lunes, 30 de marzo de 2009

El contrato de la mano de Dios

Pasó Venezuela y el 4-0 final en el Monumental implicó un suspiro de alivio. El seleccionado argentino pudo sacarse de encima la mochila de tener que ganar, golear y gustar ante un rival decididamente inferior (tanto, que tuvo pánico y sólo jugó con Giancarlo Maldonado en posición ofensiva, facilmente absorbido por una línea de tres defensores albicelestes), y su director técnico, Diego Maradona, podrá ahora utilizar la situación de no tener siquiera firmado su contrato con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para presionar sobre muchos temas aprovechando los inesperados vientos a favor, insospechados hace menos de medio año cuando las encuestas para asumir le daban totalmente negativo.
Hace escasas tres semanas, Maradona aparecía entre sus amigos de la TV por cable (que como la mayoría de la prensa nacional lo miran con ojos que entremezclan agradecimiento con idolatría) para decir que había llegado a la conclusión de que si Carlos Bilardo había sido designado manager de los seleccionados nacionales era para estar atento a una caída suya para ocupar su lugar (algo que tiene alterado al entrenador campeón mundial en México 1986, que jura y perjura que en los próximos tiempos demostrará que no es así). También dijo el ex astro futbolístico, que Bilardo hizo más fuerza por colocar en el plantel a Humberto Grondona, ( el hijo del presidente de la AFA de misteriosa trayectoria en el Corinthians de Kía Joorbachián, ligado al magnate ruso Boris Berezovsky, vinculado a la mafia, y luego como entrenador de Talleres de Córdoba, privatizado a Carlos Ahumada, un empresario buscado por la Interpol y huido de México) que a Oscar Ruggeri, vetado por la AFA, en buena parte (algo que no se suele decir, es un tema tabú), por haber encabezado la huelga contra el presidente de Deportivo Español, Francisco Ríos Seoane hace poco más de una década.
Maradona tiene ahora, tres partidos después de su incierto debut como DT argentino, un poder que antes no tenía para negociar, si cabe, la firma de su contrato. Cual Sergei Bubka con sus récords de a un centímetro para cobrar cada uno de los premios, el "diez" va subiendo peldaño a peldaño desde una posición que ni el más optimista esperaba: tres partidos jugados, tres ganados, siete goles a favor, cero en contra, más cerca del líder Paraguay en la clasificación para el Mundial, por arriba de Brasil y con buena sintonía con el público, que sólo en una parte pequeña silbó a Juan Sebastián Verón, o que aceptó resignado la división de la organización del partido ante la "vinotinto" entre las dos barras bravas más fuertes, ubicadas en las dos cabeceras (¿No era que habría derecho de admisión?). Fueron "Los borrachos del tablón" los que dedicaron el triunfo "a Riquelme que lo mira por TV" y fue "La 12" la que con su tachín tachín intentó tapar los cánticos de enfrente.
Este Maradona sin contrato aún con la AFA, puede ahora llegar a pedir mucho más, desde otra suma de dinero mayor a la acordada inicialmente, hasta con más fuerza la incorporación de Ruggeri, con el objeto de frenar un posible avance mafioso, el mismo que busca llevar a sus garras todos los negocios con los que se encuentra por estos días la familia Messi.
De momento, la camiseta número 10 otorgada al ya mejor jugador del mundo implica un reconocimiento que era fundamental para consolidarlo también en el equipo argentino, pero en el campo de juego, el astro del Barcelona sigue jugando por la derecha, como en su equipo, aún cuando ante la falta de Riquelme, el conjunto argentino evidenció la falta de un futbolista clásico que maneje los hilos y conecte al tridente atacante con los cuatro del medio. Difícilmente esa carencia se note mucho ante el débil panorama sudamericano, tal vez ante Paraguay o Uruguay pueda aparecer, pero ni siquiera parece importar ante un rival como este Brasil de Dunga, que dio pena en Quito ante Ecuador y que, todo indica, llegará a Buenos Aires a defenderse.
Sin mucha prensa nacional interesada en mantener una equidistancia del entrenador, la selección argentina sigue siendo un caos organizativo. La AFA informa en su web, el lunes, de la actividad semanal y coloca el jueves a la mañana como día y horario, pero a horas de lo prefijado, decide volver a cambiar la actividad para la tarde, con mucha prensa internacional esperando. Ni qué hablar de la disposición de las vallas tras el partido, y el impedimento de pasar hacia la conferencia de prensa de Maradona, mientras distintos cómicos y personajes de la TV acceden con mayor facilidad a los jugadores que los mismos periodistas.
La sensación que queda es que la AFA sigue siendo, en muchos sentidos, un coto cerrado en el que se toman las deciciones de manera autárquica, vaya a saberse hasta cuándo. Al menos, el Estado presiona con terminar con el monopolio de Torneos y Competencias desde el proyecto de Ley de Radiodifusión. No es sólo Maradona el que puede presionar para firmar su contrato, tal vez con la pluma en la mano de Dios.