Lionel Messi podrá debutar, al fin, con el Paris Saint
Germain para darse el gusto de jugar en una liga francesa en la que Diego
Maradona estuvo muy cerca de participar, y que contó con muchos argentinos que
hicieron historia, desde grandes goleadores como Delio Onnis o Carlos Bianchi
en los años setenta, hasta mariscales como Ángel Hugo Bargas u Osvaldo Piazza,
talentos como Marcelo Gallardo, Jorge Burruchaga o Alberto Márcico y hasta José
Farías, el inventor de la “Roulette” que terminó tomando y trascendiendo al
mundo Zinedine Zidane, José Urben Farías.
El aporte de los argentinos al fútbol galo es
innegable, al punto de que uno de ellos (nacido en Francia pero hijo de
argentinos y formado en las divisiones inferiores de Platense), David Trezeguet, no sólo fue campeón
del mundo en 1998 sino que un gol suyo, en la final de la Eurocopa 2000, ayudó a la obtención de este segundo título
consecutivo para los “Blues”.
Otros dos argentinos, Néstor Combín y Héctor De
Bourgoing, fueron mundialistas con la selección francesa en el Mundial de
Inglaterra 1966.
Uno de los adelantados que pasó por la liga francesa
fue el recordado Luis “Yiyo” Carniglia (1917-2001),
de muy importante paso por Tigre y Boca Juniors, que recaló en el Olympique de
Niza en la temporada 1951/52 y en 1953/55, con un intermedio en el Sporting
Toulon en 1952/53, para continuar ligado más tarde al torneo galo como muy
destacado director técnico del mismo club de Niza hasta 1957, lo que lo terminó
catapultando al banco del Real Madrid, donde consiguió ser campeón de Europa
dirigiendo a su compatriota Alfredo Di Stéfano, y terminó su carrera a cargo
del Girondins de Burdeos en la temporada 1978/79.
Otro gran entrenador que primero jugó en Francia fue Helenio Herrera (1916-1997), quien tras
iniciar su carrera en equipos marroquíes, pasó por varios equipos galos entre
1932 y 1945 (CASG París, Stade Franꞔais, OFC Charleville, EAC Roubaix, Red
Star, EF París Capitale y CSM Puteaux), para llegar a ser el entrenador de la
selección francesa entre 1946 y 1948 antes de sus éxitos en el Atlético Madrid,
Barcelona e Inter de Milán.
“A nosotros siempre nos maravilla cómo juegan al
fútbol los argentinos”, dijo en su visita al país Franꞔois Hollande, en ese
entonces presidente de Francia, cuando recibió la compañía de uno de los ex
jugadores más destacados de la historia gala, Trezeguet, quien si bien nació en
Ruan en 1977, se inició futbolísticamente en las divisiones inferiores de
Platense para luego pasar al Mónaco, donde marcó 62 goles en 125 partidos entre
1995 y 2000, antes de ser transferido a la Juventus.
Con el Mónaco ganó las ligas francesas de 1996/97 y
1999/2000 y la Supercopa de Francia de 1997. Participó en tres Mundiales (1998,
2002 y 2006) y en las Eurocopas de 2000 y 2004.
Los dos argentinos que pudieron vestir la camiseta
francesa en un Mundial son Combín y De Bourboing, y ambos delanteros, en Inglaterra. Combín (1940) era conocido
como “le Foudre” (El Rayo) o luego en Italia como “Il Selvaggio” (El Salvaje),
y su imagen aparece entre la de los grandes cracks de la historia del club en
el acceso al estadio del Olympique de Lyon. Llegó a marcar 117 goles en la liga
francesa (68 con el Lyon, con el que ganó la Copa de Francia en 1964 y 49 con
el Red Star). Con la selección francesa llegó a marcar 4 goles en 8 partidos,
ya veterano, de regreso de Italia, fue el goleador de la Ligue 2 en 1974.
Además de Torino y Juventus, Combín, nacido en Las
Rozas, Santa Fe, integró el Milan campeón de Europa y de la Copa
Intercontinental que venció en aquella final de 1969 al Estudiantes de La Plata
de Osvaldo Zubeldía. En el partido de Buenos Aires, en la Bombonera, le
fracturaron el tabique nasal y una vez que finalizó, fue detenido por la
Policía Federal como desertor del Servicio Militar Obligatorio. A los pocos
días fue dejado en libertad por la presión internacional.
