Desde los números, sería muy fácil determinar lo que
puede ocurrir en la Liga Española. A sólo once jornadas del final, el Barcelona
venció al Atlético Madrid y le sacó ocho puntos de ventaja que ya parecen
indescontables. Sin embargo, la diferencia en el juego, durante los noventa
minutos, deja aún menos dudas sobre el destino del torneo.
Desde el punto de vista de la estadística, podría
decirse que ambos equipo pudieron irse el domingo del Camp Nou con una cierta
conformidad. Desde el Barcelona, el triunfo basado en el dominio durante todo
el partido, y su situación en la Liga, son evidentes. Desde el Atlético, su
entrenador, Diego Simeone, podría argumentar que finalmente, su equipo perdió
apenas por un gol de libre directo y proveniente de un genio como Lionel Messi,
que marcó por tercera vez consecutiva con esa fórmula.
Sin embargo, hubo una situación diferenciadora: si
el Barcelona jugó como casi siempre, con el estilo acostumbrado y con su
entrenador, Ernesto Valverde, colocando al mejor equipo posible, con Philippe
Coutinho como cuarto volante, acompañando en el ataque a Messi y a Luis Suárez,
el Atlético estuvo muy lejos del nivel alcanzado en los últimos tiempos, y
apenas si pudo atravesar la mitad del campo y mucho menos, llegar a posición de
gol aunque cuente con una poderosa dupla ofensiva compuesta por Diego Costa y
Antoine Griezmann.
Quedó muy claro en este partido del Camp Nou, para
el Atlético Madrid, que una cosa son la mayoría de los rivales de Liga con los
que se enfrentó hasta el momento (especialmente los últimos, a los que les ganó
con mucha claridad), e incluso, los de
la Europa League, y otra cosa distinta es enfrentar al Barcelona en el Camp
Nou, algo que también, en esta temporada le ocurrió en la Champions League, en
la que no pudo pasar la fase de grupos.
Esto no quita los elogios al nivel que el equipo de
Simeone había alcanzado justo antes de llegar al Camp Nou, con las expectativas
muy altas gracias a que a mitad de semana había logrado quedar a cinco puntos y
entonces un triunfo ante el Barcelona lo colocaba definitivamente en la lucha
por la Liga.
Sin embargo, tal como ocurriera en la fase de grupos
de la Champions, el Atlético no ha encontrado las respuestas justas cuando el
listón estuvo mucho más alto, cuando debió enfrentarse a equipos de mayor
fuste.
En cambio, el Barcelona muestra un presente de mayor
regularidad, aún cuando a Valverde le está costando contar con el once titular
que se pueda repetir porque en el partido del pasado domingo ante el Atlético
volvió a salir Andrés Iniesta, lesionado, reemplazado por el portugués André
Gomes, que evidentemente no acaba de sintonizar el lenguaje del equipo.
El Barcelona no realizó tampoco un partido inolvidable,
y no puede decirse que haya tenido muchas situaciones de gol y de hecho, como
ya se dijo, el tanto llegó a través de un libre directo y no de una jugada en
movimiento, pero fue claramente superior a su rival en todo el campo, en todas
las posiciones.
No parece casualidad que el Atlético (si bien apenas
un gol menos que el Barcelona) sea el equipo menos vencido del torneo porque
aún siendo superior y teniendo mucho más el balón, al Barcelona le costó mucho
profundizar (muy bien controlado Suátez por sus compatriotas uruguayos Diego
Godín y José María Giménez).
Pero la diferencia en la administración del balón
fue notable a favor de los blaugranas, que pudieron dominar ampliamente, sin que el Atlético les
generara ningún peligro.
De todos modos, y aún encaminándose al título de
Liga, el Barcelona continúa con falencias importantes en el ataque. Es evidente
que le falta un delantero más porque si bien Messi hace la diferencia con su
capacidad y su precisión (ante el Atlético llegó a su gol oficial 600 en su
carrera), necesita que Suárez tenga un compañero en su misma línea porque de lo
contrario, es una suma de volantes y laterales que llegan, pero no tiene
cubiertos los extremos (especialmente con Ousmane Dembélé, cuya transferencia
ha costado muchísimo dinero).
Al retrasarse Messi a buscar el balón desde el medio
del campo, y con Coutinho desde ese sector hasta tres cuartos, finalmente queda
Suárez como único punta, lo que acaba generando la idea de que el Barcelona
convierte demasiados pocos goles en proporción al porcentaje de posesión de
balón por partido.
En cuanto al Atlético, si bien va completando otro
torneo con fuerte protagonismo, necesita un mayor toque de audacia en
compromisos de esta categoría ante rivales tan fuertes, especialmente ahora que
el club ha hecho una gran inversión en jugadores y su defensa sigue ofreciendo
garantías.
Acaso lo del Camp Nou sea una lección para Simeone
para ir en busca, en la próxima temporada, de nuevos desafíos cada vez más
altos.
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