El impacto
negativo de la salida de su máximo emblema, Lionel Messi, hacia el Paris Saint
Germain (PSG) en el pasado mercado de pases europeo le puede generar al Fútbol
Club Barcelona un impacto negativo de 137 millones de euros entre la caída de
los sponsors, y de la venta de abonos anuales al Camp Nou o de camisetas, en
tanto que a sus dirigentes se les pide explicaciones por preparar una oferta
por el jugador del Leizpig y la selección española Daniel Olmo por 65 millones,
casi el doble de lo que iba a cobrar el argentino si se le renovaba el
contrato.
La consultora
“Brand Finance” estimó que con la salida de Messi (obligada por el club, porque
el jugador no quería marcharse y aceptó reducirse su salario en todo lo que el
club le sugirió), el Barcelona perdería hasta el 11 por ciento de la marca que
se estima hoy en un valor de 1266 millones de euros, ubicándose aún como la
segunda entre todos los equipos de fútbol del mundo y apenas por detrás del
Real Madrid (1276 millones), aunque en cualquier momento podría caer detrás del
Manchester United, hoy tercero con una valoración de 1130 millones.
Esto no es sólo
privativo del Barcelona, porque algo similar (o peor) le ocurrió al Real Madrid
en 2018 cuando el portugués Cristiano Ronaldo (considerado como la máxima
figura del equipo desde los tiempos de Alfredo Di Stéfano en los años cincuenta
y sesenta) se marchó a la Juventus y la marca disminuyó un 19 por ciento.
Apenas por el
rubro de los ingresos comerciales, el Barcelona sufriría una pérdida de 77
millones, otros 17 millones serían por la pérdida de ventas en los días de
partido (rubro conocido como Matchday) y
otros 43 millones, en ventas de camisetas, de las que un 80 por ciento
correspondían al argentino, y ya el club las tuvo que retirar del mercado, así
como quitó su gigantografía del estadio. Por otra parte, se calcula una caída
de 40 millones por abonos de plateas para ver al equipo en el estadio porque
26.238 socios se retiraron esta temporada (incluso antes de que se produjera la
salida de Messi del club), por lo que de un total anterior de 83.500 se pasará
a otro mucho más reducido de 57.262, lo que ya se vio reflejado en los primeros
partidos de la temporada en condición de local.
Si la venta de
camisetas va en picada, peor situación es la que tendrá el Barcelona a partir
de la temporada 2022/23 porque la empresa japonesa Rakuten, auspiciante
principal de la indumentaria y que aporta 30 millones en 2021/22 y que ya dejó
250 millones en las arcas del club en los últimos cinco años (por la pandemia y
por Messi disminuyó desde los 55 millones de años anteriores), anunció que se
retirará el 30 de junio próximo.
Sin nuevo
sponsor a la vista, a Rakuten se le suma la anunciada salida de Beko,
auspiciante de las mangas de la camiseta. Hasta el momento, los auspiciantes
aportan un total de 180 millones anuales y la comisión directiva entrante ya
manifestó que quiere tratar de llegar a los 250 en esta temporada como para ir
paliando el enorme agujero negro, a sabiendas de que la salida de Messi
significa perder un tercio de los ingresos directos e indirectos del club según
varios de los estudios consultados, y que a su vez indican que estas
previsiones se complicaron para los próximos meses.
Por ejemplo,
Marc Ciria, uno de los principales consultores del Barcelona y perteneciente a
la empresa “Diagonal Inversores” afirma que “a partir de ahora, para mantener a
los patrocinadores tendrá más importancia la competitividad del equipo que los
nombres. Messi les aportaba un relato y ahora se han quedado sin él” y si bien
se puede pensar en el futuro en otros jugadores emblema como Ansu Fati o el
recién llegado Memphis Depay, todo indica que no llegarán al nivel de lo que
fue el argentino en cuanto a atracción para los auspiciantes en el corto plazo.
Según los
consultores, el Barcelona no debería descartar la opción de renegociar a la
baja el contrato por el auspicio de la camiseta con Rakuten y hasta considerar
otras salidas como la de convocar a empresas de compraventa de criptomonedas,
un sector muy especulativo y de riesgo variable con el que la dirigencia “culé”
no se siente muy cómoda.