De Bourgoing, nacido en Posadas en 1934 y fallecido en
Burdeos en 1993, era un delantero procedente de Tigre que llegó a River a
reemplazar los goles del extremo derecho Santiago Vernazza, transferido en 1957
al Palermo de Italia. Tuvo un buen paso junto a jugadores de la talla de Eliseo
Prado y Norberto Menéndez y llegó a marcar 13 goles, pero en 1958 quedaron
lejos del campeón, Racing y en 1959 emigró al Niza (65 goles en 114 partidos),
en 1963, al Girondins de Burdeos (68 en 143) y en 1968 al Racing de París (6 en
16). Tras ganar la Copa América en Lima con los “Carasucias” de la selección
argentina en 1957 obtuvo la nacionalidad francesa y disputó el Mundial 1966, y
hasta convirtió un gol ante Uruguay en la derrota 2-.1 por la fase de grupos.
Uno de los futbolistas argentinos más reconocidos de
la historia del fútbol francés es sin dudas José Urben Farías (nacido en 1937 en San Carlos de Bolívar y
fallecido en 2004), el verdadero autor de “La Roulette”, un giro sobre la
pelota pasándola de un pie al otro, que luego terminó identificando a Zinedine
Zidane, quien reconoció del talentoso volante surgido en las divisiones
inferiores de Boca, y que pasó también por Gimnasia, Lanús, Los Andes y
Huracán.
En el fútbol de ascenso había logrado un promedio de
un gol por partido hasta que llegó a Francia para brillar en distintos equipos
entre 1962 y 1974. Comenzó en el Racing de País, luego recaló en el Lazio pero
por un problema de papeles fue cedido al Racing de Estrasburgo,, donde ganó
tanto la Liga como la Copa de Francia y marcó 47 goles en tres temporadas y
aportó a la hazaña de desplazar al Milan y al Barcelona de la competencia
europea hasta caer ante el Manchester United en los cuartos de final, y también
vistió las camisetas del red Star y del Toulouse.
El gobierno francés llegó a distinguirlo con una
medalla “por los servicios prestados” y posteriormente regresó a la Argentina
para ser director técnico en Unión de Santa Fe, Témperley y Lanús y creó una
escuela de entrenadores.
“Está en nuestra naturaleza –dijo una vez Farías-.
Nosotros, los sudamericanos, somos grandes enamorados de la pelota. Desde muy
chico, yo quise copiar a las estrellas. Vi jugar a Rubén Bravo, o René Pontoni,
que tenía gestos técnicos extraordinarios, pero lo más impactante entre
nosotros es la imaginación. Vean, por ejemplo, mi famosa jugada de La Roulette,
como la llaman ustedes. Se la vi hacer a un ilustre desconocido en un terreno
baldío. Un futbolista debe ser un mago con una valija”.
Farías fue compañero de equipo de otro argentino, del
que se hizo amigo entrañable, Ángel
Rambert – de destacada actuación en el Olympique de Lyon entre 1960 y 1970,
que le valió jugar cinco partidos con la selección gala entre 1962 y 1964, y un último año en el Avignon- al punto de
que cuando éste falleció muy joven, a los 47 años, se convirtió en tutor y
representante de su hijo, el ex delantero de Independiente y Boca Sebastián
“Pascualito” Rambert.
En los años setenta hubo una gran corriente de
futbolistas argentinos llegados al fútbol francés, la mayoría de ellos, con
mucho éxito.
Ángel Hugo Bargas (1946), un marcador
central surgido en las divisiones inferiores de Racing y campeón del
Metropolitano 1969 con Chacarita Juniors, y luego integrante de la selección
argentina en el Mundial de Alemania Occidental en 1974, llegó al Nantes en
1972, y fue tres veces campeón francés en 1973, 1977 y 1979, año en el que fue
elegido como mejor jugador extranjero de la liga y se convirtió en ídolo de La
Beaujoire, el estadio del equipo. Posteriormente siguió su carrera en el Metz
(1979-81), Louhans Cuiseaux (1981-84) y Le Puy (1988), para finalizar en el
Angouleme a los 41 años. Conocido como “El Mariscal”, llegó a marcar 26 goles
en 374 partidos.
