Repentinamente, y cuando el 2008 toca a su fin en lo que parecía un año perfecto para el fútbol español, dos hechos casi consecutivos, que hablan de arreglos entre clubes en temporadas anteriores para beneficiar o perjudicar a otros en definiciones de torneos, han conmovido los cimientos y seguramente pueden perjudicar mucho la imagen del país, que se encuentra disputando la sede olímpica para Madrid en 2016 y el Mundial de 2018.
A principios de la semana pasada, el presidente de la Real Sociedad, un tradicional club de País Vasco, Iñaki Badiola, hizo trascender una grabación, que según él contaba con el consentimiento del jugador Jesuli, en la que dirigente y futbolista dialogan días pasados acerca de lo ocurrido en la definición del ascenso de Segunda a Primera, en la que el jugador acepta haber recibido la suma de 6000 euros, al igual que sus compañeros de entonces, representando al Tenerife, para perder el partido de la última fecha del torneo ante el Málaga, que necesitaba vencer para ser el tercer equipo en ascender y acompañar así al Numancia y al Sporting Gijón.
El partido finalizó 2-1 con el triunfo de Tenerife, que ganaba 2-0 cuando en el último minuto, Wellington, en contra de su propio arco, descontó. De esta manera, el Málaga (supuesto pagador del dinero a los jugadores del Tenerife) logró ascender y perjudicó a la Real Sociedad, que al quedar cuarto en las posiciones finales, debió permanecer otra temporada (la actual) en Segunda.
Jesuli, que se encontraba cedido a préstamo por el Sevilla al Tenerife en la temporada pasada, amenazó con iniciar una demanda a Badiola, al citar que él no prestó acuerdo a esta grabación y que la considera una violación a su privacidad, aunque Badiola insiste en que Jesuli no sólo prestó su conformidad y que incluso ésta se encuentra grabada, aunque esa parte no trascendió a los medios.
También la familia Sanz, quien maneja el Málaga (Lorenzo fue presidente de Real Madrid hasta 2000 y su hijo Fernando, actual presidente, anteriormente fue jugador del equipo, luego de pasar también por el Real Madrid), amenaza con iniciarle una demanda a Badiola.
Cuando parecía que comenzaba a disiparse este tema, el programa “Sport TCV” de la Cadena Popular Televisión de Valencia, emitió una segunda grabación por la que el jugador Iñaki Descarga (actualmente en el Legia de Varsovia), acepta ante el presidente del Levante, Julio Romero, que hace dos temporadas, en la última fecha del torneo de primera división de la Liga de 2006/07, aceptaron una paga para perder ante el Athletic de Bilbao para salvar a este equipo del descenso a Segunda, que finalmente perjudicó al Celta de Vigo.
Descarga, desde Varsovia, desmintió luego la grabación al decir a los hinchas del Levante que “siempre he defendido la camiseta con la mñaxima ilusión, entrega y esfuerzo, al igual que mis compañeros”.
En la grabación dada a conocer por el canal de TV valenciana, se puede escuchar una gravísima mención al propio presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Angel María Villar, uno de los más altos dirigentes del mundo del fútbol y recientemente reelecto en su cargo, en la que se dice que incluso se le notificó a él mismo que el Athletic de Bilbao (club en el que jugó y por el que simpatiza Villar) sería beneficiado por el Levante, que para ese entonces no tenía nada que perder.
Para no ser menos, también se recordó una acusación por la que para la temporada 2003-2004, una llamada del arquero argentino Germán Burgos al delantero uruguayo Regueiro, del Racing de Santander, era para ofrecerle 9000 euros para que cometiera un penal a favor del Celta, aunque al no tener esa grabación una anuencia de Burgos, no se puede constituir como prueba. El ex arquero del Atlético Madrid sólo dijo luego que se trataba “de una broma”.
Se dice que en algunos casos, hay equipos que ya negocian arreglos de partidos para el final de la temporada desde mediados de la misma, con pactos de beneficios mutuos de acuerdo a las necesidades. La creciente versión indica que varios referentes de muchos equipos mantienen para eso un permanente contacto.
Ante esta sucesión de hechos que ensucian al fútbol español y minan su credibilidad, la reacción del gobierno nacional no pudo ser más rápida. El secretario de Deportes, Jaime Lissavetzky, afirmó que el Estado apoyará cualquier investigación que se realice por parte de la Fiscalía o por parte de los órganos deportivos competentes, y que el Gobierno actuará “exactamente igual que si se tratara de un caso de doping”.
Estos hechos caen en el peor momento posible, porque quiebran justo en el final un año espectacular para el fútbol español, con la obtención de la Eurocopa en Austria y Suiza por primera vez fuera de su propio país, y luego de colocar cinco jugadores entre los primeros siete lugares entre los candidatos al Balón de Oro de la temporada, además de hacer pleno con la clasificación a octavos de final de los cuatro equipos representantes en la Champions League.
España, además, podría verse seriamente perjudicada en su imagen luego de haberse presentado como candidata para los Juegos Olímpicos de 2016, y luego de haber pasado el primer corte eliminatorio, cuando la sede se decidirá en octubre de 2009, mientras que también aspira a organizar el Mundial 2018, en el que tiene como principal contrincante a Inglaterra.
Todo indica que desde el Estado (justo cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero prometió la creación de un Ministerio del Deporte para los próximos años) y desde la Federación de Fútbol deberán arbitrar duras medidas de contol y disciplinarias para que estos hechos no se repitan.
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