No siempre
ocurre como esta vez. Muy pocos pueden discutir un título tan justamente
logrado como éste de Racing Club en la Superliga 2018/19. Campeón de punta a
punta, con muy escasas derrotas, con la mayor diferencia de gol entre los
veintiséis equipos (27), resistiendo los embates del dignísimo Defensa y
Justicia, y con figuras estelares, encabezadas por Lisandro López, su caudillo,
capitán y goleador.
No resulta nada
casual que tras una larga travesía de treinta y cinco años en el desierto,
desde aquel título de 1966, que incluye un descenso en 1983 que le hizo perder
dos años en la segunda división, Racing haya ganado ya tres títulos en el siglo
XXI (2001, 2014 y 2019) para completar ahora un palmarés de 18 torneos locales
en su riquísima historia.
Racing se fue
consolidando como uno de los clubes más serios de la Argentina cuando Víctor
Blanco asumió para terminar con la puja entre dos sectores políticos y de a
poco, fue solucionando las mayores dificultades económicas y fue apostando por
el regreso de jugadores que son símbolos para su leal y ruidosa hincha, como
Diego Milito y Lisandro López, luego de sus experiencias europeas.
Milito, de
enorme influencia en el torneo de 2014, se convirtió en manager cuando abandonó
el fútbol, y López fue fundamental en el logro actual, a partir de transmitir
no sólo un liderazgo positivo y una total identificación con el club, sino
también con el aporte de sus goles decisivos en partidos claves.
Otro acierto
notable de la dirigencia fue la contratación de un director técnico que gusta
del fútbol ofensivo como Eduardo Coudet, quien supo amalgamar un equipo con
jugadores de buena calidad en todas sus líneas y con un gran nivel de paridad,
y que aparecieron individualmente cada vez que hizo falta, y por si fuera poco,
lo coronó con la búsqueda y el posterior convencimiento de Darío Cvitanich, un
delantero inteligente y con experiencia, que se integró rápidamente a la idea
general.
Sólo puede
decirse que Racing fue superado con claridad en un partido, ante River Plate en
el Monumental, el mismo equipo que lo eliminó en el mismo escenario apenas
meses atrás por la Copa Libertadores.
Seguramente
Racing es, aún, menos que River en un análisis como equipo, en cuanto al
asentamiento de su juego, pero los “académicos” tienen el mérito de haberse
dedicado de lleno a la Superliga, especialmente desde que quedaron fuera de la
Copa Libertadores, y ni su rápida salida de la Copa Sudamericana, en 2019, alteró
su principal atención.
Racing accedió
al título una fecha antes y eso nos privó de un espectacular desenlace de la
Supercopa, que habría sido un último partido en el Cilindro de Avellaneda ante
su inmediato perseguidor, Defensa y Justicia, cuyo mérito es innegable porque
no sólo peleó la punta hasta donde pudo con un presupuesto notablemente menor,
sino que lo hizo practicando un fútbol de alta calidad, con un consagratorio
trabajo de su entrenador, Sebastián Becaccese, y la aparición de jugadores para
tener muy en cuenta como Domingo Blanco, Gastón Togni y Lisandro Martínez,
entre otros.
Es cierto que,
como en temporadas anteriores, el equipo grande que se queda sin competencias
internacionales, suele tener ventaja en la lucha por el título, abocados como
estuvieron en el plano internacional tanto River como Boca, pero Racing lo hizo
con autoridad y buenos pasajes de fútbol y en todo caso, no es su culpa lo que
pudieron haber resuelto sus competidores.
Cuando ganó la medalla dorada olímpica en 2004, Marcelo Bielsa,
entrenador de la selección argentina, respondió con calidad cuando le
comentaron que los rivales no habían traído lo mejor: “Me invitaron a una
fiesta de etiqueta y fui como me dijeron. Si los demás van de jeans, es
problema de ellos, no mío”.
Este torneo
relanza también la figura de Coudet como uno de los DT de mayor proyección,
luego de la gran campaña anterior con Rosario Central. Se trata de un
entrenador equilibrado en los planteos, pero sin descuidar jamás el ataque, y
que supo manejar bien algunas minicrisis, como aquella exclusión de Ricardo
Centurión o cuando el equipo fue ampliamente derrotado en el Monumental y tuvo
que demostrar que seguía en los primeros planos.
Por todo esto,
Racing es un merecido campeón de la Superliga 2018/19 y amenaza con ser uno de
los equipos que seguirán peleando por títulos en estos años.
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