martes, 9 de marzo de 2021

Joan Laporta, el ex presidente del Barcelona protagonista de escándalos. amante de la noche, las mujeres, el champagne y los grandes negocios, y símbolo de una época dorada (Infobae)


 

Acaso no haya mejor foto que describa a Joan Laporta, ex presidente del Fútbol Club Barcelona en uno de sus tiempos más dorados, los de Josep Guardiola como entrenador y Lionel Messi y Ronaldinho como jugadores, que la que apareció en 2009 tras un clásico ganado al Real Madrid en la discoteca “Luz de Gas”, bañado en champagne, de traje, fumando un habano y rodeado de mujeres y amigos.

Laporta, ex diputado y edil por un partido independentista catalán, es uno de los grandes símbolos del hedonismo dirigencial en el fútbol, de los que no dudan en materializar cualquier negocio que traiga beneficios sin preguntar su origen para luego enrostrarlo a sus enemigos como aquella vez que apareció una imagen suya dialogando con otros miembros de la Junta Directiva del club diciendo “¡Que aprendan!” en referencia a un fichaje de un jugador conseguido en tiempo récord, a pedido del entrenador.

Hijo de un médico de clase media. Joan Laporta i Bonastre, y de Maite Estruch, con quien apareció tomando el té para las cámaras de TV en medio de una de sus tantas campañas políticas, Joan Laporta Estruch nació en Barcelona el 29 de junio de 1962 y dividió sus primeros años entre la capital de Cataluña y los veranos en Casteldelfels, mezclando los estudios con el fútbol en los descampados del barrio de Gracia hasta que las edificaciones lo cambiaron por completo. Cierta técnica le permitió llegar hasta la cantera del Sant Andreu pero su salto al primer equipo se vio frustrado –según cuenta Antón Espadaler en “Joan Laporta, pasión absoluta”- ´por esa idea que ya sostenía desde muy pequeño de vivir con intensidad todo ya mismo. Entonces agarró un bolso y una moto y se fue de paseo a Ibiza justo cuando el entrenador lo convocaba.

Tampoco había pasado desapercibido por el Centro de Maristas del Paseo de San Juan, de donde fue expulsado a finales de los años setenta y si bien hay distintas versiones sobre lo ocurrido, coinciden en su carácter de juerguista –se cuenta que se hizo popular al filtrar las preguntas de un examen definitivo a sus compañeros previo robo de llaves e infiltración en el despacho de su tutor- aunque luego acumularía importantes logros académicos en la Universidad de Barcelona, donde se licenció en Derecho o en la Abat Oliva, donde se especializó en sociedades mercantiles e impuestos.

Así también tomó como una aventura su paso por el servicio militar marcada por arrestos disciplinarios y fugas con ayudas de su amigo de la escuela y luego compañero n la comisión directiva del Barcelona, Alfons Godall.  Ya comenzaba a perfilarse el personaje que acapararía la atención mediática de manera permanente en años posteriores.

“A mi padre se lo debo todo. Él me educó en el catalanismo y en el barcelonismo”, señaló en su libro “Un sueño para mis hijos”, escrito en 2010, en el que le dedica un capítulo entero, en el que cuenta que sostenía que “cada vez que gasten, ese dinero va para el Estado español”.

Tras la graduación en Derecho en 1988, fundó el despacho “Laporta & Arbós”, que le sirvió para ir generando contactos de calidad que serían un trampolín para su carrera como dirigente político y deportivo. Así conoció a quien sería una especie de guía de sus movimientos en el Barcelona, nada menos que Johan Cruyff y accedió a liderar la plataforma “Elefante Azul”, junto a Armand Carabén, que intentó una moción de censura contra el poderoso presidente azulgrana Josep LLuis Núñez. Y aunque no tuvo éxito en ese objetivo, quedó posicionado para el futuro. También su bufete le permitió ganar suficiente dinero como para solventar gastos en sus otras actividades, gracias a los contactos internacionales.