Ángel Marcos (1943), un gran extremo derecho que fue compañero de
Bargas en Chacarita aunque antes había jugado en Ferro y Nueva Chicago, y que
participó en la selección argentina entre 1969 y 1971, fue transferido ese año
al Nantes, donde también fue campeón en 1972/73 y vistió esa camiseta hasta
1975, con 34 goles en 82 partidos, para luego irse al Toulouse hasta 1978 y
convirtió 38 goles en 86 partidos. Allí se retiró a los 36 años. Luego se
dedicó a la dirección técnica de varios equipos franceses y de seleccionados
africanos.
Para esa misma época también llegó al Nantes otro
argentino, el goleador de Boca y oriundo de General Cabrera, Córdoba, Hugo “Tula” Curioni, surgido de
Atlético Central de Bel Ville y que tuvo un gran paso por Instituto. Llegó para
la temporada 1974/75, y convirtió 24 goles en 38 partidos, luego pasó por el
Metz entre 1975 y 1978, con 59 goles en 109 partidos, un breve paso por el
Troyes en 1978 con un gol en 5 partidos y finalmente en el Montpellier entre
1978 y 1980, con 21 tantos en 48 partidos, para regresar luego a terminar su
carrera en la Argentina.
De Newell’s llegó al Stade de Reims en 1974 el extremo
derecho Santiago “Cucurucho” Santamaría, Mundialista con la selección argentina
en España 1982. Jugó 148 partidos hasta 1979 con 41 goles, aunque el más
importante fue el que definió la Copa de Francia de 1977 ante el Saint Etienne.
En 1980 regresó al club rosarino.
Otro argentino contratado dos años antes por el Reims
fue el marcador central de River César Laraignée, quien tuvo una grave lesión
en su rodilla en 1977, que truncó su carrera, aunque pudo jugar dos años más en
el Stade Laval para finalizar su paso por Francia en el FC Rouen en la segnda
división.
También muy destacada y extensa fue la campaña del
delantero Raúl Nogués, llegado desde
Chacarita en 1972 y que marcó 108 goles en 400 partidos jugando para Lille (1972/74),
Olympique de Marsella (1974/77), Mónaco (1977/80), Niza (1980/81), , Saint
Etienne (1981/82), RC Paris (1982/83), la Chaux De Fonds (1983/87), Etoile
Carouge (1987/88) y FC Collex-Bossy (1988/89).
Pero sin dudas, los dos delanteros de mayor éxito en
el fútbol francés de ese tiempo fueron Carlos
Bianchi y Delio Onnis. “El
Virrey” es recordado como un verdadero rompe redes y es un ídolo en tierras
galas aunque no haya conseguido ser campeón en ninguno de los equipos en los
que jugó (PSG, Stade Reims y Racing de Estrasburgo). Fue cinco veces máximo
goleador de la Liga entre 1974 y 1979 y la primera gran estrella que contrató
el PSG desde su fundación. En total marcó 179 goles en Francia (107 en el
Reims, 64 en el PSG y 8 en el Estrasburgo) para quedar noveno en la tabla
histórica. También dio en Francia sus primeros pasos como entrenador en el
Stade Reims, para pasar luego por el Niza y el París FC antes de regresar a
Vélez Sársfield y llegar a ser campeón intercontinental.
En Vélez, Bianchi tuvo como ayudante a Osvaldo Piazza, ex marcador central que
tuvo una destacada carrera en el gran Saint Etienne que obtuvo el tricampeonato
entre 1974 y 1976 y también se llevó tres Copas de Francia, 1974, 1975 y 1977 y
llegó a ser finalista de la Copa de Campeones ante el Bayern Munich de Franz
Beckenbauer, Sepp Maier y Gerd Müller en 1976. En 1975 fue elegido como mejor
jugador extranjero de la Liga, en la que, en total, jugó 244 partidos.
Quien llegó a ser ocasionalmente compañero de Bianchi
en el PSG fue Ramón “Cacho” Heredia,
que provino del Atlético Madrid finalista de la Copa de Campeones que dirigía
Juan Carlos Lorenzo y anteriormente había jugado en San Lorenzo. El también
jugador de la selección argentina en el Mundial de 1974 vistió la camiseta del
PSG entre 1977 y 1979, con un gol en 24 partidos, debido a que una lesión lo
dejó afuera por varios meses y ya luego se retiró del fútbol.
