Eufemiano
Fuentes, el médico que estuvo involucrado en los casos más resonantes de doping
en el planeta a fines del siglo pasado, volvió a causar un terremoto en el
deporte español al reconocer su participación en la campaña de la Real Sociedad
cuando quedó segundo en la Liga 2002/03, afirmó que trabajó con “al menos doce,
y tal vez hasta quince” medallistas olímpicos de su país en Barcelona 1992 y
hasta dejó dudas sobre una posible colaboración suya en el Real Madrid.
Fuentes, del que
se rumorea que se encuentra en una mala situación económica, fue entrevistado
por Jordi Évole en su reconocido programa del canal español “La Sexta”, en el
que también llegó a involucrar a Fermín Cacho, medalla dorada de los 1500
metros en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, al decir que trabajó con él y
que fue este deportista quien lo contactó en 2004, una vez que el PSOE ganó las
elecciones generales, para trabajar en el Estado con miras a la cita de Pekín
cuatro años más tarde.
Fuentes, de 66
años, es un médico canario que fue protagonista principal de la llamada
“Operación Puerto” llevada a cabo en 2006, que fue la mayor redada de la
historia para perseguir casos de doping a partir de prácticas para mejorar el
rendimiento deportivo desde el suministro de hormonas (EPO, testosterona y
otros anabolizantes), medicamentos y transfusiones sanguíneas en ciclistas,
atletas, tenistas y futbolistas, pero la investigación no tuvo el éxito deseado
porque las sustancias no estaban dentro de las prohibidas y España no tenía aún
una ley para estos casos y sólo pudo ser acusado como un delito contra la salud
pública.
Tanto Fuentes,
como su colaborador José Ignacio Labarta, fueron condenados con penas leves en
2013 pero el 10 de junio de 2016, la Audiencia Provincial de Madrid dictó
sentencia firme por la cual se absolvía a todos los imputados –además, Manolo
Saiz, Vicente Belda y Yolanda Fuentes, hermana de Eufemiano- de los delitos por
los que habían sido acusados.
Según distintas
versiones, la “Operación Puerto” nació por el positivo de doping por EPO y
luego descalificación del español Roberto Heras en la Vuelta de España 2005 y
por la denuncia del ex ciclista Jesús Manzano al diario deportivo “As” en 2004,
acerca de que el doping era una práctica extendida y generalizada en el
ciclismo profesional , explicó en detalle cómo se realizaba en su equipo, “Kelme”,
y suministró direcciones tanto donde se
llevaban a cabo los análisis por parte de la red, y que en la habitación 101
del hotel Aida de la localidad de Torrejón de Ardoz (cerca de Madrid) tenía su
estudio el propio Fuentes.
Manzano también
contó el procedimiento, por el que se congelaba la sangre extraída a los
deportistas para conservarla a bajas temperaturas y reinyectarla para mejorar
el rendimiento deportivo, en tiempos en los que no se identificaba al ciclista
al guardar las bolsas y eso provocaba reacciones de rechazo y problemas de
salud cuando la sangre reinyectada no resultaba compatible, algo que él habría
experimentado. También se refirió a fármacos y sustancias prohibidas en el
deporte como EPO, el HGC Lepori o el Andriol, entre otros, y contó que durante
la concentración en la competición, los médicos de su equipo realizaban
análisis en el hotel para asegurarse de que los ciclistas no0 dieran positivo
en los controles.
Si la “Operación
Puerto” no fue exitosa judicialmente –la investigación siguió luego en Italia,
Alemania y Francia-, tampoco puede decirse que lo fue en lo deportivo porque
aunque lograron identificar a algunos de los dueños de las bolsas incautadas
(sólo siete de más de treinta sospechosos), la Agencia Mundial Antidoping (AMA)
no pudo encontrar muestras de ADN pese a librar distintas batallas judiciales
debido a que los casos prescribieron y ni siquiera se pueden hacer públicos los
nombres de los involucrados.
