“Llevo/el fútbol en la sangre/Vamos Kun Agüero/fuerza, que el mundo quiere verte/mostrando tu coraje”. En cualquier radio argentina puede escucharse habitualmente este tema de la banda de cumbia “Los leales”, que integra uno de los mejores jugadores del mundo de este tiempo y uno de los que gustan preservar, aunque con los condimentos de este tiempo, aquellos regates maradonianos que maravillaron a los fanáticos del fútbol, Sergio Agüero.
Con veinte años recién cumplidos (2/6/1988), Agüero ya se ha consolidado entre los cracks más importantes en base a su juego por ráfagas, porque no necesita muchos minutos con el balón dominado para dibujar un pase mágico o definir casi sin ángulo. Ya acumula dos títulos mundiales sub-20, la medalla dorada olímpica recientemente ganada en Pekín, y varios premios individuales por lo realizado primero en el Independiente de sus amores, y luego en su actual equipo, Atlético Madrid, como en las distintas selecciones argentinas.
El “Kun”Agüero es el jugador que más joven ha debutado profesionalmente en el fútbol argentino, con apenas 15 años, un mes y tres días, cuando el ex campeón mundial en México 1986, Oscar Ruggeri, lo hizo ingresar en Independiente ante San Lorenzo el 5 de julio de 2003, por el Torneo Clausura, justo en el último partido del campeonato, y en el que se despidiera de la afición uno de los máximos ídolos de los últimos tiempos y hoy defensor del Barcelona, Gabriel Milito. De esta forma, Agüero superaba nada menos que a su antecesor en el record de debutante joven, Diego Armando Maradona, quien había jugado su primer partido a los 15 años y once meses. Desde ese momento, muchas otras cosas lo emparentarían a Agüero con uno de los grandes astros del fútbol mundial.
Nacido en el populoso barrio de Flores en plena Buenos Aires, y en una familia muy numerosa (son siete hermanos y los padres), al poco tiempo cambiaron de residencia hacia la zona sur del Gran Buenos Aires por lo que ya a los nueve años, Agüero ya había recalado en Independiente debido a su gran técnica, y es por eso mismo que tampoco hizo la carrera normal en las divisiones inferiores (juveniles) antes de llegar a la primera división. Todos sabían que se trataba de un jugador especial, diferente.
El juego de Agüero es tan simple que al mismo tiempo no genera claridad para definir su exacta posición en la cancha. Para muchos, es un delantero de punta por la cantidad de goles que marca, lo que llevó a decir al experimentado entrenador argentino César Luis Menotti que puede compararse con Romario, el gran goleador brasileño. Otros creen, en cambio, que es se trata de un juego más cercano al “diez” clásico argentino, o como mucho, un mediapunta cercano a los puestos de ataque. El propio Agüero acaba de manifestar que no se considera un delantero de área, pese a que cada vez más, los entrenadores lo colocan en esa posición y la afición espera que marque, aún más que juegue, aunque siempre se conserva la esperanza de que aparezca algún toque sutil de los que este mágico jugador es capaz.
“Ver a Agüero es como visitar el Museo del Prado”, llegó a decir Anatolyi Byshovets, el entrenador del Lokomotiv de Rusia, luego de sorprenderse por el juego del argentino en el Atlético Madrid. En estos años en el “Aleti” se produjo la definitiva explosión del “Kun”, que si bien se fue demasiado pronto de Independiente, pudo dejar su estela de crack y algunos goles recordados o jugadas memorables, como sus dos goles a Racing Club en el Torneo Apertura 2005. Uno de lo dos goles se produjo luego de dos impactantes regates dentro del área, que dieron lugar a una publicidad posterior, en la que el propio jugador imita la voz de los hinchas rojos coreando su nombre en la tribuna. Fue con el fallecido José Omar Pastoriza, uno de los símbolos de Independiente, cuando Agüero se consolidó como ídolo, aunque siempre le costó moderar algunos comportamientos, en especial, en respuesta a una agresión rival. Así fue que su primera expulsión, contra el modesto Tiro Federal, le generó no poder estar en el esperado partido ante River Plate, si bien las mayores lágrimas las derramó cuando le mostraron la quinta tarjeta amarilla que lo dejaba afuera del partido contra Boca Juniors, por el Torneo Clausura 2006, y llorando, entendió que ese día, ante Olimpo de Bahía Blanca, había sido su último partido con la camiseta roja porque ya había sido transferido al Atlético Madrid en una fuerte operación de veinte millones de euros, cuando no dejaba de ser un jovencito de dieciocho años. Pero todo había sido muy precipitado en la vida de Agüero.
Por ese tiempo, ya era campeón mundial sub-20 con la selección argentina, si bien era el más pequeño del equipo y había sido convocado por el entrenador Francisco Ferraro casi como complemento, para que tuviera la experiencia de participar en un torneo de este tipo, en el que descollaba Lionel Messi. Sin embargo, con el correr de los partidos y con un ataque que no terminaba de convencer, Agüero pudo ingresat en los dos partidos finales, ante Brasil y ante Nigeria, cuando le cometieron un penal que terminó siendo decisivo para la obtención del título por parte de los albicelestes.
