Cuando en
febrero de 2020 explotó el “Barꞔagate”, por el cual se supo que el Fútbol Club
Barcelona había pagado decenas de miles de euros para contratar a una empresa
vinculada con redes sociales que atacaron a futbolistas del club y empresarios
de medios de comunicación, entre otros, uno de los primeros señalados fue el
dirigente Jaume Masferrer, considerado como el ideólogo y el poder en las
sombras del renunciante presidente Josep María Bartomeu.
Masferrer era
desde septiembre de 2018 el director del “Área de Presidencia”, un cargo que
Bartomeu –a quien le manejó la campaña electoral para renovar su mandato como
presidente azulgrana en 2015- creó especialmente para él y fue el encargado de
viajar a la Argentina como parte de la negociación de la contratación de la
empresa “I3 Ventures”, que a su vez se dedicó a subcontratar cuentas de
distintas redes sociales que atacaron, entre otros, a Lionel Messi y Gerard
Piqué, así como al empresario mediático Jaume Roures.
Considerado la
mano derecha de Bartomeu, primero como asesor externo y luego ya como alto
directivo del Barcelona, Masferrer es uno de los cuatro dirigentes detenidos el
lunes en la comisaría de Les Corts luego de que los Mossos D’Esquadra
registraran las oficinas del club en el marco del “Barꞔagate”. Junto a
Bartomeu, al ex CEO de la entidad, Oscar Grau y al jefe de los Servicios
Jurídicos, Román Gómez Ponti. Los cuatro se acogieron al derecho de no
declarar.
Su abogada, Olga
Tubau, indicó que se debió a que “no se puede hacerlo sin conocer aún el
contenido de la causa” tras la noche que tanto Bartomeu como Masferrer tuvieron
que pasar en la comisaría y recién salieron el martes a la mañana, en tanto
Grau y Gómez Ponti habían sido liberados.
Desde la propia
dirigencia saliente del Barcelona se llegó a sostener que el poder de Masferrer
dentro del club sobrepasaba por mucho el de los otros integrantes de la Junta
Directiva, al punto que muchos desconocen los contratos del “Barꞔagate”. Xavi
Campos, de Catalunya Radio, llegó a afirmar que se trata ”de la persona que más
ha mandado en el club en los últimos años”. El diario catalán “Sport” lo
calificó en su momento como “el nuevo gurú” y describía que “estaba presente en
reuniones que, en principio, sólo estaban destinadas a directivos” cuando ni
siquiera tenía un cargo y era asesor externo.
La historia de
Masferrer con el Barcelona en realidad no comienza con Bartomeu sino mucho
antes y con quien fuera el presidente anterior del club, Sandro Rosell, hasta
que renunció en 2014 y posteriormente fue detenido preventivamente en 2017 y
por 645 días por blanqueo y organización criminal vinculado al pase de Neymar
desde el Santos.
Masferrer se
licenció en Ciencias Empresariales y Marketing en la reconocida ESADE española
y así llegó a formar parte, desde 1989, de una comisión que se encargaba de
conseguir patrocinadores internacionales para el Comité Organizador de los
Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 y así fue que en ese mismo lugar conoció
a Rosell, que se transformaría en su posterior valedor.
En esa misma
comisión de Publicidad, Promoción y Diseño, Rosell conoció a otros dos futuros
protagonistas de su paso por el Barcelona que también seguirían un tiempo más
con Bartomeu, tras su renuncia: Toni Rossich y Emili Sabadell, así como también
a Silvia Mas de Xaxás, quien luego se convertiría en una especie de mano
derecha suya de allí en adelante.
Años más tarde,
en 2003, Masferrer fundaría la empresa “Confidence y Communication” y esa formalidad
le valió la posibilidad de que Rosell, que se postulaba como candidato a
vicepresidente, lo contratara para formar parte de la campaña electoral que
proyectaba a Joan Laporta como candidato a presidente, para lo cual tuvo que
arrebatarle el lugar al publicista LLuis Bassat, que era quien más medía en las
encuestas.
La apoderada de
la empresa de Masferrer, Laura Alsina, también provenía de trabajar con Rosell
cuando era director de Nike España y Portugal entre 1993 y 2003, y cuando éste
ingresó a la vicepresidencia del Barcelona, ella tuvo su oportunidad en el club
hasta 2005, cuando pasó a la actividad privada en “Confidence y Communication”
hasta 2011, y no parece ninguna
casualidad que ésta tuviera como dirección la misma del edificio particular en
el que residía Rosell, la calle Deu i Mata 127.