Durante la
entrevista que aceptó Fuentes (que no hablaba desde hacía más de un lustro) en
el programa “Lo de Évole”, el conductor
le mostró un documento incautado al médico durante la “Operación Puerto”,
publicado por el diario “El País” el 5 de febrero de 2013, y que se refiere a
enero de 2002, en el que aparece el texto “Cuentas Asti” (el presidente de la
Real Sociedad era entonces José Luis Astizarán, luego titular de la Liga de
Fútbol profesional en España), con un valor de 7 millones de pesetas (42.070
euros al cambio) - el mismo valor que consta en una contabilidad en negro del
club-, y la palabra “Medic”.
Fuentes
reconoció su letra en el documento mostrado por Évole (aunque dijo ver “por
primera vez” la contabilidad B” de la Real Sociedad aunque admitió que “me
vale”) , en el que también aparece el monto de 5382 euros en la compra de
“medicamentos alemanes”. “Medic no es por medicinas porque para ese momento,
ése es un valor muy caro para medicinas,
pero ‘Medic’ debe ser por médico, porque yo tenía reuniones con ellos, con el
médico del plantel”, afirmó.
En esa anotación
de Fuentes aparece otra cifra, 12.765 euros y al lado, la palabra “sueldo”, que
coincide una vez más con la contabilidad en negro de la Real Sociedad en la que
aparecen valores de 12.020 euros y 742 euros por otro lado, que entre los dos
totalizan prácticamente la misma cifra. Consultado entonces si él tuvo que ver
con aquel tiempo del equipo del club vasco, se limitó a responder “Yo le digo
que blanco y en botella, leche. Yo no fui médico de la Real Sociedad pero
habría que pensar que asesoré de alguna forma, ¿no?”.
“¿El buen resultado de la Real Sociedad esa
temporada tuvo que ver con el granillo de arena que usted puso?”, le preguntó
entonces Évole. “Es posible, aunque en
fútbol no siempre gana el mejor. Quiero pensar que sí”, respondió Fuentes, en
referencia al subcampeonato obtenido por el equipo vasco en la temporada
2002/03, detrás del Real Madrid de Vicente Del Bosque, cuando fue dirigido por
el francés Raynal Denoueix y contaba con jugadores como el argentino Gabriel
Schurrer, Agustín Aranzábal, Aitor López Rekarte, Xabi Alonso, Javi De Pedro,
Oscar de Paula y el ruso Valery Karpin.
Iñaki Badiola
–quien luego abandonó el cargo envuelto también en polémicas- y que asumiera la
presidencia de la Real Sociedad en enero de 2006, llegó a sostener en una Junta
Extraordinaria del club que “hemos estado comprando medicinas raras por 442.000
euros al año en la época de Astiazarán”
y que Fuentes formaba parte “de una banda con Eduardo Escobar y Antxon
Gorrochatagui (experto en fisiología que también trabajó en el ciclismo),
médicos del plantel en ese entonces” y que suministraban sustancias prohibidas
a sus jugadores entre 2001 y los primeros días de 2008, cuando él asumió la
presidencia (Astiazarán fue titular del club desde el 23 de marzo de 2001 hasta
el 30 de junio de 2005 y luego le sucedieron Miguel Fuentes, María De la Peña,
y Juan Larzábal). Badiola sostuvo que en ese período “hubo gastos no
contabilizados, sin factura o soporte documental, en compra de medicamentos, y
que no se pueden justificar”.
Consultado
Fuentes por Évole sobre aquellos tiempos de la Real Sociedad, recordó a
Astiazarán y a Badiola y sostuvo que “oficialmente, no he trabajado para más
equipos” cuando apareció la pregunta sobre si tuvo alguna conexión con Las
Palmas o Elche. “Extraoficialmente a veces era contratado o requerido, mejor
dicho, porque no se firmaban contratos, para asesorar a sus técnicos o médicos
en el control, seguimiento, recuperación, ayuda. Y por expreso deseo de ellos,
no me pagaban a mí, le pagaban a otra persona, a un testaferro mío que no voy a
mencionar y que no pertenece al mundo del deporte, y percibía unas diez
millones de pesetas (60.000 euros) por reunión. Eso ocurrió dos años, y con el
mismo equipo”, desveló.
