miércoles, 13 de agosto de 2014

El gran desafío del Tata Martino (Jornada)


Por fin, cuando mañana  a las 13 horas sea presentado en el predio de la AFA en Ezeiza, Gerardo “Tata” Martino tendrá la ocasión de su vida como director técnico para demostrar sus intenciones de que la selección argentina juegue un fútbol que guste y que retorne definitivamente a un estilo que se fue perdiendo con el paso de los años.

Más allá de si es la persona indicada para el puesto, pocas veces en la historia de la selección argentina fue tan clara una candidatura, una vez que Alejandro Sabella le comunicara al entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, justo antes del fallecimiento de éste, sus intenciones de no renovar el contrato debido al desgaste sufrido durante sus tres años al frente del plantel albiceleste, aunque especialmente por lo ocurrido en el Mundial de Brasil.

El segundo puesto en el torneo y un buen ciclo con más buenos momentos que malos, no pudieron dejar de lado situaciones de mucha tensión, en especial, el tener que eludir constantemente las explicaciones sobre las ausencias de Carlos Tévez en las convocatorias o las idas y vueltas con el esquema táctico durante el Mundial, primero, con el cuestionado sistema defensivo del partido debut ante Bosnia, con cinco defensores en el primer tiempo, o las dos férreas líneas de cuatro en las fases finales, que dejaron demasiado solo, aislado, y sin contacto con la pelota, del astro Lionel Messi.

Martino, entonces, apareció como la única opción posible para los dirigentes de la AFA, aunque todo se terminó de complicar con la muerte de Grondona justo en el cruce de los dos entrenadores, y en esos días turbulentos ante la falta del máximo dirigente, algunos trataron de colocar a sus candidatos, en especial Miguel Russo (Rosario Central) y Edgardo Bauza (San Lorenzo), ambos del riñón del bilardismo.

Pero chocaron contra la estructura general de la dirigencia, que quiso cumplir con los deseos de Grondona de convocar a Martino como “Plan B”, basados en su experiencia en el Barcelona, sus buenos pergaminos en Newell’s Old Boys, clubes paraguayos y la selección de ese país y que cuenta con un equipo de trabajo con larga trayectoria en el trabajo con juveniles.

Martino, como en el Barcelona en la temporada pasada, deberá trabajar en condiciones externas de cierta turbulencia institucional. Cuando llegó al club catalán, encontró un equipo en declive, con los veteranos como Carles Puyol y Xavi Hernández en baja, al propio Messi enfocado en el Mundial, y un equipo que pasó por muy malos momentos, desde la reciente muerte del anterior entrenador Tito Villanova, la renuncia del presidente del club, Sandro Rosell, el affaire del contrato de Neymar, que acabó en la justicia, y finalmente, la lesión del arquero Víctor Valdés.

La experiencia acabó mal y el Barcelona terminó, por primera vez en años, con el palmarés vacío, eliminado en cuartos de final de la Champions League, para colmo ganada por el Real Madrid, sin poder vencer al Atlético Madrid de Diego Simeone en seis partidos oficiales, perdiendo la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid y la Liga, como local, ante el Atlético.

Al propio Martino no se lo vio en buena forma, con algunas situaciones duras en lo personal, como el fallecimiento de su padre, y por haberse arrojado excesiva responsabilidad por la campaña del equipo, si bien hace pocos días, el actual presidente del Barcelona, Josep Bartomeu, llegó a afirmar que el técnico argentino “no respondía a la línea tradicional” del club.

Una de las grandes dudas, a partir de lo ocurrido en el Barcelona, era si Martino contaba con el apoyo de dos de los jugadores de mayor peso en la Selección, como Messi y Javier Mascherano, para lo cual hubo largas negociaciones y un llamado clave final con una persona fundamental del entorno del atacante, antes de la aceptación.

Otro de los temas fundamentales para Martino se subsanó enseguida, cuando el director general de selecciones Nacionales de la AFA, Carlos Bilardo (con quien Martino no comulga) decidió desvincularse debido a la muerte de Grondona.

El tercer punto estaba relacionado con el manejo de los juveniles, aunque para Martino, no significaba una traba en este momento sino a partir de 2015, a sabiendas de que Humberto Grondona viene trabajando con el seleccionado sub-20 para el Sudamericano de Uruguay clasificatorio para el Mundial de Nueva Zelanda y para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

La idea de Martino es que sus colaboradores Jorge Theiler y Sergio Giovagnoli se hagan cargo de los juveniles una vez que pase el Mundial 2015 y trabajar ya con miras a 2016, lo cual contaría con la anuencia del actual entrenador de esa categoría.

Y finalmente, Martino pidió que el actual presidente de Newell’s Old Boys, Guillermo Llorente, forme parte importante de la Comisión de Selecciones Nacionales de la AFA, algo que contaría con la aceptación de la dirigencia.

Martino firmaría contrato hasta 2017 y en el caso de obtener la clasificación para el Mundial de Rusia 2018, automáticamente se extenderá hasta que se juegue el torneo
Tiene 51 años y aunque tiene como prioridad en su estilo la conservación de la pelota y la alta presión, tampoco rechaza los pelotazos largos ni los contragolpes cuando es necesario. No deja de lado cierto pragmatismo cuando hace falta aunque prefiere el juego técnico.

Sus grandes desafíos, a partir de ahora, pasan por recuperar la capacidad ofensiva de la Selección, perdida en la fase final del Mundial, la posibilidad de compatibilizar a Carlos Tévez con el plantel, y el manejo de la transición entre los más veteranos que irán dejando de ser convocados, con los jugadores emergentes de las nuevas generaciones.


En este sentido, la Copa América de Chile en 2015 parece ser el hito para la nueva etapa. Por ahora, Alemania espera en Düsseldorf para el amistoso del 3 de setiembre, mientras que en octubre, Brasil y Hong Kong serán los rivales en una mini gira asiática.

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