Acaso no haya
mejor foto que describa a Joan Laporta, ex presidente del Fútbol Club Barcelona
en uno de sus tiempos más dorados, los de Josep Guardiola como entrenador y
Lionel Messi y Ronaldinho como jugadores, que la que apareció en 2009 tras un
clásico ganado al Real Madrid en la discoteca “Luz de Gas”, bañado en
champagne, de traje, fumando un habano y rodeado de mujeres y amigos.
Laporta, ex
diputado y edil por un partido independentista catalán, es uno de los grandes
símbolos del hedonismo dirigencial en el fútbol, de los que no dudan en
materializar cualquier negocio que traiga beneficios sin preguntar su origen
para luego enrostrarlo a sus enemigos como aquella vez que apareció una imagen
suya dialogando con otros miembros de la Junta Directiva del club diciendo
“¡Que aprendan!” en referencia a un fichaje de un jugador conseguido en tiempo
récord, a pedido del entrenador.
Hijo de un
médico de clase media. Joan Laporta i Bonastre, y de Maite Estruch, con quien
apareció tomando el té para las cámaras de TV en medio de una de sus tantas
campañas políticas, Joan Laporta Estruch nació en Barcelona el 29 de junio de 1962
y dividió sus primeros años entre la capital de Cataluña y los veranos en Casteldelfels,
mezclando los estudios con el fútbol en los descampados del barrio de Gracia
hasta que las edificaciones lo cambiaron por completo. Cierta técnica le
permitió llegar hasta la cantera del Sant Andreu pero su salto al primer equipo
se vio frustrado –según cuenta Antón Espadaler en “Joan Laporta, pasión
absoluta”- ´por esa idea que ya sostenía desde muy pequeño de vivir con
intensidad todo ya mismo. Entonces agarró un bolso y una moto y se fue de paseo
a Ibiza justo cuando el entrenador lo convocaba.
Tampoco había
pasado desapercibido por el Centro de Maristas del Paseo de San Juan, de donde
fue expulsado a finales de los años setenta y si bien hay distintas versiones
sobre lo ocurrido, coinciden en su carácter de juerguista –se cuenta que se
hizo popular al filtrar las preguntas de un examen definitivo a sus compañeros
previo robo de llaves e infiltración en el despacho de su tutor- aunque luego
acumularía importantes logros académicos en la Universidad de Barcelona, donde
se licenció en Derecho o en la Abat Oliva, donde se especializó en sociedades
mercantiles e impuestos.
Así también tomó
como una aventura su paso por el servicio militar marcada por arrestos
disciplinarios y fugas con ayudas de su amigo de la escuela y luego compañero n
la comisión directiva del Barcelona, Alfons Godall. Ya comenzaba a perfilarse el personaje que
acapararía la atención mediática de manera permanente en años posteriores.
“A mi padre se
lo debo todo. Él me educó en el catalanismo y en el barcelonismo”, señaló en su
libro “Un sueño para mis hijos”, escrito en 2010, en el que le dedica un
capítulo entero, en el que cuenta que sostenía que “cada vez que gasten, ese
dinero va para el Estado español”.
Tras la
graduación en Derecho en 1988, fundó el despacho “Laporta & Arbós”, que le
sirvió para ir generando contactos de calidad que serían un trampolín para su
carrera como dirigente político y deportivo. Así conoció a quien sería una
especie de guía de sus movimientos en el Barcelona, nada menos que Johan Cruyff
y accedió a liderar la plataforma “Elefante Azul”, junto a Armand Carabén, que
intentó una moción de censura contra el poderoso presidente azulgrana Josep
LLuis Núñez. Y aunque no tuvo éxito en ese objetivo, quedó posicionado para el
futuro. También su bufete le permitió ganar suficiente dinero como para
solventar gastos en sus otras actividades, gracias a los contactos
internacionales.
Como político
comenzó militando en el Partido por la Independencia (PI) creado por la
intelectual Pilar Rahola y Ángel Colom entre 1998 y 1999. Fue en esos tiempos
cuando llegó a decir que soñaba “con una nación catalana organizada en un
Estado propio” y cuando esta organización se disolvió, se acercó a otros con el
mismo ideario independentista, como Convergencia y Unión (CiU) o Esquerra
Republicana de Cataluña (ERC). “La independencia es esencial para Cataluña
porque afecta a todas las personas que viven y trabajan en nuestra comunidad,
porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y porque es la única vía
para salir de la crisis económica, democrática y cultural que por desgracia
estamos instalados”, manifestaba.