Ya para 2010,
cuando Rosell se presentó como candidato a presidente luego de distanciarse de
Laporta y alejarse del club, Rossich (“Rossichi” para los amigos) fue designado
director general del Barcelona, aunque más tarde sería despedido en tras entrar
en distintas polémicas internas, llevándose tres millones de euros de
indemnización.
Sabadell, el
otro amigo de Rosell, llegó a ser Team Manager del Barcelona designado por
Rossich, y también tuvo serios problemas en su paso por el Barcelona, como
cuando despidió al utilero Txema Corbellá, de más de treinta años en el
vestuario del equipo de fútbol, lo que generó un gran malestar entre los
jugadores, y luego intentó hacer lo mismo con Pepe Costa, ladero y amigo de
Lionel Messi, quien se quejó de la situación ante Bartomeu y provocó su salida
en enero de 2015. Una vez que Sabadell salió del club, pasó a trabajar a la
empresa textil “Grifone” como primer ejecutivo de la marca. Uno de los mayores
accionistas de la sociedad es Rosell.
Siendo asesor
externo de Bartomeu hasta 2014, los dirigentes del Barcelona veían cómo iba
ascendiendo la figura de Masferrer en el entorno de Bartomeu y 2015 aparecía
como un año fundamental por las elecciones en las que el presidente debía
revalidar su cargo.
Bartomeu
distribuyó por ese tiempo unas hojas en una reunión de junta directiva en las
que por primera vez apareció la palabra “Inteligencia”, un área que pasaría a
depender de la dirección de Rossich sin que nadie levantara la mano para
preguntar el motivo de su creación. Formaría parte también el director de
Comunicación, Albert Montagut. El presidente había modificado las estructuras
dirigenciales para colocar a sus allegados.
En verdad, hacía
tiempo que cada vez se observaba más a Masferrer por las oficinas del Barcelona
como socio de la empresa “Time Consultant” debido a que Bartomeu necesitaba de
su injerencia –especialmente luego de haber formado parte de las campañas de
2003 con Laporta y 2010 con Rosell- para trabajar en los resultados del
Observatorio Blaugrana (creado poir Masferrer en 2011), un sistema de encuestas
a mil socios cada seis meses para conocer sus inquietudes relacionadas con el
club. Con las elecciones cerca, resultaba fundamental manejar el sentimiento de
los votantes. El triplete (Copa del Rey, Liga y Champions) allanaría el camino
y llegaría la reelección en 2015 con Luis Enrique como DT.
Ya para
septiembre de 2018, con un Barcelona en crisis, Bartomeu decidió blanquear la
situación y nombró a Masferrer como director del Área de la Presidencia, un
cargo a su medida y que antes no existía, para lo cual tuvo que dividir en dos
ramas las actividades del club, quitándole la mitad al entonces CEO, Oscar
Grau. Desde ese momento, Masferrer aglutinaría las áreas de Gabinete de la
Presidencia, Relaciones Públicas, Relaciones Institucionales, y Protocolo y
Comunicación.
Enseguida de su
designación, Masferrer tuvo un primer escándalo cuando lideró la idea de la
Junta Directiva de cambiar el diseño del escucho del club, pero retiró la
moción en una Asamblea al notar la resistencia de los asistentes. El equipo de
Bartomeu intentó entonces defender el nuevo escudo ante los asistentes. “No es
un capricho, es parte del proyecto para ser referencia mundial”, dijo Josep María
Mir, el diseñador. Pero tras una hora, y viendo que las opiniones en contra se
mantenían, el presidente decidió retirar del orden del día la votación: “Vamos
a reflexionar y veremos cómo hacerlo evolucionar”.
Tras conocerse
la noticia, el reconocido periodista Jordi Basté, conductor del programa radial
“El Mon a Rac 1” sostuvo que la crisis institucional del Barcelona “sólo se
tapa si el balón entra” y que lo sucedido en aquella Asamblea “a Bartomeu se lo
tapa el codo de Messi. La gente que viaja con el presidente lleva un puño
abierto y hay alguien con un bidón de gasolina en su entorno, comenzando por
Jaume Masferrer. Lo del sábado es indignante. Si pones una orden del día que se
vota el escudo, el escudo se vota, y si tienes miedo de perder, te lo comes con
patatas”.
Cuando estalló
el “Barꞔagate”, Bartomeu promovió una auditoría interna y relegó de su cargo de
asesor a Masferrer luego de que se comprobara su conexión con Carlos Ibáñez y
la empresa “I3 Ventures”, aunque se lo reubicó y se le mantuvo el salario. Pero
apenas Carles Tusquets se hizo cargo de la Comisión Gestora en octubre pasado,
tras la renuncia del presidente, lo despidió.
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