Con la llegada
de Luis Advíncula, proveniente del Rayo Vallecano de Madrid, son once los
futbolistas peruanos que vistieron la camiseta de Boca a lo largo del tiempo,
con la extraña característica de haber coincidido de a pares y con suerte
diversa.
El primer
jugador peruano que llegó a la Bombonera fue el entreala izquierdo Carlos Gómez
Sánchez en 1948, en una época de transición en el equipo, y en un año plagado
de huelgas de los futbolistas que derivó en la salida de muchos hacia otros
países, especialmente Colombia México e Italia.
Gómez Sánchez
jugaba en una función atacante cercana a lo que hoy sería un volante izquierdo,
y tuvo una participación en 21 partidos, con 7 goles convertidos. Conocido como
“El Tábano”, vistió en su país la camiseta de Alianza Lima (132 partidos y 25
goles) y también se desempeñó en el América de Cali.
Tres años más
tarde, en 1952, y hasta 1955, llegó a la Bombonera Walter Ormeño, de
Universitario de Lima y arquero de la selección peruana en la Copa América de
1949, en tiempos en los que el titular
era Julio Elías Mussimessi. Aún así, pudo atajar en 36 oportunidades, aunque de
ellas sólo diez fueron oficiales. Una de sus fortalezas era el aprovechamiento
de su gran estatura, con 1,92 metro. Al no encontrar muchas oportunidades, se
marchó a Rosario Central
Tuvieron que
pasar doce años para que en 1960 llegara a Boca Víctor Benítez, un jugador poli
funcional que podía desempeñarse como defensor o volante central y que logró
ser campeón en aquel torneo de 1962 en el que Antonio Roma le atajó un penal
clave a Delem en el Superclásico de la Bombonera a una fecha del final. Luego
de ese título, emigró.
“El Conejo”
Benítez jugó 70 partidos en Boca y marcó 6 goles y luego triunfó en el fútbol
italiano en clubes como Milan, Messina, Roma, Venecia e Inter, siempre
caracterizado por una buena técnica y despliegue. Fue, hasta ahora, el único
jugador peruano que marcó un gol en un Superclásico.
Benítez llegó a
coincidir con su compatriota Miguel Loayza, volante derecho que jugó en Boca
entre 1961 y 1963 y que también vistió la camiseta de River (es el único
peruano que jugó en los dos).
Loayza, conocido
también como “El Mago de Loreto”, comenzó jugando en Ciclista Lima y tuvo un
muy breve paso por el Barcelona, con apenas dos partidos jugados, para pasar
luego a Boca, donde participó 16 veces y marcó 6 goles. Tuvo un gran comienzo a
su llegada al equipo xeneize, pero su nivel fue decayendo paulatinamente y su
juego fue considerado muy individualista. Terminó en el banco de suplentes,
aunque contaba para el entrenador y era una importante pieza de recambio.
El 19 de abril
de 1962, Benítez y Loayza coincidieron en el equipo titular ante San Lorenzo y
en la Bombonera por la quinta fecha del campeonato oficial.
Apenas cinco
años después de la salida de Loayza llegó a Boca en 1968 el marcador central
Julio Meléndez Calderón, proveniente de Defensor Arca, aunque ya había jugado
en Defensor Lima, KDT Nacional y Sport Boys en su país.
Meléndez es
considerado uno de los mejores defensores de la historia de Boca y al año de su
llegada le tocó integrar uno de los equipos más recordados, el que ganó el
torneo nacional de 1969, dirigido por Alfredo Di Stéfano, con figuras como
Norberto Madurga, Silvio Marzolini y Ángel Clemente Rojas.
Ese equipo
también obtuvo ese mismo año la Copa Argentina y volvió a ganar el Nacional de
1970 aunque en aquella ocasión de la mano de José María Silvero y con Meléndez
como garantía en el fondo, en una zaga que completaba Roberto Rogel.
Jugador muy
técnico, fino y un auténtico caballero dentro del campo de juego, fue expulsado
en una sola oportunidad y por mano, y llegó a salir aplaudido del Monumental
por los hinchas de River, acompañado por los rivales Ermindo Onega y Oscar
“Pinino” Mas.
Llegó a ser el
capitán de Boca en algunos partidos, y fue el único que no quiso participar de
los tremendos incidentes en la Bombonera ante Sporting Cristal por la fase de
grupos de la Copa Libertadores de 1971. En 1975 fue campeón de América con la
selección peruana, al ganarle la final a Colombia. En Boca jugó hasta 1972.