Fue diputado en
el Parlamento de Cataluña y concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Es
miembro del Consejo de Abogados, del Patronato y de la Comisión Ejecutiva de la
Fundación “Ernest Lluch”, y profesor
colaborador en el Seminario de derecho Inmobiliario y Registral de la Facultad
de Arquitectos Técnicos de la Universidad de Barcelona (UB).
Pese a su
independentismo, tuvo que afrontar una situación muy complicada como presidente
del Barcelona (2003-2010) cuando en 2005 tuvo que renunciar como dirigente de
la comisión directiva su cuñado Alejandro Echevarría –hermano de su ex esposa
Constanza- al conocerse la pertenencia de éste –hijo del empresario Joan
Echevarría Puig, ex presidente de la compañía eléctrica Fecsa y de Nissan Motor
Ibérica-- a la Fundación Francisco Franco.
Una vez que finalizó
su etapa como presidente del Barcelona, Laporta fundó el partido “Democracia
Catalana” dentro del espacio “Solidaridad Caalana para la Independencia” (SI) y
así obtuvo un escaño en el parlamento catalán en septiembre de 2010, aunque en
mayo ya había sido elegido edil de la ciudad. En estos meses tuvo que dejar la
política con la idea de lanzarse a una nueva candidatura presidencial en el
club de sus amores.
Su primera
incursión en la política interna del Barcelona ocurrió en 1997, cuando integró
la lista de la frustrada candidatura a la presidencia de Ángel Fernández,
derrotado por Núñez, quien lideraba el club desde 1978 y parecía imbatible. Sin
embargo, un año más tarde, Laporta promovió una moción de censura contra Núñez,
llamada “Elefante Azul” que si bien no funcionó, consiguió el aval de 24.683
socios aunque 40.327 respaldaron al mandatario azulgrana. Siempre en la
oposición, se sumó en 2000 a la lista que encabezaba el publicista LLuis Bassat
contra el ex vicepresidente y candidato continuista Joan Gaspart, pero fueron
derrotados otra vez.
Sin embargo,
2003 resultó el año del despegue. La gestión de Gaspart había sido desastrosa y
eso derivó en que renunciara antes de terminar su mandato en febrero de 2003,
quedando, como ahora, el club en manos de una comisión gestora, a cargo de Eric
Reyna con la consiguiente convocatoria a elecciones para el 15 de junio pero
esta vez, Laporta se presentó como candidato a presidente apoyado por
empresarios jóvenes como Sandro Rosell, Josep María Bartomeu o Jaume Masferrer
en tiempos de pleno éxito del Real Madrid de los “Galácticos” bajo la
presidencia del poderoso empresario Florentino Pérez. Nunca en la historia se
habían presentado tantos candidatos –seis- y nuevamente el publicista Bassat
era el que encabezaba las encuestas, respaldado por reconocidas figuras de la
cultura y la sociedad catalana, entre ellos, Josep Guardiola, ya en sus últimos
años como futbolista.
Laporta fue el
último candidato en presentar su candidatura con su lema “Primero el Barꞔa” y rodeado
de gente joven que planteaba una ruptura total con el pasado, decidida a
dedicar al club “los mejores años de su vida”, prometía la contratación de dos
o tres estrellas mediáticas, y aunque no lo mencionaron, los medios de
comunicación dieron a entender que Cruyff –un ídolo del barcelonismo-los
apoyaba.
Laporta aparecía
como un joven apuesto y decidido, con gran dominio de la oratoria y los medios
de comunicación (él y sus compañeros fueron bautizados como “los chicos de la
generación power-point”) y hasta un periodista inglés lo definió como “el
Kennedy barcelonista”.
La candidatura
de Bassat, al mismo tiempo, fue perdiendo fuerza, y si bien algunos analistas
lo atribuyeron a su admisión de no ser un experto en temas futbolísticos, hubo
dos hechos que terminaron siendo fundamentales en los últimos días: en uno de
los debates televisados entre los candidatos, uno de ellos, Jaume LLauradó, le
preguntó al publicista por qué ocultaba su segundo apellido –Coen, de origen
judío-.
