martes, 2 de septiembre de 2014

De ganas, cargas y sobrecargas (Jornada)



El comunicado médico del FC Barcelona, que aclara al final que cada informe cuenta “con el consentimiento de los jugadores”, dice que Lionel Messi tiene una “sobrecarga” en el abductor derecho y que por esa razón es “baja por precaución”, razón esgrimida por el capitán de la selección argentina para no poder jugar en el amistoso ante Alemania, de mañana, en Düsseldorf.

De esta forma, Messi se quedará en Barcelona, tampoco participó en Roma del Partido por la Paz, que organizaron anoche la Fundación PUPI, de Javier Zanetti y el Papa Francisco, en el que habría coincidido con Diego Maradona y también habría sido dirigido por Gerardo “Tata” Martino,  y no formará parte de la delegación argentina en el inicio del nuevo ciclo con miras al Mundial de Rusia 2018.

Se entiende que si Messi no está en condiciones de jugar, no entre al campo de juego, pero ¿no debió concurrir a sumarse a sus compañeros de equipo, siendo el capitán? Si se supone que de todos modos, la sobrecarga le debería impedir entrenarse con el Barcelona, y cuando no hay jornada de Liga en el fin de semana que viene, ¿cuál sería el motivo para no acompañar a la delegación y en cambio que sí lo haga Maxi Rodríguez, igualmente lesionado, pero que viajó desde la Argentina tanto para estar en Düsseldorf como en Roma, acompañando el partido del Papa?

Desde que se conoció que Messi padecía esta sorpresiva “sobrecarga”, que en ningún momento del partido ante Villarreal en El Madrigal se evidenció, y hasta participó sobre el final con absoluto protagonismo en el gol del juvenil Sandro, que le dio la victoria a su equipo, se sucedieron infinidad de rumores, que no benefician al supercrack argentino, pero que van en línea con lo que ya se venía insistiendo desde la temporada pasada con respecto a su producción en el Barcelona.

Por un lado, algunos allegados al círculo íntimo de Martino sostienen que la relación entre el entrenador y el jugador es muy buena en lo personal pero en lo futbolístico no todo iría por el mismo lado y hubo cierto cuestionamiento (algo que también habría ocurrido con Alejandro Sabella en el final del Mundial) al sistema de juego del equipo, que acabó sin títulos y con una necesidad de un recambio generacional.

Por otro carril, también se especula con un compromiso tácito del establecimiento del equilibrio por haber inclinado demasiado la balanza, en la temporada pasada, a favor de la selección argentina, en un año mundialista, para dar ahora más lugar a su equipo, con un nuevo entrenador y la necesidad de reposicionarse en la élite.

Otros recuerdan que cuando se inició el ciclo de Sergio Batista al frente de la selección argentina, y sin ser capitán aún, Messi dejó la gira del Barcelona en Asia para sumarse al partido ante Irlanda, una manera de mostrar su apoyo incondicional a la nueva etapa.
Incluso, se llegó a señalar que el hecho de que Martino le haya abierto la puerta a Carlos Tévez podría ser un motivo de influencia y hay hasta quienes vincularon su ausencia a un par de presencias en el partido de Roma.

Se llegó a decir que el crack está dolido por algunas críticas de la prensa argentina por sus actuaciones en el Mundial y que por eso meditaría tomarse un año sabático, limitar las convocatorias y ser selectivo en ellas o directamente, no volver a vestir de albiceleste.

Todo esto fue desmentido por su entorno más cercano y hasta una altísima fuente, si bien negó la especie, citó ante Jornada una enigmática frase: “No es cierto pero si insisten tanto, lo van a conseguir”.

Lo cierto es que el futuro de Messi en esta etapa de la selección argentina hasta Rusia 2018 parece lleno de nubarrones, que sólo el tiempo podrá despejarlos, o no.


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