Finalmente, el próximo sábado 3 de junio, en Cardiff,
tendremos la mejor definición de
Champions League que se podía esperar entre dos de los tres mejores equipos de
Europa (podríamos agregar, a lo sumo, al Bayern Munich) como el Real Madrid y
la Juventus, lo que indica que la lógica acabó imponiéndose y también, a medida
que se acerque la fecha, crecerá la expectativa por ver en acción dos estilos
opuestos y cada uno de ellos, muy sólido.
Tanto Real Madrid como Juventus, (que ya se han
medido en una final europea en 1998 en el Amsterdam Arena con aquel recordado
gol del montenegrino Pedja Mijatovic en leve posición adelantada que le dio a
los blancos su séptima conquista continental) vienen de semifinales en las que
se impusieron con autoridad, aunque los italianos han sufrido algo menos.
La Juventus se caracteriza por ser prácticamente
impenetrable en defensa con una muy fuerte línea de marcadores centrales como
Bonucci, Barzagli y Chiellini que permiten la salida de los dos laterales
brasileños como Daniel Alves (especialmente), quien ha regresado al nivel de
sus mejores tiempos del Barcelona, y Alex Sandro, un gran arquero como
Gianluiggi Buffon, dos volantes de buen pie como Pjanic y Khedira, un enlace
como el argentino Paulo Dybala, una de las figuras emergentes en el mundo, y un
ataque en el que se complementan Mandzjukic y Gonzalo Higuaín.
Los italianos apenas si han recibido tres goles en
toda la Champions esta temporada, y el último, de Mbappé, ocurrió tras un
invicto de 11 horas y 48 minutos, una cifra notable que muestra lo complicado
que es atravesar ese muro.
Puede decirse que la Juventus fue muy superior al
Mónaco a lo largo de los dos partidos, dejando casi sentenciada la serie en la
ida con el 0-2 que fue muy claro y sin demasiadas chances para ser revertido en
Turín. Cierto relax en el final permitió que su rival descontara pero llega a
Cardiff en un gran momento y hasta con chances de la triple corona porque está
a punto de ganar su sexto Scudetto consecutivo y es finalista también de la
Copa Italia.
Enfrente,
aparece un tremendo Real Madrid con un inmenso poder de fuego. Incluso,
con la chance de lograr lo que ningún otro equipo europeo ha conseguido en la
historia: alzar la Copa por segundo año consecutivo y al mismo tiempo, ser el
primero en llegar a las doce conquistas sin haber perdido nunca un partido
decisivo.
Real Madrid, contrariamente a lo esperado, tuvo que
atravesar un momento complicado en los primeros veinte minutos de la revancha
en el Vicente Calderón cuando parecía que podía sucumbir por la dura presión
del Atlético, que llegó a colocarse pronto 2-0 para quedar a un solo gol de
igualar la serie con más de una hora por jugarse.
Sin embargo, como ocurrió tantas veces en la temporada,
los blancos entendieron que era tiempo de equilibrar el partido, adelantarse en
el campo, comenzar a hacer correr el balón, y necesitaron poco para descontar y
dejar al Atlético Madrid con escasa chance tras una gran maniobra de Karim
Benzema desde la izquierda dejando atrás a tres defensores para que cerca de
Oblak, definiera Isco Alarcón.
Este Real Madrid ha logrado acomodarse desde que un
muy tranquilo Zinedine Zidane (identificado como jugador con los dos
finalistas) tomó las riendas del equipo tras la salida de Rafa Benítez en la
pasada temporada, con un cambio fundamental en la estructura, el ingreso de
Casemiro como mediocentro, que liberó a Toni Kroos y a Luka Modric hasta
hacerlos imprescindibles en la construcción de juego y enlaces de los tres
atacantes, Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo.
Pero además, igual que la Juventus, el Real Madrid
se destaca por tener una gran plantilla y mucha riqueza en todos los puestos, y
por ejemplo en estos días, ante la falta de Bale, ingresó Isco con una tarea
muy destacada.
El esquema del Real Madrid es un claro 4-3-3 cuando
dispone de su equipo de gala, con un muy buen arquero como Keylor Navas, un
central de mucha firmeza y poder aéreo en las dos áreas como Sergio Ramos, dos
laterales de gran proyección como Carvajal y especialmente Marcelo (a nuestro
entender, en el podio entre los mejores del mundo en esta temporada) y un
enorme poder de fuego adelante.
Veremos en Cardiff, por esta razón, el mejor partido
posible para una definición europea, con un equipo con enorme poder de gol y
otro casi imbatible enfrente, y con algunas características históricas para
atender.
Si el Real Madrid ya ha ganado once copas europeas y
busca la duodécima, la Juventus sólo ha podido ganar dos de las ocho finales
que disputó (1985 y 1996) pero justamente ambas veces ante campeones vigentes,
tal como ocurre ahora.
Si Real Madrid llega a su tercera final de Champions
en los últimos cuatro años, la Juventus la jugó (y la perdió) en 2015 ante el
Barcelona y anteriormente, la había perdido en Manchester ante el Milan en
2003.
Esta final tendrá otros aditamentos, como a Daniel
Alves, tan identificado por años en el Barcelona, ante el Real Madrid, u otros
ex blancos como Higuaín y Khedira en la Juventus, en tanto que en el banquillo
de los españoles estarán sentados Morata (ex Juventus) y el entrenador Zinedine
Zidane, cuyo fichaje desde la Juventus al Real Madrid conmovió en 2001.
Duelo de estilos, clubes con mucha historia, los dos
mejores equipos del torneo, ex jugadores de ambos lados. Demasiados elementos
como para que sea una gran final.
Quedan
pocos días para que sepamos quién se quedará esta vez con toda la gloria.
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