“No tenga miedo
de llamarme Coen, es el apellido de mi madre, es judío y estoy orgulloso. Estoy
seguro de que si me llamara Bassat Rodríguez, en ningún momento me habría
preguntado por qué no ponía mi segundo apellido”, señaló Bassat quien aseguró
conocer que antes de la recogida de firmas, un candidato –del que no reveló la
identidad- encargó una encuesta en la que se le consultaba a los socios por la
posibilidad de que el Barcelona tuviera un presidente judío.
Bassat, que
amenazó con marcharse del debate, sostuvo que apellidarse Coen “podía ser un
problema durante la dictadura franquista pero ahora no puede serlo para alguien
que sea mínimamente democrático”. Laporta aprovechó para decir que Bassat –que
contraatacó con la influencia de Nike en la campaña de su principal competidor-
magnificaba los dichos de LLauradó y todo
quedó en un pulso entre ellos dos.
Pero por si
fuera poco, en la última semana, Laporta anunció la contratación de David
Beckham, estrella mediática del Manchester United, que llegó a aceptarlo en su
sitio web oficial, dándole credibilidad al candidato, cuando todo indicaba que
Real Madrid había hecho una oferta superior al Barcelona.
Apenas al día
siguiente del triunfo electoral de Laporta con 27.138 votos (52,57%) contra los
16.412 de Bassat, el Real Madrid anunció la contratación de Beckham mientras el
arquero turco Rüstü Recber, de destacada actuación en el Mundial 2002, era
contratado por el Barcelona.
“Llamé
al responsable de la agencia de publicidad que lleva la cuenta del Manchester United, que es del grupo
Ogilvy. Esta persona hacía pocos días se había ofrecido, en mi despacho, a
encontrar patrocinadores para el Barcelona como
ya hacía con el United. A este señor tan predispuesto yo le llamé y le dije
‘Laporta dice que ha fichado a Beckham’. Y me dijo ‘no, no, al contrario, ya
está fichado por el Real Madrid’”, comentó Bassat.
“Le
pregunté entonces cómo podía ser, pues, que la web del United anunciase que
Beckham fichaba por el
Barça. Me respondió: ‘Ya verás cómo este anuncio sólo sale un día, solo hoy. A
partir de mañana ya no dirá nada porque es el acuerdo que han hecho. Ya verás
que si Laporta gana,
el Barcelona fichará
un jugador que tendrá como mánager al hijo del entrenador Alex Ferguson’. Y,
efectivamente, llegó Rustu ,
portero extracomunitario”, finalizó Bassat.
Ni bien asumió la presidencia, Laporta
decidió cambiar radicalmente las estructuras del club. Influido por tres
relaciones claves: Johan Cruyff, -quien
fue fundamental para la contratación de un ex jugador suyo de los tiempos del
“Dream Team”, Txiki Begiristain-, el poderoso agente portugués Jorge
Mendes, su amigo personal –que consiguió
el pase del defensor mexicano Rafa Márquez cuando el Barcelona ya tenía casi
cerrados los pases de Roberto Ayala, David Albelda y Pablo Aimar (los llamaban “Las
Tres A”) desde el Valencia- y Sandro Rosell, el vicepresidente, con pasado en
Nike Brasil y con ello, la chance de traer jugadores brasileños de primer
nivel.
En el aspecto deportivo, también se
decidió un cambio rotundo. La comisión
directiva decidió echar al entrenador Radomir Antic, pese a que había llevado
bien la transición hasta las elecciones, e influida siempre por Cruyff buscó un
DT holandés. Fue por Guus Hiddink, del PSV pero por la crisis le ofreció menos
de lo que cobraba antes y no aceptó. Por Ronald Koeman, el Ajax pretendía una
fuerte paga por el pase y el Barcelona no aceptó. Finalmente, se optó por un ex
gran jugador aunque casi sin experiencia en el banco como Frank Rikjaard, con
un plantel renovado tras la baja de doce jugadores y la llegada de siete
nuevos, ligados a Nike (Ronaldinho) o a Mendes (Ricardo Quaresma o Rafa
Márquez) u holandeses (Gio Van Bronkhorst) y más tarde se sumó otro neerlandés,
Edgar Davids, cedido por la Juventus, algo que generó que Laporta se
vanaglioriaba en octubre de 2005 en un
video que apareció en los medios en el que aparece conversando con sus pares de
comisión directiva con una frase que se recordó por años: “Fuimos efectivos
como nunca. Rikjaard nos pidió el fichaje de este jugador un martes, y el domingo
lo tenía fichado. ¿Qué aprendan! Y lo hicimos como siempre hemos dicho que
trabajamos, en equipo. Y se acabó. Y eso es incontrastable”.
