Un nuevo paso al absurdo dio la Conmebol en las
últimas horas del domingo 30 de mayo, a dos semanas del inicio previsto de la
Copa América, cuando anunció oficialmente que decidió cancelar su realización
en la Argentina y que “en la brevedad” anunciará “novedades” acerca de una
nueva posible sede.
La Copa América tiene previsto su inicio para el 13 de
junio y originalmente iba a estar dividida en dos grupos de seis equipos cada
uno, el “Norte” en Colombia y el “Sur” en Argentina, pero meses antes
desertaron los dos países invitados, Australia y Qatar, y el pasado 21 de mayo
canceló su sede el gobierno de Colombia, como consecuencia de los disturbios
sociales en todo el país contra medidas anti populares tomadas por su
presidente, Iván Duque.
Contra reloj, la Conmebol comenzó a negociar entonces
para que la Copa América se jugara sólo en Argentina, que pese a tener 76.000
casos de fallecidos por Covid, su presidente Alberto Fernández no sólo se
mostró dispuesto a organizarla aún cuando en todo el país hubo confinamiento
total hasta el lunes 31 de mayo, sino que recibió en la última semana la visita
del titular de la entidad sudamericana, Alejandro Domínguez y sus funcionarios
ratificaron la voluntad de ser locales en el torneo.
Mientras tanto, la Conmebol seguía negociando
reemplazar la parte colombiana con “otros países que tienen interés”, y se
especuló con Chile (el que tiene menos casos de Covid), Estados Unidos, en su
momento descartado por falta de tiempo para organizar el torneo con tanta
distancia geográfica, y hasta Paraguay, que es uno de los países de Sudamérica
que menos vacunas recibió.
Con encuestas que manejaba el Gobierno argentino de
abrumador rechazo de su población a la organización de la Copa América (70 por
ciento según la reconocida consultora “Poliarquía”), y ante la declaración del
ministro del Interior argentino, Wado De Pedro, horas antes, de que “es muy
difícil que se juegue en el país por el alerta epidemiológico”, la Conmebol
anunció en la medianoche del domingo 30 de mayo la “suspensión” del torneo en
este país para anticiparse y no exponerse políticamente.
De momento, sólo los jugadores de la selección
uruguaya se manifestaron al respecto. “Llama la atención que se juegue la Copa
América”, dijo Luis Suárez. “Los jugadores no tenemos ni voz ni voto, no
tenemos peso en ciertas cosas”, afirmó Edinson Cavani. “Nosotros queremos jugar
todo el tiempo pero priorizamos la salud”, indicó el arquero Fernando Muslera,
mientras el sindicato mundial de futbolistas, FIFPRO, no se pronunció al
respecto.
En cambio, Lionel Messi, estrella y capitán de la
selección argentina, afirmó que se trata “de una situación rara y diferente por
lo que nos toca vivir y tampoco podemos hacer convivencia normal incluso dentro
del predio donde estamos concentrados”.
La selección argentina se encuentra concentrada en la
localidad de Ezeiza con una burbuja sanitaria construida especialmente, y con
17 motorhomes para su cuerpo técnico, a la espera de los dos partidos
clasificatorios para el Mundial de Qatar, el 3 de junio ante Chile y el 8 ante
Colombia.
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