jueves, 29 de abril de 2010

Inter, un finalista al estilo Mourinho (Jornada)



Al final, no se produjo la remontada tan difundida, ni los jugadores del Barcelona tuvieron siquiera la mínima chance de “dejarse la piel”, como publicitaron antes del decisivo partido de anoche en el Camp Nou. Un Inter implacable, y que poco le importó defenderse sin haber rematado una sola vez al arco, pudo aguantar perfectamente los embates, esta vez sin muchas ideas, de los locales, y de la mano del exitoso entrenador portugués José Mourinho, estará en la final de la Champions League europea del 22 de mayo en el Santiago Bernabeu de Madrid ante el Bayern Munich.

Antes de esta serie, las posibilidades de que el Inter llegara a la final ante un Barcelona hegemónico como el actual, parecían nulas, máxime que ya se habían enfrentado en el grupo inicial de este torneo, y los catalanes habían dado dos lecciones de fútbol, tanto en Milán (0-0) como en el Camp Nou (2-0) y pocos creyeron lo que afirmó previamente a la semifinal el propio Mourinho, sobre que su equipo no era el mismo que antes y que había crecido mucho. Pero tuvo razón.

Este Inter se parece demasiado a sus equipos tradicionales como antes el Porto campeón europeo de 2004, o el Chelsea tan ganador en la Premier League y siempre entre los finalitas de Champions entre 2005 y 2008, es decir: un juego utilitario, práctico y vertical, siempre basado en grandes jugadores, a los que suele unir graníticamente hasta conformar excepcionales grupos que se mantienen por años.

Si bien esta es una de las claves, la otra es sin dudas que este Barcelona, aún siendo siempre fiel a su juego, no mantuvo el nivel de la temporada pasada (cosa tampoco nada fácil), cuando lo ganó todo, y notó demasiado la ausencia por lesión de Andrés Iniesta, mientras que Keita, Touré, Pedro y especialmente Lionel Messi, no estuvieron ni cerca de su nivel.

Entonces, la suma de un equipo duro al que le alcanzaba con perder por un gol para clasificarse, y que planteó un partido excesivamente defensivo con dos líneas de cuatro (ni siquiera Sneijder, habitual enganche, cumplió esa función) –y que se profundizó con la expulsión de Motta-, y otro sin muchas ideas, sin abrir mucho el juego, y sin el cambio de ritmo habitual, dio como resultado lo esperado: un partido chato, con uno que quiso y no pudo (Barcelona) y otro que no quiso y aguantó y que se fue motivando con el correr de los minutos.

Lo único realmente fuerte ocurrió en los últimos cinco minutos, cuando Piqué, en evidente posición fuera de juego, pudo poner al Barcelona a un gol de la milagrosa –a esa altura- clasificación a la final, y con el equipo ya jugado por jugado, arremetiendo sin demasiada técnica y cuando ya el público tuvo que exigir a los gritos un mayor compromiso de un Messi llamativamente ausente, como viene ocurriendo desde hace un mes, luego del clásico en el Bernabeu ante el Real Madrid.

¿Es justo que el Inter reclasifique para la final ante el Bayer? Creemos que sí, porque a esta serie ante el Barcelona hay que dividirla en dos partes y en Milán, cuando lo necesitaron, los italianos salieron a jugar y pudieron penetrar tres veces al Barcelona, mientras que cuando les convino, en el Camp Nou, prefirieron esperar y jugarse a defender. No es algo que guste, desde ya, pero es algo válido desde lo reglamentario, lo que nuevamente generará polémica sobre estilos y usos en el fútbol.

Lo claro es que en esta serie, el Inter dejó una imagen de equipo más sólido que este Barcelona con demasiados jugadores por debajo de su nivel y que en la comparación individual con los del Inter, tampoco superarían la prueba en muchos puestos de la cancha.

Otro elemento interesante para el análisis es el del futuro cercano, el próximo Mundial. Por el lado de los argentinos, Walter Samuel jugó un gran partido, y parece en este momento impasable en el juego aéreo, en tanto que Diego Milito resultó clave, aunque más en Milán que en Barcelona, y aunque parece que no estará en Sudáfrica, Esteban Cambiasso se destacó notoriamente en la marca, al igual que un Javier Zanetti muy contenido en ambos cotejos.

Al mismo tiempo, genera inquietud la actuación en los dos partidos de los dos defensores brasileños (Maicon y Lucio) y el arquero Julio César en la retaguardia interista. Fueron puntos altísimos, y todo indica que serán fundamentales en el scratch de Dunga.

Veremos una extraña e impensada final en el Bernabeu, pero así es el fútbol, con todo lo bueno y lo malo de este sensacional deporte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coincido con lo que comentás en tu blog, Sergio. Sobre todo con la "llamativa ausencia" de Messi, con todo el equipo lanzado en pos de una hazaña, y él, de alguna manera, distante de compromiso.

Federico Casey