No parece que sea casualidad. La chance de que las
dos finales de los torneos europeos sean disputadas por los dos equipos
españoles, en cada una, no sólo siguen intactas cuando ya pasaron los partidos
de ida de semifinales, sino que aumentó a partir de los resultados obtenidos
por los cuatro representantes.
Esto indica, contrariamente a lo que muchos
sostienen, un indudable signo de salud por parte de la Liga Española, pese a
que no es la que más fondos dispone para la competencia y a que tampoco la
distribución de esos fondos es lo más democrática posible.
Sin embargo, los clubes españoles han demostrado un
absoluto poderío en los torneos que disputan.
En la Champions League, el Atlético Madrid, que ya
en cuartos de final, como hace dos temporadas, eliminó nada menos que al
Barcelona, ahora consiguió un excelente resultado en el Vicente Calderón ante
el Bayern Munich, acaso el equipo a vencer en esta temporada, al ganarle no
sólo sin recibir tantos en su propia portería, sino que la diferencia pudo ser
mayor, para sorpresa de muchos analistas.
Se trató de un partido extraño, especialmente en la
segunda parte, porque el dominio territorial de los alemanes fue casi absoluto,
pero siempre quedó la sensación de que el Atlético estuvo más cerca del segundo
gol que el Bayern del empate y prueba de ello es el remate en el palo de
Fernando Torres, en una jugada que hizo recordar a sus mejores tiempos, al
inicio de la primera década del siglo XXI.
El notable gol del Atlético fue convertido por un
joven de gran futuro, Saúl Iñiguez, luego de un bonito recorte y un remate muy
bien colocado al segundo palo de Manuel Neuer.
Es cierto que el Bayern ha llegado a remontar un
partido muy difícil ante la Juventus en octavos de final, estando dos goles
abajo, pero su gran desafío será poder traspasar la valla, el sistema táctico y
el carácter aguerrido de los de Diego Simeone, que vienen cumpliendo un ciclo
excepcional, uno de los mejores de su historia.
El Atlético tiene un gran mérito porque además de
llegar con chances ciertas a Munich, sigue peleando el liderato de la Liga ante
el Barcelona, sin ceder un ápice, y a sólo dos jornadas para el final, algo muy
meritorio si se toma en cuenta la diferencia de presupuesto entre ambos.
Pero el Atlético no es el único. Un Real Madrid que
a esta altura para la gran mayoría iba a estar fuera de todo, tiene ahora la
chance de definir su pase a la final de la Champìons en el Santiago Bernabeu
ante el Manchester City luego de haber sacado un aceptable empate, en un apenas
discreto partido, en el Etihad Stadium ante el equipo de Manuel Pellegrini.
Real Madrid se encuentra en una dinámica ganadora
tanto en el frente de la Champions, en el que busca afanosamente llegar a la
final de Milán en busca de la Undécima, como en la Liga, en la que remonta o
gana los partidos, en muchos casos sin alguno de sus delanteros principales,
como en el difícil terreno de Anoeta (vaya si lo sabrá el Barcelona), donde
sobre el finaol acabó venciendo a la Real Sociedad gracias a la potencia y el
gran cabezazo de Gareth Bale, y sin la presencia de Cristiano Ronaldo, con el
que hay dudas sobre sus posibilidades físicas justo en el momento clave de la
temporada, ni Benzemá, es decir dos de los tres integrantes de la BBC.
Pese a estar a sólo un punto de distancia de los
líderes Barcelona y Atlético, el Real Madrid sabe que la Liga parece bastante
difícil porque quedan seis unidades en juego, y el average no lo favorece ante
ninguno de los dos rivales, por lo que prácticamente se encuentra a dos puntos
de distancia..
De cualquier modo, la recuperación del equipo ha
sido notable desde la llegada de Zinedine Zidane al banquillo, especialmente
por no confundir a los jugadores con demasiados conceptos tácticos, haberles
dado confianza en el vestuario con simpleza en el discurso, y al haber acertado
con la titularidad de Casemiro como mediocentro, aunque eso significara
cargarse a James Rodríguez y especialmente a Isco, valorado por la afición
blanca.
En la Europa League, las cosas no son muy
diferentes. El Sevilla, bajo la muy buena gestión de su entrenador Unai Emery y
con excelentes jugadores en todos los puestos, se encamina a su tercer título
consecutivo tras llevarse un muy buen empate 2-2 ante el Shakhtar Donetsk.
Los andaluces se lo juegan todo para estar en Europa
en la temporada siguiente para lo cual necesitan clasificarse a la final, en la
que bien podrían tener que definir ante sus compatriotas del Villarreal, que
llegan al partido revancha en Anfield ante el Liverpool en un gran momento
futbolístico y de confianza.
Los de Marcelino García Toral están sacando partido
a la coherencia de sus dirigentes y a la continuidad de tres temporadas
consecutivas en buen nivel aunque ésta ha sido excelente pese a muchas lesiones
importantes, y además del torneo europeo, este pasado fin de semana sellaron su
clasificación a la Champions League junto a los tres poderosos de la Liga,
Barcelona, Real Madrid y Atlético Madrid, tras vencer cómodamente a sus vecinos
del Valencia en Mestalla.
Pero no es todo. El partido de ida de la semifinal
de la Europa League ante el Liverpool de Jürgen Klopp ha sido de gran nivel,
por más que el gol de Adrián, que marcó la diferencia hasta el momento, haya
llegado sobre el final.
¿Podríamos tener en Europa dos finales españolas?
Las chances existen. Y es una prueba de que la Liga tiene algunas virtudes
innegables. Y equipos muy competitivos, si tenemos en cuenta que el Barcelona
en Champions y el Athletic de Bilbao en la Europa League, han sido eliminados
en cuartos por otros equipos de su misma Liga.
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