Ningún equipo
argentino había llegado tan lejos en las primeras tres ediciones de la Copa
Libertadores. El presidente de Boca, Alberto J. Armando, había entendido que el
torneo sudamericano creado en 1960 como copia de la Liga de Campeones de
Europa, que se jugaba desde 1956 podía ser una plataforma de lanzamiento
internacional e hizo una gran inversión en jugadores de calidad para 1963.
Así es que Boca
tenía un plantel compuesto por algunas figuras internacionales como Antonio
Roma, Silvio Marzolini, Antonio Ubaldo Rattín, los veteranos Ernesto Grillo y
Norberto Menéndez, y los brasileños Paulo Valentim y Orlando Peꞔanha de
Carvalho, a los que se sumaron nada menos que el gran goleador de San Lorenzo,
José Francisco Sanfilippo y un jovencito que había debutado apenas tres meses y
medio antes, 19 de mayo, Ángel Clemente Rojas, y que rápidamente se había
convertido en ídolo de los hinchas xeneizes.
Boca, campeón
argentino de 1962, venía de eliminar a Olimpia de Paraguay y a Universidad de
Chile en la fase de grupos y a Peñarol en semifinales (sólo llegaba el mejor de
cada país). Santos, en cambio, era campeón paulista, brasileño, de la edición
anterior de la Copa Libertadores (en la que había vencido en la final en el
tercer partido en el Monumental de Buenos Aires a Peñarol por 3-0) e
intercontinental 1962 al ganarle al Benfica de Eusebio.
Al ser campeón
de América de la edición anterior, el reglamento le permitió clasificarse
directamente para la instancia semifinal de 1963, en la que eliminó a su
compatriota y subcampeón brasileño (que ocupaba la plaza del Santos, campeón de
su país) Botafogo. Los cariocas se esperanzaron al empatar 1-1 en San Pablo en
la ida en el Pacaembú, pero cayeron como locales por un rotundo 4-0 con un
festival de Pelé, el mejor jugador del mundo de ese tiempo y ya bicampeón
mundial, y autor de tres goles, y un cuarto de Lima).
La final de la
Copa Libertadores de 1963, la primera entre un equipo argentino y otro
brasileño, parecía un choque de trenes y de estilos. Boca, con un equipo
repleto de figuras de mucho prestigio, pero enfrente el Santos, con astros como
el arquero Gilmar, o jugadores como Zito, Mengálvio, Coutinho, Pelé y Pepe,
todos integrantes de la selección verdeamarilla que acababa de ganar su segundo
Mundial consecutivo en Chile.
Sin embargo, el
entrenador del equipo paulista, Lula (Luis Alonso Pérez), sabía que los
compromisos con Boca no serían fáciles, como relató el propio “Rey” en su
película “Pelé Eterno”: “Brasil era
entonces el país del optimismo y ganar títulos en el deporte pasó a ser una
obligación porque fue dos veces campeón mundial de fútbol y básquetbol, por lo
que ser bicampeón del mundo era casi una obsesión. Entonces, había una cierta
presión para que el Santos también fuese bicampeón sudamericano”.
Sin embargo, en
el partido de ida del Maracaná, ante cerca de cien mil espectadores, parecía
que todo se cerraría muy pronto y a los 28 minutos del primer tiempo, Santos ya
ganaba 3-0 con dos goles de Coutinho, el primero apenas a los dos minutos, y
otro de Lima, pero Sanfilippo descontó a los 43 minutos antes de irse al
descanso, y cuando parecía que los brasileños se iban a la revancha de Buenos
Aires con un cómodo resultado, otra vez el ex centrodelantero de San Lorenzo
achicó las cifras al 3-2 definitivo a un minuto del final.
“Todo vino muy
rápido para mí. Fuimos al Maracaná, a Río de Janeiro, y recibí dos impresiones
imborrables –relató-. Por un lado el estadio, las bombas, el griterío, el
fervor del público, y por otro, me
parecía un sueño verlo a Pelé al lado mío en la cancha y como rival, y me saqué
una foto con él. Ese equipo era una máquina y a los 20 minutos ya perdíamos 3-0
pero luego nos acercamos y terminamos 3-2”, recordó Rojitas.
