martes, 27 de abril de 2010

El fútbol europeo, a la espera del miércoles (Jornada)



Hay un nuevo “Día D” en el fútbol europeo. Será el próximo miércoles, cuando en el Camp Nou, que alberga a cerca de ciento veinte mil espectadores, se enfrenten el Barcelona y el Inter, dos estilos diametralmente opuestos pero para la gran mayoría, los que definirán esta edición de la Champions League en lo que es una final anticipada pese a que aún juegan la semifinal.

Este duelo entre catalanes e italianos tiene todo lo que se precisa para los grandes partidos. Por un lado, que el triunfo del Inter por 3-1 en el partido de ida, deja al Barcelona en una situación límite como pocas veces ha tenido. Los memoriosos recordarán aquel gol de Josep Mari Bakero en Alemania a un minuto del final, que le daba el pase a aquel mítico partido de Wembley ante la Sampdoria en 1992, con el repetidísimo tiro libre de Ronald Koeman en lo que fuera la primera Copa de Europa para los azulgranas. Otros, seguramente el zapatazo final de Andrés Iniesta ante el Chelsea en Londres cuando ya expiraba el partido y todo indicaba que los ingleses irían a la final contra el Manchester United en Roma.

¿Podrá este Barcelona sin Iniesta (lesionado) y sin Puyol (suspendido), y que no atraviesa su mejor momento, ante un Inter que no gana una Champions desde 1965, y que por fin podrá conseguirlo inclusive perdiendo por un gol? ¿Podrá el fútbol de toque, estético, horizontal de Josep Guardiola, ante un estilo rocoso, vertical y contragolpeador como el del portugués José Mourinho? Faltan apenas horas para saberlo.

Los dos llegan, además, como líderes de sus respectivas ligas a muy poco del final, y de ser hegemónicos en sus países. Mucho más el Inter, que lleva cuatro ligas consecutivas aunque nunca pudo crecer en Europa, pero también el Barcelona ha ejercido un gran dominio en estos años en España, si bien los catalanes están acosados mucho más de cerca por el Real Madrid (apenas a un punto aunque a dos si se toma en cuenta que en igualdad de puntos, será campeón el Barcelona por los enfrentamientos entre ambos), que los milaneses por una Roma que increíblemente cayó ayer como local ante la Sampdoria, perdiendo la chance de mantener la primera posición, y quedando entonces ahora a dos puntos del Inter, a tres fechas del final.

Pocas veces el Barcelona ha sido tan claramente superado como la semana pasada por el Inter en el estadio San Siro. Si bien la prensa catalana apeló a supuestos fallos arbitrales, no parece que éste haya tenido más que un error flagrante, como el tercer gol, por parte de Diego Milito, en evidente posición adelantada, pero no hubo penal a Daniel Alves como se reclama. Tal vez la propia noción de lo dificultoso que puede ser este partido, hizo que los jugadores del Barcelona se colocaran sobre su propia camiseta, otra negra con vivos blancos y dorados, con la inscripción “el miércoles a las ocho, todos al Camp Nou. Remontada”, cuando finalizó el nervioso cotejo ante el Xerez de Néstor “Pipo” Gorosito, último en la tabla, y al que venció por 3-1 no sin sufrir demasiado primero.

Pero este partido tiene muchos más aditamentos. Uno es que más allá de los estilos de los dos entrenadores (considerados entre los top, al punto tal de que Guardiola definió a Mourinho en la previa como “el mejor del mundo”, algo con lo que coincide Diego Maradona), tuvieron un duro intercambio al finalizar el partido en Milán, cuando Guardiola le recordó un partido en la Catedral de San Mamés, en Bilbao, cuando siendo jugador tuvo que salir a defenderlo ante los ataques verbales del director técnico del Athletic, el francés Luis Fernández, quien lo había increpado. “Mou” era en ese momento ayudante del entrenador inglés del Barcelona, el fallecido Bobby Robson, en los años noventa.

Otro enfrentamiento que será de gran interés para los argentinos, y un caso de los más extraños en el fútbol europeo, es el del enfrentamiento posicional entre los hermanos Milito, Gabriel (que reemplazará a Puyol), como defensor del Barcelona, y Diego, como atacante en el Inter, reeditando aquellos tiempos argentinos cuando uno defendía en Independiente y el otro atacaba en Racing.

En el caso de imponerse el Barcelona, además, esto implicará que los catalanes podrán disputar la gran final del sábado 22 de mayo en el estadio Santiago Bernabeu, en Madrid, lo que agrega más morbo al mucho ya existente. Pero en el caso de que sea el Inter el que lo logre, para Mourinho será acariciar otra hazaña, la de haber sido campeón europeo con el Porto en 2004, y ahora la de estar, tal vez, cerca de conseguir el sueño dorado de tantos interistas, que esperan con ansias recuperar todo el terreno perdido en los últimos 45 años.

Por eso, toda Europa futbolística espera este gran partido del miércoles, el Día D, que otorgará un segundo finalista de la Champions ante el ganador de la otra serie, entre el Bayern Munich y el Olympique de Lyon.

2 comentarios:

NoTe dijo...

El Barsa va por todo, sin embargo varios protagonistas calentaron mucho la previa. Habrá que ver como termina. Saludos!

Anónimo dijo...

Bueno, eso de italianos contra catalanes... En el escudo nomás.
Porque en el Inter, en el partido de ida, no jugó ningún italiano hasta que faltaban quince minutos para el final, cuando entró Mario Ballotelli, un italiano "de origen ghanés", y para colmo hincha reconocido del Milan y no del Inter. Tanto así que al final el famoso Materazzi le rompió la cara en los vestuarios por tirar la camiseta al piso.
Mientras que el Barça juega siempre con un promedio de siete u ocho jugadores hechos en la cantera, en el semillero, y entre ellos al menos cinco son catalanes, y estoy hablando de los fijos, ya que entre los que suben y bajan de las inferiores para cubrir puestos hay otro montón de locales.

El Acrobata