El “Que n’aprenguin” (que aprendan,
en catalán) fue tomado como una muestra de la soberbia de Laporta e inmediatamente,
los medios de Madrid (a los que el presidente del Barcelona se refería como “la
caverna mediática”) replicaron con críticas como que se había vendido al
establishment del fútbol dándole su voto a la reelección del titular de la
Federación Española, Ángel Villar, a cambio de que no le cerrara el Camp Nou
por la noche en la que desde las tribunas le habían arrojado una cabeza de
cerdo a Luiis Figo en un clásico contra Real Madrid, o cediendo a Javier
Saviola al Sevilla para que el presidente de este club, José María Del Nido, no
interfiriera contra Villar en la sanción al estadio.
Si bien no hubo títulos en la
primera temporada, ya para 2004, el Barcelona había llegado a los 130.000
socios debido a la mejora en el fútbol del equipo, que ilusionaba a sus hinchas.
Otra de sus medidas más fuertes de
Laporta fue la de intentar erradicar la violencia en el Camp Nou por lo que se
enfrentó duramente a los radicales llamados “Boixos Nois”, de los que recibió
amenazas de muerte pero se le criticó que aumentara un 40% de los precios de
los abonos al estadio y también que no iniciara acciones legales contra los
dirigentes anteriores pese al muy mal estado del club.
El gran cambio definitivo del
plantel llegó para la temporada 2004/05 con 16 salidas (entre ellas, jugadores
de la talla de Patrick Kluivert y Luis Enrique) y gastó 67,5 M de euros en 9
jugadores (Samuel Etoo, Deco, Edmilson, Giuly, Belletti, Silvinho, Larsson,
Maxi Lopez y Demetrio Albertini), aunque ya con Lionel Messi entrando a tener
cada vez más protagonismo. Si bien el Barcelona ganó la Liga, terminó siendo un
año turbulento políticamente al terminar de distanciarse Laporta con su
vicepresidente Rosell. Harto del excesivo protagonismo de Cruyff, que se terminó
yendo junto con Bartomeu (relevado de su cargo al frente de las Secciones
deportivas Profesionales) y otros tres directivos, que denunciaron que Laporta
ya no era el mismo que dos años atrás y que se habían deteriorado valores como
democracia, transparencia o trabajo en equipo a favor del autoritarismo, la
opacidad y la ambición de poder. Terminaron yéndose ocho de los 17 directivos
de la comisión, incluidos tres vicepresidentes, Albert Vicenꞔ (Ärea
Institucional), Ferrán Soriano (Área Económica) y Marc Ingla (Área Deportiva).
El prestigio social de Laporta
estaba en horas bajas pero empeoró pocos días más tarde tras un incidente que
tuvo en el aeropuerto de El Prat cuando quiso pasar por debajo del detector de
metales que no paraba de sonar y alterado, se llegó a quitar los pantalones
para quedarse en calzoncillos mientras increpaba al personal. “No sabe usted
con quién está hablando”, le dijo a un empleado, en imágenes que pudieron verse
por la TV.
Otra controversia apareció para el
comienzo de la temporada 2005/06 cuando se debatió cuándo debía terminar su
mandato en el Barcelona, debido a que la anterior comisión directiva había
renunciado antes de tiempo. Finalmente el juez Roberto García Ceniceros dispuso
que se debían anticipar las elecciones al 3 de septiembre de 2006 pero Laporta
fue el único que entregó los avales requeridos para el cargo el 21 de agosto y
entonces fue reelecto sin necesidad de pasar por las urnas. De todos modos,
apenas unos meses antes, el Barcelona había conseguido vencer al Arsenal en
París para quedarse con la segunda Champíons League de su historia y todo
parecía encarrilado.