Como político comenzó militando en el Partido por la Independencia (PI) creado por la intelectual Pilar Rahola y Ángel Colom entre 1998 y 1999. Fue en esos tiempos cuando llegó a decir que soñaba “con una nación catalana organizada en un Estado propio” y cuando esta organización se disolvió, se acercó a otros con el mismo ideario independentista, como Convergencia y Unión (CiU) o Esquerra Republicana de Cataluña (ERC). “La independencia es esencial para Cataluña porque afecta a todas las personas que viven y trabajan en nuestra comunidad, porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y porque es la única vía para salir de la crisis económica, democrática y cultural que por desgracia estamos instalados”, manifestaba.

Fue diputado en el Parlamento de Cataluña y concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Es miembro del Consejo de Abogados, del Patronato y de la Comisión Ejecutiva de la Fundación “Ernest Lluch”,  y profesor colaborador en el Seminario de derecho Inmobiliario y Registral de la Facultad de Arquitectos Técnicos de la Universidad de Barcelona (UB).

Pese a su independentismo, tuvo que afrontar una situación muy complicada como presidente del Barcelona (2003-2010) cuando en 2005 tuvo que renunciar como dirigente de la comisión directiva su cuñado Alejandro Echevarría –hermano de su ex esposa Constanza- al conocerse la pertenencia de éste –hijo del empresario Joan Echevarría Puig, ex presidente de la compañía eléctrica Fecsa y de Nissan Motor Ibérica-- a la Fundación Francisco Franco.

Una vez que finalizó su etapa como presidente del Barcelona, Laporta fundó el partido “Democracia Catalana” dentro del espacio “Solidaridad Caalana para la Independencia” (SI) y así obtuvo un escaño en el parlamento catalán en septiembre de 2010, aunque en mayo ya había sido elegido edil de la ciudad. En estos meses tuvo que dejar la política con la idea de lanzarse a una nueva candidatura presidencial en el club de sus amores.

Su primera incursión en la política interna del Barcelona ocurrió en 1997, cuando integró la lista de la frustrada candidatura a la presidencia de Ángel Fernández, derrotado por Núñez, quien lideraba el club desde 1978 y parecía imbatible. Sin embargo, un año más tarde, Laporta promovió una moción de censura contra Núñez, llamada “Elefante Azul” que si bien no funcionó, consiguió el aval de 24.683 socios aunque 40.327 respaldaron al mandatario azulgrana. Siempre en la oposición, se sumó en 2000 a la lista que encabezaba el publicista LLuis Bassat contra el ex vicepresidente y candidato continuista Joan Gaspart, pero fueron derrotados otra vez.

Sin embargo, 2003 resultó el año del despegue. La gestión de Gaspart había sido desastrosa y eso derivó en que renunciara antes de terminar su mandato en febrero de 2003, quedando, como ahora, el club en manos de una comisión gestora, a cargo de Eric Reyna con la consiguiente convocatoria a elecciones para el 15 de junio pero esta vez, Laporta se presentó como candidato a presidente apoyado por empresarios jóvenes como Sandro Rosell, Josep María Bartomeu o Jaume Masferrer en tiempos de pleno éxito del Real Madrid de los “Galácticos” bajo la presidencia del poderoso empresario Florentino Pérez. Nunca en la historia se habían presentado tantos candidatos –seis- y nuevamente el publicista Bassat era el que encabezaba las encuestas, respaldado por reconocidas figuras de la cultura y la sociedad catalana, entre ellos, Josep Guardiola, ya en sus últimos años como futbolista.

Laporta fue el último candidato en presentar su candidatura con su lema “Primero el Barꞔa” y rodeado de gente joven que planteaba una ruptura total con el pasado, decidida a dedicar al club “los mejores años de su vida”, prometía la contratación de dos o tres estrellas mediáticas, y aunque no lo mencionaron, los medios de comunicación dieron a entender que Cruyff –un ídolo del barcelonismo-los apoyaba.

Laporta aparecía como un joven apuesto y decidido, con gran dominio de la oratoria y los medios de comunicación (él y sus compañeros fueron bautizados como “los chicos de la generación power-point”) y hasta un periodista inglés lo definió como “el Kennedy barcelonista”.

La candidatura de Bassat, al mismo tiempo, fue perdiendo fuerza, y si bien algunos analistas lo atribuyeron a su admisión de no ser un experto en temas futbolísticos, hubo dos hechos que terminaron siendo fundamentales en los últimos días: en uno de los debates televisados entre los candidatos, uno de ellos, Jaume LLauradó, le preguntó al publicista por qué ocultaba su segundo apellido –Coen, de origen judío-.

“No tenga miedo de llamarme Coen, es el apellido de mi madre, es judío y estoy orgulloso. Estoy seguro de que si me llamara Bassat Rodríguez, en ningún momento me habría preguntado por qué no ponía mi segundo apellido”, señaló Bassat quien aseguró conocer que antes de la recogida de firmas, un candidato –del que no reveló la identidad- encargó una encuesta en la que se le consultaba a los socios por la posibilidad de que el Barcelona tuviera un presidente judío.

Bassat, que amenazó con marcharse del debate, sostuvo que apellidarse Coen “podía ser un problema durante la dictadura franquista pero ahora no puede serlo para alguien que sea mínimamente democrático”. Laporta aprovechó para decir que Bassat –que contraatacó con la influencia de Nike en la campaña de su principal competidor-  magnificaba los dichos de LLauradó y todo quedó en un pulso entre ellos dos.

Pero por si fuera poco, en la última semana, Laporta anunció la contratación de David Beckham, estrella mediática del Manchester United, que llegó a aceptarlo en su sitio web oficial, dándole credibilidad al candidato, cuando todo indicaba que Real Madrid había hecho una oferta superior al Barcelona.

Apenas al día siguiente del triunfo electoral de Laporta con 27.138 votos (52,57%) contra los 16.412 de Bassat, el Real Madrid anunció la contratación de Beckham mientras el arquero turco Rüstü Recber, de destacada actuación en el Mundial 2002, era contratado por el Barcelona.

“Llamé al responsable de la agencia de publicidad que lleva la cuenta del Manchester United, que es del grupo Ogilvy. Esta persona hacía pocos días se había ofrecido, en mi despacho, a encontrar patrocinadores para el Barcelona como ya hacía con el United. A este señor tan predispuesto yo le llamé y le dije ‘Laporta dice que ha fichado a Beckham’. Y me dijo ‘no, no, al contrario, ya está fichado por el Real Madrid’”, comentó Bassat.

 

“Le pregunté entonces cómo podía ser, pues, que la web del United anunciase que Beckham fichaba por el Barça. Me respondió: ‘Ya verás cómo este anuncio sólo sale un día, solo hoy. A partir de mañana ya no dirá nada porque es el acuerdo que han hecho. Ya verás que si Laporta gana, el Barcelona fichará un jugador que tendrá como mánager al hijo del entrenador Alex Ferguson’. Y, efectivamente, llegó Rustu , portero extracomunitario”, finalizó Bassat.

 

Ni bien asumió la presidencia, Laporta decidió cambiar radicalmente las estructuras del club. Influido por tres relaciones claves: Johan  Cruyff, -quien fue fundamental para la contratación de un ex jugador suyo de los tiempos del “Dream Team”, Txiki Begiristain-, el poderoso agente portugués Jorge Mendes,  su amigo personal –que consiguió el pase del defensor mexicano Rafa Márquez cuando el Barcelona ya tenía casi cerrados los pases de Roberto Ayala, David Albelda y Pablo Aimar (los llamaban “Las Tres A”) desde el Valencia- y Sandro Rosell, el vicepresidente, con pasado en Nike Brasil y con ello, la chance de traer jugadores brasileños de primer nivel.

