jueves, 11 de abril de 2019

La derrota del Manchester City ante el Tottenham, único resultado inesperado de la ida de cuartos en la Champions League (Interia)




No llega a ser como en el tenis o en el basquetbol, pero el fútbol se va convirtiendo, desde los clubes poderosos, en un deporte mucho más lógico que en el pasado, y eso fue lo que se notó en la ida de los cuartos de final de la Champions League, que arrojaron como único resultado inesperado, la derrota del Manchester City en Londres ante el Tottenham Hotspur por 1-0.

En el resto de los casos, tanto el triunfo ajustado del Barcelona ante Manchester United en Old Trafford (0-1), el empate en Amsterdam entre el Ajax y la Juventus (1-1) y la clara victoria del Liverpool ante el Porto en Anfield (2-0) entran en el cuadro de los resultados lógicos y esperables de esta serie, tomando en cuenta los antecedentes de cada uno de los equipos.

No se han visto partidos de gran estética. Apenas la producción del Liverpool, que demostró una neta superioridad ante el Porto, con un dominio casi total en lo territorial, y con una rotunda diferencia en el juego y en la velocidad, puede destacarse sobre el resto de los enfrentamientos, donde abundaron los sistemas defensivos de los equipos visitantes, especulando con cerrar sus series en las revanchas de la semana que viene.

Si el Liverpool debió ganar por una mayor diferencia ante el Porto, no parece que vaya a sufrir demasiado en Portugal y en ese caso, esperaría en la semifinal por el que resultara ganador del enfrentamiento entre el Barcelona y el Manchester United, y el pronóstico sigue favoreciendo netamente a los catalanes, que de todos modos no jugaron bien en Inglaterra.

Si nos basamos en la alineación que colocó el entrenador Ernesto Valverde en el inicio del juego, pareció que el Barcelona jugaría como siempre, con el sello de identidad que lo distingue desde hace años: posesión de balón, toque en el medio moviendo al rival a la espera de espacios, y contundencia en el ataque. Sin embargo, no fue así. Se contentó con un rápido gol de Luis Suárez, en el que intervino el VAR, y se dedicó a especular, demasiado retrasado en el campo, ante un Manchester United sin muchas ideas, parecido a lo que le ocurriera en octavos en Old Trafford ante el PSG, cuando también acabó derrotado pero pudo sacar adelante la clasificación en el último minuto en París. No parece que en el Camp Nou, la semana que viene, vaya a tener muchas opciones aunque el equipo de Solskjaer siempre puede tener alguna sorpresa en el bolsillo.

La gran decepción de la serie, de momento, fue el Manchester City. Su entrenador, Josep Guardiola, decidió algo diferente a lo que realizó siempre, con un planteo muy defensivo, y con muchos volantes y pocos delanteros (sorprendió que entrara Gundogan como titular, pero especialmente que no lo hiciera Sané como extremo). Pudo haber marcado un gol en los primeros minutos, cuando Sergio Agüero desperdició un penalti, bien parado por Hugo Lloris, pero luego se fue retrasando y parecía conforme con el empate hasta que llegó el castigo de Son.

De todos modos, la serie sigue abierta porque un 1-0 no es diferencia ante la capacidad goleadora del Manchester City y porque el Tottenham tuvo una pérdida acaso fundamental con la grave lesión de su gran goleador Harry Kane.

Por último, fue justo el empate entre el Ajax y la Juventus, que si bien deja la serie abierta, ahora los italianos aparecen con muchas más chances de clasificarse gracias al gol que marcó Cristiano Ronaldo (al máximo anotador de la historia de la Champions) en el final de la primera parte, y aunque los holandeses igualaron al iniciarse la segunda parte por el brasileño David Neres, y llegaron varias veces con peligro y chocaron con la solidez de Wojciech Szczesny, no pudieron repetir aquella brillante jornada del Santiago Bernabeu ante el Real Madrid y deberán jugarse todas sus cartas en Turin, donde necesitan obligadamente marcar un gol como mínimo, y eso, ante los italianos, suele ser muy complicado.


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