Sin embargo, de a poco las cosas se
fueron complicando en el plantel. La ausencia de Rosell y la falta de control a
los numerosos brasileños se hizo cada vez más patente y fue cuando el padre de
Messi pidió conversar con Laporta para comentarle que estaba preocupado con las
salidas nocturnas de su hijo, y aparecieron los rumores de distanciamiento
entre los grupos de Etoo y Ronaldinho. La temporada terminó en blanco y eso
decidió a la junta directiva a traer a Thierry Henry, Gabriel Milito. Yaya Touré
y Eric Abidal con la idea de pelearle palmo a palmo las competencias al Real
Madrid, que se había quedado por muy poco con la Liga anterior, pero las cosas
siguieron sin funcionar en un equipo en el que la autoridad de Rikjaard era
evidentemente menor y ya la derrota en el Camp Nou en el Clásico motivó la
queja de los hinchas, que pedían la renuncia de Laporta, sumado el fiasco de la
eliminación en la Champions por el Manchester United de Cristiano Ronaldo,
Wayne Rooney y Carlos Tévez.
La crisis política de Laporta
derivó en una moción de censura en su contra para julio de 2008 con una
altísima participación (39.389 votos) y un 60,6 por ciento de respaldo, pero no
alcanzó al 66,6 por ciento que indican los estatutos del club para la renuncia
de los dirigentes y el llamado a elecciones. El presidente del Barcelona sabía
que así no podía seguir. E ciclo de Rikjaard estaba agotado y también era hora
de despedir a Ronaldinho y darle las gracias por los servicios prestados. Un
día de verano, Laporta se reunió con el brasileño, se abrazaron, lloraron, pero
le dijo que se buscara un club, que era el momento de pasar el liderazgo a
Messi. Ronaldinho emigró al Milan.
Fue entonces que Beguiristain y
Cruyff insistieron para que Josep Guardiola, de gran campaña con el Barcelona
B, tuviera una oportunidad como DT aunque no reunía ninguna otra experiencia.
Mendes, por su parte, presionaba para que contrataran a su compatriota José
Mourinho, que ya había trabajado en el club como asistente de Bobby Robson.
Finalmente, Laporta se decantó por “Pep” y consiguió el regreso desde el
Manchester United de Gerard Piqué, formado en la cantera, y contrató a Daniel
Alves desde el Sevilla, mientras que el flamante técnico ascendió a dos de sus
jugadores del Barcelona B, Sergio Busquets y Pedro Rodríguez.
Los resultados no podían haber sido
mejores. La temporada terminó con todos los títulos, “el Sextete” (Liga, Copa
del Rey, Champions, Supercopa de Europa, Supercopa de España, Mundial de
Clubes), un 6-2 como visitante al Real Madrid en el Santiago Bernabeu, y el equipo, como referencia mundial de buen
juego y fútbol espectacular.
Sin embargo, otra vez la gestión de
Laporta se vio opacada por hechos que generaron una dura crítica de los medios
y la oposición cuando se supo que hizo negocios con la hija del dictador de
Uzbekistán, Islam Karimov, quien llegó hasta él gracias a las gestiones de un
agente de jugadores amigo, el turco Bayram Tutumlu, en el palco del Camp Nou y
la charla siguió en el lujoso restaurante “Vía Véneto”. “Pero ¿es verdad que
este tío tiene pasta?”, le susurró Laporta en el oído a Tutumlu al ver su
vestimenta poco elegante de su interlocutor, el enviado Miraldil Djalalov, pero
al rato descubrió que efectivamente, representaba a la atractiva y rica Gulnara
Karimova, la hija de Karimov, presidente de Uzbekistán desde 1990 y dueña de un
conglomerado llamado “Zeromax”, registrado en Suiza, y que opera en la minería,
el transporte y la agricultura, y controlaba el club de fútbol más fuerte, el
FC Bunyodkor, conocido por los aficionados como “el equipo de la hija del
presidente”.