En el aspecto deportivo, también se decidió un cambio rotundo.  La comisión directiva decidió echar al entrenador Radomir Antic, pese a que había llevado bien la transición hasta las elecciones, e influida siempre por Cruyff buscó un DT holandés. Fue por Guus Hiddink, del PSV pero por la crisis le ofreció menos de lo que cobraba antes y no aceptó. Por Ronald Koeman, el Ajax pretendía una fuerte paga por el pase y el Barcelona no aceptó. Finalmente, se optó por un ex gran jugador aunque casi sin experiencia en el banco como Frank Rikjaard, con un plantel renovado tras la baja de doce jugadores y la llegada de siete nuevos, ligados a Nike (Ronaldinho) o a Mendes (Ricardo Quaresma o Rafa Márquez) u holandeses (Gio Van Bronkhorst) y más tarde se sumó otro neerlandés, Edgar Davids, cedido por la Juventus, algo que generó que Laporta se vanaglioriaba  en octubre de 2005 en un video que apareció en los medios en el que aparece conversando con sus pares de comisión directiva con una frase que se recordó por años: “Fuimos efectivos como nunca. Rikjaard nos pidió el fichaje de este jugador un martes, y el domingo lo tenía fichado. ¿Qué aprendan! Y lo hicimos como siempre hemos dicho que trabajamos, en equipo. Y se acabó. Y eso es incontrastable”.

El “Que n’aprenguin” (que aprendan, en catalán) fue tomado como una muestra de la soberbia de Laporta e inmediatamente, los medios de Madrid (a los que el presidente del Barcelona se refería como “la caverna mediática”) replicaron con críticas como que se había vendido al establishment del fútbol dándole su voto a la reelección del titular de la Federación Española, Ángel Villar, a cambio de que no le cerrara el Camp Nou por la noche en la que desde las tribunas le habían arrojado una cabeza de cerdo a Luiis Figo en un clásico contra Real Madrid, o cediendo a Javier Saviola al Sevilla para que el presidente de este club, José María Del Nido, no interfiriera contra Villar en la sanción al estadio.

Si bien no hubo títulos en la primera temporada, ya para 2004, el Barcelona había llegado a los 130.000 socios debido a la mejora en el fútbol del equipo, que ilusionaba a sus hinchas.

Otra de sus medidas más fuertes de Laporta fue la de intentar erradicar la violencia en el Camp Nou por lo que se enfrentó duramente a los radicales llamados “Boixos Nois”, de los que recibió amenazas de muerte pero se le criticó que aumentara un 40% de los precios de los abonos al estadio y también que no iniciara acciones legales contra los dirigentes anteriores pese al muy mal estado del club.

El gran cambio definitivo del plantel llegó para la temporada 2004/05 con 16 salidas (entre ellas, jugadores de la talla de Patrick Kluivert y Luis Enrique) y gastó 67,5 M de euros en 9 jugadores (Samuel Etoo, Deco, Edmilson, Giuly, Belletti, Silvinho, Larsson, Maxi Lopez y Demetrio Albertini), aunque ya con Lionel Messi entrando a tener cada vez más protagonismo. Si bien el Barcelona ganó la Liga, terminó siendo un año turbulento políticamente al terminar de distanciarse Laporta con su vicepresidente Rosell. Harto del excesivo protagonismo de Cruyff, que se terminó yendo junto con Bartomeu (relevado de su cargo al frente de las Secciones deportivas Profesionales) y otros tres directivos, que denunciaron que Laporta ya no era el mismo que dos años atrás y que se habían deteriorado valores como democracia, transparencia o trabajo en equipo a favor del autoritarismo, la opacidad y la ambición de poder. Terminaron yéndose ocho de los 17 directivos de la comisión, incluidos tres vicepresidentes, Albert Vicenꞔ (Ärea Institucional), Ferrán Soriano (Área Económica) y Marc Ingla (Área Deportiva).

El prestigio social de Laporta estaba en horas bajas pero empeoró pocos días más tarde tras un incidente que tuvo en el aeropuerto de El Prat cuando quiso pasar por debajo del detector de metales que no paraba de sonar y alterado, se llegó a quitar los pantalones para quedarse en calzoncillos mientras increpaba al personal. “No sabe usted con quién está hablando”, le dijo a un empleado, en imágenes que pudieron verse por la TV.

Otra controversia apareció para el comienzo de la temporada 2005/06 cuando se debatió cuándo debía terminar su mandato en el Barcelona, debido a que la anterior comisión directiva había renunciado antes de tiempo. Finalmente el juez Roberto García Ceniceros dispuso que se debían anticipar las elecciones al 3 de septiembre de 2006 pero Laporta fue el único que entregó los avales requeridos para el cargo el 21 de agosto y entonces fue reelecto sin necesidad de pasar por las urnas. De todos modos, apenas unos meses antes, el Barcelona había conseguido vencer al Arsenal en París para quedarse con la segunda Champíons League de su historia y todo parecía encarrilado.

