Muy pocos otorgaban posibilidades al Barcelona en el
clásico del domingo ante Real Madrid en el Santiago Bernabeu. El liderazgo de
los blancos, a cuatro puntos de distancia, los 31 partidos invictos y en
especial, su marcha tranquila y sin polémicas contra los continuos problemas en
el club catalán, daban cierto aire de certezas sobre que la Liga podía
terminarse allí mismo.
Pero pocas cosas motivan más que el escenario del
Santiago Bernabeu al Barcelona de estos años y en especial, a un crack como
Lionel Messi, al que no vamos a descubrir ahora. Más bien al contrario. Los
hinchas del Real Madrid lo vienen padeciendo tanto, que el domingo se convirtió
en el máximo goleador del clásico de todos los tiempos, superando a Alfredo Di
Stéfano.
El clásico terminó de picarse en las horas previas,
cuando subió a la web una publicidad de audífonos, protagonizada por Cesc
Fábregas, que mostraba un viaje en bus del Barcelona camino al Santiago
Bernabeu, escuchando al pasar los gritos en contra de la gente hacia el equipo,
el club, sus jugadores y hasta Cataluña, y entonces el volante se colocaba el
aparato en sus oídos y le reinaba la paz. Pero fue tan fuerte que el corto fue
cambiado por otro más tradicional.
Ya en el campo de juego, y en un domingo extraño
envuelto en toda España con la muerte del presidente símbolo de la transición
desde la dictadura franquista a la democracia, Adolfo Suárez, tanto Messi como
Andrés Iniesta se encargaron de marcar claras diferencias en el juego, sumado
al buen planteo de Gerardo “Tata” Martino, que supo leer que se trataba de un
partido de más estrategia que táctica. Esto es: mucho más enfocado a cómo había
que jugarle al Real Madrid que cuáles son los jugadores que disponía en mejor
condición técnica.
Si bien en este momento, Pedro Rodríguez y Alexis
Sánchez son mucho más que Cesc Fábregas y Neymar, el tipo de juego del Real
Madrid requería de muchos jugadores de buen pie para adueñarse de la pelota,
escondérsela a los blancos y reducirle los espacios. De nada valía colocar un
4-3-3 con dos extremos bien abiertos y plantear un ida y vuelta a los reyes de
la velocidad y la contundencia. El técnico argentino leyó bien lo que había que
hacer y el plan le terminó dando la razón y hasta generó los dos cambios cuando
no le quedó otra que ir a buscar el resultado, cuando estuvo en desventaja.
El partido fue frenético y dejó la sensación de que
cada tiempo duraba apenas 15 minutos, por tantas ocasiones de gol (muchas, en
los pies del francés Karim Benzema, que revirtió el 0-1 inicial, pero que pudo
haber convertido no menos de cuatro más, y que inexplicablemente fue
reemplazado por su técnico Carlo Ancelotti cuando claramente era para que
saliera el galés Gareth Bale, pero debe haber pesado en la conciencia del banco
el enorme valor del fichaje de cien millones de euros.
Pese a las protestas durante y posteriores al
partido contra el árbitro Undiano Mallenco por parte de los jugadores blancos,
que argumentan que ninguno de los dos penales cobrados al Barcelona fueron
válidos y mucho menos, la expulsión de Sergio Ramos en su infracción a Neymar
en uno de ellos, no hay mucho para decir.
Si en una se equivocó el juez fue precisamente en el
penal a favor del Real Madrid, que sirvió para que un cristiano Ronaldo
desbocado y al borde de un ataque de nervios al final, estableciera el 3-2
parcial, pero Messi, siempre Messi, se transformaría en el verdugo de los
blancos con dos penales ejecutados con maestría y de muy diversa forma.
El supercrack argentino volvió a demostrar, por si
hiciera falta, quién es, en estos años, el mejor jugador del mundo. En un gran
escenario y con todos los focos puestos sobre él y sus rivales.
Por si fuera poco, ahora superó al mexicano Hugo Sánchez
y ya es el segundo máximo goleador de la historia de la Liga Española, y ahora
va por el primero, Telmo Zarra. Va a pulverizar todos los récords existentes en
el fútbol. Y pensar que hay quien aún lo discute.
Ahora hay Liga otra vez, apasionante como nunca en
estos últimos diez años, con tres equipos peleándola a nueve fechas del final,
y con Atlético Madrid ahora puntero junto al Real Madrid y con el Barcelona a
un solo punto, pero tanto el Barcelona como el Atlético serían campeones si
empataran a puntos con el Real Madrid al terminar el torneo, por haber sacado
mejor resultado en sus enfrentamientos. Y eso no es todo: en la última fecha,
el Barcelona recibirá al Atlético en el Camp Nou, cuando ya se enfrentan la
semana que viene por los cuartos de final de la Champions League. Y aún queda
en abril la final de la Copa del Rey en valencia con otro Real
Madrid-Barcelona.
Nos quedan muchas emociones todavía, antes de la más
grande, la del Mundial de Brasil.
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