Lo dijo el inteligente entrenador argentino de la Liga Deportiva Universitaria de Ecuador, Edgardo Bauzá, y se cumplió, porque aparecía como muy complicada la chance de que el campeón sudamericano, con un presupuesto más de diez veces menor que el del Manchester United, pudiera ganarle una final de un torneo Mundial de Clubes, con todo lo que hay en juego.
Y efectivamente, si bien la Liga hizo en la final de Yokohama mucho más de lo que algún seguidor serio del fútbol pudiera imaginar jamás, tampoco le alcanzó, aún cuando Cristiano Ronaldo no pudo recuperar el nivel perdido al finalizar la pasada temporada, o con un jugador de más por cuarenta minutos por la expulsión de Vidic.
La diferencia es tan grande entre el Manchester United y los demás participantes del Mundial de Clubes que aún cuando por dos veces, el talentoso volante argentino Damián Manso sacó remates de larga distancia con extraordinaria precisión, el muy serio veterano arquero holandés Van der Sar alcanzó a estirarse y rechazar ambas pelotas.
Bauza dijo en los días previos con acierto lo que ya una vez nos dijo hace años su compatriota Carlos Bianchi con cierta preocupación, la misma que llevó ahora a la FIFA, incluso en la misma ciudad de Tokio en una conferencia de prensa paralela al Mundial de Clubes, a intentar implantar en el mundo la regla del “6+5”, es decir, por lo menos seis jugadores nacidos en el país del equipo y no más de cinco extranjeros por equipo, algo complicado.
Bianchi nos decía en uno de los partidos que Boca Juniors disputó en Japón por la antigua Copa Intercontinental que cuando se habla de los grandes equipos europeos “no sabemos bien de qué fútbol nacional hablamos, porque tienen jugadores de tantos países, que ya es difícil catalogarlos”
Y Bauzá también lo predijo, porque cuando se le preguntó por aquel partido que Inglaterra le ganó ajustadamente a Ecuador hace dos años por los octavos de final del Mundial de Alemania 2006, con gol de David Beckham recién en el minuto sesenta, el entrenador argentino dijo con ironía, “ojalá jugáramos contra un equipo inglés, pero el Manchester es mucho más que la selección inglesa, porque en sus filas hay jugadores que son titulares de muchas selecciones nacionales distintas”.
Y esa es una gran verdad, aunque luego la Liga haya sido valiente y le haya complicado mucho el partido al Manchester.
El gran tema sigue siendo, como desde que comenzó el Mundial de Clubes, si con este formato el fútbol no se va convirtiendo en un deporte cada vez más lógico y los que tienen mayor presupuesto, aunque a veces se enfrentan a rivales duros, terminan imponiéndose por la prepotencia del dinero.
Es claro que el Manchester vino a cumplir con el compromiso y la obligación de ganar este torneo porque su plantel es demasiado caro para perderlo y ante el Gamba Osaka, un equipo muy bien trabajado que nos sorprendió por su juego colectivo y sus buenas individualidades, bastó que ante el descuento de los japoneses para el 2-1, los ingleses se enojaran y en menos de diez minutos ya estaban 5-1 arriba tan sólo porque Rooney ingresó.
Entendemos que luego el entrenador del Pachuca mexicano, Enrique Meza, se queje de que al final, en los Mundiales de Clubes, los campeones de Sudamérica y Europa juegan un partido menos que los demás y tienen la ventaja de jugar desde semifinales, pero aún así, si entre Manchester y Gamba, o entre Liga y Pachuca, hubo una diferencia de calidad, qué pensar que sucedería si los dos equipos con mayor tradición, que antes jugaban la Copa Intercontinental, entraran en una fase anterior.
Seria muy aburrido y aún sin este punto, la FIFA debería encontrar una solución para que de ahora en más, que el torneo pasa por dos años a Emiratos Arabes Unidos, se busque mayor competitividad, como por ejemplo, tal vez más representantes decada continente, o que las plazas sean parecidas en cuanto al reparto mundial, a los Mundiales de selecciones nacionales, lo que garantizaría calidad, venta de derechos de transmisión e interés mundial, porque hay que admitir que para Europa, en los países que no tienen un equipo clasificado para el Mundial de Clubes, el torneo no interesa y muchas veces no se televisa.
El otro punto es el de la rotación de países y hasta continentes, para darle un mayor énfasis al disfrute de la pasión popular por el fútbol y mayor emoción a los torneos.
De todos modos, en este torneo que finaliza, han dejado una muy buena impresión equipos como Liga o Gamba Osaka, mientras que puede decirse que lo del Pachuca ha sido un fracaso, después de la estruendosa eliminación en cuartos de final en 2007 ante el Etoile du Sahel de Túnez.
Si bien ahora pasó a semifinales, estuvo 0-2 al finalizar la primera parte ante el Al Ahly de Egipto, y luego cayó de manera inapelable en semifinales contra la Liga.
El Mundial de Clubes sigue ahora por un nuevo camino, otra sede, y deberá ser repensado para recuperar el interés general. .
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