domingo, 15 de mayo de 2011

Si River no pudo con este Boca, tiene mal futuro


Si antes del miniclásico (sería un despropósito llamarlo “súper” en este tiempo), los fantasmas de un temido descenso al Nacional B merodeaban a River Plate, luego de pasar por la Bombonera y caer 2-0 ante Boca Juniors, ante este paupérrimo Boca Juniors de estos meses, su destino se transforma en incierto, con perspectivas cada vez más preocupantes.

Sin dudas hoy River es un Titanic que naufraga dependiendo de hechos más externos que internos, de que no haya mareas, de que el agua no siga subiendo, lo que en este caso, significó, por ejemplo, que Olimpo, en el último turno, haya caído en Bahía Blanca con Independiente, lo que le permite respirar una semana más fuera de la Promoción para tratar de permanecer en Primera, de la que nunca descendió en toda su historia.

No se esperaba un gran partido porque hay que convenir que los dos equipos con mayor historia en los torneos locales argentinos no están para tirar manteca al techo, pero sí, al menos, se pretendía intensidad, ida y vuelta, algunos destellos del mejor jugador, Juan Román Riquelme, afectado desde hace mucho por una catarata de lesiones, o de uno en constante ascenso, Eric Lamela, pero una vez más, triunfaron los choques, los roces, las patadas, las interrupciones, las gesticulaciones, las simulaciones y los agarrones, antes que el maltratado fútbol.

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