Otro problema
que aparece en lo inmediato es la relación con “Nike”, que puso como fecha
límite el mes de octubre para saber cuál es el nombre del nuevo patrocinador
principal de la camiseta desde el 1 de julio de 2022.
“El Barcelona ha
felicitado esta semana a través de sus redes sociales a un jugador del PSG por
haber superado a Pelé como máximo goleador sudamericano con la selección de
Argentina”, ironizó días pasados Alberto Masnou, en su columna del diario
deportivo catalán “Sport”.
El periodista
sostuvo que la marcha de Messi “duele en lo más profundo del corazón
barcelonista porque el club catalán ha dejado de estar en el epicentro del
mundo futbolístico. Ahora incluso el Barꞔa debe mirar a París o a B uenos
Aires. Hoy, el aficionado de Hong Kong, Australia, Malasia, USA o Senegal han
dejado de estar pendientes del Barcelona, ha perdido interés por el club, que,
gracias a Leo, se convirtió en el más grande del mundo”.
“Dejar marchar a
Leo cuando quería quedarse –insiste Masnou- es el mayor error de la historia
del FC Barcelona. El Barꞔa es hoy un equipo mediocre cuya delantera son retales
del Leganés, del Sevilla o del City”.
Mientras el
Barcelona sufre estos avatares, en París, en poco más de un mes desde su
llegada, el PSG ya firmó acuerdos con “Dior”, “EA Sports” o “Crypto.com”
(pagará 30 millones de euros por año), “Accor”, el actual sponsor y que paga
actualmente 50 millones, ya propuso renovar y el precio del “Token” (criptomoneda
del PSG) ya aumentó un 130 por ciento, según el portal web de seguimiento de
precios de activos digitales “CoinMarketCap”. Un informe de “L’Equipe” indica
que la venta de camisetas de Messi con el número 30 superan en más del 50 por
ciento a las del 10 de Neymar de hace cuatro años, cuando el brasileño llegó al
club parisino, en tanto que apenas un día después de oficializar el pase, el
club francés aumentó en cinco millones sus seguidores en Instagram.
Si de Instagram
se trata, Messi (240 millones) cuenta con más del doble de seguidores que el
Barcelona (99,5), lo que demuestra, según el consultor Marc Ciria, “que hay una
gran masa de aficionados que siguen al jugador y no al club” y que si el
argentino genera 200 millones de euros al año en venta de camisetas, el club se
queda con un 15 por ciento de ese valor.
La situación
económica del Barcelona es tan dura que hace unas semanas (Messi aún permanecía
en el club) la agencia de calificación “Fitch” le dio un triple B negativo,
cuando intenta refinanciar su deuda de 525 millones de euros bajo la tutela de
la banca Goldman Sachs. Según los asesores, esa calificación no cambiará en el
corto plazo.
Por lo pronto,
el Barcelona ya cambió de director comercial por tercera vez en 2021. Si antes
estuvo en manos de Cinto Ajram y luego de Xavier Asensi –que se fue con David
Beckham al Inter de Miami- Jordi Camps renunció en julio pasado por
“diferencias en la hoja de ruta”.
Si hay alguien
que conoce al Barcelona al dedillo, es el ex dirigente y empresario Josep María
Minguella (el que acercó a Diego Maradona y a Messi al club), quien también es
columnista de distintos medios catalanes y tiene un influyente canal de youtube
con temática azulgrana.
“El Barꞔa, que
tiene una camiseta gloriosa, un escudo único y una afición mundial, ha perdido
en poco tiempo cerca de 70 goles por temporada al prescindir de Luis Suárez, no
renovar a Messi y reforzar al Atlético de Madrid con Antoine Griezmann-afirmó
días pasados-. Se sabe que estamos en una situación delicada, pero creo que el
socio tiene derecho de una vez a saber cuáles fueron las realidades de no poder firmarle su contrato.
Se ha publicado que para el partido contra el Bayern Munich hubo poco más de
30.000 solicitudes para asistir al Camp Nou. Puede tener diversas causas pero
en ellas habría que incluir la falta de nombres de impacto”.
La confusión
sobre la salida de Messi y la supuesta imposibilidad del Barcelona de hacer
frente al pago de su contrato, choca con las crecientes versiones de que el
club prepara una oferta de 75 millones (casi el doble de lo que se había
acordado con el argentino) para contratar al delantero español del Leizig,
Daniel Olmo.
