Lionel Messi
sonrió, tomó la tarjeta personal y le agradeció al ex jugador del Paris Saint
Germain (PSG) y hoy comentarista de la cadena “beIN Sports”, su compatriota
Omar Da Fonseca, quien se puso a disposición por si necesitaba alguna escuela
para sus hijos.
Si bien la vida
del PSG dio un giro de ciento ochenta grados en 2011, cuando Qatar Investment
Authority compró el 70 por ciento de las acciones del club por 50 millones de
euros y se hizo cargo de una deuda anterior por otros 20, y al año siguiente compró
el 30 por ciento restante y pudo contratar a estrellas como David Beckham,
Zlatan Ibrahimovic o Edinson Cavani, el gran vuelco ocurrió en 2017 con la
llegada de Neymar y de Kyllian Mbappé. Entonces, el club decidió montar un enorme aparato de
ayuda a cada una de las estrellas para que sólo se dedicaran a jugar y se
desentendieran del resto de loa asuntos de fuera de las canchas.
Por esa razón,
cuando Messi llegó a París el 10 de agosto a las 15,37 en su jet privado,
acompañado de su esposa, Antonella Roccuzzo, sus hijos Thiago, Mateo y Ciro, y
su padre y agente desde 2000, Jorge,
inmediatamente se puso a su disposición toda una maquinaria por parte del club,
que fue generando un nuevo entorno, entre viejos protagonistas que siguen
acompañándolo desde sus últimos años en el Barcelona, hasta los nuevos
integrantes relacionados con el PSG.
Si su esposa
Antonella es la que le aporta el equilibrio necesario para su ajetreada vida de
superestrella y junto a sus hijos es el cable a tierra, suele haber otras tres
personas a su alrededor en sus distintos quehaceres futbolísticos: Pepe Costa,
Pablo Negre y Marcelo Méndez.
Como ya hizo
anteriormente con Neymar o Mbappé, y días antes de su llegada, con Sergio Ramos
y Gianluigi Donnarumma, el PSG alojó a Messi y a su familia en Le Royal Monceau,
un lujoso y exclusivo complejo de departamentos contiguos al famoso hotel, con
extremas seguridad y privacidad y muy cerca de los Campos Elíseos y del Arco de
Triunfo.
Ubicado en el 37
de la Avenue Hoche, el apartamento es amplio, con tres dormitorios, tres baños,
cocina equipada, siete grandes televisores, sala, comedor, gimnasio privado y
una piscina para los huéspedes, y Messi y su familia son asistidos también por
un chef y un chofer a su disposición las veinticuatro horas, con un costo
diario de 17.00 euros, mientras el PSG le busca una casa a la que mudarse de
manera definitiva para su estancia en París.
Tal como ocurre
con la mayoría de las estrellas del equipo, el PSG busca para Messi y su
familia una lujosa casa en la zona más “chic” de la ciudad, que es donde se
encuentran los campos de entrenamiento del club, entre el Parque de los
Príncipes y el Camp des Loges. La mayoría de sus compañeros prefieren la zona
de Neuilly-sur-Seine, una comuna situada en el departamento de Altos del Sena,
donde suelen residir las familias más adineradas (la tercera parte de sus
residentes para el impuesto de solidaridad –un tributo que exige Francia a
quienes poseen un patrimonio superior a 1,3 millones de euros- ) y se
encuentran las escuelas más importantes. En caso de no encontrar nada de su
agrado, también aparecen como posibilidad Paris XVI ó XVII, dos distritos en
los que se encuentran embajadas extranjeras.
Esta zona suele
gustar porque es muy accesible porque se encuentra a sólo veinte minutos en
coche del centro de entrenamiento del PSG y va en sentido contrario a la
entrada a París, algo que suele ser muy complicado en la mañana. Neymar y Ángel
Di María, en cambio, prefirieron la zona de Les Yvelines, que tiene como principal atractivo al Palacio
Real.
Cerca de allí se establecerá también Pepe Costa, inseparable amigo de Messi
desde los tiempos en el Barcelona, con su pareja. Su hijo Álvaro asiste a
Neymar desde que el brasileño llegó al club catalán en 2013, habla fluido el
portugués y fue el encargado de acercar a las dos estrellas sudamericanas, que
conectaron de inmediato. Para eso trabajaron padre e hijo, y continuarán
haciéndolo en Francia.
