Si bien las expectativas por el Clásico del próximo
domingo son las mismas de siempre, esta vez es claro que el Barcelona, y en
territorio adversario, se juega mucho más que el Real Madrid en cuanto al
futuro de ambos en la Liga.
Los cuatro puntos que separan a los blancos de los
blaugranas, y con el Atlético Madrid entre ambos, y que podría sacar partido de
un empate, genera que el Barcelona tenga que diseñar una estrategia ofensiva en
el Santiago Bernabeu si no quiere que se le escurra la chance de ganar el
torneo y no cedérselo a su mayor adversario.
Hay que tener en cuenta, además de los cuatro puntos
cuando tras el Clásico quedarán nueve jornadas hasta el final, que en la
última, el Barcelona deberá recibir al Atlético, y si bien la condición de
local es muy importante, la fuerza del rival hace que cada punto que pierda en
el camino de la lucha por el título puede ser fundamental.
¿Cómo llegan los dos equipos a este partido tan
trascendente? El Real Madrid, que aún no jugó su partido revancha ante el
Schalke 04, no parece que vaya a tener alguna dificultad y la enorme distancia
sacada en Alemania en la ida (1-6) hace que su entrenador, Carlo Ancelotti,
pueda rotar en Madrid y hasta hacer alguna clase de prueba pensando más en el
domingo que en la Champions, en la que el pase a cuartos de final no parece
correr ningún riesgo.
El Real Madrid llega con un Cristiano Ronaldo en un
momento excepcional, que se prolonga desde inicios de esta temporada pero en
especial, desde que ganara la repesca con Portugal ante Suecia siendo
fundamental y, si cabe, torciendo la votación por el Balón de Oro debido a su
producción en estos partidos.
A partir de allí se hizo aún más decisivo para su
equipo, ganando con sus goles partidos muy importantes, como el del sábado
pasado en La Rosaleda ante el Málaga, cuando los blancos no tuvieron una buena
actuación. Sin embargo, el portugués, que lidera la tabla de goleadores de la
Liga nada menos que con 25 tantos en 24 partidos jugados, se las arregló para
que los tres puntos se fueran para Madrid con uno de sus tantos remates
imparables, que vencieron a un gran portero como el argentino Willy Caballero.
Real Madrid tiene un andar tranquilo al encontrar un
sistema de mayor posesión que en anteriores temporadas, con Luka Modric
reemplazando a Samuel Khedira, acompañado por Angel Di María y tres delanteros
(dos extremos y un goleador como Karim Benzema), lo que le otorga gran potencia
y gol.
El Barcelona, en cambio, ha tenido rendimientos
irregulares en los últimos meses, rodeado de problemas institucionales y de
cuestionamientos para un sistema que ha comenzado a mostrar algunos agujeros y
con algunos rendimientos individuales lejanos a otros tiempos.
Sin embargo, hubo una evidente mejora ante el
Manchester City por la Champions, y este pasado domingo, más allá de los siete
goles al Osasuna y del récord histórico de Lionel Messi (que con 371 ya se
convirtió en el máximo anotador histórico del club sumando partidos oficiales y
amistosos), apareció, en buena parte, mucho de aquello que en otros tiempos
deleitó por sus toques y esa magia que últimamente se había perdido.
¿Por qué pudo ocurrir eso que no tantas veces se
observó en el Barcelona en esta temporada? Tal vez, en la sinceridad interior
de su entrenador, Gerardo Martino, que pensando en que no se podía perder un
solo punto, luego de saber de los triunfos del sábado de Real Madrid y de
Atlético, y con miras al Clásico, decidió jugarse su carta al mejor equipo que
houy puede poner en un campo de juego.-
Y este equipo no es otro que el de los tres grandes
volantes de siempre (Sergio Busquets en la contención, Xavi en el manejo,
Inesta en la creación), dos extremos (hoy, Alexis Sánchez y Pedro Rodríguez son
los que se encuentran en mejores condiciones técnicas) y Messi, de “falso
nueve” en medio de ellos.
Creemos que este equipo, con el regreso de Gerard
Piqué por Marc Bartra, es el mejor que hoy puede disponer Martino si se toma en
cuenta la actualidad de cada uno de sus jugadores porque ni Cesc Fábregas ha
rendido como “falso nueve”, ni como cuarto volante puede aportar demasiado por
el hecho de que eso resta potencia ofensiva y quita un delantero.
Algo parecido puede decirse del brasileño Neymar,
quien llegó con miras a sumar técnica en el ataque como socio de Messi, pero se
fue desdibujando con el correr de los partidos, sin encontrarse demasiado con
el argentino, enfrascado en soluciones individuales, y sin la profundidad
necesaria, además de los problemas extra futbolísticos que son ya muy conocidos
por los lectores.
Por todo esto, el Clásico, si bien es importante
para los dos, lo es mucho más para el Barcelona. No ganar implicaría seguir a
cuatro puntos, con nueve jornadas por jugarse, lo cual no parece fácil de
descontar, pero para ganar, Martino deberá pensar muy bien la alineación y qué
es lo que más duele a los blancos, que parecen más sólidos que en otras
temporadas, y con más confianza.
La gran diferencia es que el Real Madrid mantendría
una distancia con el Barcelona, aún perdiendo, si bien una victoria de los
blaugranas sería un gran golpe y el retorno de la competencia palmo a palmo
hasta el final de la competencia.
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