El comunicado médico del FC Barcelona, que aclara al
final que cada informe cuenta “con el consentimiento de los jugadores”, dice
que Lionel Messi tiene una “sobrecarga” en el abductor derecho y que por esa
razón es “baja por precaución”, razón esgrimida por el capitán de la selección
argentina para no poder jugar en el amistoso ante Alemania, de mañana, en
Düsseldorf.
De esta forma, Messi se quedará en Barcelona,
tampoco participó en Roma del Partido por la Paz, que organizaron anoche la
Fundación PUPI, de Javier Zanetti y el Papa Francisco, en el que habría
coincidido con Diego Maradona y también habría sido dirigido por Gerardo “Tata”
Martino, y no formará parte de la
delegación argentina en el inicio del nuevo ciclo con miras al Mundial de Rusia
2018.
Se entiende que si Messi no está en condiciones de
jugar, no entre al campo de juego, pero ¿no debió concurrir a sumarse a sus
compañeros de equipo, siendo el capitán? Si se supone que de todos modos, la sobrecarga
le debería impedir entrenarse con el Barcelona, y cuando no hay jornada de Liga
en el fin de semana que viene, ¿cuál sería el motivo para no acompañar a la
delegación y en cambio que sí lo haga Maxi Rodríguez, igualmente lesionado,
pero que viajó desde la Argentina tanto para estar en Düsseldorf como en Roma, acompañando
el partido del Papa?
Desde que se conoció que Messi padecía esta
sorpresiva “sobrecarga”, que en ningún momento del partido ante Villarreal en
El Madrigal se evidenció, y hasta participó sobre el final con absoluto
protagonismo en el gol del juvenil Sandro, que le dio la victoria a su equipo,
se sucedieron infinidad de rumores, que no benefician al supercrack argentino,
pero que van en línea con lo que ya se venía insistiendo desde la temporada
pasada con respecto a su producción en el Barcelona.
Por un lado, algunos allegados al círculo íntimo de
Martino sostienen que la relación entre el entrenador y el jugador es muy buena
en lo personal pero en lo futbolístico no todo iría por el mismo lado y hubo
cierto cuestionamiento (algo que también habría ocurrido con Alejandro Sabella
en el final del Mundial) al sistema de juego del equipo, que acabó sin títulos
y con una necesidad de un recambio generacional.
Por otro carril, también se especula con un
compromiso tácito del establecimiento del equilibrio por haber inclinado
demasiado la balanza, en la temporada pasada, a favor de la selección
argentina, en un año mundialista, para dar ahora más lugar a su equipo, con un
nuevo entrenador y la necesidad de reposicionarse en la élite.
Otros recuerdan que cuando se inició el ciclo de
Sergio Batista al frente de la selección argentina, y sin ser capitán aún,
Messi dejó la gira del Barcelona en Asia para sumarse al partido ante Irlanda,
una manera de mostrar su apoyo incondicional a la nueva etapa.
Incluso, se llegó a señalar que el hecho de que
Martino le haya abierto la puerta a Carlos Tévez podría ser un motivo de
influencia y hay hasta quienes vincularon su ausencia a un par de presencias en
el partido de Roma.
Se llegó a decir que el crack está dolido por
algunas críticas de la prensa argentina por sus actuaciones en el Mundial y que
por eso meditaría tomarse un año sabático, limitar las convocatorias y ser
selectivo en ellas o directamente, no volver a vestir de albiceleste.
Todo esto fue desmentido por su entorno más cercano
y hasta una altísima fuente, si bien negó la especie, citó ante Jornada una
enigmática frase: “No es cierto pero si insisten tanto, lo van a conseguir”.
Lo cierto es que el futuro de Messi en esta etapa de
la selección argentina hasta Rusia 2018 parece lleno de nubarrones, que sólo el
tiempo podrá despejarlos, o no.
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