Puede afirmarse que Pepe Costa es la sombra de
Messi. Siempre va con él, jamás lo deja solo, bajo ninguna circunstancia. Y
hasta aparece en todas sus fotos. Lo acompaña hasta en las vacaciones, a las
que suele acudir con su esposa y aparecen entre las parejas amigas como las de
Jordi Alba, Luis Suárez o Cesc Fábregas. Tal es la cercanía entre ellos que el
capitán de la selección argentina lo hizo pesar en su nuevo contrato con el PSG
al considerarlo como asistente personal luego de que el Barcelona no le
renovara el contrato justo luego del 30 de junio, el mismo día que el jugador
puso fin a la relación al quedar en libertad de acción.
Para Messi, Costa es como si fuera parte de su
familia. De joven, en los años ochenta,
fue un modesto futbolista profesional en equipos como Andorra, Sabadell
o Murcia, pasó tres años trabajando para la filial brasileña de Nike y cuando
regresó, le dieron el cargo de “director de asistencia al jugador” en el
Barcelona y fue entrando en la intimidad de los vestuarios hasta ser
considerado uno más en los tiempos de Frank Rikjaard como entrenador, entre
2003 y 2008, haciendo gala de lo que mejor le sale, relacionarse con los
jugadores, a los que trataba de complacer en lo que necesitaran y
entendiéndolos como pocos, por haber sido futbolista él también. En el club
catalán se encargó de ser el nexo entre el plantel y la dirigencia, y en
concreto, de canalizar las tensiones que fueron creciendo entre las partes en
los últimos años.
Terminó haciéndose íntimo amigo de Messi, al punto
de que el Barcelona optó por enviarlo junto al jugador, a donde viajara. Llegó
a ir con él a los partidos de la selección argentina, por ejemplo. También fue
invitado al casamiento en Rosario en 2017 y ahora continúa con él en París para
despejarle cualquier problema y pueda concentrarse al cien por ciento como
futbolista, incluso, si es necesario, protegiéndolo, con su 1,91 metro de
estatura, si lo asedian en sus movimientos.
Por su parte, Marcelo Méndez es un periodista que desde 2014 es el agregado de
Prensa de Messi. Antes era el encargado de Comunicación en “Play Station”, y luego,
de las redes sociales de “Team Messi” (la plataforma de Adidas dedicada a él).
Desde esos lugares ganó rápidamente la confianza de la estrella argentina y de
su entorno por su profesionalismo y discreción. Está en permanente contacto con
las redacciones de los medios deportivos españoles y del resto del mundo y es
quien responde a los pedidos de entrevistas y consultas sobre el astro.
Méndez está
especializado en comunicación de crisis y redes sociales y fundó la agencia de
imagen y reputación “Unique FC”, que también representa a Jan Oblak, el arquero
esloveno de Atlético de Madrid, al mediocampista brasileño de la Juventus y ex
compañero de Messi, Arthur, y al lateral izquierdo argentino del Ajax, Nicolás
Tagliafico. Alicantino de la Costa Blanca, suele asesorar y acompañar al crack
rosarino en cada una de sus entrevistas o salidas públicas, como ocurrió en su
presentación oficial con el PSG en el estadio Parque de los Príncipes.
Podría decirse
que Pablo Negre Abelló es el gerente
de la marca “Messi”. Fue jefe de Alianzas Comerciales del Fútbol Club Barcelona
entre 2004 y 2009, cuando consiguió negociar excelentes contratos de
patrocinio, para lo que se pudo apoyar en las estrellas del plantel como
Roinaldinho, Xavi Hernández y Thierry Henry y generó importantísimos ingresos
al club. Con esta base de operaciones acabó uniéndose al equipo de Messi en
2009, cuando ganó en Francia su Primer Balón de Oro, con la idea de desarrollar
su imagen en el nivel internacional.
Ya vinculado con
el equipo de Messi desde hace doce años, Negre es el encargado de negociar sus
contratos con marcas de peso como Adidas, Pepsi, Mastercard o Hard Rock Café,
así como es el responsable de rentabilizar las distintas licencias de la marca
“Messi” y la explotación de los derechos de imagen del argentino en todo el
mundo. Especialista en marketing
deportivo, también cuenta con su propia agencia de consultoría y creación de
contenido para deportistas, clubes y asociaciones y entre sus clientes se
encuentra el reconocido basquetbolista español Pau Gasol.
