martes, 3 de mayo de 2011
El Real Madrid, a “todo o casi nada” en el Camp Nou (Jornada)
De pronto, se dio vuelta la taba. Como si fuera una brujería, la Copa del Rey se cayó de las manos de Sergio Ramos y fue aplastada por el bus que transportaba a los jugadores del Real Madrid alrededor de Las Cibeles. Desde ese momento, el equipo, que parecía haberle encontrado por fin una manera de derrumbar al Barcelona, su eterno rival y hoy reconocido como mejor del mundo, cayó en el Santiago Bernabeu por 0-2 en la ida de la semifinal de la Champions League (al fin de cuentas, lo que más importa) y esta noche (15,45 de la Argentina) deberá jugarse la heroica en el Camp Nou, el peor escenario posible.
Los blancos necesitarán ganar por dos goles de diferencia en el mismo estadio que en esta misma temporada los viera precipitarse en uno de los bailes más descomunales que se recuerden entre equipos tan poderosos (este cronista, a vuelo de pájaro, memora otro 0-5 de Champions del Real Madrid ante el Milan de Arrigo Sacchi en los noventa), cuando por la Liga, el Barcelona les metió un 5-0 pero les dio, además, una lección de fútbol para guardarla y verla en momentos en los que el estado de ánimo flaquea.
Pero el horno del Real Madrid no está para bollos. El partido le llega en un momento en el que todo hierve alrededor de Valdebebas, donde se encuentra el predio de entrenamientos y tras la dura derrota en el partido de ida en el Bernabeu, el pasado miércoles, vino la segunda caída en el mismo estadio, ante el Zaragoza, uno de los últimos de la Liga, por 2-3 y con un equipo desdibujado, con más ganas de irse pronto a los vestuarios que de seguir, y con el símbolo de su excelente arquero Iker Casillas equivocándose en una salida y otra también, y con la remera tapándole el rostro, a modo de disculpas y de transmitir vergüenza hacia su público.
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