“El esfuerzo no se negocia”, suele decir el
entrenador argentino Diego Simeone, y es una máxima que sus equipos tienen
grabada a fuego. Quienes siguen desde 2011 al Atlético Madrid, bajo su dirección,
y quienes han tenido que enfrentarlo, lo saben mejor que nadie. Los rojiblancos
se han convertido en un equipo durísimo y contra el que no puede haber errores
ni desconcentraciones, porque se termina pagándolo muy caro.
Bien lo podría decir el Sevilla, que el domingo, en
el Sánchez Pizjuán y delante de su público, ejerció un dominio territorial
importante durante los primeros veinticinco minutos, tuvo la pelota muchísimo
más tiempo durante todo el partido, y sin embargo, a diez minutos del final,
caía por 0-5 y el Atlético había perdonado con un par de remates que tuvieron a
los postes como destino final.
¿Qué fue lo que ocurrió? Bastaron dos errores graves
en la salida desde su propia portería por parte de dos jugadores argentinos, y
ambos en la mira del entrenador de su selección nacional Jorge Sampaoli, Ever
Banega y Gabriel Mercado, para que el Atlético subiera otro gol al marcador.
En otro de los goles, Griezmann y Diego Costa se las
arreglaron en una pequeñísima parcela, en otra el hispano-brasileño fue
derribado y el francés anotó de penalti, y en otra, el propio delantero galo
sacó un remate inatajable para Sergio Rico.
Pero es difícil quedarse sólo con esa capacidad ofensiva que no había
aparecido con tanta contundencia en otros partidos del equipo en esta
temporada.
Lo de la segunda parte del Atlético en el Sánchez
Pizjuán, el nivel de concentración, de presión y de resolución con la pelota
recuperada fue tan alto, que al terminar el partido, Simeone afirmó que fue lo
mejor del equipo en lo que va de temporada, y justo en un momento crucial de la
misma.
Porque el Atlético debe enfrentar en el próximo fin
de semana al Barcelona en el Camp Nou, en el que seguramente será el partido
que marcará a los dos y en el que, definitivamente, los “colchoneros” sabrán
hasta dónde pueden llegar, si están para pelearle la Liga a un equipo con mucho
mayor presupuesto y altísimas inversiones en fichajes y con el mejor jugador
del mundo en sus filas.
Quienes crean que la Liga Española está ya definida,
es que no conocen la filosofía del “Cholo” argentino. Jamás se dará por vencido
por anticipado y acaso un buen ejemplo pueda ser esta misma temporada, porque
hace escasas semanas parecía que casi todo se había terminado.
El Barcelona, cortado en el lidertato en la Liga,
eliminado en la Copa del Rey, y fuera de la Champions League tras la fase de
grupos, teniendo que bajar a la Europa League a jugar los dieciseisavos de
final. No sonaba a una temporada muy motivante para una plantilla muy
acostumbrada a otro tipo de batallas, con un listón mucho más alto. Lo más
importante parecía ser el hecho de regresar a la Champions en 2018/19.
Sin embargo, el Atlético pudo sacar los 15 puntos
siguientes tras un insulso empate ante el Girona en el Wanda Metropolitano,
aunque entre los rivales hayan estado el Valencia, el Athletic de Bilbao y el
Sevilla. No importó nada, como tampoco el haber dejado atrás en la Europa
League al FC Copenhague y ahora espere el Lokomotiv ya en los octavos de final.
El equipo del Cholo es eso, un conjunto, en el que
si bien hay muy buenas individualidades, prima lo colectivo. Tal vez las
llegadas a la portería rival no sean tantas pero ha reiterado aquella solidez
defensiva que fue siempre la gran base de toda acción, y por eso es el equipo
menos vencido de la Liga con apenas 11 tantos en 25 partidos, un promedio
bajísimo.
Con un mediocampo luchador pero que no por eso tenga
poco talento, hay buen dominio de balón en la joven promesa de Saúl Ñíguez y en
Koke, pero también ductilidad en Thomas, y si hay algo en lo que ha mejorado
sustancialmente es en el ataque desde el regreso desde el Chelsea de Diego
Costa, que se complementó rápido y muy bien con Griezmann hasta hacerse una
dupla temible.
De hecho, jugadores de mucha importancia como
Vitolo, Angel Correa o Kevin Gameiro deben esperar su turno en el banquillo
porque no hay lugar para todos, y aún más atrás aparece Fernando Torres.
Que la ventaja del Barcelona sea grande, cuando la
Liga entra en la recta final, no significa que todo esté cerrado. Ni siquiera la
lógica de la ventaja de la localía en el Camp Nou puede asegurar algo a los
“culés” porque todos conocen el corazón y la fuerza del Atlético, y son muy
pocos los equipos que pueden jugar tan bien esta clase de partidos decisivos.
Sin dudas, para la Liga será el partido del año. Dos
estilos completamente distintos. Uno, de posesión y con un mediocampo de muchas
variantes, al que seguramente el Atlético le opondrá lucha de principio a fin.
El gran ataque del Barcelona se encontrará con la mejor defensa del torneo, y
la defensa catalana deberá tener cuidado en la salida y no equivocarse porque
sabe bien que a diferencia de otros casos, ante el Atlético podría ser fatal.
Por todo eso, y por la enorme categoría de la
mayoría de los jugadores, el Barcelona-Atlético del próximo fin de semana es el
mejor partido posible para esta Liga Española.
Duelo de estilos apasionante. Para ir reservando una
platea en el estadio o frente a la pantalla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario