Las abismales
diferencias económicas con los clubes europeos, la emigración de una enorme
cantidad de jugadores a distintas ligas de otros continentes, cambios de
calendario y hasta cuestionamientos al estilo y la alteración en la identidad
del juego fueron los principales argumentos esgrimidos por distintos
especialistas consultados por Infobae acerca de una nueva frustración de un campeón
de la Copa Libertadores por no llegar a la final del Mundial de Clubes, como
ocurrió el domingo con el Palmeiras al caer ante Tigres de México en el torneo
de Qatar.
Si desde 1960
hasta 2004 se determinaba el campeón mundial con la disputa de la Copa
Intercontinental entre los campeones de Europa y Sudamérica, con el saldo a
favor de los vencedores de la Copa Libertadores por un estrecho 22-21 (no se
disputaron en 1975 y 1978 por problemas de calendario), muy distinta comenzó a
ser la situación cuando desde 2005 la FIFA resolvió determinar el mejor del
planeta a partir de la organización del Mundial de Clubes con los ganadores de
cada torneo continental.
Desde que se
juega el Mundial de Clubes, no sólo los campeones de la Copa Libertadores lo
ganaron tres veces en quince ediciones (San Pablo en 2005, Inter de Porto
Alegre en 2006 y Corinthians en 2012), sino que desde 2010, en cinco
oportunidades ni siquiera pudieron llegar a disputar la final, a la que siempre
llegaron los campeones de la UEFA Champions League.
El Inter de
Porto Alegre fue derrotado en la semifinal de 2010 por el Tout Puissant Mazembe
de la República democrática del Congo y no pudo jugar la final ante el Inter de
Milán, en 2013m el Atlético Mineiro cayó en semifinales ante el local Rajá
Casablanca de Marruecos y no llegó a jugar la final ante el Bayern Munich, en
2016 fue Atlético Nacional de Medellín el que perdió ante los japoneses de
Kashima Antlers y no tuvo la chance de enfrentar al Real Madrid, en 2018 le
tocó por única vez no llegar a una final a un equipo argentino cuando River
cayó ante los locales de Al Ain y tampoco pudo jugar ante Real Madrid, y en el
actual torneo, Pameiras cayó ante Tigres de México y no podrá jugar ante el
Bayern Munich en la definición.
Para Javier Tabares (Fox Sports), lo que
ocurre con la final de Mundial de clubes “es un eslabón más en la cadena de
resultantes negativos por lo que desde hace años viene realizándose mal. La
falta de elaboración de un proyecto que contemple todo lo que el fútbol requiere
para potenciarlo en Sudamérica es la causa cero, el gen. Si bien hay
excepciones en algunos clubes, la generalidad marca que no existe una
estructura sólida que permita el adecuado desarrollo de los jóvenes, que
-todavía- siguen surgiendo. Los futbolistas que se destacan a temprana edad se
van a Europa, especialmente, o a Estados Unidos sin siquiera haber llegado a un
nivel alto de maduración (personal y deportiva), porque los clubes que los
compran eligen esa apuesta para terminan de moldear a sus futuras joyas.
Además, por supuesto, de aprovechar lo que suele ser un valor bajísimo de
mercado, si se compara con lo que abonan por jugadores de las propias ligas
europeas.
Sin jugadores de
jerarquía probada en la alta competencia, sin recursos económicos y sin un plan
que sustente una proyección, ¿Cuál sería la razón para obtener otros
resultados?”, se pregunta.
Francisco “Chiqui” Arce, DT de Cerro Porteño, apunta a la jerarquía y la
continuidad del funcionamiento de los equipos: “Creo que fundamentalmente se ha
perdido, jerarquía, calidad en el desarrollo del juego. En el último tiempo,
muy pocos equipos de Sudamérica, a excepción del River de Gallardo, han marcado
una época, una tendencia y han mantenido su funcionamiento y su nivel de juego.
Décadas atrás había entre seis y nueve equipos con esas características. Y se
ha perdido jerarquía en el sentido de los jugadores”
Arce coincide
con Tabares en su diagnóstico: “Me parece que los mejores jugadores están en
los equipos europeos. Hubo un tiempo en la primera década de 2000 que se
competía en igualdad de condiciones porque había grandes jugadores asalariados
casi al mismo nivel de Europa o que habían vuelto de Europa todavía con gran nivel y los principales
equipos se nutrían de ellos para tener ese plus de jerarquía, para saber jugar
partidos importantes, para controlar el tiempo, para disputar esos partidos
difíciles que se disputaban antes a un solo encuentro y que ahora se complica
más porque los equipos sudamericanos tienen un rival y como pasó ahora con el
Palmeiras, se ha metido un equipo mexicano de grandísimo nivel como Tigres”.
Hernán Odonnell (Canal Metro) va en la misma línea que Tabares y
Arce: “Yo creo que esta decadencia de los equipos sudamericanos y este desnivel
con respecto a los europeos o a otros de la región como los mexicanos o de la
MLS, o africanos e incluso asiáticos (River ha perdido contra uno asiático en
2018) tiene que ver con muchos factores pero el fundamental es que los
principales futbolistas de esta región (Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia,
Perú o Paraguay) se han ido a otros mercados y ya no sólo a Europa sino a
México, MLS, países árabes donde hay dinero fresco”, y traza una dura comparación con el pasado:
“Ha quedado un fútbol de menor jerarquía. El campeonato argentino, hace 30 ó 40
años sería de Primera B en comparación a lo que había porque las principales
figuras estaban en nuestro fútbol. Recién en los noventa empezó el gran éxodo,
pero la principal razón es que los equipos sudamericanos están nutridos de
futbolistas que no son del primer nivel. Cuando aparece un equipo o un jugador
muy destacado, duran muy poco. El Gremio campeón de la Copa de 2017 tenía a
Arthur que ni bien terminó el torneo se fue al Barcelona y ahora está en la
Juventus. La diferencia entre Tigres y Palmeiras fue bastante notable y fue en
los partidos previos del Mundial y no en la final. Vos lo ves a (André) Grignac
y es una especie de Zlatan Ibrahimovic para los mexicanos. A partir de ahí hay
una cantidad de factores que se van desencadenando como menos desarrollo de los
equipos, pero el principal es este, la pérdida de jerarquía”.
Federico Villalba (Radio La Unión, Paraguay) considera que el fútbol
sudamericano “bajó de nivel hace años con respecto al europeo y esto se refleja
en competencias de clubes y Selecciones” y apunta a la dirigencia sudamericana:
“De parte de Conmebol, se magnifican los aumentos de premios para los clubes y
el supuesto desarrollo de éstos, pero todo es económico. No existen mejorías en
lo deportivo. Tener más torneos, hacer jugar a más clubes o aumentar ingresos
permiten crecimientos personales o institucionales, no deportivos a nivel
mundial. La realidad sudamericana nos muestra que los dirigentes más
importantes viajan, inauguran obras, se pasean por el mundo y los equipos son
derrotados por las grandes potencias europeas o de otros continentes inclusive.
Conmebol debería invertir en una mejor planificación que derive en volver a
tiempos gloriosos del fútbol sudamericano”.
Hernán Puertas (Preparador físico de Central Córdoba de Santiago del
Estero), coincide con el punto de vista
de la mayoría. “No creo que sea un tema físico porque Tigres de Monterrey, otro
equipo latinoamericano, va a jugar la
final contra el Bayern Munich y Argentina y Uruguay , que son lo que conozco
más, tienen excelentes profesionales en este aspecto. Creo que pasa más que
nada porque los mejores jugadores argentinos están afuera. Emigran muy jóvenes,
está la necesidad de los clubes de vender, la diferencia de ganancia del
jugador, lo que es un dólar, lo que pueden ganar en el exterior respecto a la
pesificación. Entonces que un equipo argentino hace mucho tiempo no llega a la
final es porque prima lo que se llama la jerarquía y hay muchos jugadores
sudamericanos de mucha jerarquía que están en las grandes ligas europeas.
También Puertas
compara con un pasado no tan lejano: “Es diferente a cuando sólo era un partido
de Copa Intercontinental y en el caso de Vélez o Boca, que tenían muy buenos jugadores en tiempos de Carlos
Bianchi y los jugadores no emigraban tan rápido como ahora a otras ligas que
son competitivas, sin duda, aunque por ejemplo en España hay tres equipos al
más alto nivel, y los demás equilibran más hacia abajo”.
Pablo Karslián (ex relator de TyC Uruguay y actual panelista de “La
Noche del Fútbol TV”): “cree que la situación de las ligas locales en
Sudamérica, “en su gran mayoría salvo Brasil, que es muy poderoso, un poco
Argentina, pero nada más, están muy devaluadas por el altísimo nivel de
exportación de futbolistas. Hay países como Uruguay que tienen un nivel de
exportación impresionante, otros no tanto pero claro, los que no tienen un alto
nivel de exportación, de todos modos venden a los mejores que tienen. Y en ese
sentido, Europa está sacando una ventaja atroz por poderío económico, por desarrollo, por capacidad. Simplemente
con mirar el famoso G-14 europeo, que ahora se amplió a 16 ó 18 equipos, y ver
lo que significa la magnitud de esos clubes que forman parte de la élite y
compararlos con el resto, hay diferencias abismales porque tienen el dinero,
tienen el poder, tienen la posibilidad de armar verdaderos dream teams y se
llevan todo lo que se les ocurre y desde ese punto de vista es muy difícil
competir. Desde Corinthians en 2012 que no hay un campeón mundial de origen sudamericano
y antes de ese título también pasaron muchos europeos. Ahora la sensación es
que va a ganar el Bayern Munich. Los europeos vienen sacando también una
ventaja muy importante y a nivel de clubes eso se acentúa mucho más todavía
porque las ligas locales están totalmente melladas por la exportación
absolutamente necesaria para la subsistencia de los clubes y entonces es muy
difícil competir contra Europa en este momento porque concentra el dinero y el
poder y la capacidad de hacer todo lo que se les ocurra hacer”.
Hernán “Bolillo” Gómez , ex DT selecciones de Colombia. Ecuador, Guatemala y
Panamá apunta también al juego y a todos los niveles. “Yo ampliaría un poquito,
ya no al nivel de clubes sino también a nivel de selecciones. ¿Qué pasa? Que
hemos cambiado el estilo, que la idea ya es otra. La idea es que tenemos que
ser europeos, jugar con la intensidad del europeo, y jugar muy frontal y perder
el estilo de la época de los grandes jugadores argentinos, brasileños,
colombianos, peruanos, uruguayos, que era un estilo de triangulaciones, de
jugar bien al fútbol y entonces ya queremos correr como ellos y ahí perdemos.
Nosotros somos un fútbol más talentoso, de más elaboración, y ya no lo tenemos.
Y a nivel de selecciones, igual. Es correr mucho y correr mucho y nosotros no
estamos para eso. Nosotros estamos para jugar un fútbol elaborado, bien jugado,
como en otras épocas. Yo diría que la idea nuestra no se puede cambiar. Hay que
volver a esa idea”.
