Por estas horas, el Atlético Madrid vive momentos
convulsionados. Y no precisamente por algo negativo. El regreso al liderato en
la Liga, aunque más no sea en forma provisoria, es un notable síntoma de que no
ha perdido pie en la élite del fútbol español desde hace ya varios años, y a
esto se le suma la llegada de dos refuerzos importantes para su mediocampo.
Esta semana, el entrenador argentino Diego Simeone
tendrá dos de las figuras que buscaba para seguir armando un equipo cada vez
más competitivo. Debido a la lesión de Tiago Mendes, han llegado dos
importantes volantes como Augusto Fernández, de destacada labor en el Celta de
Vigo, y Matias Kranevitter, quien viene de disputar la final del Mundial de
Clubes con River Plate y ante el Barcelona en Japón.
Ambos son jugadores que Simeone conoce muy bien y
que pueden rendirle en distintas posiciones. Fernández es más dúctil y ya ha
podido jugar como externo, interno y hasta como extremo derecho en alguna
oportunidad. Simeone fue su entrenador en River Plate cuando consiguieron
juntos el título del Torneo Clausura 2008.
Kranevitter está llamado a ser, muy posiblemente, el
sucesor de Javier Mascherano en la selección argentina. Rápidamente, igual que
el defensor del Barcelona, ha ascendido desde River a la selección nacional
(incluso ha jugado junto al “Jefecito” en más de una oportunidad en el medio) y
se trata de un gran organizador del juego, alguien que siempre está bien
ubicado y distribuye pronto el balón con una eficacia que parece que se tratara
de un veterano, cuando en verdad es muy joven (22 años).
De esta forma, puede decirse que la plantilla del
Atlético tuvo una importante renovación que, de momento, va dando mejores
resultados en la tabla de posiciones que en el rendimiento dentro del campo,
aunque hay que puntualizar que muchos de los nuevos necesitan un lógico tiempo
de adaptación y que también hubo importantes bajas en estas semanas.
El Atlético no está jugando bien, y de hecho ganó su
último partido de Liga, en el Vicente Calderón, sudando mucho y sobre el final
gracias a un error del portero (más allá de la muy buena jugada del ghanés
Thomas Partey, héroe inesperado) pese a
que se suponía que la diferencia con el Levante, en el campo de juego, sería
amplia como casi siempre resultaba en temporadas anteriores. Lo mismo había
ocurrido ante el Rayo Vallecano en la jornada anterior y antes, había caído con
el Málaga en un mal partido.
Es que el Atlético, desde Simeone se hizo cargo de
la plantilla en diciembre de 2011, siempre dio ciertas garantía de triunfo ante
equipos de calidad inferior, más allá de los rendimientos de cada semana, y
aunque nunca llegó a reunir a tantos cracks, tan cotizados, en una misma
temporada y hoy mismo, aún con fallas y con más costo para vencer, se encuentra
por encima del Real Madrid en la tabla de posiciones.
Algo que seguramente deberá sortear el club es la
tentación que puede llegar a tener el propio Simeone, un símbolo de la entidad
rojiblanca, de emigrar al Manchester United si en los próximos días, los
resultados no acompañan en Inglaterra a los “Red Devils”.
El entrenador holandés del Manchester United, Louis
Van Gaal, no le encuentra la vuelta al rendimiento de un equipo que hasta hace
muy poco estaba acostumbrado a ganar muy seguido, pero que una vez que sir Alex
Fergusson se retiró como entrenador, no pudo reemplazarlo con un éxito siquiera
parecido y parece entrar en una etapa de sequía preocupante, más allá de haber
contratado grandes estrellas como Depay o Martial.
Todo indica que Simeone está muy concentrado en su
trabajo en el Atlético, que se siente como en su casa, y que de momento no se
plantea marcharse, más aún con los fichajes que su club ha conseguido.
Sí, en cambio, comienza a ser hora de que al menos,
el Atlético vuelva a resolver los partidos de liga que son ganables sin tanto
esfuerzo, imponiéndose con naturalidad, aunque los momentos clave de la Liga
serán ante sus dos máximos rivales, Real Madrid y el Fútbol Club Barcelona.
Pasada la mitad de la temporada, se supone que enero
y buena parte de febrero obrarán como etapa final de puesta a punto del equipo
para optimizar su rendimiento en el momento en el que vuelva la Champìons
League en los octavos de final, cuando deberá enfrentar al PSV holandés.
Y aunque seguimos esperando que las estrellas del
equipo generen un fútbol más agradable a la vista, lo que no se puede soslayar
es que el Atlético ha conseguido una vigencia impresionante, colándose entre
las dos grandes potencias del fútbol español y europeo, como el Barcelona y el
Real Madrid y no sólo que les da batalla, sino que cada día se torna más
difícil de soportar.
Y ese es todo un mérito.
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