viernes, 28 de septiembre de 2007

Hasta siempre, Cacho

La noticia nos conmovió porque nunca pensamos que somos apenas habitantes de este mundo por un rato que nos prestan, y cuando alguien que admiramos o por quien sentimos afecto, nos deja, el vacío que queda no suele reponerse. Nadie es irreemplazable pero al mismo tiempo, y paradojicamente, nadie tampoco es reemplazable porque nos imprime su personalidad, nos transmite su sabiduría, su experiencia, si la tiene.
La muerte de Raúl "Cacho" Barizzoni, periodista de raza, fino comentarista radial, gran compañero, buen amigo y consejero en tantos viajes y momentos que hemos compartido, nos llena de tristeza y melancolía.
Nos cuenta el también amigo Pablo Karslián, quien lo reemplazará ahora como comentarista del equipo que comanda Javier Máximo Goñi en Radio Oriental, en el querido y vecino Uruguay, y en el que supimos trabajar también en años hermosos pletóricos de ilusiones iniciáticas, que Raúl llevaba tiempo con malestares, y pudimos recordar entonces que efectivamente en una oportunidad lo llegamos a visitar en un hospital, en Montevideo.
Memoramos a Raúl como un periodista racional, agudo, y al mismo tiempo sanguíneo, que movía sus manos en pleno comentario, de una manera particular, como acompañando y marcando cada frase. También, la palabra justa para calificar un partido, para advertir sobre incidencias en el juego que difícilmente acarrearían un error.
Barizzoni conjugaba experiencia, amplios conocimientos, y una calidez y una sencillez como solamente pueden tener quienes son sabios de verdad y no necesitan alardearlo.
Llegamos a ser sus anfitriones en Buenos Aires y también hemos compartido charlas, comidas, anécdotas y eso quedará por siempre como un orgullo.
También, aquella alegría en su rostro cuando nos encontrábamos, y ese fuerte y cálido apretón de manos, o ese extraño punto de equilibrio en momentos complicados o turbulentos en algunos acontecimientos deportivos.
Extrañaremos a Barizzoni, sus comentarios, su compañía. Recordaremos siempre al amigo, al compañero de viajes, al gran periodista, al insobornable colega.
Gracias, Cacho. Hasta siempre.

"¿Quien dijo artista? yo soy un hombre apenas, que ataca el miedo, con su garganta" (Daniel Viglietti).

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