miércoles, 17 de abril de 2019

La sorpresa del Ajax y la vigencia de Messi (Interia)




Se suponía que el Barcelona tenía todas las fichas para clasificarse a las semifinales de la Champions League, luego de haber triunfado en la ida en Old Trafford y con el factor del Camp Nou a su favor. Sin embargo, lo que pocos imaginaban, especialmente por el 1-1 de Amsterdam, era que este joven Ajax iba a pasar de rueda nada menos que en Turín y ante una poderosa Juventus, con Cristiano Ronaldo incluido.

Lo del Ajax, que no sólo estaba obligado a marcar al menos un gol ante los siempre sólidos equipos italianos en defensa y más aún contra el equipo que en pocos días será campeón del Scudetto por octavo año consecutivo, sino que comenzó perdiendo en la primera parte por un gol (otra vez) de Cristiano Ronaldo, es ya una bofetada a los poderes del fútbol europeo.

También parecía que quedaría eliminado de los octavos de final, cuando aunque mereció ganar y hubo muchas polémicas por el uso del VAR, acabó dándole una lección de fútbol al Real Madrid en el Santiago Bernabeu en el partido de vuelta. Ahora, tras un empate en la ida, otra vez apareció, especialmente en la segunda parte, con todo su esplendor, su juego ágil y de buen toque de balón, ante la Juventus con dos figuras fundamentales como Daley Blind en la defensa, y su mejor jugador, el volante Frankie De Jong, que lo sabe todo y que desde la temporada próxima jugará en el Barcelona.

Más allá del empate de Donny Van de Beek en la primera parte, y del desequilibrio en la segunda por un gran cabezazo de Matthijs De Ligt, el Ajax fue siempre el dominador del partido ante una Juventus que sólo estuvo arriba en el marcador por el notable poder goleador de Cristiano Ronaldo, esta vez encerrado como si fuera un elefante en un bazar y sin necesidad de una marca personal ni férrea por parte de los holandeses.

Si no fuera por la imprecisión en los remates finales del brasileño Neres, o porque el talentoso serbio Dusan Tadic no estuvo tan fino como de costumbre, o por las grandes atajadas del portero polaco Wojciech Szczesny, la diferencia en el marcador habría sido mucho mayor para un resonante triunfo que posterga otra vez a la Juventus en su intento por ganar una Champions (algo que no consigue desde 1996) y seguramente le provocará un descalabro institucional porque su gran objetivo de la temporada no era la Serie A italiana sino la copa europea.

La proyección de este Ajax es impredecible ahora. Generalmente, a los clubes holandeses les cuesta mantener una plantilla exitosa cuando comienzan a llegar ofertas por sus mejores jugadores y por eso todo indica que este es el momento para aprovechar todo el potencial y lanzarse por todo.

Si miramos el resultado total de la serie entre el Barcelona y el Manchester United, el 4-0 final puede resultar engañoso. No porque los catalanes no se hayan clasificado bien, porque esto fue muy justo, sino porque en ambos partidos pasaron por momentos complicados.

En Old Trafford, en un partido poco agradable para la vista, se las arreglaron con un gol convertido muy pronto para sacar una ventaja, pero en el Camp Nou sufrieron mucho en los primeros quince minutos, cuando el Manchester United tiró de su casta para salir a buscar un gol que emparejara la serie y casi lo consigue antes del minuto inicial por Rashford aunque la pelota de su remate dio en el larguero.

Pero así como Cristiano Ronaldo dificultó al Ajax con su gol, Lionel Messi, con dos remates consecutivos (el primero, esquinado y preciso, y en segundo, con la inestimable ayuda del portero David De Gea, a quien el balón se le escapó por debajo de su cuerpo) sentenció la serie y faltando una hora para su finalización, el partido ya no era más que un amistoso, que se completó con un golazo de un Philippe Coutinho de sus mejores tiempos del Liverpool con ese remate con efecto, desde media distancia, que lo caracteriza.

Lo del Barcelona no fue notable, aunque sí con buenos pasajes de fútbol a partir del alivio que le generaron los dos goles de Messi, capaz de cualquier cosa, especialmente cuando los partidos lo ameritan y hay mucho en juego, pero lo de los primeros minutos es un llamado de atención. Desde semifinales, no parece que cualquiera de los rivales que queden vaya a perdonarle algunos errores y habrá que ver si, en un eventual choque con el Liverpool, podrá aguantar una presión muy alta de la línea atacante roja.

El Barcelona sigue teniendo una buena estructura, aunque parece algo oxidada. Sin embargo, tener a Messi en el equipo en estos tiempos es jugar con una enorme ventaja, más aún cuando puede entrever que se encuentra a tan solo tres partidos de la quinta Champions League de su notable carrera y acaso, en las puertas de un nuevo Balón de Oro.

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