Si bien Gilmar Ferreira, periodista del Diario
“Extra” de Río de Janeiro, Brasil (Grupo Globo) sostiene que “No tengo una
respuesta precisa”, parece apuntar hacia otro tema interesante, el de las
fechas de disputa del torneo. “Creo que hay distintos factores pero me gustaría
separar esto en dos temas. El primero, en función del calendario. Hasta 2016
teníamos tres eliminaciones antes de la final en Mundiales de Clubes: Inter,
Atlético Mineiro y Atlético Nacional contra africanos, árabes y asiáticos. En
estas ediciones, los calendarios que teníamos de la Libertadores, que terminaba
en julio, abría un hiato hasta el Mundial de Clubes en diciembre que hacía que
los equipos sudamericanos perdiesen con muchos cambios, disputaran los torneos
locales de otra forma, no tenían una capacidad anímica buena para medir fuerzas
contra equipos de los otros continentes y entraron a esos partidos de
semifinales con la cabeza en la final y por eso no lograron tener éxito. Y los
últimos dos Mundiales perdidos, el de River en 2018 y el de ahora de Palmeiras,
ya con el nuevo calendario, con la Copa Libertadores terminando en noviembre y
por la pandemia, entre enero y febrero, son momentos distintos.
Ferreira destaca
que “De los cinco duelos perdidos por los sudamericanos en semifinales, el que
más me sorprendió fue la eliminación de River contra Al Ain porque tenía un
equipo ya rodado, ya armado, muy fuerte, que justificaba el rótulo de campeón
continental. No era un equipo que ganó por casualidad. Salvo problemas contra
Gremio en un partido muy discutido hasta hoy en Porto Alegre, pero era un
equipo que expresaba el fútbol del continente sudamericano. Hubiera sido una
gran final ante Real Madrid. En cambio, Palmeiras ahora no era el mejor equipo
de la Libertadores. Acá en Brasil, tenemos claro que Flamengo es mejor pero son
así los play off y una noche mala te puede sacar. Palmeiras acertó en la recta
final con un DT como Abel Ferreira y sorprendió a todos especialmente con el
3-0 como visitante.
“Tigres se
clasificó a la final con mucha justicia porque el fútbol mexicano evolucionó
mucho –insiste Ferreira- y es una pena esta escisión entre Concacaf y Conmebol
y que los clubes mexicanos no jueguen la Libertadores porque pienso que
tendríamos un nivel mucho más alto. Pero no hay una fórmula, es el fútbol y no
siempre ganan los mejores en una eliminatoria única”.
Ciro Vargas , miembro del cuerpo técnico de la selección uruguaya
desde la fisiología del ejercicio: cree que la diferencia con los equipos
europeos “se va agrandando porque los equipos los que llegan al Mundial de
Clubes son selecciones mundiales. No sólo por tener a los mejores jugadores
extranjeros, sino que los propios también están en la selección local. El
Barcelona que le ganó la final de 2009 a Estudiantes era la base del equipo que
ganó el Mundial de Sudáfrica al año siguiente. El otro problema para el fútbol
sudamericano es que se van siendo muy chicos y eso debilita a los equipos
sudamericanos y eso que el calendario ayuda porque ahora los equipos
sudamericanos llegan en un momento más competitivo que antes”.
Finalmente, el
periodista Carlos Victor Morales
(Radio Caravana de Guayaquil): cree que el fútbol “es un fiel reflejo de la
sociedad y acá en Sudamérica, el tema socioeconómico, los cambios políticos y
sociales también han mermado el crecimiento futbolístico de países que
normalmente tenían buenos equipos y apostaban a ser potencias, pero hoy, no. Y
eso, en una competición del más alto nivel como es una final de Mundial de
Clubes se notan diferencias muy marcadas entre el poder económico,
infraestructura, calidad y cualquier rubro que uno quiera comparar entre Europa
y Sudamérica”.
“Y en otro punto
quiero destacar que en cualquier equipo sudamericano que se proclame campeón de
la Copa Libertadores, se genera de inmediato una auténtica sangría de sus
jugadores, que son buscados por mercados potencialmente muy fuertes en lo
económico y eso no les permite llegar con la misma potencia con la que lograron
su Copa”, remarca Morales, quien también señala temas de calendario.”
Últimamente, excepto desde 2018 que los sudamericanos fueron a jugar de
inmediato el Mundial de Clubes, antes los campeones de Copa Libertadores vieron
su plantilla disminuida respecto de lo que ellos, a lo largo del camino de la
Copa, pudieron conseguir, por las ventas de sus figuras”.
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