En este sentido,
el empresario de medios y avalista del presidente del Barcelona, Joan Laporta,
Jaume Roures, sostuvo al programa “La Sotana” que si bien firmado con Messi “no
había nada, estaba todo acordado de palabra y muchas cosas escritas, pero los
días previos a ese jueves se complicó todo por todos lados, pero fue más desde
el punto de vista deportivo y no económico porque Messi ya hizo las concesiones
que se le pidieron. El mundo del fútbol es muy complejo”.
Roures afirmó
que la situación del Barcelona “es peor de la que todo el mundo pueda imaginar.
Se podría haber avanzado mucho con renovar a Messi incluso sin el dinero del
acuerdo que hizo la Liga con el fondo CVC por los derechos de TV pero las cosas
no son fáciles. La exigencia y la necesidad de un equipo competitivo es algo
que ya ha ido diciendo leo desde que era capitán y este es un elemento que se
mezcló con unos temas que estaban bastante resueltos”.
Al menos, en las
últimas semanas el Barcelona tuvo un mínimo respiro al cerrar un acuerdo con la
marca “Allianz” hasta 2024, mientras que con “Lego”, el club viene realizando
algunas colaboraciones que podrían implicar algún tipo de contrato con la
empresa danesa como sponsor.
También desde
2012, el Barcelona tiene un acuerdo con la Agencia Catalana de Turismo (ACT)
con el objetivo de promover la ciudad en los mercados internacionales con el
club como epicentro y algunos deportistas o ex deportistas como ejes, como son
los casos de Gerard Piqué, Carles Puyol, Ricky Rubio o Mireia Belmonte.
Pero los
problemas siguen y el pasado martes, la Junta Directiva aprobó el cierre del
ejercicio 2020/21 con pérdidas de 481 millones de euros y un presupuesto de
ingresos previstos para la temporada 2021/22 de 765 millones, una baja sensible
para lo que fueron los anteriores, algo que deberá ser ratificado por la asamblea
de compromisarios del fin de semana del 16 y 17 de octubre coincidiendo con el
partido ante el Valencia, mientras que el 6 de octubre se presentarán los
resultados de la Due Dilligence que lleva adelante el club desde que Laporta
asumió como presidente.
La deuda total
del FC Barcelona es de 1350 millones de euros y en ese monto se incluyen los 52
que debe pagarle al propio Messi como parte del salario diferido que el jugador
dejó de ganar durante la pandemia para aliviar la situación económica del club.
El Barcelona
tiene previsto efectuar pagos correspondientes a esta deuda entre lo que queda
de 2021 y 2022, aunque está negociando los plazos con los abogados del
argentino.
Horas antes del
partido contra el Bayern Munich por el inicio de la fase de grupos de la
Champions League, el ex presidente del club alemán, Uli Hoeness, afirmó que “ya
no considero al Barcelona como un referente del mundo del
fútbol (el Bayern por muchos años se le quiso parecer).Ya no es un modelo para
nosotros, en absoluto. En realidad está en quiebra. En Alemania, el Barcelona
sería un caso para un juez responsable de insolvencia. Somos favoritos en este
partido porque el Barcelona no puede estar en forma debido a la venta de varios
jugadores clave y a los problemas económicos”.
Consultado el ex jugador y director general del
Bayern, Karl Heinz Rummenigge sobre la salida de Messi del Barcelona, sostuvo
que tanto él como Cristiano Ronaldo “dejan un vacío en términos de marketing,
que la liga no podrá llenar. Cada uno es libre de opinar lo que quiera pero
considero un gol en contra haberse visto obligado a perder al argentino por
consecuencias del Fair Play financiero, pero lo vimos venir. Cuando acumulas
tantos gastos es normal que las cuentas no terminen saliendo, especialmente
después de la pandemia. No hay alternativa, hay que reducir gastos, y mi buen
amigo Laporta lo sabe”.
El Barcelona, que meses atrás había caído
estrepitosamente contra el Bayern Munich por 8-2 por la Champions League, ahora
inició la nueva temporada europea cayendo por 3-0 ante el mismo equipo en el
Camp Nou.
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