Si Costa, Méndez
y Negre ya formaban parte del entorno de Messi desde Barcelona, en París se les
unió “Bob”, que ahora pasó a ser
como la sombra del argentino en cada uno de los pasos que da, pero
representando institucionalmente al PSG.
Sucede que “Bob”
(en realidad, Bouabdella Bessedik) es un francés de origen argelino que habla
varios idiomas (español, inglés y francés, entre otros) y trabaja para el PSG
desde noviembre de 2010 y es una de las principales piezas de lo que se llama
en el club el “Familiy Care”, un servicio integral que brinda el club a cada
futbolista para ayudar a sus familias a tener una adaptación mucho más dinámica
y menos traumática, experiencia que comenzó a aplicarse en 2017 con la llegada
de dos mega estrellas como Neymar y Mbappé.
El “Family Care”
ayuda a encontrar colegios a los hijos, una casa (por ejemplo, agosto suele ser
un mes complejo en asuntos inmobiliarios al coincidir con el período de
vacaciones escolares en Francia), se encarga de todos los visados
correspondientes en los documentos, de los trámites legales y de la movilidad.
“En el club está Bob, que hace de todo y nos ayuda mucho y cuando necesitamos
algo, siempre está ahí para ayudarnos”, le comentó en 2019 el arquero
costarricense Keylor Navas a la revista “Culture PSG”. En 2020, Bob llegó a
acompañar a Neymar, Mbappé, Mauro Icardi, Marco Verratti y Marquinhos, entre
otros, a presenciar un partido de la NBA entre Charlote Hornets y Milwakee
Bucks, en París. Desde que Messi llegó desde Barcelona, Bob estuvo a su lado en
cada movimiento suyo tanto en el aeropuerto como en el hotel.
“El programa ‘Family
Care’ se ocupa de todo, hasta ayudan en la organización de los cumpleaños
familiares”, reconoció Luis Ferrer,
ex dirigente del PSG entre 2009 y 2020, uno de los principales cerebros de este
proyecto, y que anteriormente fue cazatalentos del Saint Etienne.
“Es un servicio
que beneficia al jugador y a la familia”, insiste el argentino Ferrer,
actualmente CEO de “LF-360.com”, una agencia de futbolistas, y advierte que “en
todos los entrenamientos está el mate. Messi se va sentir como en su casa”.
Ferrer era el
jefe de reclutamiento del PSG en 2017 cuando llegó Mbappé, y para muchos fue
gracias al argentino, porque el delantero estaba entre los parisinos y el Real
Madrid pero el dirigente viajó seguido a Mónaco para tratar de convencer a él y
a su familia de que era mejor quedarse en Francia aún cuando el poderoso
intermediario portugués Jorge Mendes presionaba en sentido contrario.
Si Mbappé
terminó en aquel momento aceptando ir al PSG fue justamente porque se dialogó
con sus padres y no con un intermediario. “Lo que marcó la diferencia –sostiene
Ferrer- fue el proyecto deportivo. Por suerte el dinero no entró en escena sino
el hecho de que estuvieran presentes sus padres. Estábamos a un año del
Mundial, tenía sólo 18 años y entendieron que Kyllian tenía que jugar, cuando
en el Real Madrid estaba en el ataque la BBC, Bale, Benzema y Cristiano
Ronaldo. Establecimos una relación de confianza con su familia”.
Ferrer, nacido
el 21 de septiembre de 1975 en Laboulaye, Córdoba, fue futbolista en River, ascendió de Primera
B al Nacional B con Sarmiento de Junín en 1995/96) –logró convencer a Mbappé de
que se hiciera socio del equipo bonaerense- y en el ascenso en Francia (Paris
FC, Grenoble y Ajaccio) y fue secretario técnico de Niza, donde se hizo amigo
del hoy arquero del Tottenham y campeón mundial, Hugo Lloris, y siguió en el
Saint Etienne, cuando el director deportivo era Omar Da Fonseca, hasta que en
2009 lo vino a buscar el PSG y hoy trabaja a la par del brasileño Leonardo, el
director deportivo. “Lo mío es indirecto, es un trabajo que no se ve”, suele
decir.
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