Si Bianchi es uno de los grandes goleadores del fútbol
francés, otro es el ítalo-argentino Delio Onnis, que fue apodado “El ADN del
gol”. El ex delantero de Almagro y Gimnasia y Esgrima La Plata sigue siendo el
máximo anotador de la historia con 299 tantos en 449 partidos entre 1972 y 1986 vistiendo las camisetas del
Stade de Reims (39), Mónaco (157), Tours (64) y Toulon (39). Fue cinco veces
máximo goleador con tres equipos distintos. En 1975 y 1980 con el Mónaco, 1981
y 1982 con el Tours y en 1984 con el Toulon.
Otra gran estrella del fútbol argentino que pasó por
la liga francesa fue el volante José
Omar Pastoriza, quien jugó en el Mónaco entre 1972 y 1976, proveniente de
Independiente. En 1974 ganó la Copa de Francia, y pudo festejarla con un ex
compañero suyo en el “Rojo” de Avellaneda, el extremo izquierdo Anibal Tarabini, que jugó allí esa
única temporada. En 1978/79 también vistió la camiseta del Mónaco el lateral Heriberto Correa, paraguayo
nacionalizado argentino que llegó a jugar en la selección albiceleste.
Otros argentinos destacados a fines de los años
setenta en Francia son el ex defensor de Colón e Independiente, Enzo Trossero, que jugó en el Nantes
entre 1979 y 1981 y fue campeón en 1980,
Fernando Zapia, surgido de
las divisiones inferiores de River y que pasó por Lanús y el fútbol austríaco
antes de recalar en el Nancy (1980/83), Metz (1983/87), Lille (1987/89) y otra vez
Nancy (1989/90) para terminar su carrera en Atlanta en 1992.
También tuvieron un breve paso por el fútbol francés
dos campeones mundiales de 1978. Norberto
Alonso, en el Olympique de Marsella (1976/77) y Osvaldo Ardiles en 1982, a préstamo del Tottenham, debido a la
Guerra de Malvinas, para luego regresar a Inglaterra.
Por esos años también tuvo un paso exitoso por Francia
el delantero Oscar Víctor Trossero,
que luego de jugar en Boca, Racing y Unión tuvo la posibilidad de recalar en el
Nantes (1978/80, donde ganó la Copa y la Liga), el Mónaco (1980/81) y el
Montpellier (1981/82) para regresar a River y fallecer poco tiempo después.
Por su parte, Omar
Da Fonseca, quien estuvo cerca de Messi en la presentación, llegó desde
Vélez en 1982 para jugar en el Tours y aunque estuvo una sola temporada en el
PSG, en 1985, fue el primer argentino en
ganar un campeonato en este club, en el que jugó 25 partidos y marcó dos goles.
Luego siguió en el Mónaco, el Toulouse y el Paris FC, donde se retiró en 1993 luego
de marcar en total 69 goles en 244 partidos.
Quien también vistió la camiseta del PSG fue el ex
campeón mundial juvenil 1979 y finalista en Italia 1990, Gabriel Calderón, entre 1987 y 1990, con 20 goles en 102 partidos,
y en 1992/93 volvió a Francia para jugar una temporada en el Caen con 2 goles
en 36 partidos.
Uno de los argentinos más destacados de los años
ochenta en Francia fue sin dudas Jorge
Burruchaga, campeón mundial con su selección en 1986 y que fue elegido como
mejor jugador extranjero de la temporada 1985/86, la primera que disputó en
este país. Jugó 139 partidos con esta camiseta y convirtió 27 goles. En 1992
pasó al Valenciennes, con 32 partidos y 10 goles, pero pasó por un duro momento
cuando fue implicado en un caso de soborno alrededor de un partido contra el
Olympique de Marsella y condenado a seis meses de prisión en suspenso y5000
francos de multa. Regresó a Independiente en 1995 para retirarse tres años
después.