En 1975,
volvieron a coincidir dos peruanos en el plantel de Boca. En marzo llegó el
goleador Héctor Bailetti, que con Universitario de Lima había ganado los
títulos de 1969 y 1971 y llegó a enfrentar a Independiente por la final de la
Copa Libertadores de 1972.
Bailetti jugó en
Boca un total de 16 partidos y marcó cuatro goles, aunque queda el recuerdo de
los increíbles que perdió ante Racing en la Bombonera en la derrota 2-1 por el
torneo Metropolitano, que ganó River después de 18 años sin títulos.
En Boca apenas
estuvo tres mees, para irse a jugar en el fútbol mexicano y regresar a Perú,
donde se retiró en el Sporting Cristal en 1981.
Bailetti
coincidió ese año con su compatriota Luis Meraldo Lafuente, marcador central
que también se desempeñaba en la selección de su país y que había sido
bicampeón con Universitario en 1966 y 1967 y que llamó la atención de los
dirigentes de Boca al lucirse en el Monumental ante River por la Copa
Libertadores, al punto de que luego fue llamado “El Gigante de Núñez”. Alcanzó a jugar 17 partidos con los xeneizes,
con dos goles.
Bailetti y
Lafuente coincidieron en cuatro partidos amistosos con la camiseta de Boca.
Más de dos
décadas más tarde, en 1997, llegó a Boca el lateral y volante derecho Norberto
Albino Solano, procedente del Sporting Cristal, en tiempos de Diego Maradona, Diego Latorre,
Martín Palermo y Juan Román Riquelme, y la dirección técnica de Héctor Veira.
Conocido también
como “Ñol”, de gran pegada, Maradona le colocó el apodo de “Maestrito” por su
excelente ejecución de centros y tiros libres. Fue elegido como mejor jugador
sudamericano de ese año, apenas detrás del chileno Marcelo Salas.
En Boca jugó 36
partidos y marcó 6 goles y se marchó tras el Clausura 1998, justo antes de que
llegara Carlos Bianchi como director técnico. Se fue a jugar a la Premier
League inglesa, transferido al Newcastle, para luego pasar por Aston Villa,
West Ham, Leicester, Hull City y Hartlepool United. Actualmente es asistente de
Ricardo Gareca en la selección peruana.
José Antonio
Pereda Maruyama, “El Chino”, no coincidió con Solano por apenas unos días. Llegó para el torneo Apertura 1998 en tiempos
de gloria para Boca, aunque nunca se afianzó de titular y se quedó hasta 2001.
Volante central
o por la derecha, Pereda jugó en Boca 72 partidos, y no convirtió goles. Había
debutado en Universitario y pasó por Lawn Tennis y por Cienciano y con Boca
pudo ganar los torneos Apertura 1998 y 2000, el Clausura 1999, las Copas
Libertadores 2000 y 2001 y la intercontinental de 2000 ante el Real Madrid en
Japón. Es el jugador peruano con más títulos en la historia del club.
Tuvieron que pasar
casi dos décadas, 19 años para que en 2020 llegara a jugar en Boca otro
peruano, el defensor Carlos Zambrano, que en menos de dos meses (llegó en enero
y fue campeón en marzo) ya consiguió el título de la Copa de la Superliga con
Miguel Russo como director técnico, e incluso estuvo en el partido de la vuelta
olímpica ante Gimnasia en la Bombonera.
Por el momento
autor de un solo gol, Zambrano Ohandarte, de 32 años, ya había jugado en
distintos equipos de la Bundesliga alemana como Schalke 04, St. Pauli y Eintracht
Francfurt, así como en el Rubín Kazán de Rusia, el PAOK Salónica, el Dínamo
Kiev y el Basilea, y es habitual integrante de su selección nacional.
Zambrano
coincidirá con su compatriota Luis Advíncula, que debutó en el Superclásico
ante River cuando Boca eliminó a River por penales por los octavos de final de
la Copa Argentina en La Plata.
Advíncula,
lateral derecho que ha tenido una larga trayectoria en la selección peruana, inició
su carrera en Juan Aurich de su país, y luego jugó en el Sporting Cristal
–donde fue subcampeón de América en 1997-, en el Hoffenheim alemán, en el Ponte
Preta de Brasil, en Vitoria Setúbal de Portugal, en el Busaspor de Turquía, en
Newell’s Old Boys, y en Tigres y Lobos de México antes de llegar a su destino
anterior, el Rayo Vallecano de Madrid.
Advincula y
Zambrano conforman la tercera pareja de futbolistas peruanos que coincide en
Boca.
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