En la segunda semana de agosto,
entonces, Laporta hizo un viaje a Tashkent, la capital uzbeka, y fue recibido
con honores de jefe de Estado y tanto en ese momento como en otras visitas, su
anfitriona no fue otra que la “princesa de los uzbecos”, Karimova,, nombrada
tiempo después por una revista de Ginebra como una de las diez mujeres más
ricas de Suiza, país en el que ejercía el rol de embajadora de su país ante la
ONU. Con una fortuna estimada en unos 500 millones de euros y más tarde fue
embajadora de Uzbekistán en Madrid. La revista “Foreign Policy” de Estados
Unidos, llegó a describirla como “una de las peores hijas del mundo”. “Zeromax
es esencialmente una de las fachadas detrás de la cual Gulnara Karimova
continua consolidando su control sobre todas las fuentes de ingresos de su país
por cualquier medio que ella considere necesario”, señaló la publicación. El
régimen que presidía su padre era considerado por las principales
organizaciones internacionales como uno de los peores del mundo. Por si faltara
poco, el Barcelona estaba patrocinado por UNICEF, pero no impidió que Laporta
sellara un acuerdo con el Bunyodkor por un auspicio de 5 millones de euros a
cambio de dos partidos amistosos entre los equipos y 3 millones más por visitas
al país de Andrés Iniesta, Carles Puyol y Lionel Messi. Que participaron de
entrenamientos con jugadores juveniles. La ONU y Amnesty International
condenaban por esa época “el persistente deterioro de la situación de los
Derechos Humanos en ese país y ponían especial énfasis en el sistema estatal de
trabajo forzado de niños en la industria del algodón. A Laporta se le atribuye
la influencia en el intento de empresarios ligados a Uzbekistán en el intento
de adquirir el paquete accionario del Mallorca en 2009.
Cuando “Jan” (apodo con el que lo
tratan los más íntimos) Laporta dejó la presidencia, el balance de títulos del
equipo de fútbol era de cuatro ligas, una Copa del Rey, tres Supercopas de
España, dos Champions. Una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes (ganado
en 2009 a Estudiantes de La Plata).
El último gran escándalo mediático
antes de su salida del club ocurrió en la madrugada del 30 de noviembre de
2009, cuando apareció bañado en champagne y fumando puros mientras bailaba en
la discoteca catalana “Luz de Gas”, festejando el triunfo del Barcelona sobre el
Real Madrid de la noche anterior por 1-0 con gol del sueco Zlatan Ibrahimovic
en una foto que dio la vuelta al mundo.
“Luz de Gas” es propiedad de
Federico Sardá, hermano del reconocido periodista Xavier y de la recientemente
fallecida actriz Rosa María. Poco tiempo atrás, en el programa “Islandia” de la
radio “Rac-1”, Laporta contó la historia de esa fiesta –de la que también formó
parte la celebrity Vicky Martín Berrocal- al periodista Alberto Om. “Yo no me
tiraba champagne por encima y no me di cuenta de que me estaban tomando la foto
porque estaba celebrando con amigos y no hay que esconderse por estar
disfrutando. Si no aprovechas los buenos momentos, es difícil de llevar”, dijo
Laporta, mientras Sardá se defendía diciendo que no había dejado pasar a los
reporteros gráficos y que esa foto la tomó un amigo de un jugador con su
teléfono celular y que este amigo no resultó tan amigo y se lo pasó a la
caverna de Madrid”.
Esa foto, difundida por los medios
madrileños, volvía a querer destacar un aspecto soberbio de Laporta -retratado
con un habano entre los dedos, traje oscuro empapado con champagne francés-
aunque para los hinchas del Barcelona se transformó en un lugar de peregrinaje.
“La gente viene a sacarse fotos en el lugar en el que a Laporta le tiraron
champagne”, contó Sardá.
Más adelante, a Laporta se lo
siguió viendo en distintas imágenes de disfrute de la vida, con vino espumoso
como ícono de sus mayores celebraciones, o pasando una tarde de verano con
champagne en un yate en Ibiza, en 2017, acompañado de mujeres muy jóvenes.
Ya desde sus primeros años en la
política sus rivales lo criticaban por dormir la siesta en las sesiones,
seguramente tratando de descansar de las largas noches en tiempos en los que se
había separado de su esposa Constanza Echevarría.
