Alejandro Dolina
suele decir que si hay una certeza a los 35 años, “es que ya sabés que no serás
el número nueve de Boca”. Para los millones de hinchas xeneizes, el puesto de
centrodelantero dio grandes satisfacciones, como el emblemático caso de Martín
Palermo, que se llevó a su casa uno de los arcos de la Bombonera, Gabriel
Batistuta, aunque tras una corta participación a principios de los Noventa, Hugo
Curioni, transferido al fútbol francés, Carlos María García Cambón, con su
soñado debut con los cuatro goles a River en 1974, o el “Tanque” Alfredo Rojas
en los rocosos equipos de los Sesenta.
Pero también
están los casos opuestos, aquellos que generaron enormes expectativas y que ya
sea por presiones, malas rachas, lesiones o bajos rendimientos técnicos, no
pudieron cumplir con su cometido. En ese contexto, el caso de Franco Soldano es
uno de los más extraños, con apenas tres goles en 33 partidos con la camiseta de Boca desde 2019. Muchos salen
en su defensa justificándolo “porque hace el trabajo sucio para Carlos Tévez y
es importante tácticamente” y otros ironizaron acerca de que el “Apache” “es el
único jugador del fútbol argentino que tiene secretario adentro de la cancha”.
El propio jugador advirtió ante las críticas por estar en el “dique seco” que
“si quieren goles, para eso en Boca está Wanchope Ábila”. ¿Puede tener éxito en
Boca un nueve que no hace goles?
Esta es la
historia de los nueves que llegaron a Boca con ilusiones pero que no pudieron
concretar sus sueños.
Charles (Fabián Figueredo Santos) (12/4/1968):
Fue campeón y goleador en Bahía y luego ratificó sus condiciones en el
Cruzeiro. En especial apareció en su gran rendimiento ante River en la final de
la Supercopa 1991 en el Mineirao (3-0). Eso llamó la atención de Diego
Maradona, que pensaba en volver a Boca desde el fútbol italiano, y compró su
pase en dos millones de dólares en junio de 1992. Fue presentado en “Ritmo de
la Noche” en una canchita con un rejuntado de Boca compuesto por Gatti,
Maradona, Tapia y Charles y le ganaron a River, conformado por Fillol, JJ
López, Alonso y Tarantini 6-4 con dos goles del brasileño. “Esta fue su
presentación. Se va a cansar de hacer goles en Boca”, dijo después Maradona. Si
bien integró el equipo campeón del Apertura 1992, fue un fracaso total. Cinco
partidos jugados, sin goles, y volvió a Brasil para jugar en Gremio, Flamengo y
terminar en Bahía, pero ya sin ser nunca el que asomaba. En la selección de
Brasil jugó 11 partidos y marcó tres goles.
Nohoiro Takahara (4/6/1979): Llegó en 2001 y marcó un solo gol ante Lanús, el único
con la camiseta de Boca, donde llegó a jugar seis partidos. Era jugador del
Jubilo Iwata (32 goles en 78 partidos), de donde llegó a préstamo. Regresó a la J-League y fue goleador y
considerado mejor jugador de la Liga 1. Luego jugó en el Hamburgo, en el Eintracht
Francfurt y desde el 2008, en el Urawa Diamonds de la J1 League y el Mundial
2006 para Japón. La idea del entonces
presidente xeneize Mauricio Macri era realizar una campaña de marketing
aprovechando que el equipo volvía en diciembre a Japón para disputar otra Copa
Intercontinental, esta vez ante el Bayern Munich, pero el DT Carlos Bianchi
decidió no llevarlo a esta competencia, generando una gran desilusión en los
aficionados japoneses.
Fernando Morena (2/2/1952): Llegó a Boca con 32 años en 1984 a pedido del director
técnico Miguel Ángel “Zurdo” López a la dirigencia tras un mal comienzo en el
Campeonato Metropolitano. Venía de una muy dura lesión (fractura de tibia y
peroné de la pierna izquierda) por una falta del venezolano René Torres en la
Copa América de 1983 que ganó Uruguay de visitante en Brasil, justo cuando
atravesaba un gran momento profesional. No arregló entonces su vuelta a
Peñarol, ante la duda de algunos de sus dirigentes por el estado físico, y
decidió arreglar un préstamo con Boca. Su debut se produjo el 8 de abril y sólo
llegó a jugar dos meses, hasta el 10 de junio. Si bien marcó 12 goles en 23
partidos con la camiseta xeneize, casi todos ellos fueron en amistosos entre
semana que el equipo jugaba para recaudar fondos que necesitaba de manera
desesperada en una de las peores crisis económicas de su historia, con su
estadio clausurado y números marcados con fibrones en su camiseta. Apenas marcó
un gol oficial y el 22 de abril vivió uno de los momentos más recordados cuando
ante Platense, en la cancha de Vélez, el defensor Oscar López Turitich –que
ocupaba el arco por el lesionado Gabriel Puentedura- le atajó un penal sobre la
hora y terminaron empatando 2-2.
Roberto “Pampa” Sosa (24/1/1975): Llegó al Boca de Oscar Tabárez a mediados de 2002
proveniente del Udinese, que lo cedió a préstamo por 900.000 euros. Como había
triunfado en el fútbol italiano, fue un pase de impacto. Vino a reemplazar a
Palermo, que había sido transferido al Villarreal, pero jugó nueve partidos sin
marcar goles. Después de Boca, Udinese lo cedió a Gimnasia (donde había
triunfado antes de emigrar a Italia, siendo goleador del Torneo Clausura 1998)
y regresó a Europa para jugar en el Udinese, Ascoli, Messina y Nápoli hasta que
en 2009 regresó a Gimnasia y se retiró en 2010 en el San Remo y el fútbol
suizo.
