Los hechos no parecen casuales. De a poco, en menos
de dos meses de gobierno de Mauricio Macri, muchos hechos vuelven a tener un
tufillo conocido. Desde el retroceso de la Ley de Medios (buena o mala, lo cual
es otro punto discutible) para que el Grupo Clarín renueve sus licencias y no
tenga que dividirse en las seis unidades, o que las telecos puedan acceder a
tener canales de TV en unos meses, hasta el impactante cambio anunciado hoy con
el programa Fútbol Para Todos: desde ahora, en el desprolijo torneo corto que
debe comenzar en la primera semana de febrero y llegará hasta mayo, no sólo
Canal 13 (Grupo Clarín) se suma a las transmisiones, sino que junto a Telefé
(Telefónica de España) serán las encargadas de transmitir, en forma monopólica,
los partidos de cuatro equipos grandes: Boca Juniors, River Plate, Racing
Club e Independiente.
Es decir que una vez más, los Grupos Clarín y
Telefónica son los beneficiados por este Gobierno, y desde una lógica
completamente distinta a la de los gobiernos kirchneristas anteriores: si hasta
el 10 de diciembre pasado, el FPT era político
(recuerden la frase de Hebe de Bonafini cuando se produjo el quiebre
entre Marcelo Tinelli y Jorge Capitanich), ahora es otra vez, como en los 90,
un negocio puro y duro, del que tienen que sacar rédito las empresas amigas “a
las que les interesa el país”.
La lógica utilizada por el capo de FPT, Fernando
Marín (ex Blanquiceleste, Videoshow y tantos otros emprendimientos) es
absolutamente de negocios: si el Estado debe seguir poniendo 1800 millones de
pesos anuales en el fútbol, éste debe dar réditos y entonces, aunque la gente
lo siga viendo por la TV abierta, que los canales se consigan su publicidad y
paguen un canon por transmitirlo, seas lo que sea. Todo lo que entre y pueda
ayudar a paliar los 1800 millones, estará bien.
Y claro, desde esa lógica, Canal 13 y Telefónica,
viejos socios en el complejo entramado de los 90 a partir de un factor común
que fue Torneos y Competencias (hoy Torneos), se volvieron a unir para “licitar”
juntos por 180 millones el quedarse con el gran paquete, el de los cinco clubes
que realmente tienen la mayor atracción, dejando para “el resto” las migajas,
los partidos entre los equipos menos vendedores.
En el camino no sólo quedaba Canal 9, que adujo no
poder poner nada (además, le jugaron una mala pasada porque lo que siempre se
dijo en estos días era que en todo caso, FPT iría por los cinco canales y que
se buscaría publicidad privada en los entretiempos, no que se venderían sus
derechos a los canales y que éstos se arreglaran), sino el díscolo América TV,
del Grupo Vila, enfrentadísimo a Clarín y a la propia AFA desde hace años.
Vila sostiene que hizo una oferta de 75 millones e
interpondrá un recurso jurídico para que la situación no avance, por lo que el
fútbol tal vez deba postergar su comienzo de temporada, que pinta muy agitada,
entre una AFA colegiada justamente con los grandes al no haberse llegado a un
acuerdo para nuevos comicios antes del 30 de junio luego del escandaloso “38-38”
del 3 de diciembre pasado, y un torneo corto para ir recuperando posiciones
luego del esperpento de los 30 equipos ideado por la entente Grondona-K para
sacar más dinero a la TV y para federalizar en un año electoral con la idea de
ir regresando a una situación de mayor normalidad con 22 equipos, y con la
temporada a la usanza europea para volver a venderle jugadores en un calendario
paralelo y sin desviaciones.
Queda el intríngulis de Canal 7, el estatal, que
pasa de haber sido hasta el 10 de diciembre el puente del fútbol para millones
de hogares, por su llegada a todo el país, a quedar reducido a partidos
chatarra y con la duda sobre si en los puntos del interior en los que no lleguen
las repetidoras de Clarín-Telefónica, se podrán ver los partidos por cable o si
el canal estatal estará allí activado.
También qué pasará con el sistema TDA, dado que al
menos hasta ahora, en el mismo no se ve Canal 13, por el enfrentamiento entre
el Grupo Clarín y el Gobierno anterior. ¿Aquellos que miran los partidos
gratuitamente por TDA podrán ver a los grandes que pasen por el 13 por este
sistema? No parece fácil.
Pero la cosa no termina allí. Este nuevo entramado
es funcional a la nueva situación de escándalo de la AFA y la TV. Desde ahora,
se anuncia, la Copa Argentina tampoco se verá más por Canal 7 y estará a cargo
de Torneos, que también tiene los amistosos de la selección argentina y los
partidos del Nacional B.
Sí, la misma Torneos que tuvo hasta hace pocos meses
como CEO a Alejandro Burzaco, detenido tras ser buscado por Interpol por pagar
sobornos a dirigentes en el FIFA Gate por las Copas América 2011, 2015, 2019 y
2023, y hermano de Eugenio, secretario de Seguridad del actual gobierno
nacional.
La misma que junto al Grupo Clarín, se quedó con el
fútbol de los 90, el “Fútbol de Primera” que daba los goles de muchos equipos
recién el domingo a la noche y a los que les dedicaba segundos por semana, o el
del “TyC Max” por el que había que pagar para ver, el de las tribunas con
abrazos, mientras los jugadores festejaban abajo sólo para los que pagaron, con
Carlos Bilardo explicando los goles moviendo muñequitos o fichitas en un
pizarrón.
De a poco, lentamente, vamos regresando a esos
tiempos, que parecía que nunca volverían.
Pero vuelven. Ahí estaban, agazapados, nomás.
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