Burruchaga llegó a tener en el Nantes como compañero a
otro campeón mundial de 1986, Julio
Olarticoechea en la temporada 1986/87, luego de haber pasado por Racing,
River y Boca. Luego regresó a la Argentina para jugar en Argentinos Juniors,
nuevamente en Racing, y cerró su campaña en Deportivo Mandiyú en 1992. Otro
argentino que jugó en el Nantes en aquella época es el delantero Víctor Ramos, ex Newell’s Old Boys, en
1985, cuando fueron subcampeones de liga. Luego siguió dos temporadas en el
Toulon. Entre 1983 y 1985 había jugado también en el Nantes el marcador central
Juan Simón, campeón mundial sub-20
en 1979 y finalista del Mundial 1990, que luego vistió la camiseta del Mónaco
hasta 1987 y alcanzó a ganar la Copa y la Supercopa de Francia.
Por su parte, otro campeón del mundo de 1986, Sergio Almirón, llegó a vestir la camiseta
del Tours –donde fue ídolo- en 1986/87 antes de regresar a Newell’s y terminar
su carrera en los Tigres de México.
Otra de las grandes figuras de los años ochenta e
ídolo del Toulouse fue Alberto Márcico.
Si bien llegó de Ferro en 1985, su mejor momento fue en 1988/89, con compañeros
como Yannick Stopyra y Phillippe Bergeroo, cuando eliminaron de la Copa UEFA al
Nápoli de Diego Maradona. Permaneció siete temporadas en este equipo con 227
partidos y 62 goles, y para poder dejar el país para volver a la Argentina y
jugar en Boca, debió dar una rápida vuelta olímpica saludando a los hinchas
tras un triunfo, para regresar a su casa, cambiarse y dirigirse al aeropuerto
con todo preparado para que no le pidieran que se quedara.
Márcico fue compañero de Alberto Tarantini, campeón mundial en 1978 y que tras jugar en
Boca, talleres, River y el Birmingham inglés, llegó primero al Brest en 1983 y
hasta 1985 y luego se incorporó al Toulouse hasta 1988 para finalizar su
carrera en el St Gallen suizo en 1989.
Otros dos argentinos que jugaron en la liga francesa
en los años ochenta fueron los ex marcadores centrales Jorge Higuaín - padre de Gonzalo, que por eso nació allí-, en la
temporada 1987/88, y el ex campeón mundial y ya fallecido José Luis Brown, entre 1987 y 1989, ambos en el Brest. El “Tata”
volvió a Francia para jugar en el Racing de Estrasburgo en 1989/90. También el
goleador Ramón Díaz jugó para el
Mónaco en 1989/90 tras un largo paso por distintos clubes italianos y antes de
su regreso a River. Marcó 30 goles en 77 partidos.
Más adelante, en 1999, llegó al Mónaco Marcelo Gallardo, tras sus primeros
seis años en River. Jugó hasta 2003 y fue una de las estrellas y pudo ganar la
liga, la Supercopa de Francia y la Copa de la Liga y regresó a River en 2003
cuando el DT Didier Deschamps no lo tuvo en cuenta. Marcó 23 goles en 127
partidos. En 2007/08 volvió a Francia para jugar en el PSG, con 2 goles en 31
partidos.
Gallardo coincidió en Francia con el marcador central
y ex finalista de Italia 1990, Néstor
Fabbri, quien jugó en el Nantes entre 1998 y 2002, donde conquistó una
Ligue 1, una Copa de la Liga y una Supercopa, para pasar una temporada más en
el modesto Guingamp.
Uno de los más destacados jugadores argentinos del
fútbol francés de principios del siglo XXI es el ex marcador central Gabriel Heinze, quien tras sus pasos
por Newell’s, España y Portugal llegó al PSG en la temporada 2001/02 y se quedó
dos años, con 8 goles en 132 partidos y ganó una Copa de Francia en 2004 y una
Intertoto (2001), para luego regresar otras dos temporadas, de 2009 a 2011 en
el Olympique de Marsella con 4 goles en 41 partidos y ganó dos Copas de la
Liga, la Ligue 1 y la Supercopa de Francia.