Si bien Fuentes
no dio nombres propios, reveló que asesoró a atletas, ciclistas, boxeadores y en
cuanto al fútbol, su participación se produjo a principios de los años 2000
pero aclaró que a este deporte “se lo protegió”. “Lo mío era un doping
diferente. Me adelanté a mi época”, sentenció, aunque aclaró que “tengo miedo
de que me procesen de nuevo por decir las cosas claras”. “No puedo responder.
Me amenazaron de muerte. Me dijeron que si decía ciertas cosas, mi familia o yo
podríamos tener serios problemas. Me amenazaron tres veces y no me van a
amenazar una cuarta vez”, respondió.
Más allá de dar
la sensación de responder con medias verdades y de ocultar una parte de la
información, Fuentes cambió la gestualidad cuando Évole lo consultó sobre su
posible participación en el Barcelona y el Real Madrid. “No te voy a contestar
a esa pregunta –dijo tras un largo silencio-. Tuve que declarar en un juicio
sobre este tema y dije que no. Si eso te vale…o me callo o te digo que no.
Elige la respuesta”.
En diciembre de
2006, el periodista Stéphane Mandart publicó en el diario francés “Le Monde”
que equipos españoles como Valencia, Betis, Barcelona y Real Madrid estaban
implicados en casos de doping, pero Fuentes desmintió que él tuviera que ver
con aquello, aunque admitió que del Barcelona lo contactaron y no llegaron a un
acuerdo.
“El Real Madrid
se querelló contra L’Equipe (N de la R: en realidad, fue contra Le Monde) y
también lo hizo el médico del club, Alfonsito (luego aclaró que lo llamó así
‘porque lo conocí y porque era menor que yo’) Pérez del Corral, porque su
nombre había quedado en entredicho al vincularlo conmigo. Yo fui, declaré y
creo que ganaron el juicio”. Ante la pregunta de si en algún momento Del Corral
le pidió ayuda, dijo que “no” pero agregó que “a un médico ofendido conmigo, no
le podés preguntar, ¿verdad que no? No hay nadie más como testigo de eso que yo
he dicho que no ocurrió”.
“Durante el
juicio de la Operación Puerto, le pedí a mi abogado, Tomás Valdivieso, que
recuperara un dinero que me debía el Real Madrid. ¿Y por qué me debía dinero el
Real Madrid? Porque en esa querella contra el medio francés, Barcelona y Real
Madrid pidieron mi comparecencia como testigo para aclarar si era verdad o no y
yo, encantado, acepté. El trato en Barcelona fue exquisito, fueron unos caballeros.
Yo les dije que vivía en Las Palmas y me dijeron que me pagaban todo, viaje, un
hotel y que diga en la Justicia lo que hay. Fui y lo hice. El Madrid me llamó e
hice lo mismo. Pero el caso es que pasaron un mes, dos meses, un año…y no me
pagaron nada así que le dije a mi abogado que ya que estábamos en Madrid,
reclamara el pago del hotel, el billete de avión y me dijo que había estado
hablando con alguien y que el Madrid no me paga el dinero y ahí todos los que
escucharon se acercaron a preguntarme qué era eso del dinero y yo dije que no
hacía comentario del tema, y fue peor. Hubo que aclararlo al día siguiente,
fuimos a un juicio con el Madrid y me pagó el dinero pero hay gente que pudo
interpretar eso como que el Madrid me debía por otro concepto y me debía sólo
por eso”, intentó aclarar.
La reacción del Real Madrid fue tan
rápida como contundente. A la mañana siguiente, el programa “Jugones” del canal
de TV “La Sexta” confirmó que el club presidido por Florentino Pérez iba a
tomar acciones legales por las insinuaciones de dopaje que involucran tanto al
equipo madridista como al que fuera su jefe de servicios médicos entre 1994 y
2007, Alfonso del Corral.
El juicio de Real Madrid contra “Le
Monde” se llevó a cabo en 2009 en el Juzgado de primera Instancia de la
Audiencia Provincial de Madrid y en el fallo se consideró que el diario francés
cometió una “intromisión ilegítima” en el honor del club con una información
“no veraz” publicada por el periodista “presentando como ciertos y comprobados
unos hechos que podían suponer un grave descrédito para el Real Madrid Club de
Fútbol, dejando entrever una vinculación con la operación Puerto, cuando no
disponía de pruebas para ello”.