Sus relaciones de pareja han sido
innumerables. En los últimos años se lo vio acompañado hasta de la diva y
actriz porno María Lapiedra. En 2012, por entonces diputado, terminó bañándose
con ropa y la corbata atada en la frente, en una piscina, en el casamiento del
empresario Antonio Girardi, al que asistió acompañado de una mediática doctora
italiana, la dermatóloga Chantal Sciuto. A la joven brasileña Flavia Massori,
empleada del lujoso hotel Arts, se la llevó a trabajar al Barcelona y su
contrato con el club terminó en los tribunales en 2009, mientras que una de sus
parejas oficiales fue la empresaria de origen marroquí Sana Khouja, a la que le
llevaba 25 años, y ha sido amigo íntimo de la presentadora italiana de TV
Simona Ventura.
“Joan Laporta trajo a Cataluña el
hedonismo triunfal –escribió en una oportunidad Miquel Echarri, en “El País” de
Madrid-. Hay que atribuirle la paternidad de una idea que resulta poderosa por
lo que tiene de contracultural: la de que es perfectamente posible disfrutar del
éxito con alegría y sin culpa, que incluso la arrogancia y la ostentación, el
escándalo y la desmesura, son legítimos. Se puede (y tal vez, incluso, se debe)
triunfar sin pedir perdón”.
A Laporta se le atribuye la frase
“Tiene que ser divertido. Si vas a esforzarte, disfrútalo. Y si no te sientes
capaz de disfrutarlo, mejor no te esfuerces. Seguro que no va a valer la pena”.
En cierta forma, esta filosofía va en línea con lo que sostenía su admirado
Cruyff, que les dijo a sus jugadores antes de salir a la cancha en la final de
la Copa de Europa en Wembley ante la Sampdoria en 1992, “Salid y disfrutad”.
En febrero de 2020 participó de la
cuarta edición de “Festimams”, festival que fusiona música, humor y gastronomía
en Girona, acompañado por el periodista Alberto Om en un show cómico que agotó
las entradas que valían 55 euros. "Si
la pasta se mide con esperanzas, ilusión y huevos, tengo más dinero que Bill
Gates y el otro (Amancio Ortega) juntos", afirmó y luego bromeó:
"¿Que cuántas veces he follado este mes?... Cachis la mar si acabamos de
empezar. Aun así... Anoche metí un carquiñol", decía entre risas según se
puede ver en el vídeo captado por la TV3 catalana.
En su campaña
presidencial para estas elecciones presidenciales generó algunas controversias
con su lema “Estimem al Barꞔa” (Queremos al Barcelona), como cuando desplegó
una gigantografía con su imagen en un
edificio en el pasaje La Habana, a metros del estadio Santiago Bernabeu, con el
texto “Ganas de volver a veros” y luego colgó la foto en las redes sociales con
la inscripción “Hola Madrid” y un emoji con anteojos de sol.
Tampoco pudo
alejarse de los escándalos cuando presentó su candidatura y anunció que la sede
de su agrupación será en la fábrica de
cervezas “Moritz “cuando el patrocinador del Barcelona es la competidora
“Estrella Damm” desde hace más de 25 años y con contrato hasta 2022 y abona
entre 3 y 5 millones de euros por temporada.
"No
quiero ni pensar en un Barça sin Messi. Él está deseando que el nuevo
presidente del Barça le haga una propuesta", dijo en una entrevista con el
diario “As”. "Messi está a gusto en la ciudad, en la institución, y eso es
importante para seguir con esta relación Messi-Barça. A Leo, que no se guía por
el dinero, hay que hacerle saber que tendrá un equipo con el que podrá ganar la
Liga y la Champions, seducirlo
con los logros deportivos. Es muy importante
quién se lo proponga. Yo con Leo tengo una relación de respeto. El me ha
reconocido que cuando le he hecho una propuesta, la he cumplido”. El día que se
filtró la información de que Messi ganaba 555 millones de euros en el
Barcelona, Besó una bunfanda con la cara del rosarino.
Tiene tres hijos, Pol, Joan y Guim, que juega como lateral
derecho y dejó la cantera del Barcelona para pasar al Arsenal inglés y vive con
su madre en Londres y los más cercanos dicen que en su teléfono ya suenan otras
melodías y no sólo “Braveheart” o “Els Segadors”, el himno catalán..
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