Esa escasa
diferencia en el marcador de la ida subió las expectativas para el partido de
vuelta en la Bombonera,. El 11 de septiembre ante más de cincuenta mil personas
que colmaron el estadio de la Boca. El extremo izquierdo del santos, Pepe, recordó
esa postal en una entrevista: “El estadio estaba abarrotado. Los aficionados
gritaban, nos insultaban. Ganar a Boca Juniors allá, en su casa, no era algo al
alcance de un equipo normal”. De hecho, Boca había ganado sus tres partidos
como local en esa Copa Libertadores.
“Jugué en todos
los estadios del mundo, pero jamás sentí un terremoto cuando un equipo sale al
campo como en la Bombonera”, admitió años más tarde Pelé.
Con la hinchada de
Boca empujando, el equipo xeneize no pudo vencer al santos en el primer tiempo
pero al minuto del segundo, llegó el gol de Sanfilippo y la serie estaba
empatada (no había gol de visitante y la igualdad de puntos en la serie
obligaba a un tercer partido en cancha neutral).
Todo se hizo más
nervioso, con muchos choques, faltas y discusiones. “Fue un partido diferente,
con mucha provocación y por eso me dejé llevar en el festejo del empate”,
recordó Coutinho, que debió ser contenido por su compañero Zito tras un
incidente con Sanfilippo en el momento del gol de Boca. “Cuando él marcó el 1-0
vino a reírse de mí pero Zito me dijo que no servía de nada porque iba a perder y así fue. Ganamos al final”.
“En la revancha
en la Bombonera tuvimos mala suerte porque lo pudimos ganar pero erramos muchas
situaciones de gol”, se lamentó Rojitas, que en el fragor de los dos partidos
llegó a escupir al “Rey”. “Era muy mocoso, no pensaba. Luego le pedí
disculpas”, se lamentó.
Apenas cuatro
minutos después de aquel gol de Sanfilippo, lo empató Coutinho y a los 82
minutos, luego de una apilada, Pelé estableció la diferencia definitiva que le
dio el título al Santos. Incluso “O Rei” se dio el lujo de cambiarse los
pantalones (se le habían roto) en medio de la cancha, despertando la ira en los
jugadores de Boca, que lo interpretaron como una provocación y una forma de
perder tiempo, jugando con el resultado favorable a los brasileños.
Santos se
consagró bicampeón de la Copa Libertadores 1962/1963 y fue la primera vez que
un equipo ganaba los dos partidos de la final evitando así el tercer partido, y
también fue la primera vuelta olímpica internacional en la Bombonera (por los
torneos locales, River la había dado dos veces, en 1942 y 1955 y Racing en 1949)
y también era la primera vez que un equipo brasileño conseguía un título en la
Argentina.
Santos fue,
meses más tarde, bicampeón intercontinental al vencer al Milan de Nereo Rocco,
campeón de Europa, mientras que Sanfilippo resultó el goleador de la Copa
Libertadores con siete tantos, y ese mismo año fue el autor del gol con el que
Boca venció a River en el Monumental con el que venció 1-0 y así le impidió a
los “Millonarios” ser campeones y el título argentino quedó en manos de
Independiente, que así se proyectó a la Copa Libertadores de 1964, para lo cual
los “Rojos” dejaron antes en el camino al Santos de Pelé.
Boca lograría la
revancha contra el Santos cuarenta años más tarde, en 2003, al vencerlo en otra
serie final de Copa Libertadores a dos partidos.
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27/8/63 Santos 3
Boca 2 (2m y 21m Coutinho, 28m Lima, 43m
y 89m Sanfilippo), 100.000 espectadores en el Maracaná
Santos: Gilmar;
Mauro, Calvet, Dalmo: Zito, Geraldino; Dorval, Lima, Coutinho, Pelé y Pepe. DT:
Lula
Boca: Néstor
Errea; Carmelo Simeone, Rubén Magdalena, Orlando, Marzolini; Ernesto Grillo,
Rattín, Norberto Menéndez, Alberto Mario González; Ángel Rojas y Sanfilippo. DT: Aristóbulo
Deambrossi
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11/9/63 Boca 1
(Sanfilippo 46m ), Santos 2 (50m Coutinho, 82m Pelé). 50.000 espectadores en la
Bombonera.
Boca: Errea;
Simeone, Orlando, Alcides Silveira, Magdalena;
Grillo, Rattín, Menéndez, González: Sanfilippoy Rojitas.
Gilmar: Mauro,
Calvet, Dalmo; Zito, Geraldino; Dorval, Lima, Coutinho, Pelé y Pepe.
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