Tanto el medio galo como Stéphane
Mandard reafirmaron
la veracidad de la información que relacionaba al Real
Madrid, Betis, Valencia, Barcelona y Real Sociedad con la “Operación Puerto” y llevaron el caso al Tribunal Supremo, que ratificó la condena previa: 300.000 euros de indemnización al Real
Madrid, y 30.000 a su ex jefe de servicios médicos, Alfonso del Corral.
En el caso del litigio con el Barcelona, la
indemnización final fue de 15.000
euros a pagar al club azulgrana, una cifra mucho menor que
previamente había reducido la Audiencia Provincial de Barcelona, y que confirmó
el Tribunal Supremo.
Fuentes también
fue consultado por otros trabajos suyos en el ámbito deportivo, como cuando en
1984 fue contratado como médico de la Federación Española de Atletismo
presidida por Juan Manuel de Hoz y con Carlos Gil como director técnico y según
cuenta, recibió el mandato de que los deportistas españoles compitieran con sus
rivales en igualdad de condiciones. ‘Haz lo que tengas que hacer’, me dijeron.
‘No queremos positivos pero sí resultados’ “ y que el entrenador Manuel Pascua
le pasó entonces sus contactos con el atletismo de Europa del Este, y hacia
allí se fue. “La Federación sabía que yo no iba sólo como técnico sino para
aprender técnicas para mejorar el rendimiento. Lo sabía. Que eso quede claro” y
relató cómo les pagaba a los entrenadores de Europa del Este unos 500 dólares
por sus informaciones.
Fuentes también
salpicó a la delegación española de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 al
señalar que “sé de cosas que pasaron allí que si las contase serían
perjudiciales” y reconoció que fue médico “de una docena de atletas, tal vez
unos quince” y que fueron ellos los que lo vinieron a buscar para que los
preparara durante cuatro años “para estar bien un día, o dos, o una semana. Lo
pagaban los atletas y yo trabajaba en ese entonces en una clínica privada y durante
los Juegos me encontré con dos atletas dos veces. A uno de ellos lo vi en una
cafetería y al otro, en la grada del estadio olímpico (hace la aclaración que
esos dos atletas son aparte de su mujer, Cristina Pérez- que dijo en 2008 “yo
sé lo que ocurrió en Barcelona 92 y soy una caja de pandora que como me abra un
día, el deporte español se viene abajo”, aunque Fuentes dice que no sabe por
qué dijo eso-, que también es atleta.
Fuentes no podía acceder a la villa olímpica porque
la Federación, desde que cambió de presidente en 1989, lo había vetado. “Los
atletas que se atendían conmigo me decían que tenían autorización de la
Federación para tratarse con cualquier médico y era cierto pero no del todo
porque a mí ellos me pedían privacidad,
que no revelara sus nombres, cosa que yo no hacía por secreto profesional, pero
era raro. Mi satisfacción era hacer bien el trabajo y cobrar por ello”.
Cuando el
conductor de la TV le consultó si los atletas españoles utilizaron EPO durante
los Juegos de Barcelona, Fuentes respondió “creo que sí (no daba positivo en
esa época) pero no lo puedo asegurar, pero los que yo no preparaba. Los que
preparaba yo, no lo necesitaban. Hay cosas que pasaron en Barcelona 92 que si
las contara serían muy perjudiciales para el deporte español pero que no las
pienso contar por coherencia profesional porque guardé eso por tantos años.