Heinze llegó a ser compañero de zaga de otro ex
Newell’s como Mauricio Pochettino,
quien llegó al PSG en 2001 desde el Espanyol de Barcelona y se quedó por dos
temporadas, con 4 goles en 81 partidos y actualmente es el entrenador del
equipo, y ya lleva ganados la Supercopa y la Copa de Francia en 2020/21. En
2003/2004 jugó para Girondins de Burdeos, antes de retirarse regresando al
Espanyol. En esa misma temporada jugó como delantero del PSG Martín Cardetti, ex jugador de Rosario
Central y River con 8 goles en 26 partidos. Al año siguiente llegó al mismo
equipo el ex lateral y central de Argentinos Juniors y River Juan Pablo Sorín, con 2 goles en 26
partidos y no sólo ganó la Copa de Francia, sino que con él en la cancha, su
equipo nunca fue derrotado.
Otro ex Newell’s de gran paso por el fútbol francés de
aquellos años es Lucas Bernardi, que
jugó en el Olympique de Marsella en la temporada 2000/01 y luego 216 partidos
en el Mónaco hasta 2008, ganando los Copa de la Liga 2003.
Un ex Rosario Central, Mauro Cetto –actual director de fútbol en San Lorenzo, donde recaló
luego antes de terminar su carrera en los “Canallas”- jugó en el Nantes entre
2002 y 2007 (6 goles en 136 partidos) y luego en el Toulouse entre 2007 y 2011
(7 en 114), y regresó en 2012 para jugar en el Lille (sin goles en 8 partidos)
tras un breve intermedio en el Palermo de Italia.
Entre 2009 y 2012 jugó en el Olympique de Marsella el
ex Huracán, River y la selección argentina, Luis “Lucho” González, con 21 goles en 124 partidos, con un saldo
de seis títulos, una Liga, tres Copas de la Liga y dos Supercopas de Francia.
Otro ex River que dejó huella en tierras galas es Fernando Cavenaghi, quien conquistó
cinco títulos entre 2007 y 2009 con el Girondins de Burdeos: dos Supercopas,
dos Copas de la Liga y una Liga, con 46 goles en 105 partidos, y fue elegido mejor jugador extranjero en
2008. Paralelamente, entre 2006 y 2008
jugó en el Mónaco el ex defensor de Gimnasia y campeón mundial sub.20 en 1997, Leonardo C ufré, con 4 goles en 64
partidos.
Por el Mónaco también pasaron el ex River Javier Saviola, con 17 goles en 42
partidos en la temporada 2004/05, y el ex Boca Hugo Ibarra. Un año antes, en 2003/04, integrando un equipo que
llegó a la final de la Champions League ante el Porto de José Mourinho, y que
dejó en el camino al Real Madrid. El formoseño fue ídolo del club, al punto de
que uno de sus fanáticos fue nada menos que el príncipe Alberto.
Entre 2009 y 2013,
Lisandro “Licha” López, el delantero de Racing, tuvo un importante paso por
el Olympique de Lyon, con 82 goles en 168 partidos y pudo ganar la Copa de
Francia en la temporada 2011/12 y una Supercopa de Francia en la 2012/13,
además de ser considerado como el mejor jugador de la liga en 2010.
Para la temporada 2011/12 llegó a Niza el entonces
lateral izquierdo de Boca Fabián Monzón. Sus muy buenas actuaciones derivaron
en que Alejandro Sabella lo convocara a dos partidos de clasificación para el
Mundial 2014 con la selección argentina y lo contrató el Olympique de Lyon para
2012/13, pero tras jugar sólo 13 partidos emigró al Fluminense de Brasil.
En los últimos años, muchos argentinos fueron
protagonistas en el PSG. El cordobés Javier
Pastore fue la primera gran contratación desde la llegada de los qataríes a
la dirigencia del club. Procedente del Palermo italiano, fue presentado como
una gran estrella para la temporada 2014/15 y terminó marcando 45 goles en 269
partidos hasta 2018, cuando partió hacia la Roma, y llegó a ganar muchos
títulos, en un equipo en plena expansión: cinco ligas, cinco Supercopas, cinco
Copas de la Liga y cuatro Copas de
Francia.
Paralelamente a Pastore, Ezequiel Lavezzi, subcampeón mundial en 2014, llegó desde el
Nápoli, donde fue ídolo, en 2012/13, y jugó en el PSG hasta enero de 2016,
cuando emigró al fútbol chino. Llegó a marcar 35 goles en 161 partidos, y
conquistó doce títulos, cuatro Ligas, dos Copas de Francia, tres Copas de la
Liga y tres Supercopas.