Abel Balbo (1/6/1966): Llegó con el pase libre proveniente de la Roma luego
de años de éxito en el fútbol italiano y con tres mundiales disputados con la
selección argentina. Con la idea de reforzar el equipo del uruguayo Oscar
Tabárez para la Copa Libertadores 2002. Debutó el 25 de abril en los octavos de
final ante El Nacional de Ecuador en el empate 0-0 en Quito y aunque Boca pasó
a cuartos, tampoco tuvo suerte en la revancha en la Bombonera. En cuartos de
final ante Olimpia fue reemplazado por Omar Pérez en el entretiempo y en la
revancha, ingresó por él un joven Carlos Tévez a los 15 minutos del segundo
tiempo. Boca fue eliminado del torneo y ya no siguió jugando, sin goles y lejos
del nivel esperado.
John Jairo Tréllez (29/4/1968): Llegó en 1994 procedente de Atlético Nacional de
Colombia (fue campeón en 1991). Había jugado con su selección las Copas América
de 1987 y 1989 y parecía que el colombiano armaría una gran dupla con el
chileno Ivo Basay pero su nivel cayó en picada. Jugó 16 partidos con 3 goles.
Pudo haberle jugado en contra la comparación con un compatriota suyo exitoso en
ese momento, el “Palomo” Albeiro Usuriaga (Independiente). Boca tuvo la opción
de traer a préstamo a una figura emergente del Cruzeiro, Ronaldo Nazario, pero
César Luis Menotti, entonces entrenador, se inclinó por Tréllez. Al segundo
partido que jugó con la camiseta auriazul, Boca cayó ante River en la Bombonera
(0-2) luego de ocho años sin derrotas en los superclásicos en ese estadio y
desde allí fue resistido por los hinchas y no rindió ni en la Supercopa ni en
el Apertura. “Turbina” se fue entonces al Juventude de Brasil. Luego regresó al
Atlético Nacional. Y pasó por Al Hilal (Arabia Saudita), Dallas Burn
(EEUU), Rajá Casablanca (Marruecos) y el
fútbol chino, para retirarse en Colombia en 2005/06.
Carlos “Bartolo” Alvarez: (3/3/19/52) Después de debutar en Racing en 1973, fue transferido a Argentinos
Juniors en 1975 y coincidió allí con un
joven Diego Maradona, que con sus pases lo hizo goleador del Metropolitano 1977 con 25 goles (En total, 100 partidos y
53 goles con la camiseta de los “Bichos Colorados”). Llegó para el Nacional
1977 con la idea de integrarse al equipo que dirigía Juan Calos Lorenzo y que
ya había sido bicampeón en 1976 y ganaría la Copa Libertadores en 1977, pero sólo
marcó 4 goles en 10 partidos en el torneo y 6 en 21 en el Metropolitano 1978
(en el que Boca estuvo muy cerca de ser campeón pero terminó segundo detrás de
Quilmes). Álvarez jugó 60 partidos de azul y oro y marcó 15 goles aunque en una
producción intermitente. Sin asentarse nunca en la titularidad. Permaneció
hasta julio de 1979 y luego siguió su carrera en Independiente, Unión, Gimnasia
y Tiro de Salta, Newell’s Old Boys, Nueva Chicago y se retiró en Bánfield en
1986.
Gabriel
Amato (22/10/1970): Llegó para reemplazar a un goleador exitoso como
Gabriel Batistuta, transferido a la Fiorentina, y tenía, además de la misma
posición en la cancha, sus mismos nombres, Gabriel Omar. Con Boca, que le pagó
a Gimnasia 200.000 dólares por su pase, llegó a ganar la Copa Máster. Llegó en
1991 para el Torneo Apertura justo luego de la frustración xeneize de perder la
final de la temporada 1990/91 ante Newell’s y la final de la Liguilla Pre-Libertadores
frente a San Lorenzo. Era goleador en Gimnasia, pero en Boca sólo hizo 2 goles
en 33 partidos. Era resistido por buena parte de la hinchada en tiempos de
vinchas y gel, como otros de los recién llegados al plantel, Antonio Mohamed y
Alejandro Giuntini. Más de una vez argumentó que su escasa eficacia en Boca se
debió “a que me ponían como extremo derecho y no en mi posición”. Luego jugó en
Independiente, Huracán y explotó en River con Ramón Díaz de DT para terminar en
Europa en Hércules, Mallorca, Rangers, Gremio, Betis, Levante, Albacete y se
retiró en Banfield en 2004.
Jan Hurtado (5/3/2000):
El venezolano llegó a Boca a mediados de julio para la temporada 2019/20 y en
750.000 dólares luego de dejar una buena imagen en Gimnasia (incluso un gol que
eliminó a Boca de la Copa Argentina). Marcó 2 goles en 20 partidos, uno de
ellos, el que aportó para el triunfo 1-0 ante River en la Bombonera por la
revancha de la semifinal de la Copa Libertadores 2019 pero a los xeneizes no
les alcanzó para llegar a la final. Fue a préstamo al Bragantino de Brasil (3
goles en 20 partidos).
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