Dije muchas cosas pero no estoy dispuesto a entrar en una guerra sin cuartel
con los que se sientan aludidos pero si otra parte ya reconoció su relación
conmigo, no tengo problemas en extenderme, y caerían medallas, por eso no
quiero decirlo y por eso creo que hubo doping en Barcelona 92 por parte de
atletas que ganaron medallas pero no lo puedo demostrar”
Ante la pregunta
sobre a qué atletas llevó durante los Juegos de Barcelona, respondió que “es
difícil, debería romper el secreto profesional”. Dijo “No” cuando le mencionaron
a Daniel Plaza (marcha), Antonio Peñalver (decatlón), Javier García Chico
(salto con garrocha). En cambio, sorprendió cuando le consultaron por Fermín
Cacho (1500 metros). Allí se produjo un largo silencio y señaló que no se
acordaba pero dio pie para que el conductor insistiera y cuando le preguntó si
era “el de la grada o la cafetería”, afirmó “el de la cafetería” y también
agregó que el tipo de entrenamiento que hacía con él era” Como los que hacía
para la época: expansores de plasma, reductores del ácido láctico, estimulación
natural de las hormonas naturales: testosterona, aminoácidos”.
Pero lo de Cacho
no quedó allí sino que avanzó hacia otro hecho fuerte. Cuando volvió a
mencionarlo como contacto del nuevo gobierno del PSOE, de José Luis Rodríguez
Zapatero, ni bien asumió en 2004, para proponerle que regresara para realizar
el mismo trabajo que en los años ochenta con miras a los Juegos de Pekín
2008 -preocupados por el descenso de
medallas olímpicas- volviendo a la Federación y al Comité Olímpico Español pero
que él no aceptó, y dio a entender que la “Operación Puerto”, por la que cayó
en 2006 y le fueron incautados documentos y todo tipo de implementos, aunque
luego fue sobreseído, estuvo relacionado con su negativa a regresar al trabajo
desde la propuesta estatal dos años antes.
Sin embargo, el
secretario de deportes español de esos años, Jaime Lissavetzky, recordó que
cuando él asumió en 2004, el nombre de Fuentes ya aparecía en los titulares por
las acusaciones de doping del ciclista Manzano y que entonces en lo último que
podía pensar era en ofrecerle tal responsabilidad estatal, siendo que fue este
funcionario el que popularizó la expresión “Tolerancia Cero con el Doping” y el
impulsor en 2006 de la primera ley que lo penalizó y que recién entró en vigor
meses después de la “Operación Puerto”.
Por su parte,
Cacho, medallista de oro en Barcelona y concejal en Andújar (Jaén) como
independiente en la lista del PSOE, se preguntó “¿cómo me van a encargar a mí
una misión así? Ni que fuera tan importante para hacer de agente secreto. Si
hubiera colaborado, ahora seguramente estaría en algún puesto importante y no
aquí, en Andújar. De todas maneras –aclaró- el atleta que diga que no conoce a
Fuentes, miente porque nos trató a todos cuando era médico de la Federación. Y
como médico, tengo que decir que no era malo. Otra cosa es la historia negra”.
En verano de
1988, la atleta Cristina Pérez, esposa de Fuentes y entrenada por Pascua –aquél
de los contactos en Europa del Este- dio positivo en un control aunque la
Federación de Atletismo intentó ocultar el caso pero en enero de 1989,
Odriozola, recién electo presidente de la entidad, despidió a Fuentes de su
cargo a tres años de los Juegos de Barcelona.
En grabaciones
policiales se conoció que Fuentes se hacía llamar “El Importante” y hasta
alguno lo calificó de “genio táctico”. El ex ciclista Tyler Hamilton, que lo
llamaba “Ufe”, lo acusó directamente, en
un documental, de idear burlas a la competencia eludiendo controles con todo
tipo de ardides. “Yo utilizaba sustancias dopantes cuando no estaban prohibidas
–respondió Fuentes-, me adelanté a mi época con sustancias que mejoraban el
rendimiento pero no estaban prohibidas como podría ser hoy con la creatina, con
la bromelina, y en el momento en el que lo prohíben, a otra cosa mariposa”.
