martes, 30 de abril de 2019

Ajax-Tottenham, la semifinal “judía” de la Champions (Infobae)




Cuando este martes se enfrenten en Londres, así como la semana que viene en la revancha de Amsterdam por la semifinal de la Champions League, las hinchadas del Ajax y del Tottenham harán flamear por ambos estadios una impresionante cantidad de banderas israelíes y de Estrellas de David, como suele ocurrir en los partidos de ambos equipos en cualquier torneo desde hace muchos años.

No sólo el Tottenham, que dirige Mauricio Pochettino, tiene en su plantel cuatro jugadores que pasaron antes por el Ajax (Cristian Eriksen, Jan Vertonghen, Toby Alderweireld y Davinson Sánchez) o anteriormente tuvieron en compun a una estrella como el volante Edgar Davids, sino que los une una estrecha relación con el judaísmo, aunque cada uno con características distintas.

Se calcula que en 1596, muchos judíos sefaradíes se establecieron en Amsterdam luego de los padecimientos en Portugal tras haber sido expulsados de España en 1492. Esta ciudad estaba liberada de la intolerancia religiosa de la monarquía española. Muchos judíos de aquellos comenzaron a navegar los mares del mundo e hicieron grandes fortunas. Se establecieron cerca de la casa de Rembrandt, a quien le alquilaban, como mercaderes, le alquilaban al pintor parte del sótano de su casa. A esto se les unieron los ashkenazim entre 1648 y 1649, escapando de la Guerra de los Treinta Años durante la rebelión de los cosacos en Polonia y la guerra entre ésta, Rusia y Suecia.

El Ajax fue el equipo del gueto de Amsterdam en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, los domingos cerraban antes los puestos del mercado porque había que concurrir a la cancha, en el tranvía. El puntero izquierdo era Eddie Hamel, un judío neoyorquino que se destacaba por su juego estético y era admirado por las mujeres por su belleza, que murió en Auschwitz en 1940 (ya había dejado el fútbol). En cada partido de los rojiblancos flameaban en el viejo estadio De Meer (construido en 1934) las banderas con los colores del Ajax y la Estrella de David, que era llamada La Estrella del Ajax. Hasta que Holanda se rindió dos días después de que los cazabombarderos de Hitler destruyeran Rotterdam con 900 muertos. El nazismo devastó Holanda y de los 140.000 judíos de Amsterdam sólo sobrevivieron 40.000 y eso también afectó al club.

El reconocido periodista ghanés de familia holandesa Simon Cúper, del diario “The Guardian” y autor del libro “Ajax, el equipo del gueto” y que lleva como subtítulo “El fútbol y la Shoá”, sostiene que las Estrellas de David que flamean en los partidos “son en realidad un testimonio de una realidad histórica que hasta no hace mucho tiempo había sido negada, dejada de lado, o enmascarada detrás de la figura de Anna Frank y el mito de la tolerancia holandesa”.

Cúper cuenta los padecimientos de Bennie Müller, quien fue capitán del Ajax y de la selección holandesa en los años Sesenta y que recuerda cuando a sus cuatro años cuando los nazis se llevaron a su mamá (aunque después sobrevivió pero 8 de sus 10 hermanos no lo consiguieron). Su compañero SjaakSwart, el volante del equipo tricampeón de Europa en los años 70, y llamado “Mr. Ajax”, siempre se mantuvo muy discreto sobre su posible condición de judío.

La reconstrucción del club comenzó en los años Sesenta con Jaap Van Praag (un comerciante de discos de temática judía que escapó de las razzias nazis al esconderse por dos años en el sótano de un fotógrafo), Maup Caransa (un multimillonario, al que lo salvó el matrimonio con una mujer no judía y por el que en esos años el club era llamado “Los Caransajax”), y los hermanos Feed y Wim Van der Meijiden (empresarios inmobiliarios que eran conocidos como “los constructores del bunker” por los servicios prestados a los nazis y por lo que luego fueron procesados luego de la liberación de Amsterdam).

A fines de esa década, huérfano de padre, también el Ajax cobijó nada menos que a Johan Cruyff, luego casado con una judía y cuyo hijo Jordi está identificado con el Maccabi Tel Aviv. Y si bien el Ajax tuvo tiempos de gloria en los años setenta, con Cruyff, Swart, Keizer, Haan, Krol y Neeskens, dirigido por Marinus Michels, también esos fueron tiempos de la llegada del hooliganismo a Holanda, como fenómeno de exportación inglés. Así comenzaron los ataques de los ultras de su gran rival, el Feyenoord, que hacían el sonido largo de la letra “s”, imitando una cámara de gas, y que años más tarde ya hizo rimar con la palabra “Hamás”, en referencia a la organización terrorista.

Ese recrudecimiento del enfrentamiento entre las barras del Ajax y del Feyenoord (de Rotterdam) hizo que el presidente de los de Amsterdam, Michel Van Praag, hijo del también ex presidente de los años Sesenta Jaap (fallecido en 1987) y que devolvió la gloria al club al ganar la Champions League y la Copa Intercontinental en 1995 con Louis Van Gaal como DT, se quejara de sus propios seguidores al decir que “no conocen nada de la historia de Israel” y que “son tan judíos como yo, chino”.

La situación entre las hinchadas se puso tan violenta al iniciarse el Siglo XXI que en 2005, el Ajax intentó, en vano un proceso para convencer a sus aficionados de que deben renunciar a los símbolos que identifican al club con el judaísmo bajo el pretexto de terminar con este flagelo.

El vocero del club, Simon Keizer, quien dijo que a entender de algunos dirigentes, “renunciar a las banderas con la Estrella de David y a cierto tipo de canciones evitará que la reacción de los aficionados rivales ponga en la mira lo judío y alimente una polémica religiosa. Ajax –dijo entonces- no es un club judío. No tiene ninguna referencia al respecto en su estatuto y no tiene vínculo alguno con la religión. Esa imagen deriva sólo del hecho de que Amsterdam es una ciudad con una vasta comunidad judía. No estamos renegando de nada porque Ajax no tiene una identidad judía aunque reconoció que “de todos modos. No será de la noche a la mañana que el club dejará de estar vinculado a la religión judía”.

Lo que en todo caso podía ser un tema de análisis acerca de que ante un hecho o cántico violento de una hinchada contraria generara una reacción defensiva de los hinchas del Ajax sin que algunos de estos conociera acerca de la historia del judaísmo (el ex futbolista Bennie Muller llegó a decir que “a veces cuando estoy sentado en el estadio y escucho los gritos de esa gente loca ‘nosotros somos los Súper Judíos y los Judíos son campeones, me levanto y me voy a casa’”), derivó en negar, exageradamente, cualquier vínculo en el pasado.

Sin embargo, esas declaraciones del vocero del Ajax parecieron caer en saco roto. Cuando Maccabi Tel Aviv viajó a Amsterdam para jugar por la Champions Leagiue, decenas de banderas israelíes flamearon en las tribunas como símbolo de bienvenida a los jugadores y a los hinchas visitantes.

No había pasado mucho tiempo del intento de la dirigencia del Ajax de desmarcarse de cualquier ligazón con el judaísmo y entonces el presidente del Maccabi italiano, Vittorio Pavoncello, salió a criticar la decisión del club holandés y la atribuyó al “temor”.