En ese mismo tiempo tuvo un paso de tres años por el
PSG Giovani Lo Celso, actual jugador
del Tottenham y de la selección argentina entre 2016 y 2019, con 6 goles en 54
partidos, y obtuvo seis títulos: dos Ligas, una Copa de Francia, una Copa de la
Liga y dos Supercopas de Francia.
Quien desarrolló una larga carrera en Francia en la
segunda década de este siglo fue Emiliano
Sala, fallecido en un accidente aéreo justo cuando viajaba para
incorporarse al Cardiff en 2019, para iniciar una nueva etapa en su carrera en
el fútbol inglés.
Sala llegó a Francia en 2012/13 para comenzar en el
Orleans, de la tercera división, en 2013/14 pasó al Niort, de segunda, ya desde
2014 se situó en la primera para vestir las camisetas de Burdeos, Caen y
finalmente Nantes, de 2015 a 2019, con un total de 93 goles en 236 partidos. El
Nantes llegó a jugar con la camiseta argentina ante el Burdeos (otro de sus ex
clubes) como homenaje, en enero de 2020, al cumplirse un año de su muerte. El
club puso a la venta un lote de camisetas de Sala, cuya recaudación fue enviada
a sus clubes formadores.
Otro goleador argentino de éxito en Francia en este
tiempo es Guido Carrillo, con 21
goles en 95 partidos en el Mónaco, donde ganó la Liga 2016/17 y antes de ser
transferido al Southampton.
Justo antes de la llegada de Carrillo, también en el
Mónaco se destacó el ex River y actual delantero del Sevilla Lucas Ocampos, autor de 15 goles en 96
partidos entre 2012 y 2015, para luego partir hacia el Olympique de Marsella,
donde convirtió 27 goles en 132 partidos entre 2015 y 2019.
También tuvo una larga trayectoria en Francia el ex
volante de Huracán y selección argentina sub-23 Alejandro Alonso, primero en el Girondins de Burdeos entre 2005 y
2008 (ganó la Copa de la Liga en 2007),
luego en el Mónaco entre 2008 y 2011 y finalmente en el Saint Etienne,
entre 2011 y 2012, con 6 goles en 56 partidos.
Desde 2016 ataja en el Niza el chaqueño Walter Benítez, quien había debutado en
Quilmes en 2014 y había integrado la selección argentina en el sudamericano
sub-20 de 2013. Ya acumula130 partidos como titular.
En el presente, se destacan en el PSG el reciente
campeón de América Ángel Di María,
quien se encuentra a sólo cuatro de Pastore para convertirse en el argentino
con más partidos en la historia del club, al que llegó en la temporada 2015/16
y lleva convertidos 88 goles y lleva ganadas cuatro Ligas, cinco Copas de
Francia, cuatro Copas de la Liga y cinco Supercopas de Francia.
El ex Boca Leandro
Paredes, también reciente campeón de América con la selección argentina, se
incorporó al PSG en 2018/19 y lleva 3 goles en 91 partidos y ya ganó dos Ligas,
dos Copas de Francia, una Copa de la Liga y dos Supercopas de Francia.
A mediados de 2019 arribó también al PSG Mauro Icardi, quien ya sumó 35 goles en
66 partidos y festejó cinco conquistas, una Liga, dos Copas de Francia, una
Copa de la Liga y una Supercopa de Francia.
Ahora será el momento de la participación de Lionel Messi en una liga en la que
Diego Maradona estuvo a punto de llegar en 1989, cuando recibió una tentadora
oferta por parte del titular del Olympique de Marsella, el controvertido
Bernard Tapie. Atado a seis años de contrato con el Nápoli hasta mediados de
1993, el presidente del club italiano, Corrado Ferlaino, aceptó que le había
dado la palabra de que sería transferido, pero cambió de posición: “Es que si
te dejo ir, me matan”, le dijo.
De haber jugado en el Olympique –donde ahora se
desempeña Leonardo Balerdi como marcador central, y Jorge Sampaoli es el
director técnico-, acaso Maradona habría sido campeón de la Champions League en
1993, cuando los franceses derrotaron 1-0 al Milan en la final de Munich y
consiguieron el único título europeo de esa categoría para el fútbol galo.
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