Ya en el Atlético Madrid, la experiencia europea no le fue fácil al comienzo. Si bien la afición atlética lo adoró desde el inicio, se encontró con un entrenador como el mexicano Javier Aguirre, que optó por irlo llevando de a poco. Sin embargo, cada ingreso de Agüero, como titular o incluso como suplente, marcaba la diferencia. En la temporada 2006/07, aún con Fernando Torres en el plantel, por fin los albirrojos habían conseguido la clasificación y el regreso a un torneo europeo, con su pase a la Copa UEFA. Y en la pasada temporada, con un Agüero ya consolidado y capaz de generar magia en cualquier instante, el Atlético pudo obtener el cuarto puesto, ahora con Diego Forlán compartiendo el ataque, y la ansiada clasificación a la previa de la Champions League. De los siete goles en veintisiete partidos de la primera temporada, y de ser un crack que asomaba con su juventud, Agüero pasó a los veinte goles en treinta y siete partidos y ya absolutamente instalado como el mejor jugador del equipo y titular indiscutido. Dentro de ese altísimo rendimiento, cabe destacar el brillante partido ante el Barcelona en marzo pasado, cuando el Atlético se impuso 4-2 en el Vicente Calderón. Ese día convirtió dos goles de gran factura, generó una asistencia y ocasionó el penal que luego convirtió Forlán. Toda Europa se rindió definitivamente a un jugador que con apenas veinte años, lleva ya cinco temporadas en el fútbol grande, y que continúa en un vertiginoso ascenso.
No fue casual lo producido por Agüero en la última temporada. Llegaba a España luego de ganar, ahora sí, el sexto título mundial sub-20 con la selección argentina en Canadá, siendo capitán, Botín de Oro como máximo goleador del certamen, y Balón de Oro como mejor jugador. Era su segundo título mundial sub-20 consecutivo, pero ahora ya como la máxima estrella. Y terminó de generar la confianza en sus condiciones de crack. Todo esto se acaba de refrendar ahora con un nuevo título en sus vitrinas, el de campeón olímpico en Pekín. No había comenzado bien debido a que de él se esperan más goles que jugadas, tal vez erróneamente. Pero apareció en el momento más importante, con sus dos goles a Brasil en semifinales.
Hoy nadie lo discute y también ya integra de manera permanente los distintos seleccionados absolutos argentinos como titular, o a lo sumo, ingresando como suplente para reemplazar a uno de sus ídolos, Carlos Tévez.
Algunos creen que Agüero es el nuevo Maradona argentino, o en todo caso, lo más parecido a Maradona en el siglo XXI. Otros lo comparan con Messi y están quienes sostienen que por su físico retacón, fuerte y compacto, tiene propensión a una mayor resistencia a los golpes que el propio crack del Barcelona y en la Argentina están también los que creen que otra ventaja que tiene sobre Messi es que aún habiendo jugado poco en el fútbol argentino, pudo llevarse de él la “malicia” con la que se juega la liga local, tan dura y con tanta táctica y marcas muy apretadas, cuando su compañero de generación nunca pudo jugarla y recaló muy joven en la cantera del Barcelona, faltándole esos “vicios” que lo hacen demasiado puro. Agüero tiene, para muchos, el potrero que no tiene Messi, lo que lo hace complementario y necesario.
Lo que a nadie le cabe ninguna duda es que Agüero nos va a regalar mucha magia todavía, que es demasiado joven, y que con so mirada y su sonrisa pícaras parece bastante alejado de las polémicas o las opiniones. El lleva el fútbol en la sangre, como dice la canción que tanto le gusta, y quiere que lo dejen jugar, Nada más.
Crack, joven y yerno
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Sergio Agüero no sólo tiene ahora el record argentino como debutante más joven que anteriormente le pertenecía a Diego Armando Maradona (15 años y un mes, el 5/7/2003 contra 15 años y 11 meses, el 20/10/1976), sino que están unidos por otras cosas.
El “Kun” es el yerno de Maradona, al estar en pareja con la hija de éste, Giannina, con la que convive en Madrid, y en pocos meses lo hará abuelo (de allí sus festejos ante Brasil en los Juegos Olímpicos de Pekín con el dedo gordo en su boca, a modo de chupete).
También muchos hinchas de Independiente compran su gran gol a Racing en el Torneo Apertura de 2005, con aquel famoso gol de Maradona a Inglaterra en cuartos de final del Mundial de México 1986, pero también Agüero tiene en su haber un gol que extrañamente lo convirtiera empujando el balón con su guante. Fue el 15 de octubre de 2006, jugando para el Atlético Madrid, contra el Recreativo de Huelva, y así como Maradona dijo en 1986 que el otro gol a Inglaterra había sido “con la mano de Dios”, muchos bautizaron este gol de Agüero como “el guante de Dios”. El misterio que no se pudo desvelar es por qué Agüero llevaba guantes cuando la temperatura era de veinte grados….
Los orígenes del Kun
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El apodo de Sergio Agüero como “Kun” proviene de un dibujo animado japonés que veía por televisión cuando era pequeño y cuyo personaje se llamaba “Kum Kum”, y por deformación, fue quedando solamente la palabra “Kun”, y por el parecido físico que este personaje tenía con Agüero, y las coincidencias en su peinado.
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1 comentario:
Te adoro kun...es um grande jogador e CANTOR,tens um filho lindo...
sou portuguesa e sou tua fã
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