"Realmente me siento perplejo y dolorido. El miedo es lo que más me preocupa. La tradición judía de Ajax no nace de la religión sino de la solidaridad holandesa durante la ocupación nazi", explicó el dirigente, quien recordó que fue en aquella época “cuando también adoptaron la Estrella de David, la misma que en la final del Mundial de Alemania 1974, los jugadores de la selección holandesa exhibieron cuando el plantel no contaba con jugadores judíos. ¿Por qué ahora los judíos holandeses piden no volver a lucir la Estrella de David?, por temor, y esto es lo que más me preocupa", se preguntó y contestó Pavoncello, quien lanzó una apelación a los dirigentes de Ajax para que revieran su decisión.
Pero las declaraciones del Ajax no parecen estar a tono con la realidad ni la historia. Los judíos de Amsterdam no sólo practicaban atletismo y natación sino que llegaron a tener hasta cinco clubes de fútbol, aunque el de sus amores fue el Ajax si bien muchos no podían ser socios por ser extremadamente pobres y tampoco podían comprarse la indumentaria deportiva.
Simon Cúper investigó que en los años 20, la fiesta por la obtención de uno de los títulos de campeón fue en el teatro de Abraham Tuchinski, con música de Max Tak. Los partidos del club se programaban habitualmente en el Café D’Ysbreeker, donde se reunían los judíos socialistas y la primera revista oficial del club fue presentada el 1 de enero de 1918 en el Teatro Centra y escrita por Leo Lauer, que trabajaba en el principal diario judío de la época.
Cúper sostiene que negar la identidad judía del Ajax “es fundamentalmente negar la existencia de toda aquella alegre y fervorosa judería seguidora del Ajax que ha sido asesinada”.
La historia del Tottenham es diferente. Aunque fue fundado por anglicanos y gente ligada al cricket, se define como los “Yidn” (el idish es el idioma de la diáspora judía en Europa central y del este) de Inglaterra, a partir del lazo generado con la comunidad judía de la zona de Stamford Hill, en el norte de Londres, que es la zona en la que desarrolló su actividad el club.
La identificación del club con el judaísmo generó, especialmente desde los años setenta, la reacción de los llamados “Yid Chant”, canciones en contra de parte de otras hinchadas como la del West Ham y en 2019, por la del Chelsea, al punto de que desde hace años que su hinchada se hace llamar “Yid Army” (“Ejército Judío”) y parecido a lo que ocurrió en 2005 con el Ajax, el comediante judío David Baddiel, llegó a pedir a los hinchas spur que terminaran con esos cánticos y aseguró que el 90 por ciento de los hinchas blanquinegros “no son judíos”.
El Tottenham, a cuyo equipo dirige Mauricio Pochettino, está manejado por su principal accionista, Joe Lewis (el amigo del presidente Mauricio Macri que tiene tierras alrededor de Lago Escondido, en la Patagonia), y el presidente es otro empresario judío, Dany Levy, quien es presidente del club desde 2001, siendo el más longevo de todos los dirigentes de la Premier League y en 2018 ganó el premio CEO otorgado por los Football Business Award.
Es tal la identificación del Tottenham con los judíos, que ya tuvo dos graves incidentes con otro club de Londres, el Chelsea, que en 2017 tuvo que salir a repudiar los cánticos de su propia hinchada para alentar al delantero español Álvaro Morata (el propio jugador pidió que no la canten más) y en octubre de 2018, cuando los dos equipos se enfrentaron por la Premier League, recrudecieron tanto los cánticos antisemitas, que el club “Blue” decidió enviar a muchos de sus hinchas a recorrer Auschwitz. Claro que la decisión provino del ruso Román Abramovich, también judío y principal accionista del club.
En una entrevista sobre la campaña montada por su club contra el antisemitismo, el presidente del Chelsea, Bruce Buck, advirtió a sus propios hinchas sobre los cánticos contra los Spurs en los partidos siguientes, instándolos a dejar de usar términos discriminatorios.
Tottenham, sin embargo, considera que cuando atacan al club con el término “yid”, el uso de ese término es considerado como “un honor” para la institución.

La amistad entre el Tottenham y el Ajax viene de lejos por la identificación de las dos hinchadas con el judaísmo y sus simpatías por Israel, aunque el vínculo se profundizó en 1974, cuando el Tottenham perdió la final de la Copa de la UEFA (hoy Europa League) ante el Feyenoord de Rotterdam, el más duro rival del Ajax. Esa serie terminó con escenas de vandalismo y la rotura de algunas partes del estadio holandés.
Tottenham y Ajax ya se enfrentaron por competiciones europeas. Fue en la temporada 1981/82 por la Recopa de Europa (la Copa de los campeones de las Copas de cada país, que se dejó de jugar). Los Surss ganaron 1-3 en Holanda (Julio Ricardo Villa marcó uno de los goles) y se impusieron en Londres, en el viejo White Hart Lane, por 3-0 (con un gol de Osvaldo Ardiles).






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