El jueves 5 de noviembre, la Liga de Fútbol profesional (LFP), que representa a los clubes, puso en marcha un movimiento para tratar de revertir la enmienda a la ley por la que los trabajadores extranjeros que cobran más de 600.000 euros anuales pasan ahora a pagar el 43 por ciento de su ganancia en impuestos contra el 24 por ciento que pagaban antes, y que afecta notoriamente a la contratación de grandes estrellas a futuro.
El presidente de la LFP, José Luis Astiazarán, adelantó que el próximo 19 será decisivo para lo que pueda pasar en el fútbol español, porque ese día se reunirá la LFP (representada por los titulares del Real Madrid, Florentino Pérez, del Sevilla, José María Del Nido, del Nástic de Tarragona, Xavié Salvadó, y del Numancia, Francisco Rubio) con las autoridades del gobierno nacional, y si hasta ese momento no hubo avances en las negociaciones, podría pararse el fútbol, en una situación inédita que los medios de comunicación califican como “lock out patronal”.
Astiazarán sostuvo cierto optimismo en cuanto a lo que pueda ocurrir en los próximos diez días, al considerar que por un lado, los dirigentes de los clubes “estamos todos unidos en este reclamo” y al afirmar que el Estado “debe entender que vuelven a él muchos de los recursos que nosotros generamos desde nuestra actividad”.
Todo comenzó la pasada semana, cuando en el Parlamento, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) gobernante, la izquierda y el partido nacionalista gallego, llegaron a un acuerdo para conseguir por mayoría que se cambiara la ley por la que los trabajadores extranjeros que cobran más de 600.000 euros al año, pasen a tributar el 43 por ciento de sus ganancias, contra un 24 por ciento que tributaban antes, con lo que seda por terminada la llamada “Ley Beckham” que favorecía la contratación de grandes estrellas en el fútbol y otros deportes profesionales en España, en detrimento de otras ligas de países donde el tributo es mucho mayor.
Apenas se salvarían de pagar este tributo, los futbolistas extranjeros con más de diez años de permanencia en España. Tan sólo en el Barcelona, nueve jugadores de su plantel tienen menos de diez años en el país y se verían involucrados en el aumento de los tributos al Estado: Daniel Alves lleva nueve años entre el Sevilla y el Barcelona, Gabriel Milito lleva siete, Márquez, Abidal, Henry, Touré Yaya y Keita llevan tres, a los que habría que sumarles la primera temporada de Ibrahimovic, Maxwell y Chigrynsky y en el club se calcula que la nueva ley le costaría 6.500.000 euros de gastos. No muy distinta es la situación del Real Madrid y sus estrellas y muchos otros equipos.
De hecho, el presidente del Milan, Adriano Galliani, al enterarse de esta modificación de la ley tributaria española se manifestó “satisfecho” y dijo que “a partir de ahora, empezaremos a estar todas las ligas en una situación de paridad” aunque aclaró que en España “sigue habiendo ventaja de los equipos grandes porque allí los derechos de televisión se negocian de forma individual y los poderosos sacan ventaja sobre los pequeños”.
El 43 por ciento que pasarían a pagar ahora los futbolistas extranjeros en España, comenzará a equipararse con lo que sucede en las otras ligas poderosas europeas: por ejemplo en Holanda, el tributo de las estrellas foráneas es del 42 por ciento anual. En Italia, la ley es mucho más abarcativa y los futbolistas extranjeros deben pagar el 43 por ciento si su ganancia anual es mayor a 75.000 euros.
En Alemania, los futbolistas extranjeros deben pagar un tributo del 45 por ciento anual si su ganancia es mayor a 250.000 euros durante los doce meses, así como en Inglaterra, pero con una base de 150.000 libras esterlinas, a partir de abril de 2010, y en Francia, esta semana será votada la ley por parte de la Asamblea Nacional, que suprime lo que se llama Derecho a la Imagen Colectiva (DIC) de los deportistas, que les significaba tributar un 30 por ciento menos, anteriormente, de sus ingresos brutos.
El DIC se aplica desde 2005 para unos mil quinientos atletas, aunque mayoritariamente beneficia a los futbolistas.
Pese a todo, ya los rápidos agentes de los futbolistas están pensando en contrarrestar este nuevo ajuste por parte de los Estados: una idea que anda circulando es que a partir de los nuevos contratos, en vez de un pago figure un préstamo sin intereses equivalente a la suma total de los salarios anuales, lo que paga apenas un 2,5 por ciento de impuestos en la mayoría de los países europeos..
Lo cierto es que en unos días, si los dirigentes del fútbol no se ponen de acuerdo con el Gobierno, la liga española comenzará a perder la fuerza que tuvo en los últimos años, y que generaba que las estrellas prefirieran ese destino sobre las otras ligas.
Para José Antonio Alonso, portavoz en el Parlamento del Partido Socialista gobernante, el asunto es sencillo: “los futbolistas deben tributar como cualquier hijo de vecino. Es una cuestión de estricta equidad, solidaridad y justicia fiscal. En tiempos de crisis, todos deben ajustarse el cinturón”.
La situación no parece fácil debido a la crisis económica que vive España por estos días y el costo político que debería pagar el Gobierno de aceptar una rebaja a los impuestos sería muy grande, pero a su vez, el mantenerse firme podría generar un rotundo cambio en la liga española como potencia mundial, si bien sus equipos, por fin, deberían apelar a sus propios jugadores sin mirar tanto al exterior.
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