Este seleccionado argentino parece caminar despacio en la búsqueda de nuevos caminos para consolidarse en busca del máximo objetivo, que es sin dudas la clasificación para el Mundial 2010, y aún sin encontrar las mejores vías de ataque, va dando algunas interesantes señales en el armado del equipo por parte de Diego Maradona en su segunda experiencia, y otra vez con triunfo, 0-2 y ante una potencia como Francia. No está mal, pero podría ser mucho mejor.
El resultado y los “ole” finales de los propios franceses festejando el toque argentino, pueden llamar a engaño, porque el equipo nacional no lo pasó del todo bien en el primer tiempo, en parte por el potencial del rival y algunos jugadores de calidad como Henry, Anelka, pero básicamente los creativos Ribery y Gourcouff, y en parte también por su propio problema estructural. Maradona había dicho en las horas previas al partido que no resultaba inteligente cambiar de posición a Lionel Messi si rinde tanto en el Barcelona en la punta derecha. Pero lo que no dijo es que Messi rinde allí pero en un tridente ofensivo, junto a un centrodelantero net y un extremo izquierdo, y dos volantes ofensivos (Iniesta y Xavi), lo cual significa que el hoy mejor jugador del mundo es acompañado por otros cuatro jugadores y hasta cinco si sumamos al brasileño Alves, y en la selección argentina tan sólo hizo dupla con Agüero, que sigue sin rendir con la camiseta albiceleste. Pero los dos delanteros argentinos terminaron lejos de la lína de cuatro volantes, que seguimos sin entender demasiado. Se supone que ante la ausencia de Riquelme y Verón, Maradona optó por probar con dos volantes por las bandas, con Jonás Gutiérrez por la izquierda y Maxi Rodríguez por derecha, y como siempre, el cada vez más ensamblado dúo Mascherano-Gago por el centro. Pero el experimento no parece ser el mejor. Se pierde creación, y se aisla a los delanteros. Tampoco cambió demasiado cuando en el segundo tiempo ambos invirtieron las bandas. Es claro que hace falta jugar con otro esquema, tal vez con un solo volante más en la línea del “doble cinco”, adelantar a Zanetti, y utilizar un enganche junto a los dos atacantes, o bien utilizar el tridente que sirve tanto a Messi en el Barcelona junto a un enganche.
Los síntomas muy positivos aparecieron en el centro del terreno, tanto por la dupla de contención, como por los afianzados marcadores centrales, con especial hincapié en Martín Demichelis, al cabo, el mejor jugador del partido, por prestancia, quite, presencia y dominio de pelota. Interesante también cómo lentamente se va soltando Emiliano Papa por la punta izquierda de la defensa y las respuestas seguras y firmes de Carrizo en el arco.
Una vez que Gutiérrez acertó con su remate al primer palo desde la izquierda, a los cuarenta minutos del primer tiempo, el partido ya fue otro. El equipo francés sintió el impacto y entre lo que le costaba llegar al área argentina y el marcador adverso, en el segundo tiempo fue perdiendo fuerza, con el público cada vez más impaciente (y muy volcado contra el técnico Raymond Doménech y contra los jugadores parisinos de su selección en general), y en ese clima, el conjunto argentino fue ganando terreno, consiguió más la pelota, siempre pareció que si aceleraba podía volver a convertir, y así fue como Messi, en una genial apilada de su sello, estableció el 2-0 aunque lo ayudó Carlos Tévez al proteger muy bien la pelota. Tévez, que ingresó al final, no necesitó mucho para demostrar que hoy es más que Agüero y que por espíritu y presencia, merece un lugar como titular.
Del partido no queda mucho más. El resultado y algunas actuaciones individuales para ir encontrando solidez pensando en las eliminatorias, es lo más trascendente, especialmente por el rival, la circunstancia de jugar en Francia (en 2007 el equipo argentino también se había impuesto en París 0-1 con gol de Saviola) y porque en lo que va del corto ciclo de Maradona, ambos partidos se cuentan por victorias y sin goles en contra. No es poco. Pero tampoco es para tirar manteca al techo y habrá que revisar, en especial, el sistema ofensivo y no dejar tan solo al mejor jugador del mundo. Pero cuando se gana, ayuda mucho la tranquilidad para poder pensar en variantes, porque a partir de ahora llega el momento de la verdad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario