Dependiendo de lo que ocurra en la próxima jornada
de la Liga Española, en la que el Real Madrid tiene un compromiso mucho más
cómodo que el Barcelona –aunque el Villarreal y el Valencia también tienen
factible ganar sus partidos en casa-, los azulgranas probablemente se juegan
una buena oportunidad para tratar de dar alcance a los blancos cuando los
reciban en apenas unos pocos días, el 3 de diciembre en el Camp Nou en uno de
los partidos del año en el fútbol mundial.
Pero, ¿cómo llegan ambos a este Clásico que hoy por
hoy, es considerado el partido más importante del mundo? De momento, si bien se
trata siempre de un enfrentamiento con notable paridad (hasta la diferencia de
goles de ambos se parece casi milagrosamente), hay una muy buena diferencia
para los blancos en lo que se refiere al trayecto.
Real Madrid acaba de ganar con amplitud el derbi del
Vicente Calderón (el último que se ha jugado en este estadio porque el Atlético
pasará a ser local en La Peineta desde la temporada siguiente), no sólo por el
0-3, que comenzó con un libre directo de Cristiano Ronaldo que se desvió y que
modificó la trayectoria del balón, sino por el juego mismo, por el dominio que
los blancos ejercieron desde entonces durante casi todos los noventa minutos,
con una facilidad asombrosa, reconocido esto por el entrenador de los
derrotados, Diego Simeone.
Este Real Madrid de Zinedine Zidane, como ya hemos
abundado en otras columnas anteriores, se basa mucho más en la simplicidad de
conceptos, el manejo del vestuario con mano izquierda y la tranquilidad en la
convivencia, que en sistemas tácticos sofisticados o revoluciones de pizarra,
pero aún así, ha logrado transmitir mucha confianza en sus jugadores y por
ejemplo el pasado sábado, si bien el equipo no contó con habituales titulares
como Sergio Ramos, Toni Kroos o Karim Benzema (ingresado ya en la segunda
parte), no parece haber sentido en lo más mínimo sus ausencias y fueron bien
reemplazados por otras figuras.
La sensación que transmite el Real Madrid es que
cuenta con una amplia plantilla de figuras y que ingrese quien ingrese, todas
ellas cumplen con el cometido y solucionan problemas.
Además de eso, de a poco van regresando los
titulares aún cuando a los blancos les resta jugar por la Champions League ante
el Sporting de Lisboa en Portugal y aunque acaso les cueste llegar esta vez a
la primera posición en su grupo (hoy están por debajo del Borussia Dortmund),
tal vez en este caso pueda serles útil para evitar a los rivales más poderosos,
dependiendo de cómo queden confeccionados los líderes en cada caso.
Al Real Madrid le queda jugar ante el Sporting de
Gijón como local en el Santiago Bernabeu por la Liga antes de visitar el Camp
Nou y con obtener lo que parece un lógico buen resultado en casa, si al
Barcelona le cuesta dejar algún punto en Anoeta ante la Real Sociedad, la
distancia que hoy es de cuatro puntos entre los dos, podría ampliarse aún más,
lo que les permitiría a los blancos llegar más cómodos al compromiso.
El Barcelona es muy variable por este tiempo porque
depende demasiado de su ataque y de quiénes jueguen. Ya venía ocurriendo que
Andrés Iniesta estaba ausente por una nueva e inoportuna lesión, y eso le
estaba costando en el andamiaje del equipo, aunque el tridente sudamericano le
iba ayudando a solucionar el problema.
Bastó sin embargo que ante el Málaga, en casa, no
jugara Luis Suárez y se indispusiera Lionel Messi a último momento, para
sentirlo en el juego y ya no poder vulnerar, con varios suplentes, la madeja
defensiva que generó el conjunto andaluz para poder soportar los embates del
equipo de Luis Enrique, sin ideas ni mecanismos para superar situaciones como
éstas.
Desde hace tiempo que el Barcelona depende demasiado
de sus estrellas y cuando algunas o varias de ellas no están, el equipo no
encuentra el rumbo, aunque mantiene un estilo desde hace años, claro que cada
vez más desdibujado.
Este Barcelona que marcha a cuatro puntos del Real
Madrid, debe viajar a uno de los terrenos que más le cuesta y en el que viene
tropezando año a año, y esta vez, ante una Real Sociedad que de vencer, quedará
a un solo punto de los catalanes, algo impensado para esta altura del torneo al
inicio de la Liga.
El Barcelona tampoco tiene un compromiso fácil por
Champions entresemana, porque debe viajar a Glasgow a jugar ante otro rival que
lo suele complicar, el Celtic, aunque se encuentra bien ubicado en el grupo. De
todos modos, un mal resultado podría complicarlo y dejar abierta la
clasificación a la última jornada.
El tercero de la Liga es el Sevilla, que ya parece
que como en temporadas anteriores el Atlético Madrid, se ha entrometido en la
lucha por el título, lo que agrega emoción a un torneo demasiado acostumbrado a
que todo fuera de a dos, o en los últimos años, de a tres.
No sólo venció en el final 2-3 al Deportivo La
Coruña con gol del argentino Gabriel Mercado, para quedar a seis puntos del
Real Madrid, sino que en la próxima jornada recibirá a un flojo Valencia,
aunque en la semana se jugará el primer lugar de su grupo de Champions ante la
poderosa Juventus en el Sánchez Pizjuán.
El Villarreal también tiene en la próxima jornada un
compromiso accesible en El Madrigal ante el Alavés pero en la Europa League,
antes, se juega buena parte de su clasificación como visitante ante el Zurich.
Uno de los grandes desafíos es para el Atlético, que
deberá mentalizarse para no quedar muy rezagado en Liga (se encuentra a nueve
puntos del Real Madrid, en el sexto lugar), y no parece fácil tampoco el
próximo partido ante el Osasuna como visitante, y en este caso el partido en
casa ante el Rostov por la Champions es un poco más cómodo porque ya se ha
clasificado a octavos de final.
Y ya en el séptimo puesto, el Athletic de Bilbao,
que ha conseguido un buen triunfo en San Mamés ante el Villarreal, tiene otro
partido en casa ante el Sassuolo por la Europa League antes de visitar al Las
Palmas, para seguir muy de cerca a los equipos de posiciones superiores en la
Liga.
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