Sin embargo, de a poco las cosas se fueron complicando en el plantel. La ausencia de Rosell y la falta de control a los numerosos brasileños se hizo cada vez más patente y fue cuando el padre de Messi pidió conversar con Laporta para comentarle que estaba preocupado con las salidas nocturnas de su hijo, y aparecieron los rumores de distanciamiento entre los grupos de Etoo y Ronaldinho. La temporada terminó en blanco y eso decidió a la junta directiva a traer a Thierry Henry, Gabriel Milito. Yaya Touré y Eric Abidal con la idea de pelearle palmo a palmo las competencias al Real Madrid, que se había quedado por muy poco con la Liga anterior, pero las cosas siguieron sin funcionar en un equipo en el que la autoridad de Rikjaard era evidentemente menor y ya la derrota en el Camp Nou en el Clásico motivó la queja de los hinchas, que pedían la renuncia de Laporta, sumado el fiasco de la eliminación en la Champions por el Manchester United de Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney y Carlos Tévez.

La crisis política de Laporta derivó en una moción de censura en su contra para julio de 2008 con una altísima participación (39.389 votos) y un 60,6 por ciento de respaldo, pero no alcanzó al 66,6 por ciento que indican los estatutos del club para la renuncia de los dirigentes y el llamado a elecciones. El presidente del Barcelona sabía que así no podía seguir. E ciclo de Rikjaard estaba agotado y también era hora de despedir a Ronaldinho y darle las gracias por los servicios prestados. Un día de verano, Laporta se reunió con el brasileño, se abrazaron, lloraron, pero le dijo que se buscara un club, que era el momento de pasar el liderazgo a Messi. Ronaldinho emigró al Milan.

Fue entonces que Beguiristain y Cruyff insistieron para que Josep Guardiola, de gran campaña con el Barcelona B, tuviera una oportunidad como DT aunque no reunía ninguna otra experiencia. Mendes, por su parte, presionaba para que contrataran a su compatriota José Mourinho, que ya había trabajado en el club como asistente de Bobby Robson. Finalmente, Laporta se decantó por “Pep” y consiguió el regreso desde el Manchester United de Gerard Piqué, formado en la cantera, y contrató a Daniel Alves desde el Sevilla, mientras que el flamante técnico ascendió a dos de sus jugadores del Barcelona B, Sergio Busquets y Pedro Rodríguez.

Los resultados no podían haber sido mejores. La temporada terminó con todos los títulos, “el Sextete” (Liga, Copa del Rey, Champions, Supercopa de Europa, Supercopa de España, Mundial de Clubes), un 6-2 como visitante al Real Madrid en el Santiago Bernabeu,  y el equipo, como referencia mundial de buen juego y fútbol espectacular.

Sin embargo, otra vez la gestión de Laporta se vio opacada por hechos que generaron una dura crítica de los medios y la oposición cuando se supo que hizo negocios con la hija del dictador de Uzbekistán, Islam Karimov, quien llegó hasta él gracias a las gestiones de un agente de jugadores amigo, el turco Bayram Tutumlu, en el palco del Camp Nou y la charla siguió en el lujoso restaurante “Vía Véneto”. “Pero ¿es verdad que este tío tiene pasta?”, le susurró Laporta en el oído a Tutumlu al ver su vestimenta poco elegante de su interlocutor, el enviado Miraldil Djalalov, pero al rato descubrió que efectivamente, representaba a la atractiva y rica Gulnara Karimova, la hija de Karimov, presidente de Uzbekistán desde 1990 y dueña de un conglomerado llamado “Zeromax”, registrado en Suiza, y que opera en la minería, el transporte y la agricultura, y controlaba el club de fútbol más fuerte, el FC Bunyodkor, conocido por los aficionados como “el equipo de la hija del presidente”.

En la segunda semana de agosto, entonces, Laporta hizo un viaje a Tashkent, la capital uzbeka, y fue recibido con honores de jefe de Estado y tanto en ese momento como en otras visitas, su anfitriona no fue otra que la “princesa de los uzbecos”, Karimova,, nombrada tiempo después por una revista de Ginebra como una de las diez mujeres más ricas de Suiza, país en el que ejercía el rol de embajadora de su país ante la ONU. Con una fortuna estimada en unos 500 millones de euros y más tarde fue embajadora de Uzbekistán en Madrid. La revista “Foreign Policy” de Estados Unidos, llegó a describirla como “una de las peores hijas del mundo”. “Zeromax es esencialmente una de las fachadas detrás de la cual Gulnara Karimova continua consolidando su control sobre todas las fuentes de ingresos de su país por cualquier medio que ella considere necesario”, señaló la publicación. El régimen que presidía su padre era considerado por las principales organizaciones internacionales como uno de los peores del mundo. Por si faltara poco, el Barcelona estaba patrocinado por UNICEF, pero no impidió que Laporta sellara un acuerdo con el Bunyodkor por un auspicio de 5 millones de euros a cambio de dos partidos amistosos entre los equipos y 3 millones más por visitas al país de Andrés Iniesta, Carles Puyol y Lionel Messi. Que participaron de entrenamientos con jugadores juveniles. La ONU y Amnesty International condenaban por esa época “el persistente deterioro de la situación de los Derechos Humanos en ese país y ponían especial énfasis en el sistema estatal de trabajo forzado de niños en la industria del algodón. A Laporta se le atribuye la influencia en el intento de empresarios ligados a Uzbekistán en el intento de adquirir el paquete accionario del Mallorca en 2009.

Cuando “Jan” (apodo con el que lo tratan los más íntimos) Laporta dejó la presidencia, el balance de títulos del equipo de fútbol era de cuatro ligas, una Copa del Rey, tres Supercopas de España, dos Champions. Una Supercopa de Europa y un Mundial de Clubes (ganado en 2009 a Estudiantes de La Plata).

El último gran escándalo mediático antes de su salida del club ocurrió en la madrugada del 30 de noviembre de 2009, cuando apareció bañado en champagne y fumando puros mientras bailaba en la discoteca catalana “Luz de Gas”, festejando el triunfo del Barcelona sobre el Real Madrid de la noche anterior por 1-0 con gol del sueco Zlatan Ibrahimovic en una foto que dio la vuelta al mundo.

“Luz de Gas” es propiedad de Federico Sardá, hermano del reconocido periodista Xavier y de la recientemente fallecida actriz Rosa María. Poco tiempo atrás, en el programa “Islandia” de la radio “Rac-1”, Laporta contó la historia de esa fiesta –de la que también formó parte la celebrity Vicky Martín Berrocal- al periodista Alberto Om. “Yo no me tiraba champagne por encima y no me di cuenta de que me estaban tomando la foto porque estaba celebrando con amigos y no hay que esconderse por estar disfrutando. Si no aprovechas los buenos momentos, es difícil de llevar”, dijo Laporta, mientras Sardá se defendía diciendo que no había dejado pasar a los reporteros gráficos y que esa foto la tomó un amigo de un jugador con su teléfono celular y que este amigo no resultó tan amigo y se lo pasó a la caverna de Madrid”.

Esa foto, difundida por los medios madrileños, volvía a querer destacar un aspecto soberbio de Laporta -retratado con un habano entre los dedos, traje oscuro empapado con champagne francés- aunque para los hinchas del Barcelona se transformó en un lugar de peregrinaje. “La gente viene a sacarse fotos en el lugar en el que a Laporta le tiraron champagne”, contó Sardá.

Más adelante, a Laporta se lo siguió viendo en distintas imágenes de disfrute de la vida, con vino espumoso como ícono de sus mayores celebraciones, o pasando una tarde de verano con champagne en un yate en Ibiza, en 2017, acompañado de mujeres muy jóvenes.

Ya desde sus primeros años en la política sus rivales lo criticaban por dormir la siesta en las sesiones, seguramente tratando de descansar de las largas noches en tiempos en los que se había separado de su esposa Constanza Echevarría.

Sus relaciones de pareja han sido innumerables. En los últimos años se lo vio acompañado hasta de la diva y actriz porno María Lapiedra. En 2012, por entonces diputado, terminó bañándose con ropa y la corbata atada en la frente, en una piscina, en el casamiento del empresario Antonio Girardi, al que asistió acompañado de una mediática doctora italiana, la dermatóloga Chantal Sciuto. A la joven brasileña Flavia Massori, empleada del lujoso hotel Arts, se la llevó a trabajar al Barcelona y su contrato con el club terminó en los tribunales en 2009, mientras que una de sus parejas oficiales fue la empresaria de origen marroquí Sana Khouja, a la que le llevaba 25 años, y ha sido amigo íntimo de la presentadora italiana de TV Simona Ventura.

“Joan Laporta trajo a Cataluña el hedonismo triunfal –escribió en una oportunidad Miquel Echarri, en “El País” de Madrid-. Hay que atribuirle la paternidad de una idea que resulta poderosa por lo que tiene de contracultural: la de que es perfectamente posible disfrutar del éxito con alegría y sin culpa, que incluso la arrogancia y la ostentación, el escándalo y la desmesura, son legítimos. Se puede (y tal vez, incluso, se debe) triunfar sin pedir perdón”.

A Laporta se le atribuye la frase “Tiene que ser divertido. Si vas a esforzarte, disfrútalo. Y si no te sientes capaz de disfrutarlo, mejor no te esfuerces. Seguro que no va a valer la pena”. En cierta forma, esta filosofía va en línea con lo que sostenía su admirado Cruyff, que les dijo a sus jugadores antes de salir a la cancha en la final de la Copa de Europa en Wembley ante la Sampdoria en 1992, “Salid y disfrutad”.

En febrero de 2020 participó de la cuarta edición de “Festimams”, festival que fusiona música, humor y gastronomía en Girona, acompañado por el periodista Alberto Om en un show cómico que agotó las entradas que valían 55 euros. "Si la pasta se mide con esperanzas, ilusión y huevos, tengo más dinero que Bill Gates y el otro (Amancio Ortega) juntos", afirmó y luego bromeó: "¿Que cuántas veces he follado este mes?... Cachis la mar si acabamos de empezar. Aun así... Anoche metí un carquiñol", decía entre risas según se puede ver en el vídeo captado por la TV3 catalana.

En su campaña presidencial para estas elecciones presidenciales generó algunas controversias con su lema “Estimem al Barꞔa” (Queremos al Barcelona), como cuando desplegó una  gigantografía con su imagen en un edificio en el pasaje La Habana, a metros del estadio Santiago Bernabeu, con el texto “Ganas de volver a veros” y luego colgó la foto en las redes sociales con la inscripción “Hola Madrid” y un emoji con anteojos de sol.

Tampoco pudo alejarse de los escándalos cuando presentó su candidatura y anunció que la sede de su agrupación  será en la fábrica de cervezas “Moritz “cuando el patrocinador del Barcelona es la competidora “Estrella Damm” desde hace más de 25 años y con contrato hasta 2022 y abona entre 3 y 5 millones de euros por temporada.

"No quiero ni pensar en un Barça sin Messi. Él está deseando que el nuevo presidente del Barça le haga una propuesta", dijo en una entrevista con el diario “As”. "Messi está a gusto en la ciudad, en la institución, y eso es importante para seguir con esta relación Messi-Barça. A Leo, que no se guía por el dinero, hay que hacerle saber que tendrá un equipo con el que podrá ganar la Liga y la Champions, seducirlo con los logros deportivos. Es muy importante quién se lo proponga. Yo con Leo tengo una relación de respeto. El me ha reconocido que cuando le he hecho una propuesta, la he cumplido”. El día que se filtró la información de que Messi ganaba 555 millones de euros en el Barcelona, Besó una bunfanda con la cara del rosarino.

Tiene tres hijos, Pol, Joan y Guim, que juega como lateral derecho y dejó la cantera del Barcelona para pasar al Arsenal inglés y vive con su madre en Londres y los más cercanos dicen que en su teléfono ya suenan otras melodías y no sólo “Braveheart” o “Els Segadors”, el himno catalán..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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