“Te serviste de
las sombras de nuestro mundo para conseguir tus objetivos, como un maestro”,
dice Hamilton en el documental, que le muestran. “Evitar poner el pie en países
donde el doping era ley, transfusiones en habitaciones de hotel, trabajar clandestinamente
para el fútbol”, le enumera Évole. “La
palabra ‘clandestina’ suena a delito, cambiémosla por ‘discretamente’, propuso
Fuentes, quien ensayó una justificación: “utilicé sustancias dopantes cuando no
estaban prohibidas, y cuando las prohibieron recurrí a otras para estar siempre
en el lado externo o fuera de la línea que era peligrosa y además, me lo
pidieron a mí, el sistema me lo pidió. Yo trabajaba y hacía esas cosas para el
gobierno en los años 80. Que no haya querido hacerlo en el 2004, no quiere
decir…ya lo había hecho y me pagaban por ello. No estoy ocultando nada. Estoy
diciendo que sí, que sería un adelantado y quizá por eso, era tan solicitado.
Me quiero quedar fuera de mencionar a algunas personas, equipos, porque tengo
miedo y porque no quiero que me procesen por decir las cosas más claras de lo
que estoy diciendo”.
“¿Ha jugado
sucio alguna vez?”, le pregunta Évole. “En consciencia no, en consciencia
nunca. A veces he pensado que podría
hacer una trampa gorda, jugar sucio y liarla. Se me ha pasado por la cabeza,
pero mi ética no me lo ha permitido. He hecho trampillas, trampas que a cambio
han reportado un gran beneficio a los
deportistas que ya se castigan lo suficiente con la forma en que entrenan y
compiten. ¿Por qué no le han dicho al organizador que el Tour, en vez de
meterle etapa de 200 km y con siete puertos seguidos, hacen un día duro, un día
suave? ¡Porque no hay espectáculo! En el fútbol ahora están jugando sábado,
miércoles, lunes…eso pasa factura y si eso es un año, otro año…este año por el
virus. Es decir, el desencadenante del perjuicio, del daño que sufre el organismo
del deportista es el calendario competitivo y la exigencia que él se impone
para ser el mejor en ese calendario”.
Fuentes
sorprendió cuando dijo que no tiene sus documentos de la época y que está “loco por recuperarlos” porque en la
“Operación Puerto” y en esos tiempos le fueron “incautados” (y pone esa palabra
entre comillas, haciendo el gesto con sus dedos de arriba hacia abajo),
expoliados, por la guardia civil y parece ser que me los van a devolver y creo
que allí sí habría pruebas de lo que digo. Allí hay resultados de análisis, de
pruebas que yo hacía, tratamientos, prescripciones. Y antes de decirlo,
consultaría a mi abogado”.
El 25 de
noviembre pasado, el juez Eduardo González del Campillo decidió ponerle el
definitivo punto final a la “Operación Puerto” luego de que el caso durmiera
por cuatro años en su juzgado y para ello ordenó que devolvieran a Fuentes y a
los otros absueltos todos los bienes que les habían incautado aquel 23 de mayo
de 2006 y por eso ordenó al Juzgado 31 de Plaza de castilla que les enviara
todo lo que se conservaba –maletas con documentos, agendas, un calentador de
agua, un sellador de bolsas de sangre, un neceser con cien jeringuillas, una
heladera portátil, tarjetas con anotaciones y tres llaveros con diez llaves y
dos controles remotos de garaje, preguntó a la sede del laboratorio antidoping
de Barcelona si ya habían destruido las 219 bolsas de sangre como se había
resuelto, y también a la Guardia Civil, para que le devolvieran lo que quedó en
sus dependencias: tres teléfonos celulares y la joya: la máquina para congelar
hematíes que le permitió a Fuentes multiplicar sus ganancias porque permitía
que la sangre extraída a los atletas podía permanecer allí tres meses antes de
ser reinyectada y no tres semanas, como ocurría con las bolsas simplemente
refrigeradas.
Tras la entrevista a Fuentes, Évole se comunicó por
teléfono con Fermín Cacho,
Jaime Lissavetzky (ex secretario de Deportes), José María Odriozola (presidente
de la Federación Española de Atletismo 1989/2016), José Luis Astiazarán
(presidente de la Real Sociedad 2001/05) para su descargo, pero todos
declinaron.
Fuentes disfruta
de su jubilación y toma clases de piano. Vive en Portugal sin dinero, lo perdió
todo en Suiza. Y espera, aún, que la Justicia española le devuelva sus
pertenencias..