, Bundesliga, Copa. Alcanzadas
tales cotas la misión de Pep Guardiola parecía tan clara como compleja: mantener
al equipo en la cima, ungirle del fútbol de toque que hizo inmortal a su BarÇa.
Lo primero parece en buena senda, tras 37 partidos invicto entre ésta y la
pasada temporada y póker de victorias en la fase de grupos de Champions. Lo
segundo va algo más despacio, si bien la autoridad con que el Bayern se impone a
sus adversarios y el rendimiento de jugadores como Lahm y Ribery son ya
síntomas de excelencia.
Más atrás quedan un
Dortmund con apuros incluso para superar la fase de Champions y un Leverkusen
meritorio pero al que es dudoso considerar como alternativa.
Precisamente el FC
Barcelona figura como líder del otro gran campeonato en el que prepondera la
continuidad: la Liga Española. Se
critica la búsqueda de recursos diferentes al toque que propugna el Tata
Martino, se llama la atención al rendimiento sólo discreto de Leonel Messi,
pero lo cierto es que doce victorias y un empate en trece partidos revelan un
inicio formidable.
Sin embargo los
cumplidos más gentiles parece llevárselos el Atlético de Madrid. El carisma, la
prudencia, el espíritu ganador de Simeone, han impregnado definitivamente a un
equipo que ha sumado tres títulos en dos temporadas. Sólo Bayern y Atlético cuentan por victorias sus
apariciones en Champions, en tanto que en Liga los colchoneros aguantan a sólo
3 puntos el arranque fulgurante de los blaugranas. Tampoco la selección
española es ajena a tal momento de esplendor, y ya es habitual que un puñado de
jugadores del Vicente Calderón alimente las convocatoria de Vicente del Bosque:
el último en incorporarse es Diego Costa, poderoso y turbulento en cada una de
sus apariciones.
Entretanto el Real
Madrid inició la Temporada con balbuceos, con un Ancelotti que parece haber
tardado 3 meses en confeccionar un once solvente. Se traspasó a Ozil y se fichó
a un Bale aún justo de forma, pero el retorno de Xabi Alonso y el esplendor de
un Cristiano que revoluciona los partidos y acribilla las porterías rivales
invita a pensar que los merengues aún tienen mucho que decir en esta Temporada.
La Liga Italiana sería la liga de la alternativa.
Son ya varios los años en que el Inter y no digamos el AC Milán se han
evaporado de las posiciones hegemónicas en el Calcio. En ausencia de ambos y
superado su paso por la Serie B, la Juventus se hacía coser dos nuevos
scudettos en las dos últimas temporadas. La condición presuntamente inmortal de
Pirlo, la excelente medular con Pogba y Arturo Vidal, y un abanico de
delanteros al que se sumaban Llorente y Tévez, hacían presagiar un tercer
triunfo.
En el otro confín
del país, el Nápoles contaba con argumentos para erigirse en revelación. El
siempre competitivo Benítez volvía a formar un bloque sólido –como en Valencia,
como en Liverpool, como en Londres- y volvía a probar suerte en Italia tras su
efímera aventura interista. Un buen comienzo, y un buen rendimiento de los ex
madridistas Callejón e Higuain, parecen haber hecho olvidar las gestas de
Cavani.
Sin embargo el
equipo a batir en este primer tramo ha resultado ser la Roma. Diez victorias en
diez partidos, cifra inédita en la historia del Calcio, y un solo gol encajado,
despertaban la expectación de todo el Continente. El francés Rudi García ha
armado un bloque excelente alrededor de clásicos como Totti y De Rossi y donde
hay espacio para jugadores de calidad como Pjanic y Gervinho. Sólo los dos
empates consecutivos ante Torino y Sassuolo hacen dudar de las opciones de los
capitalinos, trece años después de conquistar su última liga con Montella,
Batistuta… ¡y Totti!.
Y la incertidumbre
es la nota de la Liga Inglesa: el
United acusó la marcha del sempiterno Fergusson y pareció borrarse pero vuelve,
el Chelsea pelea dentro y fuera del campo a la voz de su redivivo entrenador
pero no siempre con éxito, el Liverpool se apunta a la competencia a golpe de
tantos del charrúa Luis García, el Tottenham añora a Bale y no acaba de
encomendarse a Lamela, el City combina goleadas con fallos estrepitosos, y
hasta el inesperado Southampton que dirige Pochettino se deja ver por las
posiciones más ilustres de la tabla. Y entre todos ellos manda el Arsenal de
Wegner: siempre lúcido, siempre valiente, nunca del todo fiable. Hace diez días
batieron con autoridad al Liverpool, después vencieron a domicilio al Dortmund
–ya en Champions-, finalmente cayeron sin mucha resistencia ante el United.
Tal vez sin embargo
los “gunners” sean los más expertos en bogar en el océano de dudas de este
primer tercio de Premier League. Podría ser, al fin, su año: buena noticia para
el fútbol.
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